בס"ד
Shalóm, Javerím!
Importante: Mucho material de estudio para estos días se halla disponible en el foro "El Ciclo del Año Judío", donde acabamos de sumar dos valiosas enseñanzas, de Abraham Leib Berenstein y de Gabriel ben-Israel.
Dentro de unas pocas horas, estaremos ingresando al nuevo año 5767 de la Creación. Cada año es un ciclo completo en el que todas las fuerzas se despliegan para propiciar esa enmienda, individual y en suma colectiva, que estamos llamados a culminar. Una vez más, se nos concede la oportunidad de un otoño en que desprendernos de los restos del viejo año, y un invierno cuyas lluvias alimentarán la tierra con ayuda de Hashém; una primavera para liberarnos del Mitsráim que acongoja el corazón y florecer, y un verano en que proponernos, desde la abundancia, merecer el Mikdásh: el Templo por que oramos tantas generaciones ya, para alcanzar por fin desde nuestra densidad oscura la Luz maravillosa de lo Alto y acceder a la completa Redención.
Otra vez más se nos concederá be'ezrat Hashém un recorrido completo por la Toráh toda, parasháh por parasháh semana tras semana, confiando en que la experiencia acumulada nos empujará por fin a comprender, a avanzar otro paso en el camino de la Sabiduría verdadera, a adquirir las cualidades humanas que nos asemejarán al Creador. En el canto de Moshéh y todo Israel tras el cruce del Iam Súf -Mar Rojo-, se dice: "Hashém es un Ish guerrero". La palabra "Ish" (Alef-iod-shin) se traduce también por "hombre", refiriendo al hombre pleno, que ha logrado expulsar de sí todo mal y enmendarse en dirección a lo Alto. De este modo, "Ish" es ese punto de contacto templar, en que la proyección de Hashém en nuestro mundo (lo "más bajo" que desciende Hashém para ser percibido) se une a la cima de lo humano. Es cuando el hombre logra con stituirse en "templo" por sí mismo, en recipiente terreno para la Luz del mundo porvenir.
Rosh HaShanáh es el instante en que somos juzgados en lo Alto de acuerdo a cuán rectamente hayamos avanzado en dirección a la categoría de "Ish" (cuyas mismas letras, en orden inverso, indican su calidad de "sí"=cumbre). Y tres son las herramientas de que disponemos para incidir en el juicio, de modo tal que nos sea permitido continuar intentándolo, y aún con buenas condiciones. La primera, la "Teshuváh", consiste en anteponer nuestro propio juicio al juicio del Creador: analizar nuestras propias acciones, descubrir minuciosamente cada fallo, y sentenciar en cada uno su reparación completa, al tiempo de comprometernos a evitar recaer en él. "Tefiláh", como hemos visto, es esencialmente demostrar nuestro "despertar" propio, nuestro deseo y voluntad de Redención, nuestra necesidad de Piedad de Hashém sobre nosotros; y evitar así que el necesario "despertar" provenga del Rigor desplegando duras pruebas sobre nosotros. En tercer término, la "Tsedakáh", consiste en hacer justicia dando de lo que poseemos para bien de otros, de quienes necesitan para sí y de quienes cultivan la sabiduría de Toráh para todos; y así, demostrar en acción fiel y leal que sabemos que "a Hashém pertenece toda la Tierra y cuanto contiene" (Tehilím -Salmos- 24:1), y que la abundancia puesta en nuestras manos implica que tenemos la misión de repartir.
Este año que comienza es muy particular, y está llamado a ser una "bisagra" en el tiempo, para dar lugar a una real idad nueva y muy distinta a aquélla a que estamos habituados. Su propia cifra lo dice claramente. El número 5767 se obtiene como producto de dos números primos: 73 y 79. Nos llamó la atención Rav Itsjak Ginsburgh acerca de que 73 es el valor de "jojmáh"=sabiduría, y 79 es el valor de "de'áh"=conocimiento. La sabiduría representa al Gan 'Edén y a la Toráh, y se derrama sobre "bináh"=entendimiento a modo de ríos que descienden del 'Edén. El "conocimiento" es, en términos de la Cabaláh, ese punto en que a la sabiduría se ha sumado la voluntad, y de tal modo, la Toráh es puesta en práctica y consumada en la vida del hombre. Nos explicó aún Rav Ginsburgh que "jojmáh" y "de'áh" son, ambas, cualidades que remiten a Moshéh Rabeinu. Así, 5767 está llamado -tiene la potencialidad- a ser un año en que la sabiduría verdadera -73- se multiplique en el conocimiento -79- de la acción de Toráh; de que la Toráh sea advertible y comprensible a partir de la observación de nuestras acciones, de nuestro proceder en cada instante de la vida. Y tenemos la oportunidad ante nosotros de, por tal vía, "despertar" a Moshéh Rabeinu que, según enseña el Zohar haKadósh, debe acompañar al Mashíaj en su arribo hasta nosotros.
Quiera Hashém permitirnos la inspiración correcta, y propiciar en nosotros la voluntad, para estar a la altura de la oportunidad y el desafío. Que sepamos, en este Rosh HaShanáh, arrepentirnos y condenarnos a reparar todo el daño causado por nuestra ignorancia, por nuestra incredulidad, por nuestra ociosidad e indolencia. Que sepamos comprometernos a reparar y enmendar nuestra acción para convertirnos cada uno en "Ish", para juntar la sabiduría y el conocimiento y atraer la Redención y con ella el Shalóm, porque (Iesha'iáh -Isaías- 11:9) "se lle nará la Tierra de conocimiento de Hashém", y será Bien. Queramos nosotros, y unidos, procedamos a lograrlo.
Desde la felicidad de nuestra Comunidad de Toráh y el anhelo inmenso de que crezca en cantidad y calidad durante este año que comienza para felicidad de muchos; desde un amor enorme y la gratitud a Hashém por el camino que nos permite compartir, envío a todos mi humilde brajáh para un año lleno de Luz, de felicidad, de descubrimientos verdaderos, de construcción conjunta y crecimiento en sabiduría de Toráh. Sea éste, para cada uno en su hogar, ese año "bisagra" de gran iluminación en cada orden de la vida, y de plenitud radiante, de la que contagia, de la que cambia el mundo y lo hace más bello.
Shanáh Továh umeUshéret,
daniEl
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