Moshé enseña las leyes que gobiernan la anulación de promesas a los líderes de las tribus de Israel. Se lucha una guerra contra Midián por su rol en la destrucción moral de Israel, y la Torá da un recuento detallado del botín de la guerra y cómo fue distribuido entre la gente, los guerreros, los Levitas y el Sumo Sacerdote. Las tribus de Reubén y Gad (más tarde acompañados por media tribu de Menashé) piden las tierras del este del Jordán como su porción de la Tierra Prometida, siendo estas tierras aptas para la cría de ganado. Moshé inicialmente se enoja con este pedido, pero más tarde concuerda con la condición de que ellos primero se unan y lideren a Israel en la conquista de las tierras al oeste del Jordán. Moshé transmitió a los jefes de las Tribus, las órdenes del Eterno. Si un hombre formulare promesa al Todopoderoso, o se comprometiera con un juramento, no podrá profanar su palabra. Todo aquello que hubiera expresado o jurado, deberá cumplirlo. Sin embargo, esta regla general era restringida en los casos de una promesa hecha por una mujer bajo la jurisdicción del padre o el esposo. Así, una mujer joven y soltera que vivía en la casa del padre, o una mujer que estaba a punto de casarse o que ya lo había hecho, no estaba obligada a cumplir su promesa si el padre o el esposo (según fuera el caso), la desaprobaba. Esta reprobación debía ser expresada el mismo día en que se había enterado de la promesa, o de otro modo cargaría con la culpa por su incumplimiento. Las promesas de una viuda o divorciada creaban también una obligación. Continúa la parashá relatando sobre el ataque a los midianitas que fue llevado a cabo por doce mil guerreros israelitas, mil por cada tribu. Fueron acompañados por Pinjás, quien llevó consigo las vasijas sagradas y las trompetas para llamar a la batalla. Durante la guerra fue matado todo midianita varón, incluso los cinco reyes de Midián y Bilam Ben Beor. Los vencedores tomaron a las mujeres, los niños, el ganado y otras posesiones de los midianitas como botín. Pero, sin embargo, Moshé los amonestó por haber dejado con vida a las mujeres, que habían sido la causa de la plaga sobre los Hijos de Israel. Los soldados, se tornaron impuros por su contacto con los muertos, y recibieron orden de permanecer fuera del campamento durante siete días a fin de someterse a la ceremonia de purificación. Todas sus vestimentas y utensilios fueron limpiados de acuerdo con las reglas establecidas por Elazar, el Cohén Gadol. Los objetos capturados fueron divididos en partes iguales entre los que habían ido a la guerra, por un lado, y los restantes por el otro. A su vez una parte fue separada para los Cohanim y otra para los Leviim. Los guerreros que regresaban, agradecidos por no haber caído en la batalla, hicieron una ofrenda voluntaria al Mishkán, consistente en elementos de oro. También refiere la Torá que las tribus de Reuvén y Gad poseían grandes rebaños de ganado y pidieron permiso a Moshé para establecerse en la tierra de pasturas de Guilad, al este del Jordán. Al principio Moshé no aceptó este plan. Él temía que si estas dos tribus quedaban atrás durante la conquista de Canaán, las otras tribus podrían desanimarse. Sin embargo, cuando los reuvenitas y gaditas explicaron que tenían la intención de cruzar el Jordán y luchar junto con el resto de la Congregación, mientras que sus familias permanecerían en Guilad, Moshé cambió de opinión y indicó a Yehoshúa que se cerciorara de que esa promesa fuera cumplida. De otro modo, estas tribus perderían el derecho a todo reclamo sobre su asentamiento en Guilad. Enfoques sobre la Parashá
"Habló Moshé a los jefes de las tribus de los Hijos de Israel diciendo: Esta es la cosa que ha prescripto Di-s" (Bamidbar 30:2)
"¿Dónde dice eso en la Torá?"
"Es un decreto Rabínico"
"Oh - es solamente un decreto Rabínico..."
Moshé habla a los Hijos de Israel a través de los jefes de las tribus para mostrar cómo deben respetar las palabras de sus líderes. Porque cuando sus líderes dicen: "Esto es la cosa que ha prescripto Di-s", es como si Di-s mismo hubiera hablado. Un decreto Rabínico es como un decreto de la Torá, y se lo debe tratar como palabras de Di-s.
(Torat Moshé)
"Mil de una tribu, mil de una tribu" (Bamidbar 31:4)
Más escurridizo que el Monstruo del Lago Ness o el Yeti, existe una especie llamada "Self Made Man" (el Hombre que se Hizo a Sí Mismo). Abundan informes relativos a su existencia, pero hasta la fecha, no se lo ha podido identificar en forma absoluta. Los miles de casos en que se creyó haberlo avistado no fueron más que simples expresiones de deseo.
Analicemos uno de esos informes:
Morris es uno de los magos de los negocios más grandes de Wall Street. Presidente de la Compañía Super Financiera International, una de las 500 empresas más exitosas según la revista Fortuna. Pero ¿realmente fue Fortuna la que le permitió llegar al tope? ¿O el éxito vino de otra parte?
Es muy fácil darnos una palmada en los hombros, felicitándonos por lo astutos que fuimos. Pero para poder mantener una perspectiva verdadera del sitio de dónde verdaderamente proviene nuestro éxito, necesitamos que alguien nos lo recuerde constantemente.
En la Parashá de esta semana, la Torá nos dice que por cada mil soldados que salieron a luchar para el pueblo judío, otros mil permanecieron en Eretz Israel, rezando por ellos. En otras palabras, por cada soldado que fue enviado al frente, hubo otro "soldado" responsable de rezar por su hermano.
Podríamos pensar que esa medida se tomo para ofrecer mas protección a los que estaban en el frente. Sin embargo, la verdadera razón fue que los que estaban luchando no debían hacerse ninguna ilusión respecto de donde provenía en verdad su éxito. No fue por la fuerza y el poder de su propia mano que lograron salir victoriosos de la batalla, sino que su éxito, como todo éxito, provino de Hashem, el Hacedor del "Self Made Man".
(Basado en Rabí Jezkel Levenstein, oído de boca de Rabí Yehoshua Bertram)
"Moshé les habló a los jefes de las tribus de los israelitas" (Bamidbar 30:2)
Matot y Masei son dos Parashiot que muchas veces van unidas, pero cuyos nombres significan lo contrario.
La palabra "maté", cuyo plural es "matot", significa una "vara". Una vara es algo inerte, que se corta del árbol donde creció. Dejó de tener el poder de seguir creciendo, y de crear nueva vida. Siempre permanecerá igual que ahora. Estática e invariable.
Masei (del verbo "viajar") es exactamente lo contrario. Es la esencia misma del dinamismo, del desarrollo, y del crecimiento. Porque los viajes son el paradigma del progreso...
En realidad, esta yuxtaposición de Matot y Masei es un símbolo de la Torá misma. La Torá tiene la capacidad de tomar lo inerte y darle vida: de tomar la vara de Aharón y hacer que florezca. De transformarla en una serpiente.
Una simple vara inerte se transforma en el instrumento de las grandes señales y maravillas que se obraron en Egipto, de la división del mar. Una simple vara inerte se transforma en el símbolo del comienzo de la vida para el pueblo judío. La transformación de la vara sin vida, el Maté, produce el progreso y el futuro eterno, los Masei, a los viajes de los israelitas a través de la historia.
(Basado en Rabí Shlomo Yozef Zevin)
"Si un hombre hace un voto a Hashem o jura un juramento para establecer una prohibición para sí mismo" (Bamidbar 30:3)
La teshuvá (retorno) es un milagro. ¿Cómo es posible que alguien que ha transgredido pueda erradicar lo que ya tuvo lugar? Porque la teshuvá no solamente obtiene el perdón para nuestros errores, sino que rescribe la historia misma. Quita todas las cicatrices que dejó el pecado.
¿Como puede ser? Después de todo, lo que se hizo, hecho está, ¿no? Ya ocurrió. ¿Cómo la teshuvá puede volver a tejer la tela misma de la realidad? Imaginemos lo siguiente: Hoy es Shabat. Un judío enciende la luz. Sobre la misma escena puede haber tres realidades posibles:
Realidad numero uno: Un hombre le dice al otro: "¡No prendas la luz! ¡Es Shabat! ¡Estás transgrediendo un pecado capital! ¡No aprietes el interruptor!". El segundo le responde al primero: "Ya se que es Shabat. Ya se que es un pecado capital, pero igual voy a prender la luz. ¡Mira cómo la prendo!" Click.
Realidad numero dos: "¡Uy! ¡No puedo creer loque acabo de hacer! ¡Prendí la luz! ¡Me olvidé por completo que es Shabat!"
Realidad numero tres: "¡Y entonces resulta que me caí hacia atrás y con el brazo toqué el interruptor y se encendió la luz!" Shabat. Un judío enciende la luz.
Tres realidades diferentes.
Cuando hacemos teshuvá, lo que estamos diciendo es que en realidad no fuimos nosotros los que cometimos la transgresión. Esa persona podrá tener mis mismos ojos, mi mismo cabello y mi misma nariz. Podrá ser mi doble. Hasta podrá ser mi tocayo. ¡Pero no soy yo! Yo soy una persona diferente. Yo hice teshuvá. En la Parashá de esta semana, la Torá nos enseña lanaturaleza obligatoria que tiene el "néder", el voto o promesa. El néder> nos obliga, nos compromete. Nos da la oportunidad de hacer algo que hasta ahora solamente Di-s podía hacer: crear un nuevo status halájico, una nueva realidad.
Si un néder altera la realidad del mundo, entonces ¿cómo puede existir la capacidad de anular un néder? La respuesta es que si esa persona hubiera poseído cierta información al momento de hacer el néder, nunca habría aceptado sobre sí mismo semejante voto.
Él dice: "La persona que hizo el voto en realidad no soy yo".
(Rabí David Orlofsky) Extraìdo de: www.mesilot.org Para Reflexionar....
Supremacía de la Gratitud
En esta porción de la Torá leemos un suceso insólito...
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Di-s instruye a Moisés para librar una batalla en contra de Midián como castigo por intentar corromper a los israelitas. Moisés no lleva a cabo el mandamiento Divino en persona, sino delega la tarea a Pinjás. ¿Por qué Moisés, quien estaba enteramente dedicado a Di-s, no asume inmediatamente la oportunidad de cumplir con la voluntad Divina? El Midrash explica que Moisés sintió que no debía combatir personalmente contra Midián, pues aquella nación le proveyó asilo cuando huyó de Faraón (Éxodo 2:15). Sintió una deuda de gratitud hacia el país que le concedió refugio e infirió que no podía ser la voluntad de Di-s, que él negara su gratitud. Basado en el principio de que "Los caminos de la Torá son apacibles" (Proverbios 3:17) cometió un error al creer que la intención Divina debía ser que esta asignación fuera delegada. Sin embargo, no fue solo el sentimiento de impropiedad de Moisés lo que le permitió desviarse de la palabra literal de Di-s. El Midrash declara que Moisés confió en un precedente. Cuando la plaga de convertir el Nilo en sangre debía ser implementada, Di-s instruyó a Moisés para que hiciera a Aarón golpear el río. ¿Por qué Aarón y no Moises? Porque el río había provisto un asilo para Moisés cuando siendo un bebe, fuera arrojado al Nilo. Si se debe demostrar gratitud a un objeto inanimado, cuanto más se debe hacerlo con las personas! Este episodio nos enseña dos cosas: (1) Las enseñanzas de la Torá proveen el más alto nivel de sensibilidad y consideración. Gratitud es un rasgo de suprema importancia, y es impensable que Di-s ordenara a alguien negar su deuda de gratitud; (2) que aún con la primacía de gratitud, uno no puede confiar en su propio razonamiento para interpretar la palabra de Di-s. Debe haber una fuente halájica autorizada para interpretar la voluntad Divina. Moisés tuvo que confiar en un precedente a fin de interpretar la voluntad Divina, porque no había más grande autoridad a quien él pudiera dirigirse. Nosotros tenemos las dos cosas: un cuerpo comprehensivo de halajá, como así también autoridades competentes de Torá para guiamos. Al recurrir a estos, podemos mantener el principio, "Los caminos de la Torá son apacibles".
¿Qué Aprendemos esta Semana de la Parshá? ¿CON QUÉ OBJETIVO AGREGARON LOS SABIOS DE ISRAEL PROHIBICIONES Y LIMITACIONES? "Un hombre cuando ha de prometer una promesa a Hashem" (Bamidbar 30:2) En el principio de la Parshá Matot, la Torá trata el tema de las 'promesas' y la metodología para anularlas. 'Promesa', en este contexto, se refiere a una prohibición auto-impuesta por libre elección. A causa de la promesa se prohibió algo que por sí mismo no implica prohibición alguna. Cuando la promesa viene como consecuencia del deseo de servir mejor a Hashem y para poder acercarse más a Él, es considerada, en cierta medida, como positiva. Pero aquí surge la pregunta: ¿acaso no es suficiente con lo que la Torá ya nos prohibió?1 ¿cuál es el objetivo de agregar nuestras propias prohibiciones y auto-limitaciones? ¿ESCAPAR DE LA FUNCIÓN? Esto puede preguntarse de una manera más profunda: El objetivo de la Torá es santificar la vida mundana. Cuando uno ingiere algún alimento con el objetivo de servir con esas fuerzas a Hashem, o tiene provecho de algo de este mundo, a través de lo cual luego sirve a Di-s, introduce la luz de la santidad dentro de la existencia material, lo que en realidad es el objetivo de la creación toda: "Hacer para Él, Bendito Sea, una morada en el mundo inferior"2. A la luz de esto, cuando uno hace una promesa y se abstiene del provecho de diferentes cosas que hay en el mundo, actúa, parecería, contra la misma Torá- ¡La Torá le permitió estos elementos para que pueda santificarlos y elevarlos, mientras que él escapa de su función y se los auto-prohíbe! LOS JUSTOS SABEN La respuesta a esto está aquí mismo: Si una persona se encuentra efectivamente en un nivel espiritual acorde, no tiene razón para hacer promesas que prohíban, y por el motivo recién enunciado. Siendo que tiene las fuerzas para santificar a la existencia material y elevarla a la santidad, no tiene por qué escapar de esto, sino que es su deber utilizarla para servir a Hashem3. Por eso encontramos grandes justos y piadosos que hicieron uso de elementos lujosos y superfluos, puesto que ellos sabían cómo elevarlos a la santidad y utilizarlos para el servicio Divino. Pero quien se desvió del camino correcto y cuando entra en contacto con los elementos de este mundo no lo hace sólo con intenciones sacras de servir a Hashem, sino que también posee deseos personales materialistas- no siempre está en condiciones de elevar los elementos a la santidad, e incluso existe el peligro de que ellos lo desbarranquen hacia abajo. En ese caso le está permitido e incluso le es aconsejable utilizar el 'arma' de la promesa para proteger su nivel espiritual4. Este principio también nos explica las prohibiciones y auto-limitaciones que establecieron los Sabios de Israel sobre el pueblo judío, a lo largo de las generaciones. Cuando el Templo Sagrado estaba en pie e irradiaba su luz espiritual- no había necesidad de estas 'vallas'. Los judíos poseían las fuerzas para superar el materialismo del mundo e impregnarlo con la luz de la santidad. Pero una vez que el Sagrado Templo fue destruido, eso generó una caída general de la espiritualidad del mundo5, un descenso que se hizo más profundo a medida que se hacía más intensa la oscuridad del exilio6, ya no había seguridad de que el pueblo judío logre resguardar exitosamente su alto nivel espiritual, y por ende nuestros Sabios y los Grandes de Israel Z"L que les siguieron, impusieron prohibiciones y vallas adicionales. LA FUERZA PARA ABRIR De esta perspectiva resulta que las promesas y las vallas atestiguan sobre cierta decadencia espiritual, puesto que si el hombre estuviese en el nivel espiritual que le corresponde no requeriría de promesas y vallas auto-impuestas. Por eso, ¿quién es el que posee la fuerza para abolir una promesa? Sólo quién está en un nivel espiritual más elevado de quien hizo la promesa (el padre con relación a su hija, el sabio, el tribunal, etc.) Puesto que se encuentra en un nivel más alto, tiene la fuerza de anular una promesa producto de un nivel espiritual más bajo. Él brinda fuerzas a ese judío que se encuentra en un nivel bajo, que no requiera de promesas, y que por el contrario, pueda vivir y actuar dentro del mundo y elevarlo a la santidad. (Likutei Sijot 4, Pág. 1076) NOTAS: 1.Como dicen nuestros Sabios (Ierushalmi Avot cap.3 mishná 13): "Te alcanza con lo que la Torá te ha prohibido". 2.Tanjumá Nasó 16 3.Ierushalmi fin de Kidushin 4.Ver Likutei Torá Bamidbar 84,b Likutei Sijot tomo 1, Pág.254 Tomo 2 Pag 585 5.Ver Iomá 21,b 6.Como dicen nuestros Sabios (Rashi Bereshit 25:23 Meguilá 6,2) "No se ha enriquecido Tzur sino de la destrucción de Ierushalaim" Pequeña Historia ME PUEDO QUEMAR... Cierta mujer vino a Rabí Israel de Vishnitz y le pidió una bendición. Rabí Israel, sin dudarlo, la bendijo deseándole lo mejor material y espiritualmente. 'Rebe' insistió la mujer. "Deseo otra bendición- una real- mientras usted posa sus manos sobre mi cabeza para bendecirme" El Rebe le preguntó: "¿Cuando recitas la bendición sobre las Velas de Shabat, apoyas tus manos sobre la llama?" "Claro que no, Rebe" respondió la mujer. "Las coloco por encima de las flamas" "¿Y por qué no las pones sobre la llama?" el Rebe volvió a preguntar. "Porque si así lo hiciera, me quemaría" respondió la dama. "Bueno, de la misma manera, temo que si apoyo mis manos sobre tu cabeza, puedo también quemarme" dijo Rabí Israel.
Adaptado de Viviendo cada de día y del Envio semanal de Jabad Lubavitch Argentina. http://www.jabad.org.ar/notasdetail.asp?idnota=515 TODO TIENE SU TIEMPO AÙN LA TRISTEZA, CLIKEA SOBRE LA IMAGEN Y AVERIGUA EL PORQUE?
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Una Mirada desde la Cabala
Extraído de Cabalá: espiritualidad autentica para nuestros tiempos . De Simcha Benyosef
La prueba antes del ascenso La lectura de la Torá con la que finaliza el libro de Números, Masé [Viajes] siempre se lee durante los Días de Aflicción, las tres semanas entre el 17 de Tamuz y el 9 de Ab. Masé comienza así: Estos son los viajes de los israelitas, quienes habían salido de Egipto en grupos organizados bajo el liderazgo de Moisés y Aarón. Moisés recordó sus paradas por el camino, por orden del Eterno. Estas fueron sus paradas por el camino: Los cuarenta y tres versículos siguientes enumeran los nombres de todos los lugares donde acamparon los hijos de Israel en camino a Tierra Santa. ¿Cuál es la importancia de estas cuarenta y dos paradas que merecieron ser mencionadas en la Torá? Según el Midrash, cada parada constituyó un paso mas hacia la santidad, una senada en extremo valiosa para el Creador. En tal calidad, fueron inmortalizadas como preciosos recuerdos para las generaciones venideras. El Arí enseña que con cada peldaño que ascendemos en la escalinata espiritual, no agregamos más a la estructura preexistente, sino que comenzamos a edificar un proyecto totalmente nuevo. El Maharal de Praga ilustra este patrón de progresión, recordándonos que el futuro redentor de Israel nacerá en el fatídico 9 de Ab. El Maharal explica que la luz del Mesías no es una continuación de la que irradiaba el Templo, sino que, más bien, es una nueva forma de energía Divina que D-os dirigirá hacia nosotros. De aquí que esta nueva iluminación no podrá engendrase en tanto el Templo permaneciera en pie: la Luz del Mesías solo podría comenzar a resplandecer después de extinguirse su predecesora. Igualmente quien posee un edificio viejo no puede erigir un palacio en su lugar a menos que la estructura previa haya sido retirada del sitio. Por ello, Israel se compara con la luna. Cuando la luz de la luna llega a su apogeo, debe por fuerza debilitarse hasta desaparecer antes de recibir la luz renovada del siguiente mes. El servicio divino que Israel debe cumplir obedece a una naturaleza similar. En el camino hacia la redención, nuestra labor consiste en construir una sucesión de estructuras en el mismo sitio. De ahi que cada una de nuestras estructuras debe ser destruida antes de iniciar una nueva. Así, cada estructura supera a su predecesora en complejidad y belleza. Cada una de las cuarenta y dos paradas en el largo periplo de Israel hacia la Tierra Santa represento un peldaño de ascenso hacia un nivel superior de cercanía a D-os. En consecuencia, debían desplegarse redoblados esfuerzos para subir cada peldaño. Una vez finalizado con éxito cada viaje, el pueblo sintió una tangible perdida de conciencia de lo Divino. Esto permitió a su vez que el flujo renovado de luz Divina inundara la oscuridad. Algunos incidentes que ocurrieron como resultado del ocultamiento de la Presencia Divina se registran o aluden indirectamente en el listado de paradas. [Ellos] acamparon en Refidim, donde no hubo agua para que bebiera el pueblo
Partieron del desierto de SINAB y acamparon en las Tumbas del Deseo
Aarón ascendió al monte Hor por orden del Eterno y ahí murió. La Torá nos presenta aquí un patrón de conducta para todos los judíos para toda la eternidad. Cada integrante de Israel debe completar con éxito cuarenta y dos pruebas similares en el mundo físico. Desde que nace hasta que regresa el alma a su Creador, un judío vive diversos ascensos y descensos de distinta intensidad, iluminación seguida de oscuridad, cada cual ofreciéndole una forma peculiar de crecimiento capaza de ser alcanzado a partir de un punto de ocultamiento que le precede. En cada parada, uno asciende al siguiente nivel. No obstante antes del ascenso en si, pasamos por una prueba. Al reflejar nuestra total confianza en D-os durante una "travesía desértica", demostramos ser merecedores de ascender. En el libro de Salmos, el Rey David canto su propia travesía espiritual. Varado en el desierto de Judea, huyendo de sus enemigos y en un nivel bajo de conciencia de D-os, David compuso uno de sus Salmos mas emotivos: Un cántico de David, Cuando se encontraba en el desierto de Yehudá. Oh D-os, eres mi D-os, Te buscaré, sedienta por Ti está mi alma, Te anhela a Ti mi carne; En una tierra estéril Y cansada, sin agua. Así Te he contemplado en el Santuario; Para observar Tu poderío y Tu gloria. Antes de ascender a un nuevo nivel, la luz que nos ayudó a subir al nivel anterior queda opacada. Sin embargo, aunque sintamos que estamos nuevamente construyendo desde cero, en realidad estamos agregando altura al edificio que hemos estado erigiendo desde que fuimos creados. Mientras más crecemos más se espera de nosotros, con lo cual ciertos patrones de conducta que habrían sido dignos de elogio en una estructura inferior ahora pueden hacernos incurrir en el desagrado de D-os. Ahora podemos entender por qué debemos pasar por los Días de Aflicción antes de recibir una nueva luz en el mes de Tishré. Las tragedias que ha sufrido Israel durante los Días de Aflicción le han dado a estas tres semanas una impronta desértica, evocando así los viajes de los israelitas en el Sinaí. Nuestros esfuerzos por mantener una fe radiante durante estas difíciles semanas forman los cimientos de las metas que nos fijamos en Elul. Un vistazo al pasado nos indica que este tiempo de sufrimiento tiene por objeto ayudar a Israel a remontar el vuelo hacia alturas incluso superiores. Durante la era del Primer Templo, Israel aún no había aceptado cabalmente la Torá Oral. Fue solo después de la destrucción del Templo, el nueve de Ab, que asumieron gustosos este nuevo yugo sobre sí. El estudio de la Torá Oral durante la época del Segundo Templo. Empero, para que la luz de la futura redención comenzara a brillar. Esa luz que entonces refulgía sobre Israel debía ser extinguida. De ahí que el Mesías ha de nacer el mismo día que lamentamos la destrucción del Segundo Templo. Por eso, los sabios decretaron que la porción de Masé fuera leída durante estas difíciles semanas, para recordarnos que sólo podemos avanzar "por orden del Eterno". Nuestra conciencia de que D-os nos guía constantemente es capaz de atraer una luz nueva sobre nosotros para iluminar cada paso que damos. Otro ejemplo de este patrón de crecimiento lo representan los veintiún días de Aflicción, a los que siguen muy pronto los veintiún días desde Rosh Hashana hasta Hosanna Rabá, cuando recibimos nuestra sentencia definitiva para el año entrante. En conjunto ambos periodos totalizan cuarenta y dos días, el número de paradas en el viaje de Israel hacia Tierra Santa, demostrando que la esencia de los dias de oscuridad es iedentica a los de los días de luz. Los cuarenta y dos días eslabonan el año anterior con el anio en ciernes. Finalizan en Sheminí Atzeret, cuando nos unimos a nuestro Amado en la unificación espiritual más intensa del año. Veintiuno es el valor numérico de Ehyé, el nombre Divino que alude a luz de la Corona y la luz renovada con que se imbuye el año entrante. También el valor numérico de la palabra aj/ciertamente, con la que comienza el Salmo: "Aj, Ciertamente, D-os es bueno con Israel" indicación adicional de que ambos conjuntos de veintiún días son igualmente provechosos para Israel.
De Simcha Benyosef Las "Tres Semanas"
Hay mucho más que ayuno y lamento en las Tres Semanas. El profeta describe los ayunos como "días de buena voluntad frente a Di-s" -días de oportunidades para aprovechar los fracasos del pasado como el impulso para renovar y profundizar nuestra conexión con Di-s... Durante ochocientos treinta años hubo allí un edificio en la cumbre de un monte en Jerusalén, que sirvió como punto de contacto entre el cielo y tierra. Así de central era este edificio en cuanto a la relación entre el hombre y Di-s, que casi dos tercios de las mitzvot dependen de su existencia. Su destrucción se considera como la más grande tragedia de nuestra historia, y su reconstrucción marcará la redención -la restauración de armonía dentro de la creación de Di-s y entre Di-s y Su creación.
Tres semanas enteras del año -las tres semanas "entre restricciones" del 17 de Tamuz y el 9 de Av se designan como un tiempo de duelo por la destrucción del Templo Santo y el resultante galut -destierro físico y espiritual- en que todavía nos encontramos. El 17 de Tamuz del año 3829 de la creación (69 de la era común), las murallas de Jerusalén fueron violadas por los ejércitos de Roma; tres semanas después, el 9 de Av, el Segundo Templo fue incendiado. El 9 de Av también es la fecha de la destrucción del Primer Templo por los babilónicos en 3339 (423 antes de la era común), luego de que el servicio del Templo se interrumpió el 17 de Tamuz (violaron las murallas de Jerusalén el 9 de Tamuz). Estas fechas ya habían sido la escena de eventos trágicos en la primera generación de nuestra nación: 17 de Tamuz fue el día que Moshé quebró las Tablas de la Ley al ver el becerro de oro que los israelitas habían hecho; el 9 de Av fue el día que Di-s decretó que la generación del Éxodo moriría en el desierto, luego de que se negaran a entrar a la Tierra Santa por informe desmoralizador de los espías. En estos eventos residen las semillas de la avería en la relación entre Di-s e Israel -una avería que alcanzó su máximo en la destrucción del Templo. El 17 de Tamuz es un día de ayuno en que nos abstenemos de comer y beber desde el alba hasta el anochecer. El 9 de Av, Tishá B'Av, es un ayuno más severo: comienza al ocaso de la tarde anterior, y se prohíbe también lavar, maquillar, encremar, usar zapatos de cuero y tener relaciones matrimoniales. En Tishá B'Av nos reunimos en la sinagoga para leer el Libro de Lamentaciones compuesto por Jeremías y kinot (elegías) sobre la Destrucción y Exilio. Tomado de: http://www.koshercolombia.org/2008_julio_21/las_tres_semanas.htm
Da Click sobre la Imagen y disfrutan junto con tus niños de esta maravilla.
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