Un musulmán en la tierra judía | |
Un musulmán en la tierra judía Diciembre 20th, 2005 Mientras abordaba el vuelo de El Al LY 0008 a Tel Aviv el 14 de noviembre de 2005, junto con mi esposa Kiran, mi mente estaba muy ocupada ordenando y reordenando el listado de cosas que pretendía llevar a cabo. Deseaba usar mi primer visita a Israel para sentir la fuerza del espíritu judío que se niega a dejarse vencer por las fuerzas malignas a pesar de los miles de años de antisemitismo. No eran los sacrificios suicidas lo que deseaba investigar, sino los fundamentos de la determinación de Israel para vivir en paz. A pesar que comprendo el por que los medios, que cubren razonablemente y con precisión la mayoría de los eventos, pero eligen ignorar todas las reglas de un periodismo ético cuando de Israel se trata, no logro entender la reluctancia de Israel para enfrentarse efectivamente con la prensa hostil. La parcialidad de los medios me recuerda a la prensa de la era nazi en Alemania, que fuera reclutada por el Ministro de Propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, que elegía cada palabra cargada de odio contra los judíos. Tal cual la prensa alemana, que se negó a publicar sobre las horribles atrocidades que se llevaban a cabo en los campos de la muerte en Europa, o que aducían que se trataba solo de exageraciones, los medios de hoy también ignoran el terrorismo árabe. Yo quería ver si era realmente cierta la existencia del apharteid como política de un Estado no democrático y discriminatorio. Sabía que un verdadero Estado judío no podía ser antidemocrático pues los conceptos de democracia siempre formaron parte del pensamiento judío, y derivan directamente de la Tora. Por ejemplo, en el preámbulo de la Declaración de la Independencia de los EE.UU., cuando Jefferson escribió que todos los hombres fueron creados iguales, y que el Creador los ha dotado de ciertos Derechos inalienables, entre ellos: la vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad, se estaba basando en lo que esta escrito en la Tora, que dice que todos los hombres fueron creados a imagen de Dios. Tenía confianza en que Israel no podía ser racista o discriminatoria, puesto que se basaba en la idea del pacto entre Dios y los Israelitas, por el cual las dos partes aceptan tareas y obligaciones que remarcan que el poder se establece mediante el consentimiento de ambas partes, y no a través de la imposición tiránica del más poderoso. Mi idea sobre el Estado judío fue confirmada cuando en el formulario de entrada que debí llenar antes de aterrizar en Tel Aviv no figuraba la pregunta sobre religión, como es la ley en Pakistán. Tampoco, al contrario que en Arabia Saudita, me fue solicitado un certificado de religión por ningún empleado de la oficina de inmigración. Mientras el avión de El Al se aproximaba a la Tierra Prometida, yo continuaba repasando la lista de cargos que le hacen rutinariamente a Israel sus enemigos: Los israelíes viven en un perpetuo estado de temor Desde tel Aviv a Tiberiades, Jerusalem a Jezreel, y desde las Alturas del Golan a la franja de Gaza, no pude encontrar ninguna evidencia de miedo. De hecho, la gente se siente tan segura, que en ninguno de los comercios, gasolineras, mercados o residencias a las que fuimos, y donde se sabía que éramos musulmanes, sintieron necesidad de investigarnos o interrogarnos. Especialmente cuando fuimos con Kiran a la calle Ben Yehuda en Jerusalem, en una noche de viernes, la encontramos llena de gente de todas las edades. El suelo temblaba con la música, y los jovencitos y jovencitas estaban tan ocupados divirtiéndose que no se molestaban en mirar a su alrededor. Los turistas estaban ocupados en sus cosas, y todo el gentío parecía moverse al compás de la música. Israel no es democrático Como musulmán, soy mucho más sensible a la ausencia de libertades democráticas en cualquier sociedad. Y no creo que nadie, excepto un antisemita declarado, pueda negar que Israel sea una democracia. La democracia en Israel es proporcional y representativa, pero las coaliciones democráticas, necesarias para arribar a la toma de decisiones, tienen también sus problemas. Los ciudadanos musulmanes de Israel no tienen iguales derechos Mientras nuestro ómnibus con aire acondicionado trepaba las curvas montañosas de la carretera hacia el Corazón de la Galilea, no pude dejar de ver los minaretes elevados que identifican los poblados árabes diseminados por las laderas. Los imponentes domos de las mezquitas remarcan las libertades de que gozan los musulmanes en el Estado judío. Grandes residencias árabes, gran actividad en construcciones y automóviles grandes remarcaban la prosperidad y afluencia de los palestinos viviendo bajo la Estrella de David. Todas las comunidades religiosas en Israel disfrutan de la completa protección del Estado. Los árabes israelíes musulmanes, así como también cristianos de distintas denominaciones son libres de ejercer su fe, observar su día de descanso propio y festividades y administrar sus asuntos internos. Unos 80.000 drusos viven en 22 aldeas en el norte de Israel. Su religión no es accesible a extraños, y constituyen una comunidad, separada cultural, social y religiosa, de habla árabe. El concepto druzo de taqiyya exige una completa lealtad de sus adherentes al gobierno del país en el que residen. Como tales, entre otras cosas, los drusos prestan servicios en el Ejército de Defensa de Israel. Cada comunidad religiosa en Israel tiene sus propios consejos y cortes, con total jurisdicción sobre los asuntos religiosos, incluyendo cuestiones de status personal, tales como matrimonio y divorcio. Los sitios sagrados de todas las religiones son administrados por sus propias autoridades , con la protección del gobierno. Un periodista hindú que me visito, hablo sobre la apertura que la sociedad judía representa. Me comento que mas del 20% de la población Israelí es no-judía, de los cuales aproximadamente 1.2 millón son musulmanes, 140.000 son cristianos y 100.000, drusos. Otro Israelí no-judío me señaló que los cristianos y los drusos son libres de incorporarse a las fuerzas de defensa del estado judío. Los beduinos han servido en unidades de paracaidistas y otros árabes se han presentado voluntariamente a cumplir con el servicio militar. Las grandes viviendas que poseen los árabes israelíes y las construcciones que se realizan continuamente en los poblados árabes exponen la falsedad de la propaganda según la cual Israel discrimina contra los árabes israelíes en la compra de tierras. Encontré que temprano en el siglo pasado, el Fondo Nacional judío fue establecido por el Congreso judío Mundial para comprar tierras en Palestina para los asentamientos judíos. Del área total de Israel, 92% pertenece al Estado y es administrado por la Autoridad de la Administración de Tierras. No esta a la venta para nadie, judío o árabe. El Waqf árabe es dueño de tierras que son para el uso y beneficio de los árabes musulmanes. La tierra del Gobierno puede ser arrendada por cualquiera, sin tomar en cuenta raza, religión o sexo. Todos los ciudadanos árabes de Israel tienen derecho de arrendar tierras del Gobierno. Consulte con tres árabes israelíes si se enfrentaban con discriminación en el empleo. Los tres dijeron lo mismo: normalmente no hay discriminación, pero luego de la acción de suicidas que se explotan y asesinan israelíes, algunos israelíes se sienten incómodos de tratar con ellos. Pero esa sensación de incomodidad es temporaria, y no dura mucho tiempo. Mi primer visita a Israel no solo ha consolidado mi creencia que Israel es vital para la estabilidad de la región, sino que también me ha convencido que la existencia de Israel convencerá a los musulmanes un día sobre la necesidad de reformas en sus propias teología y sociología. Un viaje a través del desierto Israelí me trajo a la luz otro aspecto importante:Los profetas no son los únicos que pueden producir Milagros: gentes que creen en si mismos pueden producir actos increíbles. Acres y acres de dunas han sido transformadas en la mejor tierra fértil: trigo, algodón, girasol, garbanzos, maníes, mangos, paltas, citrus, papayas, bananas y cualquier otra fruta o verdura que los israelíes quieran consumir, crece en Israel. De hecho, los israelíes han probado fuera de toda duda, por que Dios les prometió esta tierra: solo ellos podrían mantenerla verde. La tierra es repetidamente descripta en la Torah como una buena tierra y una tierra de la que mana leche y miel. Esta descripción no parece coincidir con la imagen de desierto que vemos en los informativos, pero no debemos olvidar que esta tierra ha sido repetidamente abusada por conquistadores decididos a hacer esta tierra inhabitable para los judíos. En las pocas décadas en que los judíos retomaron el control sobre la tierra, se han podido observar tremendas mejoras en su agricultura. La agricultura Israelí es muy eficiente, y esta en condiciones de cubrir alrededor del 75% de las necesidades domesticas, a pesar de la poca tierra disponible. Al contemplar el desarrollo y la transformación que la tierra ha sufrido gracias al espíritu innovador judío, el trabajo duro y el compromiso con la libertad para ahora y siempre, estoy convencido que es cierto que Dios creo esta tierra pero es también un hecho que solo Israel puede mantener esta tierra y evitar que muera. (*) El autor es editor en jefe de Pakistán Today y Muslim World Today, periódicos semanales en California, presidente del Consejo para la Democracia y Tolerancia y fellow adjunto al Instituto Hudson. |
21 diciembre 2005
Kolót: Un musulmán en la tierra judía
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