11 enero 2008
parashah: BO - ¡No mates a tu hijo!, por Malcah Canali 5768
parashah: Re: BO, La tradición oral.
Re: BO, La tradición oral. de Josefina Navarro - Friday, 11 de January de 2008, 06:01 | |
B''H Shalom Javer, Malcah por el momento no puede atender personalmente tu requerimiento, con el favor del Eterno y por medio de la tzedacah de un estudiante anónimo, podrá contar pronto con un ordenador y tal vez con una conexión a internet incluso... Entonces, curiosamente son las propias palabras de Malcah las que te van a responder... porque ella junto a su esposo Diego Yaacov, de bendita memoria, escribieron un texto a ese respecto. Necesito unos días para localizar dicho artículo,que todavía está en cola para ser editado y publicado proximamente, cuando buenamente se pueda. Así pues aquí queda pública mi promesa, te ruego que si tardo en hacerla efectiva, con toda confianza me lo recuerdes. Shabbat shalom¡ Josefina |
parashah: parasha BO transliterada
parasha BO transliterada de itzjaq cortes - Friday, 11 de January de 2008, 04:36 | |
Shalom Javerim |
10 enero 2008
parashah: BO, La tradición oral.
BO, La tradición oral. de medardo antonio lopez - Thursday, 10 de January de 2008, 19:45 | |
Shabat Shalom. |
Barranquilla: Re: Profundizando sobre Tu Bishvat.
Re: Profundizando sobre Tu Bishvat. de edilberto castellano - Thursday, 10 de January de 2008, 19:37 | |
Los hombres al ser arboles debemos estar atentos a las plagas como en la planta del cafe la roya le hace mucho daño y usar los mejores plaguicidas: TORA, TFILOT Y JESED. Tenemos que fortalecernos para salir victoriosos ante la plaga de la asimilacion que ataca cuando uno piensa que esta lo mas rociado de plaguicidas. Shalom ubraja |
09 enero 2008
Barranquilla: Profundizando sobre Tu Bishvat.
Profundizando sobre Tu Bishvat. de Edwin Asher Ben Eliyahu - Wednesday, 9 de January de 2008, 06:38 | |
בס"ד
Cabalá y Vida Moderna- Viviendo con el Tiempo El Arbol de la Vida
Tu b'Shevat marca el día en que ya han caído la mayoría de las lluvias del invierno en la tierra de Israel y la savia nueva -la fuerza de vida- comienza a ascender desde la tierra por el tronco y las ramas del árbol. Comienzan a aparecer también nuevos frutos en las puntas de sus ramas, dando inicio, según la halajá, al "Año Nuevo de los Arboles". En la Torá, el árbol simboliza al hombre - ("Ustedes [el pueblo Judío] son llamados 'hombre'"), "porque el hombre es el árbol del campo"- y a la Torá - "Ella [la Torá] es un árbol de vida para los que se eferran a ella". El hombre y la Torá poseen los cuatro componentes principales del árbol: raíces, troncos, ramas y frutos. Las raíces del hombre (el pueblo judío) son nuestros ancestros, nuestros patriarcas y matriarcas, "los santos que están en la tierra". El tronco corresponde a todo el cuerpo del pueblo de Israel que fueron redimidos ("nacieron") de Egipto, recibiendo la torá en el Monte Sinaí e ingresaron a la tierra de Israel. Las ramas representan a las tribus de Israel (en hebreo, la palabra shevet, "tribu", se escribe igual al nombre de este mes Shevat, que significa literalmente "rama"), y a sus individuos, que se abren y esparcen unos de los otros, asentándose y estableciendose en su propia porción de la Tierra Santa (y quienes subsecuentemente se vuelven más dispersos aún, alrededor del mundo, en el tiempo del exilio). El fruto del árbol son las buenas acciones realizadas por cada alma judía. Las raíces de la Torá son sus secretos íntimos y misterios, los misterios de la inmanencia de Di-s y Su Creación (el principio-"madre" oculto en cabalá, correspondiente a las matriarcas) y los misterios de Su absoluta trascendencia (el principio-"padre" oculto en cabalá, correspondiente a la cabalá). El tronco del árbol es el cuerpo de la Torá escrita y oral como fue revelada a Israel en el Sinaí. Las ramas corresponden a las diversas "disciplinas" y métodos de interpretación de la Torá, poseyendo cada alma individual su propia porción especial (enfoque y perspectiva) en la Torá. El fruto son las nuevas ideas y comprensiones, cuyo "fluir" nunca cesa, que aquellos que se entregan al estudio de la Torá tienen el mérito de recibir y revelar al mundo. Di-s le dió la Torá a Israel para que sea nuestros "ojos". Así como Di-s "miró en [el diseño de] la Torá y creó el mundo", nos dió la Torá para que miremos en ella y obtengamos el poder y la dirección para crear y rectificar el mundo que nos rodea.
Y así encontramos en los Salmos: "Los ojos [einei] de Di-s [miran] hacia los justos [tzadikim]". Di-s da Sus "ojos" a cada tzadik en potencia, Su capacidad de ver dentro de la Torá (el secreto de la perspicacia o comprensión de Su "ojo derecho") y Su capacidad consecuente de crear y rectificar la realidad (el secreto del poder de Su "ojo izquierdo"). En el Sefer Ietzirá estudiamos que cada mes posee una letra del alfabeto hebreo, el canal de conciencia Divina a través del cual Di-s creó el tiempo-período del mes. La letra del mes de Tevet, el mes anterior, es la ain, la de Shevat es la tzadik, formando juntos la palabra etz. El primer día de Shevat, representa el tzadik potencial (cada rosh jodesh, la luna nueva, es el poder del mes en potencia) que se apega a su raíz en el "ojo" Divino de la Torá. El 15to día de Shevat, Tu b'Shevat, con la luna llena representa la realización del tzadik al integrarse totalmente en su conciencia individual del "ojo" de la Torá. Esto concuerda con el principio general de que la opinión de la Casa de Shamai siempre "sigue el potencial", mientras que la de Hilel siempre "sigue lo actual". De aquí la diferencia de opinión respecto a la fecha del "año nuevo del árbol".
2 veces 29 (58 el valor de la palabra jen, "gracia" y "simetría") más 14 da un total de 72 (el valor de jesed, "bondad") días desde Januca hasta Purim (quedando 70 días entre las dos festividades) La festividad de Januca es la del aceite de oliva puro y la de Purim es la del vino. Las siete especies y frutos de la tierra del Israel están contenidos englobados por estos dos frutos primarios, que representan en cabalá respectivamente los principios de "padre" y "madre".
Por otro lado, el "triángulo" de un número es la suma de todos números desde 1 hasta el número en cuestión. 820 es el triángulo de 40 (la suma de todos los números desde 1 hasta 40), que es el valor de la letra mem, que si la agregamos a etz forma la palabra etzem, "hueso" o "esqueleto", que deriva de la palabra etz, por lo que el esqueleto del cuerpo humano es su más íntimo "árbol de la vida". La letra mem denota "agua", el agua del manantial de vida, el río que fluye desde el Eden para regar el Jardín y que emerge de su punto central, debajo del Arbol de la Vida. El número 820 equivale a maaian hamitgaber, "el manantial que siempre aumenta", el secreto de Januca, como se planteó en nuestro mensaje de Torá de Januca. También equivale a v'ahavta l'reiaja camoja, "y amarás a tu prójimo como a ti mismo". En Purim llegamos al sumum del amor a todos los judíos por igual ascendiendo al nivel de "hasta que no pueda distinguir [entre una alma aparentemente buena y una mala]". Se dice del vino, en particular del de Purim: "cuando entran el vino salen los secretos". Aprendemos en Jasidut que el "secreto" (sod = 70) que "sale" (bebiendo vino) es el de amar a todos los judíos por igual con amor infinito. Así, el etz de Shevat (Rosh Jodesh Shevat y Tu b'Shevat) sirve como intermediario que conecta el manantial de la visión penetrante y perspicaz de Januca con el arrebato de amor de Purim. La letra ain significa "manantial". El intenso amor hacia todos los judíos por igual se da cuando se los visualiza de acuerdo con su verdadero potencial de ser tzadikim. Esto está en concordancia con el principio general en cabalá y jasidut que todo intermediario entre dos extremos tiene dos aspectos, uno de los cuales se conecta con un extremo y el otro con el otro extremo. Rosh Jodesh Shevat se conecta a Januca y Tu b'Shevat a Purim. Y de tal manera podemos ver que en verdad, ambos días comprenden una realidad existencial que unifica Januca y Purim, que el manantial de la sabiduría de la Torá y la máxima expresión de amor a Israel. Que seamos meritorios, con la llegada del Mashiaj, de ser un eterno árbol de vida, plantado por las manos de Di-s en Su jardín, la tierra de Israel, Amén. Tomado de: http://www.dimensiones.org/canales/vidmodrn/viviendo%20con%20el%20tiempo/shvat/shvat3.htm Tu BiShvat(El Año nuevo de los Arboles) este 5768 es el Martes 22 de Enero de 2008 es
Rabi Israel Ben Eliezer ZT''L BAAL SHEM TOV HA KADOSH
Una Historia, mas que Diciente....
Una mañana luego de Shajarit, los estudiantes del Baal Shem Tov se le acercaron y le preguntaron, "Rebe, el Talmud nos enseña que la persona es juzgada en Rosh HaShaná, pero también enseña que es juzgada cada día. ¿Cómo es posible?". El Baal Shem Tov sonrió y llamó al aguatero. "Reb Shia, ¿Cómo estás hoy?", le preguntó. |
Barranquilla: PARASHAT BO: Elegidos Para Servir a HASHEM.
PARASHAT BO: Elegidos Para Servir a HASHEM. de Edwin Asher Ben Eliyahu - Wednesday, 9 de January de 2008, 06:13 | |||||||||||||||||
בס"ד
PARASHAT BO Horario del Encendido de Velas para Shabat 5 Shevat, 5768 en Barranquilla, Colombia.
Es considerada una gran mitzvá y una responsabilidad honrar al Shabat encendiendo velas 18 minutos antes de la puesta del sol del viernes.Este mandamiento único, confiado a la mujer judía, es rico en significados y contenidos.
(Segundo libro de la Torá: Shemot/Éxodo 10:1 a 13:16) OT HASHAVUA N°3
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parashah: BO - La Tradición Oral, por Malcah Canali 5767
BO - La Tradición Oral, por Malcah Canali 5767 de Josefina Navarro - Wednesday, 9 de January de 2008, 03:38 | |
De Malcah para la Quebutzah
Madrid Sefarad a 22 de enero de 2007 3 de Shevat de 5767
LA TRADICIÓN ORAL
La parashah que nos corresponde leer el sábado que viene se titula "Bo", según la quinta palabra de cuantas la componen. Estamos al principio del capítulo 10 del libro de Shemot en el que se describen la octava, la novena y la décima plaga que azotaron Mitzráim (o sea Egipto) antes de que Faraón dejase marchar a los hebreos. El número 10 es representado por la letra yod, que es la primera del Santo Tetragrama. Diez también son los Mandamientos escritos en las dos Tablas entregadas en el Sinaí. La letra yod es la que representa la Voluntad del Eterno, Su Poder y Sus Realizaciones. En cuanto a la palabra "Bo", se impone estudiarla con cierta atención, que es lo que vamos a hacer de inmediato
Tal y como viene escrita en el texto, esta palabra es el imperativo masculino singular del verbo "labo" que significa "venir" y se ortografía: lamed (prefijo de todos los infinitivos hebreos), beit, wav, alef. Son estas tres últimas consonantes las que forman la raíz verbal. Vemos pues como, a pesar de ser monosilábico en su sonoridad básica, el verbo es trilítero. No es ninguna extrapolación afirmar que se caracteriza por cierta ambigüedad, la cual se refleja, por ejemplo, en el hecho siguiente: el presente masculino singular es "Ba" (beit, alef), escrito exactamente igual que el "bo" de nuestro texto, pero de distinta pronunciación. Si nos referimos al significado, veremos que también pertenece al mundo de lo ambiguo. Este verbo que significa "venir" lo emplea Haqadosh Baruj Hu para decir a Moshé: "Ve al Faraón". Realmente, lo que cabría traducir sería "Ven al Faraón". Si nos preguntamos qué quiere decir Hashem con este imperativo que significa, en cualquier idioma: "acércate a quien está hablando" llegaremos a la conclusión de que Faraón no es nada en realidad, no tiene voluntad propia: su terquedad y su mala fe son el polo negativo de la misma divinidad que se opone al polo positivo delegado en Moshé.
Si añadimos a estas reflexiones el hecho de que "Bo" está formado por las dos primeras letras del alfabeto hebraico, no podremos por menos de suponer que el Eterno quiere subrayar que nos encontramos en un momento inicial (tal vez, incluso, conviniera decir "iniciático") de la historia de los hebreos. Y si ahora tenemos en cuenta la temurah, es decir, la permutación de las dos letras, encontramos "Av" que significa "padre".
Quien da a Moshe la orden de venir hacia el Faraón es el Padre. A lo largo de la Parashah y por el órgano de Moshé, Él va a explicar a todos sus hijos cómo liberarse de la esclavitud y pasar a la vida adulta de responsabilidad e independencia. No le entrega a Moshé ningún texto escrito, sólo le habla como hacen los padres que, por lo general, dan consejos orales a sus hijos. Pocas veces se los escriben, por lo menos en circunstancias normales.
Hemos visto todo a lo largo de Bereshit que el Todopoderoso suele dirigirse, cuando habla a una sola persona, como mucho a una pareja. Lo sigue haciendo así cuando conversa con Moshé, pero esta vez su intelocutor es un intermediario, no el único destinatario de la palabra divina. El versículo segundo dice: "Para que cuentes a tus hijos y nietos todo lo que ejecuté en Egipto y todos los signos que puse sobre ellos (los egipcios) y que sepáis que Yo Soy El Eterno.
Está claro: Moshé deberá iniciar la tradición oral en su propia familia. Desde luego, los hijos y nietos, o sea, las generaciones del futuro son los grandes protagonistas de la tragedia que destroza a los egipcios y de la epopeya que construye a Israel. La última, la décima plaga, es la muerte de los primogénitos, respuesta tardía pero contundente al obsoleto, pero no olvidado decreto de Faraón: "Mataréis a los varones". Morirán los primogénitos. En muchos países de Oriente Medio sacrificar el primogénito al Móloj o a cualquier otro ídolo, igualmente sanguinario y brutal, era un práctica corriente que suscita buen número de preguntas, tales como: ¿Era el filicidio una especie de seguro de vida para el padre? ¿O era simplemente un desquite feroz del hijo que había permanecido la friolera de nueve meses en el vientre materno, cuando un esposo sólo lo puede hacer durante un corto instante? ¿Por qué el primogénito y no sus hermanos menores? La respuesta es evidente: porque la familia en particular y el pueblo en general, tienen que perpetuarse, de forma que la sociedad no le va a consentir al tierno papá que mate a más de un hijo suyo. Alguno pasaría buena gana, todos lo entendemos, pero las exigencias sociales suelen ser drásticas ¡Qué asco de vida! Desde aquel hebreo que no sabía ni cómo llamarse si Abram o Abraham ya el librarse del hijo se había convertido en un problema en fin los hebreos eran los antepasados de los judíos: estuvieran donde estuvieran siempre eran un incordio pero nunca hay que perder la esperanza, con el tiempo podrían llegar las interrupciones "terapéuticas" de embarazos no deseados, la administración diaria de comida cancerígena a los niños deseados, la contaminación atmosférica para los jovencitos impertinentes que vienen al mundo con la perversa intención de sobrevivir a sus padres y los vehículos cuya exaltante capacidad de dejar en un sillón de ruedas al incauto que los guía nunca hay que perder la esperanza. El Móloj no se quedará en ayunas.
Ahora, dejándonos de disgresiones y volviendo a nuestra parashah, constatamos que a los egipcios el sacrificio de sus propios primogénitos no les parecía una costumbre civilizada y el modo bastante brutal empleado por el Dio de los hebreos para indicarles que eran unos idólatras despiadados, les provocó un estremecimiento decisivo: Faraón, cuyo hijo murió, dejó marcharse a los hebreos. No sabemos si durante aquella noche memorable su propio dolor le permitió recordar a los muertos víctimas de las plagas que su soberbia había causado. ¿Qué pasaría por su cabeza mientras contemplaba horrorizado el cadáver de su hijo? Tal vez, ni siquiera pensara que la culpa era suya, que él mismo había sacrificado a su propio hijo. A todos los seres humanos nos ocurre lo mismo: no vemos qué es lo que realmente hemos hecho mal y por esto nos empecinamos en nuestros errores cuyas consecuencias funestas atribuimos a menudo al inocente. Debemos escuchar la valoración de otra persona, pero no de cualquier persona, sino de alguien totalmente honrado y sincero, de un hombre de D.os, como era Moshé.
Cuando leemos la Torah, o cuando la oímos, nos identificamos de inmediato con los hebreos, sin pensar que también somos el Faraón, quien probablemente creyó que la culpa de su desgracia la tenían los hebreos, que ellos le habían echado el mal de ojo, que Moshé era un desgraciado sediento de poder, etc etc en fin, de momento se asustó y dejó vía libre a sus esclavos.
Y ellos se fueron, siguiendo al pie de la letra las órdenes del Eterno. ¿Cómo lo sabemos? Pues, simplemente, porque nuestros antepasados lo contaron. El texto escrito es muy posterior. El relato de la salida de Egipto ha llegado hasta nosotros a través de la transmisión oral. Nuestros antepasados obedecieron a Moshé, quien se hizo eco del mandato divino del versículo 26 del capítulo 12, el cual reitera la orden del capítulo 10, de informar a los hijos, con una circunstancia añadida: son los hijos quienes preguntarán cuál es el rito que están presenciando y en el que participan. Se debe contestar a las preguntas de los hijos. En el Séder de Pésaj siempre lo recordamos para practicarlo a lo largo del año. Esta obligación de mantener la tradición oral, consistente en buena parte en responder a las preguntas de los hijos, la vuelve a mencionar el Eterno en el versículo 14 del capítulo 13 cuando se refiere al rescate del primogénito.
¿Por qué esta primacía concedida a la tradición oral cuando la escrita ya se conocía en la época de la salida de Egipto? La primera respuesta es que la transmisión oral no necesita de ningún artefacto para llevarse a cabo, nos podrán faltar los papiros, los cálamos, las máquinas de escribir, etc pero mientras dispongamos del lenguaje podremos instruir a nuestros hijos. Por otra parte, la tradición oral es muy fidedigna. Por extraño que parezca, más que la escrita, porque un papel puede estropearse, el texto alterarse, pero la fidelidad a las palabras oídas alrededor de la mesa paterna suele ser muy grande, tanto más cuanto que todas las familias de un mismo pueblo relatan lo mismo. También es importante el lazo afectivo.
La parashah termina por la palabra Mimitzraim. Se encuentra pues enmarcada en la expresión "Ven desde Egipto" ¡Todo un programa!
¡Shabbat Shalom! ¡Quiera el Eterno concedernos el don de transmitir sabiduría a nuestros hijos y nietos!
Malcah |