19 agosto 2007

parashah: parashát Shoftím, por Jana Simon - El Judío como ejemplo de virtud

parashát Shoftím, por Jana Simon - El Judío como ejemplo de virtud
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Sunday, 19 de August de 2007, 13:29
 
Parshat Shoftim: El Judío como ejemplo de virtud
 
por Jana Simon
  Ahora que ya se nos han dado las leyes concernientes al Bet HaMikdash, el Templo Sagrado, se nos indican las reglas que gobiernan nuestra vida diaria. No sólo Yerushalaim será una Ciudad Santa sino que también cada ciudad y pueblo de Eretz Israel se volverán un modelo de ética y moralidad, de acuerdo a la Torá. Así que jueces y sistemas judiciales serán instituidos a través de todo Israel. Se instituye la pena de muerte para ciertos crímenes y se establece la regla de que sólo el testimonio directo de dos testigos válidos es aceptable en una corte judía. La evidencia circunstancial no se admite y son los mismos testigos los que tienen que ejecutar personalmente el acto final del castigo para recordar a los que testifican que su participación va a ser más que sólo verbal y también para que otros vean que todos los que se llamen testigos verdaderamente honrarán su palabra ejecutando ellos mismos los castigos impuestos por la justicia.
 
   Me gustaría saber lo que pasaría si los testigos de un juicio actual tuvieran que ejecutar al acusado con sus propias manos. Seguro que tendrían muchísimo cuidado en acusarle. Hoy en día la verdad parece ser muy elástica y no es extraño que muchos países, incluyendo Israel, no tengan la pena de muerte.
 
   En el Templo mismo, El Sanhedrín -- la Corte Suprema Rabínica -- se reunía para decidir cuestiones que afectaban a la Nación entera o problemas que las cortes locales no podían decidir. Se pone mucho énfasis en no comparar a los jueces de una generación con sus predecesores. HaShem hará que aparezcan líderes que sean adecuados para las necesidades y temperamento de cada época. Ésto nos hace entender que cada generación es diferente. Oímos mucho ésto de que "tiempos pasados eran mejores" como si hoy no fuéramos capaces de enfrentar y solucionar los problemas de nuestro tiempo. Es verdad que nuestros antepasados fueron más grandes Tzadikim, pero HaShem nos está diciendo que vivamos en el presente y no en el pasado. Hoy puedes encontrar líderes que entiendan quién eres ahora y pueden aconsejarte en lo que tienes que hacer hoy. "Yiftaj en su generación y Samuel en su generación".
 
   Se nos otorga ahora el importante principio de guiarnos por la Torá Oral, dada conjuntamente con la Torá Escrita. "Jueces y policías os nombrareis" (Deuteronomio 16:18). "Os" para ti, quiere decir, primero resuelve mejorarte a ti mismo y sólo después puedes intentar cambiar a otros (Toldos Yaakov Yosef). La Torá usa el singular, L'cha (para ti), cuando sería mas lógico usar el plural, Lachem. El Libro Sagrado nos dice que los jueces que debemos nombrar son también para nosotros mismos. Tenemos que mirarnos de vez en cuando de una manera crítica para poder mejorar, sin dejar que eso nos baje la moral. "No plantéis un árbol que se usa para idolatría cerca del altar" (Deuteronomio 16:21). El Talmud en el tratado Sanhedrín 7a deriva de ésto que quien elige a un mal juez es como si plantara un árbol para la idolatría. ¿Por qué usar esta metáfora? Porque quien ve un ídolo en forma de estatua, sabe que es un ícono falso y que debe alejarse de él. Pero un juez corrupto, como un árbol, puede parecer puro e inocente y ahí esta el mayor peligro (Rabino Chaim Soloveitchik).
 
   Como se necesita una autoridad central para servir a HaShem en paz y tranquilidad, se nos dan las leyes de elegir un Rey. El monarca reinará según las leyes de la Torá y deberá reconocer que reina para el pueblo. El Rey ideal será un líder político y militar, y a la vez un judío piadoso. Se nos dan salvaguardas para que el Rey ni se vuelva un tiránico dictador ni se corrompa haciéndose millonario con el poder que ostenta. Hay un argumento entre los Rabinos acerca de si tener un Rey es un deber o una concesión. El Abarbanel cree que es una concesión y la razón que nos da es que todo lo que se supone que un Rey debe hacer ya lo están haciendo otros grupos entre los B'nei Israel. El ser comandante supremo de las fuerzas armadas es uno de sus deberes. Sabemos que ayudarnos y consolarnos contra nuestros enemigos es el trabajo de HaShem. Además los jueces y los profetas son lo bastante competentes como para dirigirnos en tiempos de guerra. La suprema autoridad legislativa es otro de sus trabajos y ésta fue la función de Moshé. El Rey no está autorizado a introducir nuevas leyes ya que él mismo tiene que sujetarse a las leyes de la Torá y no sería necesario elegir a un Rey tampoco para ser Juez Supremo, ya que para eso tenemos la Beit Din (Corte Rabínica). Así que el hecho de eligir a un Rey es un acto permitido y una vez que se decide hacerlo hay que guiarse por reglas ya establecidas.
 
   Hoy en día que tenemos el Estado de Israel las preguntas del Abarbanel son todavía válidas, incluso si a nuestra Nación no se le ocurre proclamar a un Rey. El gobierno secular sirve las tres mismas funciones que tenía el Rey, pero al fin y al cabo es HaShem y la Torá quienes nos protegen y nos imparten las leyes. Nuestro destino está en las manos de HaShem y no de Ehud Olmert o George W. Bush. Además del Rey la Nación necesita a otros líderes. La Tribu de Leví pasará su vida estudiando y enseñando Torá además de servir en el Templo; y como no tienen propiedad privada, el pueblo tiene la obligación de mantenerlos para que puedan dedicarse totalmente al servicio de HaShem. Vemos que siempre ha habido un sector de la población dedicada íntegramente al estudio de la Torá y al servicio de HaShem, mantenido por los demás; pero era sólo una parte del pueblo, ya que los demás tenían que trabajar. Este intenso liderazgo era necesario porque estaban entrando a la Tierra Santa que estaba ocupada por pueblos decadentes. Israel tiene que mantenerse separado de ellos y sus modos de vida, y vivir una vida simple, confiando en HaShem sin la necesidad de necromancia, brujería y otros modos de tener una experiencia espiritual. En vez de magos y artes obscuras, HaShem nos va a proveer profetas que nos transmitirán Su voluntad y lo que Él quiere de nosotros. Se nos dan guías para que sepamos cómo poner a prueba a cada profeta y saber si están hablando en nombre de HaShem. Muchos hombres han querido hablar falsamente en Su nombre y han creado  religiones seguidas por millones de personas. Afortunadamente la Torá nos enseña cómo saber distinguir y no caer en las manos de charlatanes carismáticos, pero aún así a veces hemos caído en la trampa, como ocurrio con el Shabtai Svy y otros.
 
   Se nos dan ahora leyes para que podamos mantener una sociedad civilizada y segura. Estas leyes incluyen las ciudades de refugio para el que mata por accidente y severos castigos para los testigos falsos, etc., etc. También se nos dan las leyes de guerra, incluyendo el hecho de que un soldado tiene que estar espiritualmente preparado para luchar en las batallas de HaShem y no acobardarse pensando que ha pecado. Hoy tenemos soldados en Israel que se están negando a cumplir con órdenes de desalojar a judíos residentes en Jevrón. Yo no sé nada de política ni tampoco sé si tienen o no razón, pero lo que me parece claro es que estos soldados, con el permiso de sus Rabinos, están poniendo lo que les parece que es la voluntad de HaShem por encima de todo, incluso sabiendo que les van a meter en la cárcel por insubordinación: ése creo yo que es un verdadero soldado judío.
 
   La Parshá prosigue diciendo que se les da a todos los enemigos la oportunidad de hacer las paces antes de empezar una guerra y también se nos enseña a no destruir la naturaleza cuando tomamos territorio enemigo. Creo que ésto puede darles qué pensar a los que creen que la Tora y a sus seguidores son belicosos fanaticos y que además tampoco se preocupan de proteger el medio ambiente. La Torá aboga por todo lo contrario, pues está a favor de la paz; pero ordena  la guerra cuando es necesario y también se preocupa de que la naturaleza no sea destruida gratuitamente. Así el judío, cumpliendo con los preceptos de la Torá, será un ejemplo de virtud incluso en un mundo moralmente corrupto.
 
   Mi Brajá de esta semana es que HaShem nos ayude a buscar y procurar la paz, pero también a ser valientes cuando es necesario luchar en Sus batallas.
 
 ¡Shalom desde Yerushalaim!
 

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