 | Parashát Matót-Masa'éi - Vencer a nuestros enemigos, por Jana Simon |
Parsha Matot-Massei: Vencer a nuestros enemigos por Jana Simon Queridos amigos: El Rav Eliyahu KiTov escribe en su Séfer HaTodá que "está escrito en el Zohar que los meses de Tamuz y Av contienen días peligrosos, porque el mal reina en ellos. Afortunada es la persona que se salva de ellos". Llegando al final de su vida, se le dice a Moshé que su último acto será quebrar la fortaleza de Midián en una batalla que, simbólicamente, reestablece la moral de Israel y les da derecho a la Tierra Prometida. Esta batalla será decisiva porque fueron los midianitas los que arrastraron a los Israelitas a la degradación, así que el triunfo debe de ser a través de Moshé, quien representa la fuerza moral de Israel. A pasar de la aparente orden de que Moshé participe personalmente en la batalla, Moshé decide que está halájicamente prohibido de que lo haga, asi que delega a Pinjas el mando de la expedición. Rabeinu Bajai explica que "Moshé, quien había vivido en Midián y había encontrado allí a su mujer, no podía ser quien fuera a derrotarlos", tal como en las tres primeras plagas de Egipto que fueron ejecutadas a través de Aharón, porque Moshé había sido rescatado por las aguas y por consecuencia les estaba agradecido . Como dice el refrán, uno no tira basura en un pozo donde ha bebido. Moshé tenía la obligación de tener gratitud hacia Midián por los beneficos que recibió de esa nación. De aquí aprendemos el principio de que la gratitud es tan importante que si incluso cuando nuestro benefactor pasa a tratarnos como a un enemigo, y cuando llega el momento en que hay que darle batalla, no debemos olvidar los beneficios que recibimos previamente. Nuestros Sabios dicen que "quien se olvida de la bondad recibida de otro, al final va a olvidarse de las bondades recibidas de HaShem". De la victoria contra Midián y la captura de sus vasijas y utensilios, aprendemos los mandamientos de kasherizar utensilios que han sido usados para comida no kasher, cuya la regla es que las partículas de comida no apta para ingerir deben ser sacadas a través del mismo elemento con el que penetraron, así algunas vasijas se hacen kasher a través de fuego, otras a través de agua hirviedo, y tambien es necesario sumergirlas en la Mikvá para purificarlas. Las Tribus de Gad y Rubén piden permiso para asentarse en Transjordania porque son ganaderos y no agricultores, y ven que esas tierras son excelentes para el ganado. Moshé se enoja con esa petición porque parece que quisieran abandonar a sus hermanos y no ayudarles en tiempos difíciles, además considera que todas las Tribus deben querer estar lo más cerca posible de la santidad que emite la Torá y el Tabernáculo que posteriormente descansaría en el Templo de Jerusalén. Las Tribus de Gad Y Rubén le aseguran a Moshé que van a cumplir con su deber y a unirse a sus hermanos para capturar la Tierra, pero Moshé siente en sus palabras cierta insensibilidad a la Torá y demasiado énfasis en los bienes materiales que han encontrado en Transjordania. Nuestros Sabios nos ofrecen algunas sugerencias para que entendamos por qué Moshé se enojó tanto con esas dos Tribus. El Rambán dice que efectivamente Moshé creía que les faltaba Emuná (Fé), igual que a los espías cuando dijeron que Éretz Israel era inconquistable, pero ellos le aseguraron que no, que primero irían a la batalla. Rashi dice que les faltaban valores morales porque ponían los bienes materiales antes que a su familia, y si miramos el pasuk podemos ver la importancia que le dan al ganado: "los hijos de Rubén y Gad tenían mucho ganado y cuando vieron la tierra de Yazer y Gilad vieron que era un buen lugar para el ganado". El versículo empieza y acaba con la palabra ganado. El Yalkut Shimoni dice que estas Tribus "amaban el dinero y se asentaron fuera de Israel", y consecuentemente fueron las primeras Tribus que salieron al exilio. ¿Por qué ocurrió ésto?. Porque amaban demasiado sus posesiones (Yalkut Shimoni 32-1). Sin embargo también hay otras opiniones. A pesar de que el Misdrash nos dice que querían quedarse fuera de Israel por motivos materiales, el Rambán considera que estas dos Tribus fueron verdaderas pioneras al quedarse en Transjordania entre sus enemigos y al mismo tiempo estar dispuestos a luchar por Israel. Este desacuerdo es importante porque aquí vemos que hay diferentes modos de interpretar Jalutziut, vivir fuera de Israel. El tema de esta Parshá es la singularidad o el hecho de que Israel es único. El Rambán nos explica que la misma Tierra de Israel es adversa a quienes se oponen a la Torá, negándose a darles abundante fruto. Actuando de manera contraria a Gad y Rubén están las hijas de Tzalafhad, famosas por su fuerte deseo de recibir una porción de la Tierra Prometida, como se nos relata en la Parshá anterior. Es interesante saber que excavaciones arqueológicas en la ciudad de Shomrón (Samaria) nos han revelado trozos de cerámica con los nombres de familias que vivían en esa área, en Har Efraim, hace 1800 años. Algunos nombres forman parte del árbol de familia de Mahor ben Menashé, de la familia de Tzalafhad, y ahí tenemos incluso prueba tangible de que la historia es cierta. Al final de la Parshá Massei se nos habla de las ciudades de refugio, advirtiéndonos que si alguien mataba a otra persona tenía que marcharse a una de esas ciudades donde se determinaría a través de un juicio si lo hizo o no con premeditación, y si fué homicidio accidental sin negligencia de su parte podía volver a casa; pero si fue un accidente a causa de su negligencia tenía que permanecer en la ciudad de refugio hasta la muerte del Kohen Gadol, cuando podía volver a casa. HaShem quería que los Israelitas se dieran cuenta de que la ideología del judaísmo era superior a la ideología pagana, no porque los judíos fueran superiores a otra gente, sino porque sus ideales son especiales. Hoy hay muchas naciones que piensan que su sistema de gobierno es el mejor porque han descubierto un modo de organizar la sociedad para que la gente viva en armonía y progreso económico. Los judíos creemos lo mismo, pero primero teniendo en cuenta que si adoptaramos los ideales de la Torá, sería un mejor lugar donde vivir (y los demás pueden hacerlo adoptando las Siete Mandamientos de Noé). Al entrar a la Tierra de Israel los judíos tendrían que confrontar los ideales paganos y luchar contra ellos del modo más natural sin tanta intervención de HaShem, demostrando que el judaísmo no es una utopía sino que funciona en el mundo real y no sólo en el desierto. En el mundo material no podemos confiar que HaShem siempre nos va a sacar de nuestros problemas sin que hagamos nada. Si queremos practicar el modo de vivir judío tenemos que esforzarnos y poner algo de nuestra parte sin dejar de tener la Emuná necesaria para saber que todo lo que HaShem nos manda es para bien. Los judíos se han preparado en el desierto para ser un pueblo independiente, pero la sociedad que van a formar no va a ser perfecta. El Mashíaj todavía no se ha manifestado, así que van a ver muertes y asesinatos, y tendremos problemas porque el mundo todavía no ha sido redimido, pero debemos saber que HaShem nos dió leyes para trabajar hacia esa perfección. La Parshá nos enseña que vivimos en un mundo real pero que debemos buscar líderes que afronten los hechos con amor, que escojan lo moral y ético, y que también con amor corrijan lo que anda mal. Si es así esperemos que HaShem nos envíe al Mashíaj y volvamos a vivir bajo protección sobrenatural (Rabí Radinsky). Volviendo a lo que dijimos al principio sobre los meses de Tamuz y Av esperemos que HaShem nos ayude a salir de la "situación" en que nos encontramos y que nos ayude a ganar la batalla contra los terroristas, sus organizaciones y los estados que los ayudan. Pidamos a HaShem que ponga a salvo a los que viven en el norte y en el sur que están bajo ataques de misiles, y que devuelva a casa a los soldados israelíes secuestrados. Si las tres semanas del 17 de Tamuz hasta Tishá B'Av tienen que ver con nuestros problemas, entonces tal vez tengamos que rectificar las faltas que producen este ambiente negativo en nosotros y en nuestras comunidades. Mi Brajá de esta semana es que HaShem nos ayude a alejarnos de la negatividad que atraemos hacia nosotros mismos con nuestras acciones negativas y que las transformemos en positivas, convirtiédolas en escalones que nos acerquen más a lo que HaShem quiere de nosotros. ¡Shalóm desde Yerushalayim! |
13 julio 2007
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