Shalóm Javerím,
Mis sentidas disculpas por el envío duplicado. En la edición de ayer de Matók MiDvásh, en medio de las presiones de tiempo y agotamiento en que estamos intentando mantener viva y más activa que nunca nuestra actividad de Toráh, se coló un error numérico grave, que desvía la intención del texto del sendero que éste debe recorrer. Con ustedes, la edición ya corregida, y nuestro pedido de disculpas.
Con brajót,
daniEl
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Edición No. 87 - 16 de Menajem-Av 5766 - 'Ekev (Devarím -Deuteronomio- 7:12 a 11:25)
"... y os Icé sobre alas de águilas, y os traje hacia Mí..."
"Todos para Uno, y Uno para Todos"
Ingeniería de Puentes
(¡tanto queremos haber llegado ya al otro lado!)
Esta edicio'n esta' consagrada a la victoria milagrosa del Bien, a la eficiencia de la acción de enmienda espiritual a que convocamos a cada uno, y a la revelación del Shalóm que ilumina la Verdad a ojos de todos
Javerím, queridos amigos, Shalóm:
| Todas las enseñanzas sobre la parasháh que acompañan a esta edición, se hallan disponibles en el curso "La Parasháh de la Semana", parashát 'Ekev En KolIsrael.Info empeñamos recursos y esfuerzo para darte una perspectiva limpia, kashér e inteligente de lo que está sucediendo en esta guerra.
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| Por Favor: En estos días terribles que nos toca atravesar, ayuda a expandir la verdadera comprensión de la oportunidad de GueUláh: distribuye este material entre todos a quienes creas que les hará bien, e invítalos a recibir Matók MiDvásh -enviar e-mail en blanco a matok-midvash-subscribe@egrupos.org - y las actualizaciones de KolIsrael.Info -enviar e-mail en blanco a kolisrael.info-subscribe@egrupos.org -; Hashém te de bendición por ello. IMPORTANTISIMO LLAMADO SOLIDARIO: La fundación Keren Ora, dirigida por Rav Avraham Tzvi Margalit, está haciendo enormes esfuerzos por auxiliar a la población de Carmiel, muy cruelmente dañada por esta guerra. La necesidad de recursos es enorme, y muchísima la labor sagrada a cumplir. Para colaborar con esta urgencia de todos, dirigirse a http://help.carmiel.net/.
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Dice un conocido aforismo jasídico: No siempre puede uno darse el lujo de viajar sobre un puente de hierro -ésto es: sobre un puente de indudable firmeza-. A veces, no hay más remedio que atraverse a caminar sobre puentes endebles, y confiar en que no se abatirán a nuestro paso. Como atendimos días atrás de Rav Itsjak Ginsburgh, la mayoría de las personas, tanto en términos físicos como filosofico-espirituales, se aferran al lujo del puente de hierro todo el tiempo (con lo que no llegan nunca a terminar de cruzarlo, sino que se asientan en él, olvidando su carácter de "puente"): un lujo insostenible para quien anhela GueUláh, para quien desea con todo su corazón superar esta "pantalla pesadillesca del videogame" para arribar a una nueva, de Shalóm en que se evidencia la Verdad.
El camino que debe conducirnos a la revelación del Mashíaj y de un tiempo nuevo para el mundo, incluye puentes muy frágiles, por los que no hay más remedio que caminar: si te quedas en tu puesto de hierro blindado, firme y seguro, te estarás quedando en el núcleo férreo de Mitsráim, de la esclavitud y la idolatría egipcios.... incluso si tu Mitsráim particular está poblado de kedusháh -sacralidad-. Es tiempo de producir la GueUláh, y ello exige que nos soltemos de todos los Mitsráim y todas las cáscaras y mochilas oscuras, y nos atrevamos a cruzar los puentes que aguardan por nosotros mucho -demasiado- tiempo ya. Y es necesario que lo hagamos juntos.
Parashát 'Ekev tiene mucho que enseñarnos acerca de las reglas a seguir para pasar exitosamente los puentes frágiles (o para que se tornen fuertes a nuestro paso, que es de lo que se trata). Nos dice Moshéh (Devarím -Deuteronomio- 7:16): "No rendirás culto a sus dioses, porque son una trampa para tí". "Sus dioses" se pretenden intermediarios en una relación que no admite intermediación, y por consiguiente, atoran y obturan los conductos por los que llega la Luz de lo Alto a nutrir y producir felicidad. Entenderemos fácilmente la aplicación de este principio sencillo y fundamental a nuestras vidas, si asumimos que están comprendidos allí también los "ídolos" de la civilización en que vivimos, que no siempre se llaman "dioses"... y aún así, no cesan de ser ídolos, ni dejan de significar una trampa mortal para el alma de todo quien anhela vivir en la Verdad.
En cuanto hace a la guerra que sufrimos hoy, nuestra parasháh nos promete el más fantástico armamento para una victoria inmediata (Devarím -Deuteronomio- 7:20): "Y también la tsir'áh enviará Hashém tu E-lokím en ellos, hasta extinguir a los restantes y a los que se esconden de tí". La "tsir'áh" (tsadik-reish-'ain-hei) es un arma completamente fabulosa. Tal como la describe Rash"i, se trata de un insecto que se introduce en los más recónditos refugios y escondrijos, y produce la ceguera en todo aquél a quien pica. Agrega el Midrásh que la picadura de la tsir'áh produce también impotencia. Imaginad ahora en estos días, cuando el enemigo nos ataca del modo más rastrero posible y se defiende indignamente tras escudos humanos, el poder enorme de la "tsir'áh" para asentar ya no sólo la prescripción de la contienda militar en curso, sino también la evidencia del milagro, de la "Hashgajáh"=supervisión y la "Hanhagáh"=conducción del Creador sobre la realidad, sensible y revelada.
Debemos preguntarnos entonces cómo se hace para adquirir esta arma poderosísima, y ponerla a actuar para la completa victoria del pacto de la Toráh en la guerra a que el mal nos obliga.
El valor numérico de la palabra "tsir'ah" es 365, que equivale al número de las mitsvót de abstención (las 613 mitsvót o preceptos de la Toráh, se componen de 248 mitsvót de acción o positivas, y 365 de abstención -prohibiciones- o negativas). Esta relación viene a implicar una relación "midáh kenégued midáh", una simetría entre el valor del mérito espi ritual de estas mitsvót y la medida de revelación milagrosa que acudirá a incidir en la difícil realidad. De este modo, comprendemos que precisamente el cuidado de las prohibiciones de la Toráh con celo renovado, atraerá hacia el colectivo de Israel el mérito necesario para contar con la tsir'áh en la vanguardia de nuestras filas.
¿Cómo se proyecta ésto sobre la vida de cada uno? Nuestras acciones individuales, a cada instante a lo largo del día, están llamadas a incidir en el devenir y los resultados de esta guerra en que una vez más, enemigos que lo son de la humanidad toda -que lo son del Bien, de la Verdad, de la Toráh- pretenden exterminar -jamás lo logren- a Israel. Lo mínimo que cada uno debe hacer en su carácter inevitable de soldado, es elegir una o más de las mitsvót de abstención de la Toráh, cuidarlas con celo enorme, y propagar dicho ejemplo en su entorno todo. Entre las mitsvót de abstención más destacables a estos efectos se encuentran:
1. La prohibición de la maledicencia -lashón hará-: está prohibido, fundamentalmente, hablar mal acerca de cualquier prójimo-, y así, también debe abstenerse uno de todo lenguaje grosero.
2. La prohibición de la envidia -cada quien posee lo que realmente le corresponde, y es cada uno consigo mismo y frente a Hashém, que se debe trabajar para merecer lo deseado-.
3. La prohibición de robar y de estafar, y con ellas, la prohibición de "poner un obstáculo frente a un ciego" (o sea, de inducir a alguien a hacer algo que no le favorecerá, provocando su decisión por medio de información equívoca o que el otro no comprenderá). La prohibición del robo y de la estafa comprenden muchas prácticas que son "completamente legales" en el mundo capitalista, y que de todos modos, no dejan de ser malignas a los ojos V erdaderos de la Toráh.
4. Está prohibido avergonzar-humillar-denigrar a alguien en público.
5. Está prohibida la idolatría y cuanto se parezca, se aproxime o conduzca hacia cualquier modo de idolatría. Esto comprende la elevación a nivel de "valor absoluto" de cualquiera de los valores minúsculos que imperan en la moral de las distintas sociedades; incluye la prohibición de toda brujería (incluidas las consultas a brujos y adivinadores), y toda acción, palabra o pensamiento que pueda conducir a la persona a errar considerando la existencia de toda potencia independiente del Creador barúj Hú. De allí emergerá entonces la idea clara y pristina de un único Creador que vela por la Creación y hace justicia, a partir de Su Ley revelada completamente en la Toráh, para que adquiramos conciencia, y con ella libertad y responsabilidad por nuestro destino.
Claro está, la lista completa es mucho más larga, y su adquisición progresiva está sujeta al camino de conocimiento de cada quien. Aprendemos en la Cabaláh que las tres sefirót -conductos de energía que constituyen nuestro ser espiritual- superiores reciben el nombre de "Mojín"=mentes, cerebros, en tanto las siete inferiores reciben el nombre de "midót", que son las cualidades y medidas constitutivas de todo lo que es. Las tres primeras corresponden a la primera parte del verso que dice (Devarím -Deuteronomio- 29:28): "Las cosas ocultas pertenecen a Hashém nuestro E-lokím", y las otras siete corresponden a su continuación: "Y las reveladas, son nuestras y de nuestros hijos (...)". El "pensamiento del Creador" nos es inaccesible por completo; en tanto, a través de las cualidades que constituyen qué hombres somos, podremos incidir en el destino nuestro y del mundo, revelando la "Hanhagáh", la conducción del mundo de modo "sobrenatur al", por acción directa del Creador. Esto explica qué mitsvót hemos elegido para el trabajo a que debemos abocarnos todos, en equipo inmenso dedicado al Tikún, a la enmienda de cada quien, y a la gran enmienda que nos abarca.
En ese sentido, hemos vivido recientemente una experiencia estremecedora, que viene al caso compartir. Para la noche de ayer, Rav Amnon Itsjak y su organización Shofar.Net convocaron a una gran concentración de "'anaváh", de la humildad que nace de la verdadera fe, en el estadio Teddy Kollek de Ierushaláim. Veintidosmil personas llegamos hasta allí. Durante varias horas, fueron presentados ante nuestros ojos casos reveladores del poder que tiene el trabajo colectivo de Toráh, el mérito espiritual de un grupo numeroso que emprende en conjunto acción de "tikún" y apego a la Toráh, y su capacidad de incidir de modo eficaz sobre la realidad. Para cada caso, una síntesis del proceso en video, y luego, el protagonista en persona, presente en el escenario, culminando el relato con la impactante evidencia de un cambio profundísimo, radical, desde la persona que vimos filmada al inicio de su proceso, y el ser luminoso que tenemos en frente. La culminación fue apoteósica: veintidosmil voces, un estado de fútbol lleno, al unísono, diciendo "shemá' Israel...", enunciando con amor la fe fundamental de Israel para aproximar la únión entre nuestro mundo y Hashém, y pronunciando en conjunto una plegaria (la filmación completa del evento se puede ver en el sitio de Shofar). Ierushaláim se estremecía, y desde lo Alto, la luna llena parecía alumbrar las puertas del Firmamento, abiertas de par en par para recibir a bien la tefiláh. A ello deseamos y debemos apuntar en la Comunidad de Toráh: sin un punto físico de concentración, todo el tiempo sin cesar en vez de por las horas de un evento programado, cumplir mitsvót en conjunto para modificar con nuestra acción sagrada la realidad; para incidir en el diseño de un destino de verdadera y pronta GueUláh.
Desde que todos intentamos ser "personas de bien", algunas de estas reglas que seleccionamos se hallan ya imbricadas en nuestra vida, a partir de la buena conciencia y del deseo de bien proceder. No obstante, el paso adelante que debemos dar es: aún las mitsvót que ya cumplimos "per se", pasar a cumplirlas con intención conciente y declarada de realizar el precepto del Creador, expresado en la Toráh; proponernos cada día "Hoy voy a cumplir la mitsváh que prohibe robar, con la expresa intención de apegar mi vida al mandato de la Toráh", etc. De ese modo, el mérito de cada quien se ligará al mérito colectivo de Toráh, capaz de atraer maravillas de parte de Hashém por medio de "ampliar los conductos de la Luz", cual ha sucedido ya no pocas veces a lo largo de la historia y sucede cada día. Te modificas a tí mismo para bien, te haces "mejor"; con ello, estarás modificando para mejor a nuestro mundo.
Más adelante en la parasháh, Moshéh nos advierte (Devarím -Deuteronomio- 8:11): "Cuídate, no sea que olvides", indicando que debemos "recordar activamente" las mitsvót, para evitar olvidarlas -que es la trampa de "sus dioses" de la que hablamos más arriba-: la prevención conciente, el establecimiento de cercos en nuestra conducta para alejarnos de la transgresión, revela su perentoriedad en estas palabras.
Las iniciales de esta frase (la primera letra de cada una de sus palabras: hei-lamed-pei-tav) suman 515, el valor de la palabra "vaEtjanán"="y supliqué" con que comienza la parasháh de la semana pasada; el mismo valor de la palabra "shiráh"=canto y "tefiláh"=plegaria. Esto viene a indicarnos una vez más, por si era necesario, que no basta nuestra propia fuerza, nuestra capacidad intelectual ni nuestra fuerza de voluntad, para "cuidarnos" realmente, de modo completo y eficaz, de todas las tentaciones que se ponen delante nuestro para desviarnos del camino sagrado. ¿Cuál es, entonces, el medio que nos dará éxito en la misión? "vaEtjanán", la plegaria desde el fondo del alma, en que reconocemos ante el Creador nuestra debilidad, y suplicamos Su ayuda; con la confianza en lo que nos enseñaron nuestros sabios (en el Tratado de Berajót): "por el camino que el hombre elige recorrer, hacia allí lo conducen desde el Firmamento", y le ayudan, en plural (como "conducen") los ángeles creados especialmente para apoyarle en su misión. De tal modo, la conciencia y la asunción del "cuidarnos, no sea cosa que olvidemos", el esfuerzo que realicemos por tener conciencia constante y plena de los límites que debemos trazar en nuestro derredor para no caernos de los puentes angostos que atravesamos, dará por resultado que sepamos postrarnos en ruego y plegaria ante Hashém, y que recibamos ayuda de lo Alto para estar a salvo del olvido y recordar, para activar la fuerza sagrada en nuestros actos, para acceder a un camino de pura Luz en plenitud.
En cuanto a cuándo debemos "cuidarnos, no sea que olvidemos", vienen las letras finales (reish-kaf-nun-jet) a brindarnos la más clara instrucción: la suma de sus valores numéricos da 278, que es el valor de "haréga" (hei-reish-guimel-'áin), que significa "el momento" u "este momento": dar existencia en nuestra vida a las mitsvót requiere de mucho más que una intención conciente al inicio de cada día, o al levantarnos y al acostarnos, o a cada hora. "Cuídate, no sea que olvides" es un principio fundamental que debe dar tono en cada momento a nuestras vidas, siempre en "este momento" presente, para que nuestros días y nuestras noches sean sagrados, y estemos de verdad y plenamente recorriendo el camino hacia el completo Tikún, el camino exclusivo capaz de conducir hacia el Shalóm.
Por ello, es una tontería aferrarnos a nuestro "bunker blindado" (de hábitos, de prejuicios, de perezas), porque en realidad no es más que el puente que conduce a donde vamos. Y hasta el puente más endeble se convertirá en una estructura fuerte y confiable, si nos atrevemos de verdad a pretenderlo.
Quiera Hashém -por el anhelo de Shalóm, de plenitud espiritual y física; por el camino de nuestros ancestros; por la belleza infinita de la sabiduría Verdadera- que seamos capaces de intentarlo y aptos para lograrlo.
con brajót,
daniEl I. Ginerman
Editor
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