¿Quién paga los gastos de shabát? Apuntar y apuntalar lo sagrado para que nunca falte lo profano -a partir de la Guemará en Beitsáh15b-16a- | |
a propósito de una clase maravillosa de Rav Shtrom sobre Masejet Beitsáh, hoja 15b y 16a, en el marco del Daf Iomí: El tema es la alegría y felicidad que deben reinar en las fiestas y en Shabát, acerca de las cuales el Creador promete: "Pedid prestado a mi cargo, y Yo pagaré". Este análisis no es sino un caso particular del principio que ordena: "convierte en sagrado tu profano y no necesitarás de los hombres", recuerda aquí Tosfot; de lo que hay quienes deducen que quien "sabe que tendrá de dónde devolver", debe pedir prestado para honrar y deleitarse con el shabát. Mas no así quien no puede prever de dónde devolverá lo pedido: él debe limitarse con aquéllo que sus recursos le permitan. "Haced todo lo profano shabát, y disfrutaréis de prosperidad"; queriendo decir que quien labora desde la vida profana pero lo hace con intención de sustentar lo que hay de sagrado en su vida, ha hallado la fórmula prometida de la prosperidad. Los sabios del Musár analizan más filosamente el tema, para evitar "malentendidos" y desilusiones: todo ésto depende del nivel de fe y de certidumbre en la Supervisión personal del Creador a que arribe cada uno. Un hombre que tiene seguridad y certeza apoyándose en Hashém, debe pedir prestado si necesita para honrar el Shabát (y en general, todo sustento a lo sagrado y toda mitsváh), y recibirá la respuesta en que confía. Mas quien no confía suficientemente en que Hashém pagará la deuda, más le vale contentarse con lo que pueda obtener por sí mismo, porque el milagro no se producirá (ésto nos recuerda inevitablemente el episodio de "mei meribáh", las aguas de la discordia , ved Matók MiDvásh #88 ). ¿Cuál es la "prueba de la verdad", que permitirá al hombre saber realmente cuál es su nivel, y cómo le será correcto actuar? Es muy sencillo, tal como explican los sabios del Musár. Quien sabe que estaría dispuesto a prestar de su propio dinero (y se refiere, en cantidades no irrelevantes) a quien se halla en su situación actual -no dispone de con qué honrar y deleitar al Shabát y la festividad-, entonces, también él puede acudir a recursos prestados con finalidad de cumplir el deleite sagrado, y hallará pronto el modo en que Hashém ha determinado cubrir su deuda. Mas quien descubre que no estaría dispuesto a cubrir las necesidades ajenas con su propio dinero, no hay modo razonable en que pueda esperar que el milagro se cumpla para él. Así, con claridad y transparencia pristina, se unen el Musár -la Etica- con las enseñanzas elevadas de la Toráh acerca de cómo opera la Supervisión del Creador, y cómo, el sistema causal en que se hallan concatenadas la realidad espiritual y la material. Naturalmente, el tema de fondo radica en que los recursos económicos sean utilizados "lishmáh", con finalidad sagrada (en el caso de los alimentos para shabát, aún se trata de la finalidad sagrada de hallar alegría con que honrar al shabát, y la alegría verdadera requiere también de pescado, carne y vino). Relataba al respecto un "mashál" (parábola, a nuestros efectos) el Maguíd de Dubnow: Un padre tiene dos hijos que viven en lugares remotos; uno de ellos es rico, y el otro pobre. El padre se comunica con su hijo rico y le dice: "Vamos a tener un casamiento, una gran alegría en la familia. Te invito a que vengas y traigas también a tu hermano; compra todo lo que sea necesario para honrar la oportunidad sagrada de la familia, y yo te retribuiré por dichos gastos". El hijo gasta dinero en todo tipo de ricos vestidos y demás, y luego, invita a su hermano y se presentan juntos a la casa de su padre. El hijo rico presenta a su padre las cuentas, aguardando le sea retribuido el dinero que gastó. Mas el padre le responde: "yo te dije que te devolvería el dinero que gastaras en honor a la oportunidad sagrada, en mi honor, en el honor de tu familia. Pero tú gastaste dinero en tu propio honor y en tu propia vanidad, porque de haber sido en honor a lo sagrado, habrías comprado de todo lo bueno para tu hermano también". Del mismo modo, explica el Maguíd de Dubnow, debe el hombre incurrir en gastos para adquirir todo lo bueno especialmente pensando en la sacradlidad de Shabát, en honrar a lo sagrado. Y los gastos en que incurra para honrar a lo sagrado y sostenerlo, le serán devueltos con creces de lo Alto (ésta es otra expresión del principio toraico de que no hay mayor garantía de prosperidad que el abundar en tsedakáh). Llamados de atención, desde la hoja de Guemará correspondiente al día de hoy en el programa "Daf Iomí" (estudio de una hoja diaria de Guemará), para todos y cada uno. con brajót, daniEl |
13 noviembre 2006
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