23 marzo 2007

parashah: Parashat Vaikrá, por Jana Simon - Korbanot para subir al nivel humano

Parashat Vaikrá, por Jana Simon - Korbanot para subir al nivel humano
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Friday, 23 de March de 2007, 02:42
 
Reflexión sobre la Parshá Vayikrá:
Korbanot para subir al nivel humano.

por Jana Simon

Queridos amigos:
 En esta Parshá, Moshé se para con temor afuera del Mishkán (Tabernáculo) no osando entrar a pesar de que HaShem le había dicho,
"Me voy a comunicar contigo desde adentro...". Moshé sintió que la santidad del Mishkán era tal, que requería que se quedara afuera esperando hasta que fuera llamado; y así fue, HaShem lo llamó y le aseguró que él sería el único vehículo a través del cual Su Palabra llegaría a Israel.
 En esta Parshá se nos imparten las leyes de los sacrificios, recordándonos que todos los animales deben ser kásher, que deben ser de propiedad privada y que no hayan sido robados ni usados para idolatría. Los sacrificios son principalmente un medio para la expiación. El Rambán nos enseña en palabras muy elocuentes que uno debe pasar por una catarsis cuando está ofreciendo un sacrificio, imaginando que en vez del animal, es su propio cuerpo el que se está ofreciendo en el altar, en busca de santificarse ante HaShem. El Jinuj añade que el hecho de identificarse como el animal recuerda al hombre que también él ha actuado como un animal al pecar y que debe volver a un nivel más alto que el de los animales. Rabí Dovid Tzvi Hoffman nos enseña una lección tal vez más básica acerca del orden de los sacrificios con relación a un "pecado accidental". Por ejemplo, si alguien se olvidó que era Shabbat y encendió una luz, es obligatorio traer un "Korbán Jatas" (sacrificio por la transgresión). Superficialmente uno podría preguntarse por qué es necesario ofrecer este sacrificio; a fin de cuentas, no se tenía la intención de pecar, así que no debería ser un pecado. Pero el hombre, el Homo Sapiens, tiene que saber lo que está haciendo y constantemente reconocer sus acciones, así es que esta falta de atención, para un humano, requiere expiación.
 El Lubavitcher Rebbe (citado en Hagos BeParshios HaTorah) añade además otra idea. El "Asham Taluy", el sacrificio ofrecido cuando uno no está seguro si cometió una trasgresión, es más costoso que el Jatas, a pesar de no estar seguro de haberla cometido aún sin querer. La razón es que por lo menos si el mal cometido le molesta a alguien, tanto que SABE que tiene que deshacerse de él, eso ya le pone al transgresor en el buen camino. Pero si después de haber pecado, todavía no está seguro si pecó, obviamente que el mal no causó en él un fuerte impacto, y este hecho en sí necesita de una mayor purificación y expiación. Así que estos sacrificios, como señala el Rabí Meir Simja HaCohen, tienen como fin darnos la sensibilidad necesaria para reconocer profundamente lo cerca que estamos de HaShem y para que nos concentremos en Su presencia en nuestras vidas (Rabí Schubert Spero).
 La Mitzvá de los Korbanot se introduce con las palabras, "Cuando alguno de vosotros (Adam) quisiera brindar una ofrenda...". ¿Por qué es usada en el versículo la palabra Adam?. Gramáticalmente no es necesaria, pero el Midrásh nos dice que es una pista para nosotros, ya que la traducción literal de Adam es el primer ser humano, y ésto es para enseñarnos que tal como las ofrendas de Adam fueron adquiridas honestamente ya que todo el mundo le pertenecía, así también nuestras ofrendas tienen que ser adquiridas con nuestro trabajo y no robadas. Hay gente a la que nunca se le ocurriría estafar a alguien para beneficiarse, pero cuando se trata de recaudar fondos para Tzedaká llegan a cambiar el sentido de la Halajá, ya que creen que para hacer una Mitzvá todo es válido y aceptable: Nada más lejos de la verdad. Alguien que roba para una Mitzvá está haciendo de HaShem un cómplice en su crimen, por eso la Torá nos advierte que los sacrificios sólo son válidos si son adquiridos sin pecado (mancha) alguno. La Torá también nos enseña rectitud ante el deseo humano de adquirir más y más por medios legales o no, y nos prohíbe la envidia o codicia por lo que poseen los demás ("No codiciarás los bienes ajenos"). Tenemos que saber que lo que HaShem nos ha dado es porque sabe que es lo mejor para nosotros; y aunque no lo entendamos, debemos intentar mejorar nuestra situación de acuerdo con la Torá, pero teniendo clara conciencia de que estamos donde estamos porque allí nos puso HaShem, y Él nos da todo lo que de verdad necesitamos. La gente simple cree que tener mas "cosas" es señal de éxito y muchos inclusive creen que es un premio de HaShem para quienes cumplen sus mandamientos, pero David Rockefeller ni siquiera llevaba puesto un reloj, porque sabía que la reunión con sus ejecutivos no empezaría sin él. Es igual con el Tzadik, que no necesita poseer más "cosas" porque sabe que HaShem ha hecho el mundo para él, así que el Tzadik goza con que otros tengan belleza y lujos. En el Séder de Pésaj es una Mitzvá usar plata si la tienes. El gran Majaral de Praga tenía en su casa plata que no era suya y en Pésaj le dió placer mirarla porque entendió que HaShem la había hecho para que la gozara. Como Adam, reconocemos que el mundo está creado para nosotros y la belleza está para darnos placer y darle gracias a HaShem por haberla creado, entonces puedes volver a casa y agradecerle por lo que tienes. Un sabio dijo que "el único modo de tener lo que quieres es querer lo que tienes". A nosotros, hijos de Adam, se nos ha dado el mundo hecho a la medida y podemos gozar de lo que tenemos y de lo que otros tienen, hasta de la misma presencia de otra gente, ya que sabemos que HaShem los ha creado para añadir algo especial a nuestras vidas y también a sus vidas (Rabí Y. Miller).
 Leo en el periódico The Jerusalem Post que en las universidades, incluidas las más importantes, se aprende considerablemente menos que antes. El diario Yediot Ajaronot me dice que los profesores en Israel están muy mal pagados y tienen que declararse en huelga. Otros medios informativos nos notifican que una tal institución está robando dinero y a mí me parece muy extraño que un 90% de la gente que aparece en mi puerta para pedir tenga hijos por casar y que no puedan trabajar. ¡Hay una total deshonestidad por todas partes, tanto en el mundo laico como en el religioso!. Y todo ésto, mientras el ejército israelí realiza intensos ejercicios militares y de seguridad nacional ante la eventualidad de otro ataque contra el país.
 
 Mi brajá de esta semana es que HaShem nos ayude a reconocer constantemente nuestras acciones y a actuar honestamente como verdaderos seres humanos.
¡Shalom Ubrajá desde Yerushalaim!
Jana Simon

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