01 setiembre 2006

[Ieshivah.Net] Matók MiDvásh #90 - Ki-Tetsé 5766 - Bastaría con que anheles volver a levantarte y caminar

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Matok MiDvash
Edición No. 90 - Elúl 5766 - Ki-Tetsé
(Devarím -Deuteronomio- 21:10 a 25:19)

"... y os Icé sobre alas de águilas, y os traje hacia Mí..."

el "hermano" de Luz que nos pesa dentro y nos oprime... porque está caído
Bastaría con que anheles volver a levantarte y caminar
Esta edicio'n esta' consagrada a activar la bendición para todos a quienes bendecimos con amor, y a la irrupción de Luz evidente y plena en la realidad de todas las buenas almas, para que accedan a la deleitable maravilla de la Teshuváh, y un tiempo de verdadero Shalóm abra sus puertas al mundo.

Javerím, queridos amigos, Shalóm:

Atención: TODOS LOS DIAS LUNES, be'ezrat Hashém, nos encontramos a compartir un estudio de Introducción a la Cabaláh en vivo. A las 20 hs. de Israel, en HaPalmá"j 6/6 (Ramat Rabin - Carmiel), y simultáneamente, en nuestro Beit-Midrásh virtualLas 2 clases que hemos dictado hasta ahora se hallan disponibles, en formato MP3, en el sitio del curso. Si está en tus manos, únete al proyecto y colabora con el sostén de este bastión en que buscamos juntos producir Brajáh

Todas las enseñanzas sobre la parasháh que acompañan a esta edición, se hallan disponibles en el curso "La Parasháh de la Semana", parashát Ki-Tetsé

En KolIsrael.Info empeñamos recursos y esfuerzo para darte una perspectiva limpia, kashér e inteligente de lo que no cesa de suceder en esta guerra.

Por Favor: Ayuda a expandir la verdadera comprensión de la oportunidad de GueUláh: distribuye este material entre todos a quienes creas que les hará bien, e invítalos a recibir Matók MiDvásh -enviar e-mail en blanco a matok-midvash-subscribe@egrupos.org - y las actualizaciones de KolIsrael.Info -enviar e-mail en blanco a kolisrael.info-subscribe@egrupos.org -; Hashém te de bendición por ello.

IMPORTANTISIMO LLAMADO SOLIDARIO: La fundación Keren Ora, dirigida por Rav Avraham Tzvi Margalit, está haciendo enormes esfuerzos por auxiliar a la población de Carmiel, muy cruelmente dañada por esta guerra, y a prepararnos para el caso de una "segunda vuelta". La necesidad de recursos es enorme, y muchísima la labor sagrada a cumplir. Para colaborar con esta urgencia de todos, dirigirse a http://help.carmiel.net/.


Dice nuestra parasháh (Devarím -Deuteronomio- 22:4): "No verás el burro de tu hermano o su toro caídos en el camino y los eludirás; levántalos con él". La referencia inmediata es a alguien que transporta sus mercaderías a lomo de animales; si un animal cae, el peso de la carga le impedirá levantarse por sí solo, al menos hasta que le hayan liberado de ella. De tal modo, "levantarlos" implica comenzar por desmontar de sobre ellos el peso que les aplasta; y una vez erguidos, si fuera del caso, su carga deberá ser acomodada nuevamente sobre ellos, para que el cometido de su viaje pueda cumplirse exitosamente aún. Y se desprenden de esta mitsváh varias enseñanzas importantes para cada uno de nosotros.

Muchos de los exégetas de la Toráh advierten que el primer objetivo práctico de esta mitsváh es evitar el sufrimiento de los animales; el segundo, es ahorrar a "tu hermano" las pérdidas materiales que este accidente le podría provocar.

Pero hay una condición ineludible para la mitsváh: "con él", advierte el final del verso de modo contundente. Quien acaba de sufrir un accidente en el cual uno de sus animales cayó bajo el peso de su carga, y no se puede incorporar otra vez por sus propios medios, está atrapado en ese punto del camino: no puede continuar viaje hasta donde se propuso llegar, hasta tanto haya reparado la situación, o haya dado a la carga y al animal por perdidos (sálvenos Hashém de ello). Quien se halla en semejante situación, es como si él mismo hubiera caído, puesto que los efectos de la caída de su animal se reflejan en su propio estancamiento, en su propia imposibilidad de moverse.

"Con él", dice la Toráh que debes ayudar a su animal, y desprender de sobre él la carga que le inmoviliza, y asistirle para que vuelva a estar en pie. Con él, con el hombre que ha caído, mano a mano. Porque la ayuda que brindes al caído, sólo tendrá sentido si él se quiere lev antar, si está decidido a aceptar tu ayuda y tu guía. Y es vano todo esfuerzo empeñado en levantar a quien no decide levantarse y enmendar la situación a cualquier precio.

"Tu hermano" se dice, en el lenguaje sagrado de la Toráh, "Ajíja" (alef-jet-iod-kaf), cuyo valor numérico es 39: el número de los patrones (o tipos) de labor requeridos para la construcción del Templo (de los que se desprenden los 39 tipos de labor de que nos abstenemos en Shabát). Treinta y nueve es, también, el valor de la palabra "tal" (tet-lamed)="rocío", que simboliza la cualidad vivificante de la Toráh, cuyo estudio atrae el fluido sagrado hacia nosotros.

A partir de aquí, podemos hacer una nueva lectura de nuestra mitsváh. El burro u el toro que hallas caído en el camino, pertenece al "39": al proceso de construcción sagrada de la GueUláh, y a ese "rocío" -fuerza que vivifica y da vigor-, que llega hasta tí por los canales que abre tu estudio de Toráh. Mas, ¿de qué clase de toro y de qué clase de burro se servirá este "39" para trasladar su "mercancía"?

La GueUláh -la última y completa Redención- llegará a nosotros, según nos ha sido legado, por vía de dos "Meshijím" (plural de Mashíaj); uno descendiente de Ioséf -José-, y el otro, descendiente de David. Hallamos en la Toráh que el toro representa a la descendencia de Ioséf (ver Bereshít -Génesis- 49 y Rash"i allí en el verso 6; Rashbá"m sobre Bamidbár -Números- 2:2; Siftéi Cohén sobre Devarím -Deuteronomio- 22:10, y otros), en tanto el burro representa al mashíaj hijo de David, "pobre y que monta sobre un burro" (Zejariáh -Zacarías- 9:9). De este modo, podemos volver a leer nuestro verso, y hallar que dice: Si hallas que la Luz sagrada y la labor de construcción de la GueUláh se hallan caídos, no los "eludas" (no sientas que no es tu responsabilidad, ni confíes en que ya vendrán otros tras de tí, menos "ocupados" o "a purados" que tú, y pondrán de su energía y de su tiempo para destrabar el proceso de la Redención); sino que "levántalos con él". ¿"Con él"?: ¡Tomando fuerza precisamente de la Luz de la Toráh y del proceso de construcción del Templo (del centro sagrado de tí mismo), levanta, yergue, haz revivir el camino del Mashíaj ben-Ioséf y del Mashíaj ben-David que caminan hacia nosotros!.

En el original de la Toráh, la expresión cuyo sentido hemos traducido por "levántalo" está dicha de modo doble: "hakém takím" (hei-kof-mem tav-kof-iod-mem), que significa literalmente "erguir erguirás" o "levantar levantarás". El valor numérico de ambas palabras juntas es 695, número cuya expresión más sencilla da por resultado la palabra "tirtséh" (tav-reish-tsadik-hei)="desearás" o "querrás". La actividad del Mashíaj y la apertura de cada etapa de su camino hacia nosotros toma fuerza de nuestro "deseo", de nuestro anhelo profundo y urgente de GueUláh, de nuestra voluntad de Verdad libre ya de la mentira, de nuestro compromiso con el Shalóm más absoluto y completo, que sólo puede nacer de la Revelación completa y la abducción final de toda oscuridad.

El significado profundo y trascendente de la acción de "levantar" física y/o espiritualmente al hermano caído aparece claramente reflejado en la expresión "iatsár neshamáh" (iod-tsadik-reish nun-shin-mem-hei)= "formó un alma", cuyo valor numérico es también 695. Rescatar a un alma que ha caído, atraer luz hacia el alma sagrada que se ha sumido en la oscuridad (ver al respecto Matók MiDvásh #44 sobre nuestra misma parasháh), equivale a dar o devolver la forma superior que dicha alma es capaz de alcanzar, a través de la enmienda de su conexión con la Luz de la Toráh; y quien tal hace, es considerado "socio" de Hashém en la creación del rescatado (ve r Bereshít Rabá 39:14 y Rash"i sobre Bereshít 12:5), al punto que "mekaiém Toráh" (mem-kof-iod-iod-mem tav-vav-reish-hei)= "da existencia a la Toráh", cuyo valor numérico 811 equivale a la expresión completa "levantar levantarás con él". Un pequeño paso más adelante hallamos el valor de lo que hemos hecho al levantar al "burro de tu hermano o a su toro", expresión que en su original en la Toráh tiene valor numérico 812, igual que "mekaiém brit" (mem-kof-iod-iod-mem bet-reish-iod-tav)="da existencia al Pacto".

Esta mitsváh se proyecta también al interior de cada uno, y viene a enseñarnos que, cuando veas que "tu hermano" -ese "treintaynueve" tuyo que equivale también a "Hashém Ejád"="Hashém es Uno" en el núcleo mismo de la chispa sagrada que te da vida- está caído, cuando notes que te falta alegría y por consiguiente voluntad, y que la oscuridad se cierne sobre tu vida; cuando sientas que la vida te pesa demasiado y no progresas hacia la felicidad de Shalóm pleno que anhelas... entonces, más que nunca, es el momento de resolver la situación del único modo en que es posible, y que para descubrirlo has llegado hasta aquí: "con él", con la fuerza de la Toráh y de las mitsvót, con la certeza de que el Creador Uno supervisa y conduce la realidad y sólo de El puedes aspirar a recibir la más completa redención.

Con él, "levantar levantarás": como hemos visto ya, comenzarás por desear profundamente liberarte de toda esta oscuridad y de todo este sufrimiento, y volcarás tu deseo hacia El; y aferrarás al "jamór ajíja"="el burro de tu hermano" cuyo valor numérico 293 equivale a "zikarón" (zain-iod-kaf-reish-vav-nun), que es la memoria hebrea cuya evocación activa el presente, y lo levantarás; y levantarás también a "shoró"="su toro", cuyo valor 512 equivale al de "dvekút" (dalet-bet-kof-vav-tav) que refiere a apegarte a l Creador; y entonces, con ambos aspectos del Mashíaj erguidos y celosamente activos, estarás obteniendo la nueva y perfecta forma de tu alma (como hemos visto que "levantar levantarás" equivale a "formó un alma"), y estarás dando existencia a la Toráh en el mundo porque el "burro" y el "toro" que has recuperado son la acción del Pacto sagrado que ha revivido en tu alma, que se solaza feliz por fin, en la fe plena y verdadera, en la senda diseñada para tí dentro del vasto camino de la GueUláh que recorremos en conjunto.

Sea Voluntad de Hashém que sepamos despertar a tiempo, cada uno y todos juntos; que hurguemos en nuestro interior en pos de ese "hermano" de Luz que nos pesa dentro y nos oprime porque está caído; y que evocando la memoria sagrada, aferrándonos al Creador Uno y a la verdad de Su Toráh, anhelando desde los pliegues más íntimos del alma Luz plena y redención de todo mal, arribemos a la Teshuváh. Y siendo que ésta tiene por ingredientes fundamentales la "Emunáh" (Alef-mem-vav-nun-hei)="fe" y el apego a la Ley de la "Toráh" (tav-vav-reish-hei) -¿será por ello que ambas palabras sumadas dan el valor de la palabra "teshuváh"?-, sepamos profundizar en ellas y contagiarlas con amor solidario por doquier, atrayendo así, cada vez "más todos" y cada vez más juntos, la GueUláh completa, muy pronto, en estos días en que el dolor no podrá borrarnos la sonrisa, Amén.

con brajót,

daniEl I. Ginerman
Editor
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parashah: Parashát Ki-Tetsé, por Abraham Leib Berenstein - 74 Mitsvót

Parashát Ki-Tetsé, por Abraham Leib Berenstein - 74 Mitsvót
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Friday, 1 de September de 2006, 15:34
 PARASHA KI SETZE

por Abraham Leib Berenstein

En esta parasha mas que en otras, hay muchas mitzvot que nos ensenia la Tora, 27 mitzvot para hacer y 47 prohibiciones , algunas de ellas son:

-El derecho del primogenito de recibir doble herencia.
-Shabes Aveida, cuando una persona encuentra un objeto perdido tiene que tomarlo y poner un cartel dejando los datos para que el que perdio el objeto, luego de describirlo y demostrar que le pertenece, pueda recuperarlo.
Aca en Israel como en otros lados de gente que cuida Tora y Mitzvot, es algo muy comun que la gente pone carteles anunciando que encontro diferentes objetos. A mi personalmente me paso varias veces que encontre cosas y las devolvi, como asi tambien que perdi cosas y me las devolvieron.
-Otra mitzva dificil de entender a simple vista ,pero que dice la Tora que alarga la vida es la de espantar a la paloma del nido y tomar los huevos o los pichones.
-Es una mitzva poner cercos en los balcones o terrazas para prevenir algun accidente.
-Tambien aparece la mitzva de los tzitzit que hay que poner en una prenda de cuatro puntas.
-Con respecto a relaciones prohibidas tambien habla de cuando se encuentra a un hombre que tuvo relaciones con una mujer casada, los dos tienen pena de muerte.
-La mitzva de darle un “guet” documento de divorcio a la esposa para luego casarse con otra.
-La prohibicion de cobrar entre judios todo tipo de intereses.
-La importancia que tiene cuando la persona hace un juramento, el cumplirlo lo antes posible.
-El dejar a los trabajadores comer del campo mientras trabajan.
-Si una persona secuestra a otra, la esclaviza y la vende, el secuestrador tiene pena de muerte.
-La Tora nos advierte de tener cuidado de no hablar mal de otras personas y nos recuerda el caso de Miriam que fue afectada con lepra por hablar de Moshe.
-La mitzva de pagar a tiempo. Uno tiene la obligacion de pagarle a los trabajadores a tiempo, como se haya estipulado.
-Tener especial cuidado de los huerfanos y las viudas y ayudarlos en todo lo posible.
-Indemnizacion por la verguenza que le puede causar una persona a otra.
-Tener medidas exactas, o sea , hacer negocios honestos y saber que Hashem sabe todo lo que pasa y por mas que la otra persona no sepa, Hashem si.
-El recuerdo de Amalek que lucho con el pueblo judio a la salida de egipto, ya que Amalek es lo contrario a la Tora y lo unico que hace es enfriar a las personas y pensar que no hay D-os.
-Shaatnez la prohibicion de tener provecho de la mezcla de lino con lana , tanto en las prendas como en otras cosas.
-La prohibicion de arar con un toro y un burro juntos. Dicen los Sabios que una de las cosas que aprendemos de esta prohibicion es que el toro es rumeante y por lo tanto mastica mucho tiempo su comida, sin embargo el burro no, por lo tanto el burro va a sufrir de envidia cuando vea que el toro tiene comida y el no.
El Rab Jaim Schmulevitz zt’l comenta que es una gran leccion en cuanto a la persona que tiene que ser sensitiva y no causar envidia al projimo.
Si tenemos que cuidar los sentimientos de los animales cuanto mas lo de las personas. Vemos que el toro no es que coma mas que el burro, el burro piensa esto pero es un gran error. Cuando hacemos o decimos cosas tenemos que cuidarnos de no hacer sentir mal a los demas.
Estas son algunas de las muchas mitzvot de la parasha que como siempre nos vienen a enseniar la forma de poder respetar al otro y poder vivir en base a la Tora, y disfrutar no solo en el mundo venidero de la recompensa principal, sino tambien en este mundo.
Comienza la parasha”cuando salgas a la guerra sobre tu enemigo y te lo dara Hashem en tu mano…..”
La explicacion simple habla de cuando el pueblo de Israel tenga que hacer guerras como actuar en esos casos.
El libro Netivot Shalom como otros libros explican que se trata de cuando la persona viene a este mundo de un mundo superior.
El alma se encuentra en un mundo espiritual y tiene que venir a este mundo a una guerra con su instinto del mal y que si no fuese porque Hashem se lo da a uno en la mano, nada podria hacer la persona por si misma.
Todo el paso por este mundo empieza cuando una sale a la guerra, o sea , en el momento del parto. Ahi nomas comienza una guerra entre el instinto del mal y del bien que toda persona tiene y culmina como todos sabemos el dia del juicio final de la persona.
Claro que lo mas dificil comienza a partir del bat o bar-mitzva de las personas, en los cuales ya tienen la obligacion de cumplir Tora y Mitzvot.
La persona viene a este mundo con un objetivo principal para cumplir.
Y como dicen muchos rabinos grandes, entre ellos el Gaon de Vilna, que lo principal de la persona en este mundo, es como dijimos varias veces, corregir sus habitos o cualidades.
Principalmente ahora que faltan unas tres semanas aproxim. para Rosh Hashana, donde cada uno de nosotros es juzgado para todo el anio, es importante que reflexionemos sobre nuestras vidas presentes y futuras.
Dijo el Staipler uno de los rabinos mas grandes de la generacion anterior, que todos los sufrimientos y todas las alegrias que va a tener la persona se decretan en Rosh Ashana, por eso tenemos que aprovechar los pocos dias que nos quedan para juntar meritos y tratar de cada uno en lo suyo mejorar y acercarse mas a Hashem, que como esta escrito, en este mes Hashem esta mas cerca que nunca de cada judio para poder recibirlo y ayudarlo a elevarse cada vez mas y mas.

SHABAT SHALOM

parashah: Parashát Ki-Tetsé, por Rav Daniel Oppenheimer - Violencia: Una sociedad que busca culpables

Parashát Ki-Tetsé, por Rav Daniel Oppenheimer - Violencia: Una sociedad que busca culpables
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Thursday, 31 de August de 2006, 23:42
 Parashát Ki-Tetsé
VIOLENCIA
Una sociedad que busca culpables

por Rav Daniel Oppenheimer

Los que vivimos en la Argentina, somos concientes de una creciente ola de violencia que se traduce en toda clase de hechos delictivos – desde el robo de camperas y zapatillas a jóvenes que salen de la escuela, pasando por la violencia en los colegios y por secuestros extorsivos, hasta la violación impune de mujeres de todas las edades. Nos conmueve el salvajismo, la brutalidad y bestialidad, la ferocidad y ensañamiento de cada episodio.

Cuando uno escucha las opiniones de la siempre tan sabia “opinión pública” que llama a los medios para hacer sentir su frustración (en particular cuando se trata de violaciones), uno se encuentra con toda clase sugerencias: pena de muerte, trabajos forzados, cárceles más grandes, castración, leyes más duras, una limpieza en la policía, etc.

¿Será nuevo este tópico? ¿No está ya previsto en la Torá? Si Ud. sigue atentamente la lectura de Devarim (Parshat Ki Tetizé), se encontrará con que la Torá se expresa al respecto y prevé el castigo que le corresponde a cada malhechor. Antes de seguir en el tema, quiero expresar una rectificación al modo de pensar de parte del público que ha asistido a clases que dicen ser de Biblia o Judaísmo en ciertos lugares en donde no se cree que la Torá es un Mandato Di-vino. En dichos lugares, cuando se trata alguna cuestión mencionada ya en la Torá, se suele declarar que seguramente, si se refiere al tema, esto indica que “sin duda habrían de ocurrir muchas circunstancias... (en este asunto, violaciones) porque la Torá necesite hablar del tema...” Este razonamiento es errado, pues está basado en la idea que la Torá es un texto (humano) que surge de una cierta coyuntura histórica, lo cual es totalmente inadmisible para el judío conciente y creyente, quien sabe que la Torá es Di-vina y atemporal: es decir que D”s la escribió para todas las épocas, y nos enseña a vivir en todas las eras cambiantes de la historia.
Esto es tan así, que acerca de ciertos casos de los cuales la Torá habla, los Sabios sostienen que éstos jamás se presentaron en la realidad, pero la Torá nos lo enseña igual, por todo lo que se desprende de esos casos que terminaron siendo hipotéticos.

Asimismo, la consideración de qué se llaman “muchos” casos, depende del nivel de tolerancia de quien se expresa.. En ese sentido, el público frecuentemente juzga a partir de la proyección de las experiencias propias... El hecho que la gente se siente alarmada en estos días por la ola de inseguridad, no es porque antes no habían homicidios y violaciones, sino porque tomó un vuelco mayor en el número de víctimas...
Pues para la Torá, un solo caso ya se llama “mucho” y no se tolera por el mero hecho de que hayan acontecido una sola vez. Así es el caso con la “Pilegeuesh beGivá”, una mujer que fue violada (Shoftim Cap. 20) y que creó tal repulsión entre los israelitas, que causó una guerra civil en la que cayeron decenas de miles de judíos.

El motivo de referirnos a este tema en esta ocasión, no es para proponer un castigo para los victimarios, ni para plantear solución rápida o mágica a ninguno de nuestros numerosos problemas.
Es más: Creo que aun si se llevaran a cabo una o todas las mociones disciplinarias que se mencionan y aun si se ajusticiara a todos y cada uno de los criminales, esto no serviría para disuadir (el miedo no educa...) ni para evitar que surjan nuevos que no tardarían en aparecer apenas se hubiese “limpiado” la sociedad. ¿Por qué? Veamos. Los criminales más desmedidos, no dejan de constituir la “punta del iceberg” de una sociedad que los produce con actitudes enfermizas, que pasaremos a enumerar.

Antes de seguir, quiero pasar a explicar una idea que nos legaron los Sabios del Mussar (Ética Judía) en base a un episodio del TaNa”J: La primer ciudad que los israelitas conquistaron al ingresar a la tierra de Israel, fue Ierijó. Dadas las características milagrosas de esta conquista, le estuvo vedado – por orden Di-vina – a todos los combatientes, servirse del botín de la ciudad con fines particulares. Todo debía ser consagrado al Santuario. En la próxima batalla – la ciudad de Ai – los israelitas fueron derrotados, cosa que sorprendió y amargó tremendamente a Iehoshúa – el sucesor de Moshé, pues D”s había asegurado que de perseverar dentro de la ley, vencerían fácilmente a sus adversarios cananitas. D”s amonestó al líder Iehoshúa diciéndole que “(el pueblo de) Israel había pecado y llevado del botín”. Después de investigar, se comprobó que quien había cometido esta falta había sido únicamente una persona - Aján. La pregunta obvia es: ¡¿Por qué D”s increpa a todo el pueblo?! La respuesta es que existe una responsabilidad colectiva en las acciones del individuo. Si todo Israel hubiera sido cauteloso en jamás tocar absolutamente nada de lo que no corresponde, tampoco hubiese surgido un Aján que tenga la temeridad de desafiar la expresa orden de D”s. El relajo generalizado en tocar las cosas ajenas, permitió que uno – Aján - se excediera hasta llegar a tomar del botín prohibido.
En forma análoga, es menester conocer y reconocer las faltas generalizadas de nuestro entorno, para – al menos – tomar distancia de estas debilidades morales e intentar nosotros y nuestras familias encaminarnos en el rumbo correcto – aun si esto implica en el sentido contrario al accionar del resto de la sociedad.

En lo que sigue, presentamos ciertas falencias generalizadas. Los síntomas nefastos que vivimos, son el producto de la combinación de estos puntos que sumados conducen a las consecuencias que sufrimos:

En primer lugar, debemos ser concientes que nuestro entorno presencia una enorme carga de escenas de crimen, tanto en la vida real por experiencias personales, familiares, compañeros o, simplemente, por mirar los noticieros. A esto se le suma la violencia de la vida simulada en las pantallas donde nunca faltan estas circunstancias que le dan “acción” a las películas. Aparte de brindar la oportunidad de imitación, toda esta exposición crea en las personas (menores, al igual que mayores de 18 años) un sentimiento de rencor por la impotencia ante la impunidad de los malhechores. A su vez, pontifica la toma de justicia en manos propias.

Se suma a esta situación el desinterés de los padres por dialogar con sus hijos en el marco adecuado y transmitir lo que ellos sinceramente creen justo y correcto. Las separaciones, las ausencias del hogar, el estar ocupado con otras cosas, la falta de tranquilidad por el cansancio por el trabajo y la incertidumbre económica y laboral y otra serie de excusas y pretextos adicionales, se suman para limitar el contacto inteligente de enseñanza de padres que – sin duda alguna – poseen más conocimiento y experiencia real de vida de la que están preparados a compartir.

En el plano social, se sufre una creciente exclusión, que se debe no solamente al factor económico, sino que se rehuye socialmente y laboralmente asimismo a quienes no cumplen con los requisitos estéticos corporales de una sociedad demasiado preocupada por la apariencia exterior física de las personas (en contraposición a su valor interior como ser humano).

En cuanto al pensamiento que conduce a las conductas específicas de nuestra sociedad de consumo, debemos percatarnos que la publicidad que mantiene en marcha el comercio, se sostiene a través de una idea de naturalidad obvia e indiscutible: la necesidad de satisfacer todos los apetitos – habidos y por haber – para ser felices. En este sentido, los Sabios ya nos advirtieron en el Talmud que respecto a nuestros deseos físicos “quien los mantiene con hambre - está satisfecho y complacido, mientras que aquel que los intenta satisfacer continuamente - siempre quedará descontento y decepcionado...
No hay manera de vencer a esa naturaleza. Más publicidad crea más apetitos y más resentimiento.

Junto a este factor, debemos entender que en todo lo relacionado a la atracción física entre varones y mujeres de por sí, una gravitación sana creada por D”s, Él Mismo brindó al ser humano la fuerza interna y las enseñanzas necesarias para conducir este instrumento tan potente para que sea utilizado para aquello para lo cual fue provisto. Tal es así, que por ese motivo el casamiento se llama Kidushín – por el potencial que tiene para crear un vínculo íntimo con la persona con quien cada ser humano construye su hogar y se complementa como persona íntegra y también para reproducirse y traer al mundo más seres humanos a quienes luego educará haciéndolos concientes de la imagen Di-vina de la que son portadores.
Normalmente, si bien el instinto de la atracción física entre varones y mujeres constituye un gran desafío moral, el ser humano puede superar ese reto en circunstancias normales y tranquilas.
Sin embargo, cuanto más sagrado (valioso y cercano a poder cumplir la Voluntad de D”s) es cierto elemento, tanto más la posibilidad de corromperse. Es así que la hiper-exposición, estimulación e incitación a la que se ven expuestas las personas por todos los medios, y exaltación y glorificación del desenfreno que es mostrado como una virtud, lo llevan a un descontrol moral en el cual pierde no solo la conciencia que está lastimando severamente a otra persona, sino que ni le importa exponerse a si mismo a las peores consecuencias.

Un borracho salió a conducir y embistió a un transeúnte. ¿En qué momento se tornó culpable de su acción? Al salir a conducir, ya no era consciente de lo que hacía. Su responsabilidad radica en haber bebido, sabiendo que de esa manera perdería el control sobre si mismo. ¿Y quienes lo rodeaban en aquel momento? Están comprometidos moralmente por haberle permitido salir con su automóvil en esas condiciones.

Asimismo, no es necesario ser un gran sabio para verificar que la “libertad de expresión” tiene un límite – que se alcanza cuando daña en lugar de construir. El hecho de “mirar hacia otro lado”, al desmerecer la fuerza indomable de la provocación, de la excitación y enardecimiento del ser humano hasta el punto de exacerbar sus sentimientos con todo lo que consume a nivel publicitario, convierte a toda la sociedad que la protege y apaña activa y pasivamente, en cómplice de lo que sucede como consecuencia.

Nuestra sociedad, se cree muy iluminada respecto a su actitud hacia las mujeres, quienes hoy tienen más oportunidades de auto-mantenerse con los recursos que generan. Sin embargo, esta misma sociedad, creó y sigue apoyando una actitud de considerar a las mujeres como objetos en lugar de verlas como personas. Las personas tienen un nombre y se distinguen y se califican por el valor de su fuero interior intelectual y moral. Son un “quién”. Las cosas, solo se ven por su funcionalidad, son un “qué” que carecen de identidad propia.

No es difícil hallar culpable a otro (quien sin duda carga con su propia responsabilidad).
Más comprometido es reconocer lo que nos toca a todos. Por eso dediqué este número a tan espinoso tema.

parashah: Parashát Ki-Tetsé, por Rav Daniel Oppenheimer - El Guet

Parashát Ki-Tetsé, por Rav Daniel Oppenheimer - El Guet
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Thursday, 31 de August de 2006, 23:40
 Parashát Ki-Tetsé
EL GUET


por Rav Daniel Oppenheimer

Andrés estaba feliz. Casi por error, se enteró que Mariana a quien conoció desde hace tiempo en un baile y de quien estaba enamorado, era judía. En realidad, no es que le molestara tanto a él porque nunca había terminado de entender la diferencia entre ser judío y no serlo. Pero, respetuoso de sus padres y, por sobre todo por el cariño al abuelo, es que hubiese preferido evitar ocultar una situación que les hubiese sido desagradable. El tema era que nunca había escuchado el apellido “Cassuto” (de su novia) antes y dudaba de si la muchacha era, o no, judía.
Fue Mariana la que se “jugó” al mencionar que su “abuelita” se había escapado del guetto y que le había contado lo difícil que había sido la vida de pogroms en Rusia. Un poco de investigación de por medio, reveló que ante la ley judía, Mariana era efectivamente judía. Así que fueron felices y se casaron “por templo”. Para los encuestadores, éste era un caso menos de “asimilación”.

Todo siguió feliz hasta que dejó de serlo. ¿Por qué iban a ser una excepción en un mundo de tanta discordia? Si tantos se separan, por algo será. Por lo tanto, después de “amarse” cada vez un poquito menos, peleándose también Andrés (que “le salió el indio”) y Mariana (que tampoco era siempre tan tranquila). Fueron a hacer los trámites correspondientes en el juzgado y se acabó. “Por suerte” no habían chicos de por medio, así que siguieron su vida cada uno por su lado.
Mariana conoció en el trabajo a otro “buen muchacho”, por casualidad, también judío. Ni a uno, ni al otro le interesó el tema del “casarse por templo” (la abuelita de Mariana ya vivía en un mundo mejor), aparte que era caro, por lo cual el Registro Civil fue más que suficiente. Se “casaron” y tuvieron dos nenes, que con el tiempo ya no fueron tan nenes y se interesaron por sus orígenes judíos. (Son esas cosas que les pasa a los chicos curiosos). Fueron a un “Club Judío”, de allí a una biblioteca judía. Pasaron unas vacaciones en Israel, se hicieron de amigos judíos que iban a cursos, vivieron los atentados y se les despertó esa chispa judía que los instó a buscar sus raíces y estudiar sus fuentes.
Empezó con el tema de los alimentos Casher. Luego vinieron los Tefilín. Más tarde, se iniciaron en la observancia del Shabbat. Y al final se enrolaron en una Ieshivá. Los padres, siempre democráticos, aceptaban los cambios mientras no los molestaran a ellos con “sus cosas”. Un día, conversando con su rabino, salió el tema del matrimonio previo de su madre. El rabino se puso pálido. Tenía ante sí un caso serio de mamzerim (que por ley judía, tiene muy limitada la opción de matrimonio). A su vez, aun si a los padres no les fuera relevante, al vivir sin Guet del matrimonio previo estaban cometiendo la grave violación de “Eshet Ish” (adulterio - una mujer legalmente casada con un hombre conviviendo con otro).
Al enterarse, Mariana se puso mal. Jamás alguien le había explicado algo acerca de la importancia del Guet (divorcio judío) y de sus consecuencias tan graves de no llevarse a cabo…

Si Ud. piensa que este relato es un caso aislado, querido lector, pues sepa que está muy equivocado. Lamentablemente, la ignorancia de la Torá y la desidia por enseñarla, provocan a diario situaciones como ésta. Y el problema crece continuamente. Algunos casos son creados por ignorar totalmente que el Guet existe y que es obligatorio. Otros, porque uno de los cónyuges utiliza este medio (la necesidad de llevar a cabo el Guet para rehacer su vida) para extorsionar al otro cónyuge y lograr un rédito económico de la persona a quien “amaron”, o simplemente por “venganza”...
Una de las “costumbres” reinantes en la actualidad, es condición de “separados” (“ni chicha, ni limonada”), en la que (posiblemente por la tan mentada “pelea”) no viven juntos, pero no llegaron a divorciarse. A ojos de muchas personas mal informadas, en este espacio se puede entablar lo que sería una futura relación. De una manera u otra, esta omisión se convierte en retroactivamente irremediable.

¿Qué puede hacer Ud.?
Pues - en primer lugar - difundir el tema para que el público conozca acerca de la trascendencia del Guet. Asimismo, cuando conoce algún caso de una pareja que lamentablemente se separa, llevarle esta inquietud. Lo más factible es que, entre la desilusión el agravio y quizás algo de vergüenza, en un principio no estén interesados en escuchar, pues lo sientan como una intromisión en su vida particular. Y si una de las partes se lo acepta, es muy probable que la otra se lo rechace (porque el abogado - quien no vive de los casos en que reina el Shalom Bayit - se lo recomendó...). Sea muy prudente y cauteloso en su estrategia - especialmente si una de las partes lo puede llegar a considerar a Ud. como partidaria o amiga de la otra, para que este tema no se convierta en un tema adicional en las diferencias que los separa. Si no sabe cómo transmitir la idea del Guet, consulte con alguien entendido.

El divorcio en si, mencionado en la lectura de Parshat Ki Tetzé (Dvarim 24:1), aun cuando sea tan frecuente en nuestros tiempos, es el último recurso de una pareja que no puede acordar los términos para conducir una vida de armonía y mantener así un hogar y una familia. El Talmud expresa que hasta “el altar vierte lágrimas” por quien divorcia a la esposa de su juventud. Esto dista de la levedad y ligereza con la que se deshacen los matrimonios en la actualidad. Por lo tanto, se trata de evitar en lo posible que se llegue a tal situación. Los criterios superficiales de esta época, hacen que la gente llame “amor” a simples pasiones coyunturales. La gente cree que esta fogosidad y entusiasmo son suficientes para formar una familia. Obviamente, esto no es así, y estos amores no pueden ser duraderos, pues las pasiones en si son sentimientos egoístas que distan de ser, si no es que contradicen, al verdadero amor.
Asimismo, ciertamente la mayoría de los divorcios se podían haber evitado, si las personas tuvieran una educación modesta y espiritual, pues en casi todos los casos que se escucha, no existe un tema de fondo que volvería incompatible a la pareja, tan así que imposibilitaría una vida con armonía en conjunto.
Quiero destacar en este contexto, que los contactos esporádicos y promiscuos de hombres y mujeres (no quiero denominarlos “vínculos”, pues no merecen siquiera ese significado), están prohibidos por la Torá y - aparte - son un factor determinante en la destrucción de la familia. La incidencia de posteriores divorcios es mucho mayor en las personas que han convivido antes del matrimonio, de los que han sido castos.

La pareja que contrae enlace de acuerdo a la ley de la Torá, (que involucra su noviazgo, manera de conocerse, etc.) tampoco está exenta de desafíos que puedan hacer peligrar su matrimonio (más aun, viviendo en la sociedad consumista que nos rodea). No obstante, con la ayuda de los Madrijim (guías) que los preparan para casarse y, si los contrayentes establecen un vínculo sano de confianza con un maestro que los guíe en su vida, al menos poseen un recurso importante que puede evitar en la gran mayoría de los casos que su amor termine en desastre. El hogar judío fue y no dejar de ser la preocupación principal que nos debe importar, pues constituye la fortaleza del pueblo de Israel. Durante dos milenios nos hemos sostenido como pueblo frente a los embates constantes de persecución, masacre y exilio, gracias a la firmeza de nuestros hogares.

Es menester tomar en cuenta que la escritura de un Guet es una cuestión muy sensible y delicada, y requiere de mucha experiencia y práctica, razón por la cual son contados los rabinatos que se dedican a hacerlo. Un Guet incorrectamente escrito o mal entregado, puede crear más dificultades que un error cometido en una Jupá.
Si bien el tema que tratamos hoy es sumamente patético, debemos tratarlo con la atención que merece, y - al mismo tiempo - rezar porque aprendamos a convivir en paz y armonía, en particular dentro de nuestros hogares.

parashah: Parashát Ki-Tetsé, por Rav Daniel Oppenheimer - Arroz con Leche

Parashát Ki-Tetsé, por Rav Daniel Oppenheimer - Arroz con Leche
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Thursday, 31 de August de 2006, 23:34
 Parashát Ki-Tetsé
ARROZ CON LECHE

(Y FUERON FELICES Y COMIERON PERDICES...)


por Rav Daniel Oppenheimer

En una conversación que tuve hace un tiempo con una alumna (que ya no era tan niña), le pregunté acerca de sus planes para el futuro. Me contestó que al terminar la escuela secundaria, quería cursar una carrera, encontrar trabajo, luego de lo cual buscaría una pareja con
“la cual se sintiera cómoda” y con quien podría llegar a casarse. Cuando le pregunté por qué se casaría, pensó y contestó: “porque todos lo hacen”.

Bueno, ¡no diría que me sorprendí por su respuesta! Son muchas las personas que no se cuestionan acerca de la razón por la que se casan. Saben efectivamente que se aman y que quieren formar una familia, pero no se preguntan por qué es necesario formalizar el vínculo entre ellos mediante una alianza (una Jupá). Es más, son a su vez muchos los que no ven necesidad alguna en establecer legalmente una pareja fija, siendo que la sociedad y la legalidad nacional aceptan hoy a los que viven juntos como un hecho natural moralmente aceptable

No obstante, volviendo a lo que decíamos antes, si una persona no tuvo en claro porqué se debe casar desde un principio, pues luego tampoco tendrá impedimento lógico alguno en disolver el matrimonio que la unió a la otra persona, porque en el caso de divorciarse también podrá afirmar que “todos lo hacen”, y al alegarlo, desafortunadamente no estaría tan lejos de la realidad (en los países “civilizados”).

Al mismo tiempo, la elección de la pareja no parece tener criterios claros. En la mayoría de los casos, la gente se casa “porque se ama” creyendo (o conjeturando) que ese amor los mantendrá unidos por el resto de sus vidas, cuando en realidad no necesitan mirar muy lejos para ver que ese argumento no se sostiene en casi ninguna pareja.
Si desean ser aun más sinceros, verán que muchos de quienes dijeron amarse profundamente en algún momento de su vida, terminan odiándose con aquella misma pasión que se reserva únicamente para ex-esposos y se cometen mutuamente más daño que sus peores enemigos.
Dado que las cosas son así, y más allá del hecho que la Torá permita el divorcio en ciertas circunstancias en las cuales no queda otro recurso, sería importante tomar conciencia de qué es lo que significa el matrimonio y, porqué la Torá insiste tanto al respecto.

¿Por qué, precisamente, en esta semana?
Pues la Parshá de esta semana, Ki Tetzé donde la Torá nos habla de amores pasionales (a primera vista - Devarim 21:11), de hombres que odian a sus mujeres (21:15), de matrimonio y de divorcio (24:1).

En la Torá se nos narra el episodio de l fallecimiento de Sará, la matriarca, y de la búsqueda de una esposa adecuada para su hijo Itzjak y del posterior enlace entre Itzjak con Rivká.
A muchos nos puede parecer extraño que Itzjak no pudiera buscar novia por su propia cuenta. Los Sabios nos explican que Itzjak no debía abandonar la tierra de Israel por ciertas razones espirituales, mientras que, por otro lado, las mujeres locales, que habitaban en Kna’an (el nombre previo de Israel) no eran aptas para Itzjak. Siendo esta la situación, Avraham encargó a su sirviente pidiéndole que vaya a Aram a buscar una muchacha que tuviera las características adecuadas. Pero... ¿cuáles características? El sirviente viajó hasta Aram. Cuando llegó definió su estrategia de la siguiente manera: después de dirigirse al aljibe de la ciudad, le pediría a una doncella que le sirva agua. Si ésta respondiera que le serviría no solamente a él, sino incluso a los diez camellos que lo acompañaban (y los camellos toman mucho agua cuando tienen sed), entonces sabría que aquella era la muchacha adecuada.


¿Cómo sabía el sirviente que, por el hecho de servir agua, se trataba de “la prometida” de Itzjak? Muchos Sabios coinciden en entender aquí que el sirviente de Avraham buscó una muchacha que tuviera las cualidades de generosidad y abnegación que caracterizaban a la casa de Avraham. Todos los otros rasgos, aparecen y desaparecen con el tiempo. La generosidad es una cualidad rara de encontrar y, aun más, difícil de incorporar cuando no se aprendió y se adiestró desde la niñez.
Cuando uno sigue la lectura de la Parshá, se encuentra con que “Itzjak trajo a Rivká a la tienda de Sará su madre, se casó con ella y la amó...”. Así que lo de Itzjak y Rivká no fue “amor a primera vista” ni “estar enamorado” - como algunos creen entiender hoy. No obstante, “y la amó” (es decir, que, a medida que estuvo casado con Rivká, la fue queriendo cada vez más).

¿Qué diferencia existe entre “estar enamorado” y “amar” a otra persona?

Estar enamorado, es una pasión que domina los sentimientos de la persona. D”s puso en nosotros la atracción física natural entre los hombres y las mujeres así como lo hizo con el resto del mundo animal. Esa pasión o infatuación es pasajera en todos los casos y no sostiene a la pareja a través del tiempo y de las dificultades.
“Amar”
- en cambio - es el sentimiento altruista generado por el intelecto y el deseo de hacer el bien, que lleva a la acción de entrega desinteresada.
Amar no es algo “que le viene a uno”, sino que requiere una fuerza de voluntad para privilegiar los intereses del otro por sobre los propios. Este amor genuino une a las personas y, aun más, al matrimonio. Bajo la Jupá, los novios se comprometen a asistirse mutuamente en toda circunstancia imprevisible hasta el momento. En la medida que ambos cónyuges repiten su preocupación por el bienestar del otro miles de veces a través de la vida se van uniendo cada vez más.

Para aquellos que se aman auténticamente, los problemas económicos como así también todas las circunstancias de adversidad, presentan nuevas oportunidades para brindarse uno por el otro y apoyarse mutuamente.
El argumento que las parejas se separan por problemas económicos es una falacia de una sociedad que mide todo con el ojo del egoísmo que la caracteriza en este “posmodernismo” occidental.
Gran parte de la dificultad en mantener unido el matrimonio radica, entonces, en que crecemos creyendo que la vida “normal” debiera ser siempre placentera sin interrupciones en el goce perfecto, ni momentos ingratos.
No aprendemos a vivir con frustraciones y fracasos. Muchas veces sentimos que “la culpa de todo lo que no nos agrada la tienen siempre los demás” (porque nosotros somos perfectos…).
La publicidad omnipresente de bienes que son inalcanzables para nuestro presupuesto y para nuestro corazón insaciable, alimentan continuamente nuestra insatisfacción a nivel material. Con esta mentalidad hedonista, es muy difícil que dos personas se sostengan, aun cuando fuesen fieles observantes de otros aspectos de la Torá - y más aun, si no lo son.

Podemos entender, entonces, qué significa que el amor entre Itzjak y Rivká fue aumentando a lo largo de sus vidas. Encontrar una persona con ideales afines a los que profesa uno mismo, con una escala de valores análoga, con proyectos de vida correspondientes, etc. no es fácil. Sin embargo, aun encontrando la otra “media naranja”, por más compatibles que fuesen espiritualmente, requerirán una dosis continua de esfuerzo para mantenerse unidos.

No obstante y volviendo a lo anterior, nos queda la pregunta del por qué del casamiento. Parte de la respuesta está en que cuando D”s creó al ser humano (a diferencia del resto del reino animal, del cual creó a priori muchos machos y hembras) dice el versículo que creó un “ser” inicial que luego dividió en dos, para que, en adelante, se volviera a unir (cuando una pareja contrae enlace) y “vehaiú le’basar ejad”, se convirtiera en una carne. Esto no se refiere a la unión física de los géneros para procrear, que no difiere de los animales. Respecto a los seres humanos, D”s los creó de “una pieza” para que mantuvieran una relación de mutua comprensión en la medida que se casaran y crecieran juntos. La necesidad de casarse es, no solo para la crianza de los niños quienes necesitan de la presencia y del cuidado de ambos padres para crecer mentalmente sanos (en el caso del judaísmo, es aun más importante, dado que nuestra conexión con Sinaí corre por vía de nuestros padres que nos la transmitieron), sino, incluso, para el propio desarrollo moral íntegro de cada hombre y mujer, que no se llaman “tov” (completos) hasta el momento de contraer matrimonio.

No es de sorprenderse entonces, que de este mismo versículo se aprendiera en el Talmud (Sanhedrín 57) acerca de la prohibición universal del incesto, adulterio, homosexualidad y cualquier otra aberración sexual. La particularidad en la manera de cómo fueron creados los seres humanos habla de su misión espiritual ineludible que pasa por el matrimonio. Habiendo enunciado todo esto, nos queda la preocupación de transmitir a nuestros hijos los recursos para que el día de mañana puedan establecer hogares con armonía. Depende mucho de nuestro estilo de vida, el conseguir que nuestros hijos puedan permanecer exentos de las influencias individualistas en boga, y seguir la tradición de construir un “Bayit ne’eman be’Israel”. En el caso de nuestro patriarca Avraham, pudo expresar tras el fallecimiento de su esposa Sará, que habían sido “kulam shavim letová” (todos parejos para bien) (Rash”í, según R. Jaim Schmuelevitz sz”l). A pesar de todos los momentos difíciles (las mudanzas de un país al otro, el hambre, la guerra, Sará fue estéril y también raptada dos veces, los problemas con la sierva, los vecinos de Sdom y Lot, etc.), Sará mantuvo su tranquilidad. A su vez, cuando Itzjak encontró esta misma virtud en Rivká, “quedó consolado tras la muerte de su madre”. Si lo logramos emular, entonces alcanzaremos el verdadero Najat (satisfacción) al que debiera aspirar todo padre judío.

parashah: Parashát Ki-Tetsé, por Rav Daniel Oppenheimer - Una carta al corazón

Parashát Ki-Tetsé, por Rav Daniel Oppenheimer - Una carta al corazón
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Thursday, 31 de August de 2006, 23:30
 Parashát Ki-Tetsé
UNA CARTA AL CORAZÓN


por Rav Daniel Oppenheimer

Querido Manuel!
(Podía llamarte con otro nombre, pero elegí este al azar).
Ya son tantos los años que nos conocemos y hoy debo escribirte por una razón muy importante.
No quiero entrar en tema sin previamente desear que todo esté bien contigo en todo sentido. Son muchos años desde que nos conocemos... Si bien no seremos lo que la gente llama “íntimos amigos”, de todos modos hemos sido compañeros en la escuela por mucho tiempo, y siempre que nos encontramos, recordamos épocas pasadas. Tú participaste de mi Bar Mitzvá y yo del tuyo. Tú asististe a mi boda y yo a la tuya. En todas estas ocasiones bailamos y nos alegramos uno con el otro.
Siempre recuerdo tu casamiento con Luciana. Lo tengo grabado en la memoria como uno de esos hitos felices y únicos en la historia. Se los veía tan contentos, tanto a vos como también a tu novia. Todos comentaban que Uds. eran la pareja ideal, que estaban “cortados uno para el otro”. No creo que se deba hablar de este modo, pero ambos eran “la envidia” de muchos. Creo que no conozco a nadie, que no haya pasado por vuestra casa para recorrer vuestros álbumes de fotos y disfrutar la proyección del video de la boda. Cuando me invitaste a ver la película, sentí - al ver tu cara - que por fin presenciaba el verdadero significado del amor platónico en toda su envergadura.
Me acuerdo también de las consultas que me hiciste varios años más tarde, cuando tu hijo mayor tenía que entrar al Shule y me preguntaste por el lugar al cual mandamos los nuestros. La vida siendo tal como la es, las circunstancias se dieron para que no nos veamos tan frecuentemente como antes.
 
No sé cuándo ocurrió ni cómo. Debido a que quise ser respetuoso de vuestra intimidad, no insistí en mediar en vuestro creciente conflicto cuando me dijiste “que se trataba de algo pasajero” y que “se iban a arreglar solos”, porque “en el fondo nos queremos mucho”. Evidentemente las cosas no se solucionaron y pronto nos enteramos que se había roto definitivamente la pareja. Nos dio mucha pena y nos culpamos porque “quizás había que haber hecho algo”. Como espectadores periféricos percibimos el dolor habitual de los padres de ambos, de vuestros niños y de Uds. mismos. Entendemos que ciertas personas influyentes intentaron enmendar las cosas... infructuosamente. En fin: cada uno hace su vida. Creímos ser considerados de la vida privada de cada uno y nuevamente no intervenimos.
Es triste decirlo, pero la reiteración de cualquier flagelo tal como este, entorpece nuestra sensibilidad. La tasa de divorcio no es excepción. Esto conduce a que escuchemos cada día de casos adicionales que aumentan la estadística irreversiblemente sin siquiera pestañar.
Recordamos el pasaje de los Sabios en el Talmud que dice que “aquel que divorcia a su primer esposa, hasta el propio altar (Del Sagrado Templo) derrama lágrimas por él” (Guitín 90. y Sanhedrín 22sonrisa.
 
Esperamos el inevitable divorcio civil y religioso. Dentro de lo tétrico de la situación, aun estábamos “alegres” que Uds. conocen la importancia de celebrar el Guet ritual y la gravedad de dilatar su entrega, como así también la severidad de la ofensa en contra de la Torá, de aquel que comienza a formar una nueva “pareja” sin llevar a cabo la ceremonia del Guet previamente. Dada la ignorancia generalizada de los preceptos más fundamentales del judaísmo, éste es uno cuyo desconocimiento ha causado más daños trascendentales e irreversibles en nuestro pueblo.
 
Cuánto me extrañé – entonces – y me angustié aun más cuando me enteré que estabas aplazando la entrega del Guet por ciertas diferencias económicas que tenés con Luciana.
Entiendo que cada separación acarrea muchos elementos de desilusión, sentimientos de fracaso, que se vuelcan hacia la persona a quien en algún momento más se amó. Es increíble la proximidad que tienen el aparente amor y el odio en estos casos.
No quiero entrar a juzgar quién de Uds. tiene “más razón”, pues sería un ejercicio fútil e inconducente. Suceden tantas pequeñas y grandes cosas en la privacidad de cualquier matrimonio, que evaluarlas retroactivamente suele ser de poco beneficio a esta altura.
 
Manuel!
No sé hasta cuándo especulas sostener esta situación confusa. ¡¿Piensas mantener esta pulseada hasta la eternidad?! ¿piensas que existen “ganadores y perdedores” en estas situaciones – se profundiza aun más la pérdida que todos están experimentando – incluso Uds. mismos – e incluso a nivel humano?
 
Si no fueras creyente y sensato, lo que sigue no debería interesarte; pero yo sé que aun cuando en ocasiones no manifiestas públicamente tu religiosidad, en el corazón sí tenés un sentimiento muy judío y fiel. Estamos a pocos días de Rosh haShaná y Iom Kipur. Todos los años se nos juzga. Aun si acumulamos un grueso prontuario en el año, D”s es condescendiente con nosotros si somos “ma’avir al haMidot”, nos sobreponemos a nuestras inclinaciones impulsivas de rencor.
¿Qué responderíamos ante D”s para explicarle esta situación? ¿que ella “tiene la culpa de todo”? ¿que sos un santo? ¿que ya te olvidaste que los momentos más felices de tu vida los compartiste junto y gracias a ella?
 
Creo que es útil mencionar que desde el momento en que contrajeron matrimonio, vuestras vidas se han ligado una a la otra. El modo legítimo de desvincularse es el Guet. Sujetar y dominar la vida del otro mediante la retención del Guet es grave. Ni la vida de uno ni la del otro es eterna. Quienes creemos en D”s, sabemos que deberemos rendir cuentas por todos nuestros actos ante el Trono Celestial. Si Luciana posee virtudes (y no me cabe duda que no te casaste y viviste durante años con una pecadora irreverente), merece rehacer su vida y si no recibe su Guet - que está en tus manos, esto no juega a tu favor...
 
Regreso al tema del amor al que hice referencia antes, en relación a tu boda. Quizás pueda sumar a esta altura una historia maravillosa que relata el Talmud:
“La esposa de R. Iosi haGlilí era una mujer con quien era muy difícil convivir. Las cosas llegaron a punto tal que el matrimonio se disolvió. Ella volvió a contraer matrimonio con una persona muy necesitada. Mendigando por la calle, ella evitaba la casa de su ex-marido por vergüenza a enfrentar y a recurrir a la persona a quien le había causado tantas dificultades. Su nuevo marido insistió. R. Iosi haGlilí, al advertir su deplorable situación, los recibió bien y se ocupó de suministrarles su menesteres”. Uno de los elementos más interesantes de esta anécdota, es que el Talmud la menciona vinculada a un versículo que vamos a leer en Iom Kipur a la mañana: “y de tu carne no te abstraerás” (Ieshaiahu 58:7). Aun después que R. Iosi haGlilí había divorciado a su esposa con quien la coexistencia había sido imposible, no dejó de considerarla “su carne”.
 
No me cabe la menor duda que nuestra visión posmoderna de lo que es el amor es muy limitada, muy posiblemente debido a la influencia de novelas que hablan de los sentimientos más egoístas de auto-satisfacción y hedonismo en términos de amor. El Talmud lo ve distinto. El amor, en su manifestación más pura de grandeza, se demuestra cuando una persona no guarda rencor ni toma venganza. Muy a lo inverso de lo que puede sugerir la superficialidad contemporánea, el valor, el heroísmo y la valentía (Guevurá, en hebreo), no importan por la publicidad y la cantidad de personas que se enteran de lo ocurrido, sino por el esfuerzo y la dificultad en vencer los obstáculos y ataduras internas que impiden que uno realice un acto correcto.
 
Quiero aclarar, asimismo, que la demora en hacer el Guet, lamentablemente trae aparejado el grave “relajo” en la prohibición de acercarse a otros hombres y mujeres – respectivamente – no menos que cuando los miembros de la pareja vivían juntos, pues por la ley judía están casados y rigen todas las cláusulas establecidas en la Ketuvá (de mantenerla y asistirla) sobre la cual juraste solemnemente en el Templo bajo la Jupá. Si bien la falta cometida en este aspecto pertenece a quien la cometió, no está exenta de responsabilidad la persona que lo arrinconó al otro a tal situación.
 
Supongo que pueden haber otros – posiblemente “amigos” y familiares, que te aconsejen distinto a lo que opino. Este es un problema que vos – y solo vos - podés resolver. Y es una situación terriblemente desafiante a cuyo feliz término, no cualquiera puede acceder.
 
Manuel!
Te quiero mucho y confío en que con tu madurez, estarás a la altura del desafío.
Tu amigo
 
 
 
(Nota: este texto fue escrito - por razones de practicidad - dirigiéndose a un hombre, pero podría haberse dirigido igualmente a la situación triste de una mujer que no acepta el Guet de su marido. Responde a la presencia de casos en que maridos o esposas entorpecen la entrega del Guet a modo de coerción para lograr algún fin que creen justificado. Las leyes de la Torá fueron dadas para ser obedecidas y para vivir una vida en armonía aun en situaciones desagradables como la del divorcio de una pareja y no para ser abusadas en contra de otra persona.)
 
R. Baruj Ber Leibovitz sz”l tenía una hija casadera. Demoró varios años hasta que encontró un muchacho adecuado para su hija. Como era costumbre en aquella época, el joven regresó a su Ieshivá hasta el momento del casamiento. Un día, sin previo aviso, R. Baruj Ber recibió un paquete. Era del novio quien devolvía todos los obsequios y anunciaba el corte del noviazgo sin razón alguna. R. Baruj Ber estaba destruido, pero no podía evitar informarle las tristes noticias a su hija.
Pasaron los años. Un día recibió una carta de quien pudo haber sido su yerno. Estaba postulándose para el cargo de rabino en cierta ciudad y necesitaba su recomendación. R. Baruj Ber se esmeró y redactó una hermosa carta. Una vez terminada, pidió a dos de sus alumnos que la leyeran. Al analizarla, los muchachos se asombraron por la cantidad de elogios que había volcado sobre el candidato. Tampoco entendían por qué R. Baruj Ber les pidió que la examinaran. “Yo temía que dado el dolor que me causó, no escribiría todas las mejores loas” – explicó – “es esa la razón por la que les pedí que controlaran que yo no haya vertido algún sentimiento de sufrimiento en la recomendación.”

 
Esto es grandeza.

parashah: Parashát Ki-Tetsé, por Rav Daniel Oppenheimer - El mejor amigo del hombre

Parashát Ki-Tetsé, por Rav Daniel Oppenheimer - El mejor amigo del hombre
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Thursday, 31 de August de 2006, 23:22
 Parashát Ki-Tetsé
EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE

por Rav Daniel Oppenheimer

Este “Ajdut” quisiera dedicarlo a un mundo que nos es sumamente cercano, y que, sin embargo, nos suele parecer un tanto ajeno a nuestros deberes como judíos. Me refiero al mundo animal, al cual aluden numerosas Mitzvot de la Torá. ¡¿El mundo animal?! ¡Sí, señor! Muchas de las Mitzvot, las debemos practicar en relación con los animales. No nos vamos a dedicar en este momento a los Korbanot (ofrendas), (ni a la costumbre de muchos de visitar el zoológico en Jol HaMoed...) sino a la vida cotidiana. Sin embargo, antes de entrar en el tema de los preceptos puntuales, debemos ubicar al ser humano (que somos nosotros) en su posición frente a los animales. En el génesis del universo, se habla del ser humano como aquel que recibe las guías del Todopoderoso acerca del rumbo que debe tener el cosmos en su totalidad y la responsabilidad del hombre frente a las demás creaciones. En aquel momento trascendental, D”s le advirtió que “señoree sobre los peces del mar y las aves del cielo... (Bereshit 1:26 y 28)”. “Lo has hecho gobernar sobre Tu creación, todo has colocado bajo sus pies” (Tehilim 8:7-9). Nuevamente, después del gran diluvio que ocurrió en la época de Noé, D”s declaró (Bereshit 9:2) que “vuestro temor y pavor será sobre todo animal en la tierra y toda ave en los cielos...” (Bereshit 9:3) “todo reptil que vive, a vosotros servirá para comer, como la verdura de hierba...”. De estos versículos queda bastante claro, que el mundo animal está a disposición de los seres humanos para utilizar y para consumir. En los distintos escritos de los Sabios, encontramos que las creaciones se clasifican en cuatro categorías que son cada una superior a las anteriores: los elementos inertes, los vegetales, los animales y el hombre. Este último que se denomina “medaber”, o sea parlante, supera a todas. “¿Has visto alguna vez un bicho o ave que tengan un oficio?” - pregunta R. Shimon ben Eleazar en la Mishná al final del tratado de Kidushin (4:14) - “sin embargo, se alimentan sin aflicción, y estos no han sido creados sino para servirme, mientras que yo fui creado para servir a mi Creador (es decir que vivo en un plano mas elevado). ¡¿No debiera estar provisto mi sustentoa al menos tan disponible como el de ellos?! Sin embargo, he corrompido mis acciones y frustré mi manutención”. La visión de los Sabios en cuanto al rol honorífico y diferenciado del hombre frente al animal, es sumamente claro. “Si no hubiese sido entregada la Torá, hubiésemos podido aprender la conducta recatada de los gatos, la abstención del robo de las hormigas, la fidelidad hacia la pareja de las palomas y la conducta conyugal de las gallinas” (Talmud Kidushin 100sonrisa. “Iehudá ben Tiemá dice: Debes ser valiente (ante la adversidad externa) como una pantera, ingrávido (suave con la gente) como el águila, rápido (diligente con el cumplimiento de los preceptos) como el ciervo y fuerte (firme en las convicciones) como el león para cumplir la voluntad de tu Padre del Cielo” (Pirkei Avot 5:23, explicado a base de “Visions of the Fathers” de Rav Avraham Twersky M.D.- Artscroll/Mesorah)) “El buey conoce a su dueño y el asno el pesebre de su amo; mas Israel no quiso conocer... (Ieshaiahu 1:3) Dada su inteligencia, el ser humano debe poder contemplar (hasta discernir lo positivo de sus conductas) y emplear a todos sus subalternos en su propia misión divina, moral, libre y soberana, sin abusarlos en el modo que no corresponde. ¿Qué es lo que no corresponde? - pregunta Ud. Bien. La Torá nos hace saber, mediante varias leyes, que todo tormento y suplicio causado innecesariamente a los animales está prohibido. Si bien existe una discusión en la Mishná acerca de si esta prohibición es de orden bíblico o rabínico, la definición legal queda como la primer postura: Causar dolor superfluo (Tza’ar ba’alei jaim) al animal es una prohibición bíblica (Maimónides Mishné Torá, Hiljot Rotzeaj 13:8). El pueblo de Israel no ha conocido cazadores de animales como lo fueron los “caballeros” de la Edad Media y la aristocracia de la Edad Moderna. Las corridas de toros y las riñas de gallos, pertenecen a otras culturas. Varias de las leyes que nos enseñan a tener consideración especial con la aflicción del animal, están en Ki Tetzé. Otras están ubicadas en otros sitios de la Torá. El orden que seguimos a continuación al enumerar los preceptos no corresponde a la secuencia en la cual se encuentran en el texto de la Torá. Veamos: “No deberás colocar un bozal al toro cuando está trillando” (Devarim 25:4): pues el toro ve las espigas que trilla, pero no puede comer. “No ararás con el toro y el asno juntos” (Devarim 22:10) según algunos: el asno mira cómo el toro rumia y vuelve a masticar, mientras él tiene la boca vacía. “No verás al asno de tu hermano o a su toro caídos en el camino... ciertamente lo ayudarás a levantarlos” (Devarim 22:4). Al encontrarse simultáneamente con esta última Mitzvá y aquella que ordena a asistir a otra persona a cargar los bultos sobre su asno, dado el dolor del asno caído, se deberá priorizar a aquel que sufre (Talmud Baba Metzia 32sonrisa. “Si te encontraras con un nido de pájaros en el camino... no tomarás a la madre que está con los hijos...” (Devarim 22:6). El tema no se agota aquí, pero alcanza para darnos a entender el compromiso que nos incumbe respecto al cuidado de estos seres que son inferiores a nosotros y que D”s puso a nuestra disposición. Antes de pasar a un incidente aleccionador del Talmud, sería útil agregar que los Sabios han desplazado ciertas leyes rabínicas en situaciones en que chocaban con Tza’ar ba’alei jaim. Rabi Iehudá HaNasí estaba estudiando, cuando un ternero - que estaban llevando para carnear - se escapo y ocultó bajo la vestimenta del Rab. R. Iehudá lo alejó y le dijo que fuera con sus dueños, pues para ese fin había sido creado. Desde aquel momento comenzó a sufrir espantosamente. Su padecimiento persistió por trece largos años y no se calmó hasta que ocurrió otro episodio: la empleada estaba limpiando la casa y, en algún rincón se habían refugiado unas crías de comadrejas. Cuando R. Iehuda vio a la empleada barriendo a las crías con la escoba, intercedió para protegerlas, diciendo: “Su misericordia (se extiende) sobre todas las criaturas” (Tehilim 149:9). En aquel momento, desaparecieron los sufrimientos que lo torturaban. (Talmud Baba Metzia 85.)
¡Qué importante esta lección! La mayor jerarquía del hombre, se traduce en mayor responsabilidad. Nuestros líderes: Ia’acov, Moshé y el rey David, fueron pastores. El Midrash nos cuenta que Moshé fue declarado digno de guiar a su pueblo, después que demostró su preocupación para con las ovejas. Por otro lado, Noaj (Noé), perdió su encumbramiento (de haber sido el salvador de la humanidad), cuando expresó al cuervo (que no quería alejarse del arca por miedo a arriesgar la continuidad de la especie): “¿Y quién, acaso, te necesita?”
El único espacio en que las proporciones de los sentimientos encuentran un equilibrio perfecto, es la Torá. En la edad contemporánea, nos encontramos con el extremo del absurdo, cuando los nazis, asesinos de hombres, mujeres y niños, prohibieron la Shejitá (modo ritual de faenar) por no responder a los lineamientos de su “sociedad protectora de animales”... El profeta Hoshea (13:2) los singularizó: “los que sacrifican personas, besan animales”.
La gente suele decir que el perro es “el mejor amigo del hombre”. ¡Qué triste! ¡Qué mal habla esto de nosotros. El perro suele ser fiel al amo (aun si fuera cruel y desalmado), pues responde al instinto que D”s le confirió. No tiene otra opción. ¿No debiera el hombre mismo ser “el mejor amigo del hombre” (su prójimo) por elección moral? ¿Es que solo en el animal, encuentra el hombre un “mejor amigo”? Posiblemente el versículo de Tehilim (49:21) nos dé la respuesta: “Cuando el hombre, que vive en su gloria, no quiere comprender (su potencial, prestigio y preponderancia espiritual con las consiguientes obligaciones), pues se compara a un animal sin vida” (“El animal no domina al hombre, sino cuando intuye que este se le asemeja” - Talmud Shabbat 151sonrisa ¿Será, quizás, que el ser humano perdió el timón?

parashah: Parashát Ki-Tetsé, por Rav Daniel Oppenheimer - Hasta los 120 años

Parashát Ki-Tetsé, por Rav Daniel Oppenheimer - Hasta los 120 años
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Thursday, 31 de August de 2006, 23:20
 Parashát Ki-Tetsé
HASTA LOS 120 AÑOS
(anteriores con este título Ajdut 92, 134 en www.ajdut.com.ar)

por Rav Daniel Oppenheimer

Hay temas cuyo abordaje es fácil, y otros que no lo son tanto.
Hemos tratado en numerosas ocasiones cuestiones relacionadas con la esencia del ser humano, y la definición que expresa la Torá respecto a su formación de cuerpo y alma (Bereshit 2:7): que unidos funcionan como “persona”. El alma del hombre es eterna y no termina con la vida física de cada individuo en este mundo.
No así el cuerpo. Cuando el ser humano ha cumplido los años asignados a vivir su vida corpórea en la tierra, se despoja del cuerpo y pasa a una dimensión que no podemos describir en términos empíricos familiares a nuestro conocimiento. Sabemos qué sucede con el cuerpo cuando el alma lo abandonó: Sin el alma, pierde su función.
¿Cuáles son las obligaciones de los demás respecto a aquel cuerpo inerte? Ya en el pasado, tratamos algunas nociones que permiten relacionarse con el significado y la práctica del duelo de los deudos. Lo que sigue, continúa con aquella línea, sin pretender que se entienda como un referente de Halajá. Los Rabinatos responsables de cada institución que se dedica a estos temas, podrán facilitar la información halájica necesaria para responder a consultas puntuales del orden ritual. Esta hoja, solamente aspira a acercar algunas indicaciones dentro de un tema que suele estar cargado de misterio e incomprensión.
La obligación de darle sepultura al cuerpo humano está en la Torá: Dvarim 21:23. En ese pasaje, se nos enseña que no se debe permitir pasar la noche sin enterrar el cuerpo. Si bien en ese párrafo la Torá se refiere a un reo que ha sido sentenciado a la pena de muerte, en los libros que codifican las Mitzvot, se lo menciona como fuente para la obligación de dar sepultura a todas las personas fallecidas (Jinuj 537). En Bereshit, encontramos que nuestro patriarca Avraham pagó el precio que correspondía - y con exceso - para comprar una parcela a fin de enterrar a su esposa Sará (Bereshit 23:16).
El momento de la sepultura suele ser desgarrante para los familiares, y esto dio aun más espacio para que se confundan las prioridades y los conceptos.
Por un lado, está la predisposición de algunos de flagelarse ante la muerte de un ser querido. La Torá lo prohibe (Dvarim 14:1). Por otro, está la tendencia de distintos grupos de cuidar la estética del momento: colocar flores en el sitio de la tumba (hoy no acostumbramos a adornar con flores), o preocuparse por la condición ornamental del lugar: de ahí la idea de los “cementerios parque”, descuidando las reglas que existen respecto a cómo deben ser las lápidas desde el orden halájico.
La idea que nos brinda la Torá respecto a esto está basada en que el cuerpo es un ente sagrado que ha servido su función como envoltorio del alma, y que ha cumplido el ejercicio de llevar a la práctica las acciones que el alma dictó. Como tal, merece su respeto, no menos que cualquier objeto sagrado que ha pasado a desuso. O sea, que no estamos “descartando” algo que ya no nos sirve, sino que estamos dando honor a aquello que ha quedado en forma física de quien ha conformado una imagen Di-vina. Se atribuye al momento que transcurre entre el fallecimiento de una persona y su posterior sepelio, cierta conciencia y acompañamiento del alma que se ha desprendido de él. La acción de la inhumación en sí, se considera como si fuera el acto de “plantar” para la futura vida de aquel ser humano que revivirá en el momento de la resurrección de los muertos (como sabemos por el décimo tercero de los 13 axiomas del judaísmo).
Recordemos, pues, que del mismo modo que en cualquier otro aspecto de la Torá, también aquí existen leyes y códigos muy precisos de cómo se debe proceder. Cabe mencionar, asimismo, que todo acto de honor que se lleve a cabo para el fallecido, se describe como “Jesed shel Emet”, (una acción de bondad que no se podrá reciprocar), por lo cual ha sido considerada en todas las épocas cómo una signo de nobleza, a la que se han dedicado las personas más ilustres de cada comunidad. Trataremos de transmitir someramente algunos de ellos. Vayamos, entonces, paso por paso, para explicar algunos términos.
Shmirá:

El Shomer (quien hace la “Wache”) es aquel - o aquellos - que cumple con el deber de cuidar el cuerpo desde el deceso hasta el sepelio. Tradicionalmente, quien observa este precepto, en tal lapso recita capítulos de los Salmos. En ese lugar se debe mantener el respeto cuidando lo que se dice. Entre otros factores, se toma en cuenta el cuidado de no estudiar Torá frente al difunto, pues este acto constituye una burla hacia aquel que ya no puede observar Mitzvot (Mishlé 17:5).
Quién puede ser sepultado en el cementerio judío:

El Talmud establece que no se entierra a un santo en la proximidad de un malvado (Sanhedrin 47.). El alcance de esta disposición, excede a esta hoja, pero basta con decir que por ese motivo hay sectores en el cementerio en donde se sepulta a quienes han observado el Shabbat. Asimismo, cabe destacar que está absolutamente prohibida la cremación de los cuerpos, y que ello incide en el impedimento de dar sepultura a los restos incinerados en el cementerio israelita (Seridei Esh II 123-124). También el suicidio está claramente censurado de acuerdo a la Ley de la Torá, razón por la cual se torna en ciertos casos en un obstáculo a su inhumación (Shulján Aruj Ioré Deá 345:2).

Uno de los interrogantes más frecuentes en estos tiempos, es lo vinculado con los tatuajes que se han puesto de moda (en el “conocimiento” popular, se dice que una persona tatuada no es sepultada en el cementerio israelita, y se difunden habladurías aun más aterradoras). Esto no es así. Efectivamente está totalmente prohibido lacerar el cuerpo con tatuajes, tal como dice la Torá en Vaikrá 19:28 (Shulján Aruj, Ioré Deá 180:1), pero ello no impide que se le dé sepultura al judío que ha trasgredido esta norma.
Cuándo debe llevarse a cabo la sepultura:

La ley (Shulján Aruj Ioré Deá 357:1) requiere que se dé sepultura al cuerpo lo antes posible, a menos que la demora se deba al honor que se le quiere dar al fallecido. Como en todas las cuestiones mencionadas, se debe consultar con una autoridad halájica también en este caso.

Ataúd:

¿Por qué el ataúd debe ser de madera? El objetivo es que el cuerpo se reintegre lo más expeditivamente posible a la naturaleza. Un féretro simple de madera facilita la Kvurá b'Karka, su retorno a la tierra, de la cual nos originamos físicamente. No así los féretros de metal.

Tahará:

La palabra “Tahará” significa purificación, y en este caso, se refiere al lavado y vestido del cuerpo del fallecido de manera digna por los miembros de la Jevrá Kadishá, al tiempo que se recitan los versículos correspondientes a esta ceremonia y los Salmos pertinentes. En el caso de fallecidos varones, quienes cumplen con esta Mitzvá, son hombres, y en el caso de las mujeres, lo llevan a cabo los miembros femeninos de dicho grupo. Solamente se permite que se constituyan como miembros de estas organizaciones a gente sensible, devota y apegada a la Ley. Característicamente, son personas que están dispuestas a dejar cualquier menester personal, a fin de asistir en una urgencia de esta índole.
No está permitido utilizar cosméticos, ni otro medio artificial de belleza en este preparativo.

K'riá y Tziduk haDin:

La K’riá se realiza desgarrando la ropa en señal de luto (dependiendo del parentesco, cambia el lugar de la ropa). Lo deben hacer los familiares directos, y de acuerdo a nuestra costumbre en los instantes previos a la sepultura, pero en casos especiales hay leyes que establecen esa norma. El Tziduk haDin es la expresión verbal del reconocimiento de la Autoridad Di-vina que ha determinado la triste situación que se acaba de vivir

Mortaja:

Los Tajrijim son las vestimentas con los que se viste el cuerpo. No tienen bolsillos, pues nada material acompaña a la persona en este “tránsito”. Según nuestra costumbre los hombres vestimos este Kittel en los días de Rosh HaShaná y Iom Kipur durante los rezos en la sinagoga. El hecho de la uniformidad de esta vestimenta simboliza la igualdad y pureza.
La analogía del momento de utilizar esta indumentaria en los días de Juicio Di-vino y en el entierro, permite al judío reflexionar en los Iamim Noraím acerca de la finitud de la vida física, y también dar la pauta del hecho que el alma está a punto de presentarse ante el Tribunal Celestial a rendir cuentas de sus actos en este mundo. También el Kohen Gadol (Sumo Sacerdote) vestía ropa de lino blanca al ingresar en Iom Kipur en el Kodesh ha Kodashim (el sitio de mayor sacralizad) en el sagrado templo de Ierushalaim, para pedir bienestar por el pueblo de Israel.

K'vurah:

También la participación al colocar el ataúd en la tierra y su posterior protección, se consideran como una gran Mitzvá. El retorno del alma a Su fuente, es correspondiente a la restitución del cuerpo a la tierra, tal como está mencionado: “el polvo vuelve a la tierra como fue, y el alma regresa a D”s, que la dio” (Kohelet 12:7).
Según la Ley Judía, si una persona pidió no ser sepultada de este modo, de ninguna manera debe ser respetado su deseo.
Como aclaramos al comienzo, tocamos en esta ocasión un asunto no muy simple. Dada la confusión de la gente en tantos aspectos, esto también requirió su espacio. Es importante que quede claro: el hecho de colocar un Maguén David en la puerta y en la publicidad, o aun la auto-denominación de “Cementerio Judío”, no lo convierte en tal. El Shulján Aruj invierte más de 60 capítulos en temas relacionados al duelo y la sepultura. Es triste que muchos de nuestros hermanos no sepan que en esto también se debe respetar la Halajá. Los inmigrantes que llegaron a este país hace más de un siglo, de inmediato han consagrado tierras para esta importante Mitzvá.
Que se cumpla en nuestros días, aquello que dice: (Ieshaiahu 25:8) “tragará para siempre la muerte, y borrará D”s las lágrimas de todo rostro”.