27 julio 2007

parashah: Parashát VaEtjanán, por Jana Simon - Escucha (¡Entiende!) Israel

Parashát VaEtjanán, por Jana Simon - Escucha (¡Entiende!) Israel
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Friday, 27 de July de 2007, 08:39
 
Parshat Vaetjanán: Escucha (¡Entiende!) Israel
por Jana Simon

Queridos amigos:
 
 En esta Parshá a pesar de que Moshé ya designó a Yehoshua como su sucesor, aparentemente aceptando el decreto de que se va a morir antes de entrar a Eretz Israel, él sigue rezando para que HaShem le permita entrar a la Tierra Prometida. Moshé le implora 515 veces (el valor numérico de Vaetjanán es Tefilá y Shirá sumados), pero HaShem le ordena que pare, que no rece más, porque la nueva generación necesita un líder diferente. Ningún hombre será más grande que Moshé pero no es su destino entrar a la Tierra Prometida. Resignado con su suerte, Moshé sigue aconsejando a su pueblo, dándoles a entender que la Torá es lo que dá vida al pueblo judío y es su fuente de grandeza. Moshé les recuerda lo benevolente que HaShem ha sido con ellos y les repite los Diez Mandamientos.
 
  Dijimos la semana pasada que el libro de Devarim en su esencia está más cercano al hombre que los demás libros de la Torá (el opuesto de Bereshit que está más cerca de HaShem que del hombre). Según ésto, vemos que hay diferencias sutiles entre el texto de los Diez Mandamientos aquí y cuando fueron dados en la Parshá Yisro. En Yisro la razón que se nos dá para descansar en Shabbat es que HaShem creó el Cielo y la Tierra. Aquí la razón es el éxodo de Egipto. Como antiguos esclavos, nos identificamos más con el hecho de ser libres que con los eventos cataclísmicos de la Creación. También la raiz de la palabra Tov (bueno) aparece en estas segundas Tablas de la Ley cuando estaba ausente en las primeras, porque HaShem sabía que las primeras tablas se romperían y no quería que aun simbólicamente se rompiera la bondad. Se nos dá Shmá Yisrael, la súplica que eleva al pueblo por encima de los ángeles al proclamar la Unicidad de HaShem en el Universo. También se nos dan otros mandamientos, todos relacionados con nuestra aceptación de la Voluntad del Creador. Veamos qué significa para nosotroa el Shmá en términos de nuestra relación con HaShem.
 
 El Shmá es la más importante de todas las oraciones judías:
ESCUCHA ISRAEL HASHEM ES NUESTRO D-OS, HASHEM ES UNO. Por muchas razones, éste es el versículo más importante de la Torá, la cual nos pide que lo recitemos dos veces al día, por la mañana y por la noche, y es también la sentencia clave en los Tefilín y la Mezuzá. El Shmá es mucho más que una simple pregaria, es la declaración esencial de fé para el judío que la aprende desde niño y son sus últimas palabras antes de morir. El Talmud nos dice que si oímos a alguien que repite el Shmá una y otra vez debemos silenciarle porque el concepto de Shmá es el de Unidad una vez, no una vez tras otra. El Talmud también dice que el Shmá tiene el poder único de echar afuera a las fuerzas del mal, por eso lo recitamos por la noche antes de acostarnos. La noche es el tiempo cuando las fuerzas del mal son más fuertes y el Shmá nos protege contra ellas. El mal tiene poder sólo cuando uno lo ve como separado de HaShem. Si uno cree que puede haber una fuerza del mal independiente de HaShem es entonces cuando puede hacerle daño, pero si reconocemos que también el mal es una creación de HaShem entonces no tiene ningún poder sobre nosotros. Podríamos hablar mucho sobre este tema pero ahora no tengo espacio, basta con decir que el mal fué creado para darnos libre albedrío o sea que finalmente es un bien. De las palabras del Shmá vemos que es obvio que deben ser para nosotros mucho más que una simple oración, más bien deben ser algo sobre lo cual meditar profundamente. Si su sólo significado fuera  declarar que HaShem es Uno, entonces las dos primeras palabras están de más. Parece que la misma Shmá nos está diciendo que escuchemos y entendamos el mensaje con cada fibra de nuestro ser. Nos está diciendo que abramos nuestra percepción completamente para poder experimentar la Unidad de HaShem.
 
 Es significativo que el nombre de Israel le fué dado a Yaakov después de luchar con el ángel camino de Canaán. La palabra Israel quiere decir "El que se enfrenta con lo Divino" (Génesis 32:29), y al recibir ese nombre, quiere decir que había entrado en contacto con lo Divino. El Shmá se dirige al que busca lo Divino y le llama Israel. El Shmá se dirige al Israel que está en cada uno de nosotros, a la parte de nosotros que quiere trascender los límites de lo físico y buscar lo espiritual. El Shmá le dice a este Israel que escuche, entienda, y que se abra al mensaje universal de la Unidad de HaShem.
 
  HaShem es Uno, de cualquier manera que lo experimentemos es Uno y Único. Reconocemos así que hay una unidad fundamantal en el universo y más allá de él, y es esta Unidad la que estamos buscando. El valor numérico de Ejad es es mismo que el de Ahavá, Amor. En el servicio de la mañana la palabra antes del Shmá es Amor: "Bendito eres Tú, Eterno, que escogiste al Pueblo de Israel con Amor", e inmediatamente después del Shmá está el Mandamiento de "Amarás al Señor tu D'os" (Deuteronomio, 6:5). El Shmá se encuentra situado entre dos amores, el de HaShem hacia nosotros y el nuestro hacia Él. Estos dos amores nos hacen recordar la Unidad que se encuentra en el Shmá, porque el amor es lo que une a opuestos: "El hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer para formar Una sola Carne". La unidad entre el hombre y HaShem es todavía mayor. Escuchando el mensaje de Unidad del Shmá tenemos la oportunidad de también nosotros unificarnos con lo Divino (Rabí Aryeh Kaplan).
 
  Mi Brajá de esta semana es que HaShem nos ayude a encontrar el Israel dentro de nosotros, ese Israel que ansía encontrar el camino hacia la verdadera Unidad.
 
  ¡Shalom desde Yierushalaim!

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