TZAV - El Alma de Israel de Josefina Navarro - Friday, 21 de March de 2008, 10:33 | |
B''H De Malcah para la Quebutzah Sábado 22 de marzo de 2008 15 de Adar II de 5768 Purim de Susa TZAV EL ALMA DE ISRAEL Una de las cosas más sorprendentes de la vida espiritual de una kehilah (congregación israelita) es la poca atención que se concede a los cohanim y a lo que significaron mientras existió el Templo, y no digamos ya de su supervivencia a través de los siglos, que sólo es recordada en contadísimas ocasiones. El contraste entre semejante distanciamiento y la importancia que Haqadosh Baruj Hu da a sus sacerdotes en la Torah puede explicarse porque, al haber desaparecido el Santuario, a veces parece que los cohanim y los levitas han dejado de existir. Sin embargo, como cualquiera comprenderá, esto es imposible. En las familias, la transmisión se lleva a cabo, sea oralmente, sea por escrito, cuando no ambas cosas. A menudo, en circunstancias muy adversas, la transmisión es secreta y, si bien se pierde en algunas ocasiones por cobardía o frivolidad, en la mayoría de los casos se mantiene, porque le pese a quien le pese, el ser humano tiene alma y tiene memoria y tiene sentimientos que van más allá de las canciones de moda de tipo: "Ay Amor Mío, cuánto te quiero", (mientras te quiero, que luego dejaré de quererte y cantaré otra canción dejándote tu porcentaje!) y de las convulsiones eurovisivas. Fuera de toda esta sensibilidad de síntesis que tan consternante nos resulta a los retrógrados que mantenemos intacto nuestro respeto por la autenticidad el ser humano perseguido, azotado, ridiculizado y escarnecido, sigue existiendo ¡el muy deprevado e infiel! Sea judío o ... de la religión que sea, se le reconocen seguida: el muy fanático, atrasado y contumazmente cerril, sigue fiel a sus valores. No quiere comprender que el mundo ha cambiado ¡habrá que esterilizarle! Es un nazi asqaueroso. Habrá que mandarle a la cámara de gas, está contaminando el cosmos con su desprecio por las sendas ultramodernas que van a dar a la lata a los planetas que siguen tranquilamente sus órbitas sin votar por un candidato o por otro: planetas mas incultos que los Ninivitas (ver el relato de Jonás) que no sabían distinguir entre la derecha y la izquierda... no podían vivir en democracia ¡pobres desgraciados!... Desde luego, el ser humano, el auténtico, el de siempre, es un asco y una rémora en la mancha hacia la sociedad robótica de títeres autosatisfechos con sus pechos de silicona, sus narices ajustaditas y sus proporciones de díavolo. Lo diré por si alguien todavía no se ha enterado: "diávolo" es una palabra italiana que significa: "diablo, demonio". Esta palabra "diablo" no proviene del hebreo, idioma bastante soso en algujnos aspectos, que designa al Maligno con las dos palabras "shed" (violencia, desenfreno) y "satán" (el adversario). Diablo viene de una raíz indoeuropea que hace años se transcribía "bal" y, anora, con el progreso de translitera "gwels" (¡más elegante!) pero que, de todasformas, indica la acción de lanzar, de disparar, de arrangar de su base. De ahi viene, por ejemplo, ballesta, viene"emboliar" (proyección de u n coágulo que va a obstruir un vaso sanguíneo). El reino del diablo, según esta definición, vendrá a ser el reino de la contradicción. Por ejemplo: "hay que respetar los derechos humanos para lo cual es indispensable exterminar al ser humano con sus perjuicios, su apego a la identidad y la familia, su fe en la dignidad de la auténtica virtud y su enfermiza creencia en la existencia de la propia memoria". Con mencionar la memoria, volvemos a lo que decíamos de las familias levitas y sacerdotales ¿Por qué supone que hayan perdido la memoria de sus orígenes? Personalmente, me resulta siempre emocionante ver, en medio de un oficio religioso, a uno o varios cohanim que se descalzan para acercarse al "pejal" (que es el "arca santa" en la que se guardan los rollos de la Torah) y se cubren la cabeza con su gran talit para bendecir al kahal (la congregación presente). Me cuesta... no puedo inaginar que son unos imostores, unos actores. Son nuestros cohanim y por su conducto, la Berajah, la gran Berajah de 60 letras (60, como los guiborim de la Casa real de David) baja hacia los fieles. Puesto que estoy en plan de confidencias, también os diré una cosa más: si durante esta magnífica bendición tengo a mi lado a mi amiga Lunita, que un día, en una reunión de mujeres judías, propuso ampliar a una jovencita embarazada e indigente la tzedaqueh que se acababa de aprobar, aunque dicha jovencita no podía demostrar que su marido había perdido el empleo (¡era trabajo negro!). Lunita insistió tímidamente: "Esto digo en tanto que levita. Soy hija y esposa de levitas". La apoyé y otras nos siguieron... la chiquilla tuvo su tzedaqah. Fue una obra levítica y es un recuerdo entrañable... Por cierto, nació una niña que ya es mayorcita... y muy guapetona. Los Cohanim son protagonistas en la parashah de Tzav, como en varias otras, de un modo distinto al de Tetzaveh, por ejemplo, en donde se trata esencialmente de su entronización. En "tzav", como ya en Vayiqrá, se los ve actuando al servicio del pueblo, ofreciendo los sacrificios que corresponden a los diferenes momentos de la vida diaria y a las circunstancias individuales y colectivas. Durante todos los siglos en que el Beit Hamiqdash estuvo en pie, ellos se encargaron de cumplir a la perfección todos los ritos y, junto con los levitas, de enseñar al pueblo las leyes toraicas. Los levitas no ofrecían los sacrificios pero sí, se encargaban de la relación más directa con el pueblo en materia de la enseñanza, de caridad, etc.... mi marido, de bendita memoria, solía decir que su papel era de una excelsa seguridad social que cuidaba del bienestar general, tanto en lo espiritual como en lo material. Vemos pues que la llamada "casta sacerdotal", con los levitas, por supuesto, era el eje central de la vida israelita que garantizaba la relación del pueblo con Haqadosh Baruj Hu y la santa armonía en el seno de la sociedad. ¿En qué consistía el ser cohen o levita? Pues, para empezar en tener muchos deberes y contadísimos, por decir nulos, privilegios. No poseían tierra en el país, lo cual implicaba la imposibilidad tanto de producir la proia comida como de acumular bienes raíces. Los sacerdotes vivían en el recinto del Templo y los levitas poseían un pequeño número de ciudades, en las cuales acogían a las personas que estaban en un peligro grave como, por ejemplo, ser objeto de una venganza sin merecerlo, o ser acusado injustamente de algún crimen. En resumen, los levitas tenían un papel muy equilibrante en la sociedad. Ellos, como lo indica la "wav" central de su nombre, eran la columna de unión entre el pueblo cuya vida cotidiana conocían perfectamente y los cohanim que, encerrados en el Tamplo, enteramente volcados en lo sagrado, tenían con lo profano una relación limitada. La palabra "cohen" se escribe "qaf, he, nun sofit" (sofit = final). Las cuatro letras finales alargadas, que son "kaf, nun, peh y tsadi", indican la proyección de la energía hacia las profundidades de la tierra, hacia el fuego nuclear del planeta, o sea hacia el fuego original que es el fuego cósmico, el fuego del ser. El cohen es quien recoge en su "kaf", en el cuenco que es la palma de su mano, la "he" de la Presencia Divina en lo humano cuando los Benei Israel honran al Eterno por medio de sus ofrendas. No olvidemos que "honrar" es "kaveel" que empieza por "kaf". Este homenaje del ser humano a su creador, el cohen lo transformaba en este símbolo del pez que es la "nun", un pez de luminosas escamas que nada hacia la profundidad de las intenciones, allí donde el Satán se inclina ante el Eterno. Si echamos ahora una nueva ojeada a la palabra "cohen" veremos que sus consonantes suman 75 como la expresión: "even tovah" (piedra preciosa) lo cual nos recuerda que el Sumo Sacerdote llevaba en el pectoral las doce piedras preciosas cargadas con la energía de las doce tribus de Israel. También suman 75 otras palabras importantes como "guenizah" (armario en el cual se guardaban los rollos que ya no se u tilizan en las sinagogas y que nunca se tiran). Los Cohanim tienen la función de evitar que los texto santos se transformen en desechos. En este concepto de guenizah, también cabe la explicación siguiente: los cohanimo debían, y no es imposible que, en cuerto sentido, sigan debiendo, mantener ocultaos los pecados, los fallos más graves de la comunidad para evitar que cunda el mal ejemplo. Al fin y al cabo, los rollos ya inservibles son imperfectos. Otra palabra de valor 75, y no menos importante que las precedentes, es "bitajón" que se ortografía "bet, tet, jet, wav, nun" y ignifica "tranquilidad, seguridad". Está claro que los cohanim eran la seguridd de nuestro pueblo y que lo siguen siendo porque la realidad de su permanencia en medio de nosotros es garantía de la posibilidad de reanudar con el cumplimiento escrupuloso de las funciones sacrificiales y de la pronunciación correcta de las palabras expiatorias y reductoras una vez reconstruido el Tamplo y reestablecida la Avodah en todo su antiguo esplendor. También particularidad digna de mención de la palabra "cohén" es el hecho de ser temurah (permutación de consonantes) del verbo "hajen" que contiene "ken", el adverbio afirmativo: "si", el adverbio de la aquiescencia, el que cierra los tratos y valida los matrimonios. A los cohanim nadie les pregunta, ni les ha preguntado nunca, si quieren serlo o no. Lo son porque Haqadosh Baruj Hu lo ha dispuesto así y se acabó. También es cierto que se es israelita sin haber votado y que incluso el que pretende renunciar a esta identidad tendrá que mezclarse con idólatras para privar de ella a su estirpe. En esta aparente contradicción entre lo que impone el Todopoderoso y lo que cada persona decide en el secreto de su consciencia, o de su inconsciencia, reside el libre albedrío. A pesar de la decisión divina, si el corazón humano no pronuncia un "si" inequívoco en la más absoluta sinceridad del alma, la designación se oculará, dejando el espacio vacío para su aparente negación. Ahora bien, el "ken" de los cohanim tiene un valor especial porque su ausencia implicaría inevitablemente la exclusión de entre los Benei Israel. En el seno de nuestro pueblo un cohen sólo deja de serlo si es infiel a los requisitos de su misión. Su rechazo va unido a una mácula y su aceptación a la asunción de grandes renuncias personales. Así es como ser cohen supone el estar preparado, estar dispuesto, que éste es el significado del verbo "hajen" al que nos veníamos refiriendo. Los cohanim tienen unas condiciones de vida parecidas a las de los militares. Tienen que estar siempre dispuestos a cumplir con su misión. Nos queda por señalar otra temurah. El "nikah" cuyo significado es "ser golpeado, dañado". Desde luego es evidente que el formar parte de una casta sometida a una presión tan fuerte y continua como la de los sacerdotes, es enormemente gratificante por la privilegiada comunicación con Hashem que representa, pero también es muy dura, incluso traumatizante. Es una delicia que, por momentos, duele. Ya lo sabemos, el Niño Mimado de Hashem, no es ninguno de los grupos o de las personas que tienen un cargo especial en la Congregación de Israel. El Niño Mimado es el pueblo en su conjunto. Los que reciben cargos especiales, Moshe, los Cohanim, la Beit David, gozan de una estima incomparable, pero el Niño Mimado, el nietecillo, es el pueblo. En fin... a pesar de los cargos especiales, todos son Benei Israel así que... alguna migaja de mimo todos tienen. ¡Bendito Sea Hashem Cuya Bondad Se extiende sobre todos nosotros y que La manifestó de forma especial en la institución del sacerdocio! Le pedimos que mantenga en nuestros corazones un afecto sincero por nuestros Levitas y Cohanim que nunca dejarán de ser el cuenco que contiene el Alma de Israel. |
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