21 diciembre 2005

Kolót: Un musulmán en la tierra judía

Un musulmán en la tierra judía
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Tuesday, 20 de December de 2005, 22:39
 

Un musulmán en la tierra judía

Diciembre 20th, 2005
tomado de http://noti.hebreos.net/enlinea/2005/12/20/288/

Por Tashbih Sayyed, Ph.D (*) - Traducido por Fedora Resnik especialmente para Noti-Israel http://noti.hebreos.net/enlinea - Vía Desde Sefarad - Original en inglés en Muslim World Today

Mientras abordaba el vuelo de El Al LY 0008 a Tel Aviv el 14 de noviembre de 2005, junto con mi esposa Kiran, mi mente estaba muy ocupada ordenando y reordenando el listado de cosas que pretendía llevar a cabo. Deseaba usar mi primer visita a Israel para sentir la fuerza del espíritu judío que se niega a dejarse vencer por las fuerzas malignas a pesar de los miles de años de antisemitismo. No eran los sacrificios suicidas lo que deseaba investigar, sino los fundamentos de la determinación de Israel para vivir en paz.

Había muchas cosas sobre las que deseaba hablar con los israelíes, en especial entre ellas, su reluctancia a hacer algo con respecto a la prensa hostil que continuamente los esta presentando como villanos.

A pesar que comprendo el por que los medios, que cubren razonablemente y con precisión la mayoría de los eventos, pero eligen ignorar todas las reglas de un periodismo ético cuando de Israel se trata, no logro entender la reluctancia de Israel para enfrentarse efectivamente con la prensa hostil. La parcialidad de los medios me recuerda a la prensa de la era nazi en Alemania, que fuera reclutada por el Ministro de Propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, que elegía cada palabra cargada de odio contra los judíos. Tal cual la prensa alemana, que se negó a publicar sobre las horribles atrocidades que se llevaban a cabo en los campos de la muerte en Europa, o que aducían que se trataba solo de exageraciones, los medios de hoy también ignoran el terrorismo árabe. Yo quería ver si era realmente cierta la existencia del apharteid como política de un Estado no democrático y discriminatorio.

Sabía que un verdadero Estado judío no podía ser antidemocrático pues los conceptos de democracia siempre formaron parte del pensamiento judío, y derivan directamente de la Tora. Por ejemplo, en el preámbulo de la Declaración de la Independencia de los EE.UU., cuando Jefferson escribió que todos los hombres fueron creados iguales, y que el Creador los ha dotado de ciertos Derechos inalienables, entre ellos: la vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad, se estaba basando en lo que esta escrito en la Tora, que dice que todos los hombres fueron creados a imagen de Dios. Tenía confianza en que Israel no podía ser racista o discriminatoria, puesto que se basaba en la idea del pacto entre Dios y los Israelitas, por el cual las dos partes aceptan tareas y obligaciones que remarcan que el poder se establece mediante el consentimiento de ambas partes, y no a través de la imposición tiránica del más poderoso.

Mi idea sobre el Estado judío fue confirmada cuando en el formulario de entrada que debí llenar antes de aterrizar en Tel Aviv no figuraba la pregunta sobre religión, como es la ley en Pakistán. Tampoco, al contrario que en Arabia Saudita, me fue solicitado un certificado de religión por ningún empleado de la oficina de inmigración.

Mientras el avión de El Al se aproximaba a la Tierra Prometida, yo continuaba repasando la lista de cargos que le hacen rutinariamente a Israel sus enemigos:
Los israelíes viven en un perpetuo estado de temor.
Israel no es una democracia.
Los árabes musulmanes ciudadanos de Israel no tienen iguales derechos que los judíos.

Los israelíes viven en un perpetuo estado de temor

Desde tel Aviv a Tiberiades, Jerusalem a Jezreel, y desde las Alturas del Golan a la franja de Gaza, no pude encontrar ninguna evidencia de miedo. De hecho, la gente se siente tan segura, que en ninguno de los comercios, gasolineras, mercados o residencias a las que fuimos, y donde se sabía que éramos musulmanes, sintieron necesidad de investigarnos o interrogarnos. Especialmente cuando fuimos con Kiran a la calle Ben Yehuda en Jerusalem, en una noche de viernes, la encontramos llena de gente de todas las edades. El suelo temblaba con la música, y los jovencitos y jovencitas estaban tan ocupados divirtiéndose que no se molestaban en mirar a su alrededor. Los turistas estaban ocupados en sus cosas, y todo el gentío parecía moverse al compás de la música.
No pude menos que comparar la sensación de seguridad en Israel con el ambiente de inseguridad que existe en los países musulmanes. De Indonesia a Irán y de Afganistán a Arabia Saudita, la gente no se siente segura de nada. En Islamabad, la capital de Pakistán, y en la ciudad-puerto de Karachi, constantemente me recomendaban no hacer grandes compras públicamente, para no atraer a los ladrones. No he escuchado noticias sobre ninguna violación, muerte por honor o asalto en Israel.

Israel no es democrático

Como musulmán, soy mucho más sensible a la ausencia de libertades democráticas en cualquier sociedad. Y no creo que nadie, excepto un antisemita declarado, pueda negar que Israel sea una democracia. La democracia en Israel es proporcional y representativa, pero las coaliciones democráticas, necesarias para arribar a la toma de decisiones, tienen también sus problemas.
El primer día que pasamos en Cesarea, fue nuestra introducción a la democracia Israelí. El ambiente estaba cargado de debate político y discusiones. La decisión de Ariel Sharon de abandonar el Likud y formar un Nuevo partido político dominaba el ambiente en los salones del hotel y subrayaba los problemas causados por la necesidad de tener coaliciones democráticas. “El objetivo de una sociedad Israelí democrática y libre es alcanzar un compromiso satisfactorio, pero a menudo las conclusiones no son tan satisfactorias – especialmente para la mayoría. Esto involucra coaliciones y uniones que son también frenos sobre cualquier abuso potencial de los derechos de las minorías. Es un sistema superior al sistema republicano representativo de USA –el cual es en realidad un representación del poder y de intereses especiales. En la USA existe una democracia para los menos. En Israel, la democracia es para todos.
Traté con gran empeño encontrar un estado musulmán que sea una verdadera democracia y donde las minorías religiosas gozaran de los mismos derechos democráticos, pero falle. El mapa del mundo musulmán esta demasiado lleno con reyes, déspotas, dictadores, demócratas fingidos y teócratas autocráticos y la persecución de las minorías es una parte esencial del comportamiento social islámico. Pero aquí, protegidos por los principios democráticos de Israel, los ciudadanos israelíes musulmanes disfrutan de todos los derechos y privilegios de la ciudadanía Israelí. Cuando se realizaron las primeras elecciones para la Kneset en febrero de 1949, los árabes israelíes tuvieron el derecho de votar y ser elegidos del mismo modo que los judíos israelíes. Hoy, los ciudadanos árabes de Israel gozan de todos los derechos civiles y políticos y tienen garantizada su completa participación en la sociedad Israelí. Son activos en la vida social, política y cívica de Israel, y están representados en el parlamento Israelí, en el Servicio Exterior y en el sistema judicial.
La fe Israelí en la democracia explica su negativa a responder violentamente al terrorismo islámico. A pesar que estoy consciente que la debilidad humana permite que la cólera domine a las mejores intenciones, no pude hallar israelíes actuando vengativamente contra sus compatriotas árabes. Mi experiencia como musulmán me incline a esperar lo peor en comportamiento humano; los musulmanes bajo la influencia del Islam radical han desatado su terror contra no-musulmanes aun cuando los cargos sobre ofensas anti-musulmanas hayan sido determinadas como falsas.
He pensado que se requiere un esfuerzo sobrehumano para ignorar las atrocidades cometidas contra uno, y lograr permanecer libre de sentimientos de venganza. En mi experiencia sobre las sociedades musulmanas, a las minorías nunca se les permitió el beneficio de la duda. El odio hacia los no-musulmanes y las explosiones de violencia contra las creencias minoritarias entre los islamistas radicales continúa siendo la norma, y no la excepción. Como musulmán no-Wahabi he sido testigo de esta barbarie, y he observado la persecución ejercida contra Cristianos, Hindúes y otras minorías, con falsos pretextos. He pensado que si los Wahabis en Arabia Saudita pueden sentenciar a un maestro a 40 meses de cárcel y 750 latigazos solo por alabar a judíos, no seria irrazonable de parte de los israelíes castigar a los palestinos que arrojan piedras sobre los judíos que rezan en el Muro Occidental, y los que profanaron la tumba de José.
Pero aun en esto los israelíes han demostrado que el mundo esta equivocado. A pesar de las diarias provocaciones, han logrado con éxito no descender al mismo nivel de depravación que sus enemigos árabes. El mundo esta acostumbrado a la violencia diaria con que se ataca a las minorías en el mundo musulmán. Hace apenas unos pocos días musulmanes fanáticos en Pakistán entraron destrozando las paredes en una iglesia, y quemando y rompiendo sus puertas. Desataron la violencia a partir de un rumor que un cristiano había profanado su libro sagrado, el Coran. Destrozaron el altar de mármol y los vitrales de la iglesia del espíritu Santo . Incendiaron una residencia cristiana y la vecina escuela de niñas de San Antonio. En unos instantes las llamas lamían las paredes y un humo negro cubrió el cielo. Durante días los clérigos Wahhabitas estuvieron llamando a sus acólitos a salir de sus casas y defender su fe desatando el terror contra los cristianos.
Me pregunto si un israelí podría algún día encontrar justificado copiar lo que los Wahhabitas han estado haciendo en Irak y otros lugares –secuestrando, asesinando, decapitando “infieles”-. Recientemente, el cuerpo de un chofer hindú, Maniappan Raman Kutty fue encontrado, con su cuello cortado, en el sur de Afganistán por no otra razón evidente que su religión.
Pero no hubo nada en la historia que pudiera haber sustanciado mis temores; los judíos, a pesar de haber estado sujetos a los actos mas bárbaros de terrorismo, no han reaccionado en venganza contra sus perpetradores. Y concluí que mi primera visita a Israel me ayudara a entender la insistencia de Israel en continuar siendo el blanco del terror islámico.

Los ciudadanos musulmanes de Israel no tienen iguales derechos

Mientras nuestro ómnibus con aire acondicionado trepaba las curvas montañosas de la carretera hacia el Corazón de la Galilea, no pude dejar de ver los minaretes elevados que identifican los poblados árabes diseminados por las laderas. Los imponentes domos de las mezquitas remarcan las libertades de que gozan los musulmanes en el Estado judío. Grandes residencias árabes, gran actividad en construcciones y automóviles grandes remarcaban la prosperidad y afluencia de los palestinos viviendo bajo la Estrella de David.
En mi camino desde la ciudad de David hasta el hotel Royal Prima en Jerusalem, le pregunte a mi taxista palestino que le parecería mudarse a los territorios bajo la Autoridad Palestina. Me respondió que no podría jamás pensar en vivir fuera de Israel. Su respuesta desautorizo el mito difundido por antisemitas, acerca de que los ciudadanos árabes de Israel no son felices en el país.
Otro árabe Israelí me informo que los árabes en Israel tienen los mismos derechos de elegir y ser elegidos. De hecho, Israel es uno de los pocos países en el Medio Oriente donde las mujeres pueden votar. En contraste con el mundo árabe no Israelí, las mujeres árabes en Israel disfrutan del mismo status que los hombres. Las mujeres musulmanas tienen el derecho de votar y ser elegidas para la función publica. Las mujeres musulmanas están más liberadas en Israel que en cualquier país musulmán. La ley Israelí prohíbe la poligamia, el casamiento de niños, y la barbaridad de la mutilación sexual de la mujer.
Más aun, no encontré incidencia de crímenes por honor. El status de la mujer musulmana en Israel esta muy por encima del de cualquier país musulmán de la región.
Los estándares de salud de Israel son los más elevados en el Medio Oriente, y las instituciones dedicadas a la salud están abiertas a todos los árabes, sobre las mismas bases que a los judíos.
El idioma árabe, al igual que el hebreo, son idiomas oficiales del Estado de Israel, lo que señala la naturaleza tolerante del Estado de Israel. Todas las señalizaciones en las calles están escritas en los dos idiomas. Es política oficial del gobierno de Israel fomentar el desarrollo del idioma, la cultura y las tradiciones de la minoría árabe, en el sistema educacional, y en la vida diaria. La prensa árabe de Israel es la mas vibrante e independiente de la región. Hay más de 20 periódicos árabes. Publican lo que desean, sujeto solo a la misma censura militar a la que están sujetas las publicaciones judías. Hay programas diarios en la TV y la radio en árabe.
El idioma árabe se enseña en las escuelas secundarias judías. Más de 350.000 niños árabes estudian en escuelas israelíes. Para la época de la fundación del Estado de Israel, había solo una escuela secundaria árabe en el país. Hoy, hay cientos de escuelas árabes. Las universidades israelíes son centros de renombre en la enseñanza de la historia y la literatura del Medio Oriente árabe.
Al tanto de las restricciones que un no-Wahhabita enfrenta cuando realiza sus prácticas religiosos en Arabia Saudita, Kiran (mi esposa), no pudo disimular su sorpresa ante las libertades y facilidades con que las personas de todas las religiones y creencias ejercían sus obligaciones religiosas en la iglesia del Santo Sepulcro, la Tumba Jardín (Garden Tomb), el mar de Galilea, los túneles recientemente descubiertos bajo el Muro Occidental, el Muro Occidental, la tumba del Rey David y todos los otros lugares de culto que visitamos.

Todas las comunidades religiosas en Israel disfrutan de la completa protección del Estado. Los árabes israelíes – musulmanes, así como también cristianos de distintas denominaciones – son libres de ejercer su fe, observar su día de descanso propio y festividades y administrar sus asuntos internos. Unos 80.000 drusos viven en 22 aldeas en el norte de Israel. Su religión no es accesible a extraños, y constituyen una comunidad, separada cultural, social y religiosa, de habla árabe. El concepto druzo de “taqiyya” exige una completa lealtad de sus adherentes al gobierno del país en el que residen. Como tales, entre otras cosas, los drusos prestan servicios en el Ejército de Defensa de Israel. Cada comunidad religiosa en Israel tiene sus propios consejos y cortes, con total jurisdicción sobre los asuntos religiosos, incluyendo cuestiones de status personal, tales como matrimonio y divorcio. Los sitios sagrados de todas las religiones son administrados por sus propias autoridades , con la protección del gobierno.

Un periodista hindú que me visito, hablo sobre la apertura que la sociedad judía representa. Me comento que mas del 20% de la población Israelí es no-judía, de los cuales aproximadamente 1.2 millón son musulmanes, 140.000 son cristianos y 100.000, drusos. Otro Israelí no-judío me señaló que los cristianos y los drusos son libres de incorporarse a las fuerzas de defensa del estado judío. Los beduinos han servido en unidades de paracaidistas y otros árabes se han presentado voluntariamente a cumplir con el servicio militar.

Las grandes viviendas que poseen los árabes israelíes y las construcciones que se realizan continuamente en los poblados árabes exponen la falsedad de la propaganda según la cual Israel discrimina contra los árabes israelíes en la compra de tierras. Encontré que temprano en el siglo pasado, el Fondo Nacional judío fue establecido por el Congreso judío Mundial para comprar tierras en Palestina para los asentamientos judíos. Del área total de Israel, 92% pertenece al Estado y es administrado por la Autoridad de la Administración de Tierras. No esta a la venta para nadie, judío o árabe.

El Waqf árabe es dueño de tierras que son para el uso y beneficio de los árabes musulmanes. La tierra del Gobierno puede ser arrendada por cualquiera, sin tomar en cuenta raza, religión o sexo. Todos los ciudadanos árabes de Israel tienen derecho de arrendar tierras del Gobierno.

Consulte con tres árabes israelíes si se enfrentaban con discriminación en el empleo. Los tres dijeron lo mismo: normalmente no hay discriminación, pero luego de la acción de suicidas que se explotan y asesinan israelíes, algunos israelíes se sienten incómodos de tratar con ellos. Pero esa sensación de incomodidad es temporaria, y no dura mucho tiempo.

Mi primer visita a Israel no solo ha consolidado mi creencia que Israel es vital para la estabilidad de la región, sino que también me ha convencido que la existencia de Israel convencerá a los musulmanes un día sobre la necesidad de reformas en sus propias teología y sociología.

Un viaje a través del desierto Israelí me trajo a la luz otro aspecto importante:Los profetas no son los únicos que pueden producir Milagros: gentes que creen en si mismos pueden producir actos increíbles.

Acres y acres de dunas han sido transformadas en la mejor tierra fértil: trigo, algodón, girasol, garbanzos, maníes, mangos, paltas, citrus, papayas, bananas y cualquier otra fruta o verdura que los israelíes quieran consumir, crece en Israel. De hecho, los israelíes han probado fuera de toda duda, por que Dios les prometió esta tierra: solo ellos podrían mantenerla verde.

La tierra es repetidamente descripta en la Torah como una buena tierra y “una tierra de la que mana leche y miel”. Esta descripción no parece coincidir con la imagen de desierto que vemos en los informativos, pero no debemos olvidar que esta tierra ha sido repetidamente abusada por conquistadores decididos a hacer esta tierra inhabitable para los judíos. En las pocas décadas en que los judíos retomaron el control sobre la tierra, se han podido observar tremendas mejoras en su agricultura. La agricultura Israelí es muy eficiente, y esta en condiciones de cubrir alrededor del 75% de las necesidades domesticas, a pesar de la poca tierra disponible.

Al contemplar el desarrollo y la transformación que la tierra ha sufrido gracias al espíritu innovador judío, el trabajo duro y el compromiso con la libertad para ahora y siempre, estoy convencido que es cierto que Dios creo esta tierra pero es también un hecho que solo Israel puede mantener esta tierra y evitar que muera.

(*) El autor es editor en jefe de Pakistán Today y Muslim World Today, periódicos semanales en California, presidente del Consejo para la Democracia y Tolerancia y fellow adjunto al Instituto Hudson.

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