27 octubre 2008

Barranquilla: Noaj (Genesis 6:9 - 11:32)

Noaj (Genesis 6:9 - 11:32)
de yesid conde - Monday, 27 de October de 2008, 05:23
 

El nombre de la Parshá expresa su contenido. Sin embargo en el caso de
esta porción de la Torá aparentemente encontramos una contradicción entre
su nombre y lo que ella cuenta. El relato se ocupa principalmente de tristes acontecimientos como ser; las aguas que inundaron el mundo, el pecado de la generación de la Torre de Babel y su posterior castigo. En cambio su nombre, Noaj significa descanso y tranquilidad (como lo indica el Midrash). ¿Cómo es posible que la Parshá lleve este nombre cuando todo lo que en ella aparece es lo contrario al descanso y tranquilidad? Además el profeta describe a las aguas del Diluvio como Mei Noaj (aguas de Noaj), ¿acaso fueron aguas de tranquilidad y paz? ¡Fueron las que borraron todo vestigio de vida de la faz de la tierra!

Un mundo nuevo

El nombre Noaj nos revela el contenido interior que se encuentra detrás de
los acontecimientos duros y arduos que se presentan. Ciertamente que el
Diluvio fue un suceso contrario al descanso y la calma, pero justamente a
través de éste se llegó a un sosiego legítimo. El Mabul (Diluvio) purificó
la tierra y estableció un mundo flamante, incomparable al existente
anteriormente. El Midrash relata que cuando Noaj salió de la Teivá (arca),
vio 'un mundo nuevo'. Hashem firmó con Noaj un pacto con 'todas las
generaciones' de no volver a traer un Diluvio ni alterar el normal
funcionamiento de la naturaleza. Es decir que finalmente fueron las aguas
del Diluvio 'aguas de paz'.

Volviendo a la rutina

En realidad ésta es la razón profunda y el objetivo de todos los obstáculos y pruebas que la persona debe afrontar en su vida. A pesar de que supuestamente ellos son negativos y declinables ya que nos perturban en el servicio a Di-s, esconden dentro de ellos una intención positiva, ya que gracias a que el individuo los supera, logra 'liberar' las chispas de Divinidad encerradas en ellos (como se explica en la mística judía, que en cada elemento existente, incluso en los negativos, hay una chispa Divina que le da vida), hasta tornarlos en bien y santidad, favoreciéndolo en su servicio a
Di-s. Existe una estrecha relación entre estos conceptos y los días en los que se lee Parshat Noaj. Ahora dejamos la época de las festividades de Tishrei y retornamos a la rutina. Cuando el iehudí sale de un mes pleno de festividades y santidad y penetra en los 'grises' días de la semana, puede verse intimidado por las 'abundantes aguas' que quieren inundarlo, es decir, verse arrastrado por el 'diluvio' de las preocupaciones por el sustento y los temas mundanos...

Lo positivo de las preocupaciones

Entonces llega Parshat Noaj y lo reconforta: "No temas ni te asustes de
las abundantes aguas". Tú puedes transformar las aguas del 'Diluvio' en
Mei Noaj ,aguas de armonía, ¿Cómo? : "Entra en la Teivá", fue la órden de
Di-s a Noaj. Rabí Israel Baal Shem Tov explica que se refiere también al
término 'palabra'. Es decir: ingresa a las palabras de la Torá y la Tefilá, y apégate a ellas. De esta forma no sólo te salvarás de las 'aguas del Diluvio', sino que ellas mismas se convertirán en Mei Noaj (aguas plácidas). Los desvelos del sustento y las preocupaciones terrenales te motivarán a elevarte espiritualmente si sabes enfrentarlas correctamente. No debemos asustarnos ante su presencia sino afrontarlos con emuná (fe) y apego a Di-s, hasta llegar a ver el bien que se encuentra dentro de ellos.

Likutei Sijot, tomo 20, pag. 285

"Y sobrevivio solo Noaj y todos aquellos con el en el arca"
(Bereshit 7:23)

Noaj es mencionado aqui sin el acompañamiento de los ilustres titulos que la Tora le diera al comienzo de la perasha. Alli, casi como un prefijo, Tzadik y Tamim fueron adosados a su nombre.

Rab Meir Shapira de Lublin explica que Hashem le dio a Noaj 120 años para construir el arca e influenciar sobre su generacion para que hiciera teshuva (arrepienta). Sin embargo fallo en su mision y no utilizo su potencial. Y fue considerado responsable por ello.

Una persona es solo merecedora de su titulo cuando actualiza su potencial, mas carece de sentido si no se empeña en mantener ese honor. Al no cumplir con la tarea encomendada, Noaj no pudo conservar los titulos previamente ganados, por lo tanto en los versiculos posteriores fue llamado simplemente NOAJ. Cada uno de nosotros tiene su propia fuerza, habilidad o influencia
sobre sus semejantes para acercarlos a la palabra divina y a las mitzvot. Leemos en Pirke Avot "Ohev et haberiot um-karvan laTora"(ama a las criaturas y las acerca a la Tora). La Mishna no dice "les enseña Tora" o "estudia con ellos Tora ", sino "los acerca a la Tora". Dentro de cada uno de nosotros se encuentra el potencial para acercar a un hermano alejado de sus raices. Y las formas de hacerlo pueden ser muy diferentes y variadas, desde invitarlo como huesped a nuestro hogar hasta apoyar y contribuir con la labor de individuos e instituciones que se ocupan de esclarecer a los menos iluminados. Por supuesto que el punto de partida de todo debe ser el constituir un ejemplo viviente de la verdad divina por medio de una conducta correcta y de buenos rasgos de caracter.

El rey David declara en Salmos 119:136: "Rios de agua derraman mis ojos por aquellos que no guardan Tu Tora" , pero nadie esta perdido.
Aun una sola mitzva que uno haga cumplir a otro puede salvar un mundo entero.
La Tora es llamada Etz Jaim ("un arbol de vida es para los que se aferran a ella"). Sobre este versiculo el Jafetz Jaim solia relatar la parabola
de un hombre que habia caido en un torrente de agua que fluia hacia rapidas y peligrosas corrientes. Mientras veia su vida rapidamente extinguirse ante sus aterrados ojos, atino a divisar de repente la pequeña rama de un arbol inclinandose desde la orilla sobre su cabeza. Con premura se aferro fuertemente de esta ramita y asi pudo salvar su vida. El Jafetz Jaim explica que a veces la adherencia a una sola mitzva puede tener la fuerza de mantenernos con vida pues el valor de su cumplimiento puede ser increiblemente grande; podria ser inclusive que fuera la causa de la llegada de esa alma a este mundo. Ademas una mitzva arrastra a otra y no hay limite para la elevacion espiritual que nuestro semejante puede alcanzar.

No olvidemos que en el Pueblo de Israel cada uno es responsable por su semejante. Desarrollemos nuestro potencial para ayudar a aquellos hermanos alejados de sus raices, a retornar a una vida de Tora y mitzvot.)

El "viejo orden" se había modificado ya para siempre. A partir del diluvio, la vida de la gente se fue acortando de manera tal que nadie pudiera ejercer el mando eternamente. Desde ahora, las nuevas generaciones podrían acceder al poder y derrocar a sus mayores antes de corromperse ellas mismas por el mal ejemplo al que se irían acostumbrando con el correr de largos años en que todos los seres humanos se vuelven "realistas" (corruptos). La familia de Noaj se había multiplicado y después de 300 años ya era un verdadero pueblo numeroso - el único que habitaba la tierra - todos viviendo en un solo lugar, todos hablando un solo idioma - el idioma Di-vino. Estaban gobernados por un rey: Nimrod, quien ejercía el poder en forma total. Todos, absolutamente todos, debían responder a su orden. Y era realmente popular. Sus buenas ideas contagiaban a todos los contemporáneos. Repetían sus sloganes. "La unión hace la fuerza...", "los hermanos sean unidos...", "un pueblo unido, jamás será vencido".¡Qué bárbaro, qué hermoso! Sabiendo que la violencia fue el motivo por el cual la generación del diluvio fue destruida, el "nuevo orden" de unión y fraternidad universal vaticinaban un mundo realmente mejor. Fue así que, por orden de Nimrod, se mudaron todos al valle de Shin-ar (Babilonia) y comenzaron a construir una ciudad con una gran torre que debía llegar hasta el mismísimo cielo. ¿Para qué? "...hagámonos un nombre (seamos famosos), para no dispersarnos sobre la faz de la tierra...". Estemos unidos para no dispersarnos... El versículo no nos cuenta ante quién querían hacerse famosos (no existían posibles adversarios), ni porqué era tan terrible que la gente se dispersara. Ud. se preguntará: ¿Pero... no hay piedras aptas para la construcción en Shin-ar?! No problem. Inventaron el ladrillo. Quemar lo que sea... con tal de lograr su objetivo y construir su torre. Lo cual nos da para pensar. ¿Es importante la unión entre las personas? Pues sí. ¿Por qué? Porque los individuos somos vulnerables y no podemos ayudarnos solos en caso de enfermedad, de soledad, de peligros externos. Mientras que, estando unidos, podemos hacer un frente en común para defendernos y ayudarnos mutuamente. Sin embargo, nada de eso se menciona en el caso de esta gran edificación. Es más, cuando la Torá nos relata acerca de Nimrod que era un "gran cazador delante de D"s..." (¿qué lugar del mundo no es "delante de D"s" y qué tiene que ver el hecho de ser cazador con D"s?), los Sabios ya nos aclaran que su "caza" estaba destinada a "las mentes de las personas", es decir, que sabía embaucar a la gente con sus ideas monárquicas y esas brillantes y pícaras ideas conducían a confundir a la población para causar una rebelión unificada en contra de D"s.(Rash"í) El Midrash nos describe, a su vez, cómo la gente lloraba por la pérdida de un ladrillo más que por la caída de una persona accidentada en la obra. El individuo no valía. La tecnología, sí. Lo único que valía en aquel momento era el proyecto "unido". De a poco vamos entendiendo entonces qué es lo que está sucediendo. Un rey logra cohesionar su población para que no se disperse, mediante el slogan de estar unidos y tener fama para luchar en contra de... D"s. ¡Toda la humanidad en contra de D"s! Y que esta vez no haya un disidente al mejor estilo de Noaj que pueda "encontrar gracia en los ojos de D"s", por lo tanto es importante estar bien unidos y no dispersarse. (Obviamente, solo en la mente de un idólatra, D"s puede ser considerado un "adversario") Pero Nimrod necesita explicarle a la gente de alguna manera el diluvio y eso no es tarea fácil, pues está en el conciente colectivo de la población. Es más. El propio Noaj y su hijo Shem, testigos oculares del diluvio estaban vivos. ¿Cómo quitar de la gente la lección moral de lo que esto representaba? A tal fin, la "ciencia" hizo lo suyo. Era cuestión de explicar el diluvio en términos racionales y científicos. "Una vez, en cada 1656 años los cielos ceden a la presión del agua acumulada... hagamos soportes al cielo" - decían algunos. Otras teorías anunciaban que desde la torre se podría "abrir los cielos para causar la lluvia" cuando fuese necesario - más garantía que simplemente rezarle a D"s. Seducción a algunos, e intimidación al disidente. Dado que nosotros observamos y estudiamos este evento desde tan lejos, nos cuesta entender que los contemporáneos de Nimrod estuviesen dispuestos a ser engañados con tanta facilidad. Sin embargo, sépalo, querido lector, que la gente tiene esa tendencia. "Para qué pensar yo mismo, si lo puede hacer otro por mí, sin que yo me gaste el cerebro" - es una actitud muy difundida. Al mismo tiempo, se requiere un alto grado de voluntad para ser el único que se opone a los sloganes que están de moda... Para el ciudadano promedio, el facilismo es "seguir la manada" sin cuestionar. Uno ya tiene tantos problemas en la cabeza, que ya no queda lugar para pensar y pelearse con "todo el mundo"...Sólo se opuso una persona. Avraham. Y se "jugó la vida" por sus creencias. De aquel Avraham, salimos nosotros, los judíos... a pesar que a menudo pareciera ser que nos queremos olvidar nuestra condición pensante para mimetizarnos más en nuestro entorno. El resto de sus congéneres contemporáneos perdió nuevamente una oportunidad de crear su vínculo próximo con D"s. La unión hubiese sido buena, si los ideales los hubiesen sido. Como no lo fueron, el castigo fue el obvio. La gran dispersión. Nunca más habrá unión entre los seres humanos, hasta que entiendan que hay un Verdadero Monarca, D"s, sobre todos ellos, que no es un adversario de la humanidad. Entonces podrán gozar nuevamente de un mismo idioma y ser una sola humanidad.

Daniel Oppenheimer
. En Torá Or1, sección "Nóaj", se explica que el Diluvio no fue solamente un castigo sino también un acto de purificación: El Diluvio purificó el mundo que antes de éste había sido impurificado. A ello se debe que se extendiera durante 40 días –un número equivalente a las 40 seá2 de la Mikvé3– y se lo llame méi Nóaj (las "aguas de Nóaj")4 [que, según la interpretación del Midrash, significa:] naijá derujá (satisfacción del espíritu)5.

Asimismo, en Torá Or hay una exposición más detallada del tema, y allí se señala que la misma idea se aplica a las preocupaciones y dificultades en lo que respecta a la obtención del sustento, simbólicamente llamadas máim rabím ("muchas aguas")6: Estas enjuagan los elementos indeseables del hombre y por lo tanto generan un estado de naijá derujá7.

2. La relación entre [estos tres aspectos,] 1) las preocupaciones por el sustento, 2) el Diluvio, y 3) la mikvé, es la siguiente:
[En adición al objetivo de purificación,] el propósito subyacente y más profundo de la [inmersión en la] mikvé es el de la auto-anulación, como escribe Maimónides: "La persona debe sumergirse en las aguas del conocimiento puro"8. Es por ello que ésta requiere [una cantidad mínima de agua equivalente a] 40 seá, dado que ésta es la medida [de agua] suficiente para cubrir por entero el cuerpo humano9.

Asimismo, las letras que forman la palabra tevilá ("inmersión") son las mismas que deletrean la palabra habitúl ("la anulación")10. Esto significa que el acto de auto-negación, [el "desaparecer" por completo dentro de sus aguas, implicando] el despojarse del propio yo, eleva al individuo de manera tal que pueda volverse receptor de las cuestiones de santidad.

En efecto, éste es el verdadero propósito [Divino] de las ansiedades por su manutención que abaten al hombre. Aunque temporalmente perturban y confunden a la persona, logran que se quiebre por dentro y se libere por lo tanto de su propio yo; de este modo [y sólo así (dejando de lado su ego)] se torna receptora para la santidad.

3. La verdadera intención [Divina al hacerle enfrentar situaciones preocupantes] no es la de castigar al hombre, Di-s libre, sino limpiarlo y purificarlo de todo aspecto indeseable. Esta [limpieza de la impureza espiritual, necesaria para tornarse un recipiente para la santidad,] puede lograrse, obviamente, muy rápido, incluso de manera instantánea, pero a condición de que la persona perciba el propósito subyacente [de la situación que le toca vivir], y produzca en sí misma el efecto [de auto-negación del yo] que estos eventos pretenden lograr. Entonces, el individuo alcanza la meta [en aras de la cual Di-s generó estas dificultades en su vida] y [a partir de ese momento] logra naijá (satisfacción y placer) tanto material como espiritual.

4. Las "aguas malvadas"11 del Diluvio pueden dividirse en dos: 1) Tehóm rabá ("el gran abismo"), y 2) Aruvót hashamáim ("los ventanales del Cielo")12. Y las ansiedades y dificultades que acosan al hombre también pueden clasificarse bajo el mismo criterio.

[La explicación es la siguiente:]
Tehóm rabá alude a las ansiedades por asuntos materiales, secundarios –por ejemplo, las preocupaciones por la obtención del sustento, etc.–, en tanto que aruvót hashamáim se refiere a las ansiedades causadas por cuestiones sublimes, espirituales –por ejemplo, actividades comunitarias, etc.– que, pese a su propósito sublime, interfieren con el estudio de la Torá y la observancia de las mitzvot. De hecho, uno debe involucrarse en las actividades comunitarias, pero ello no debe interferir con el estudio de la Torá y la observancia de las mitzvot. Pues las mitzvot causan el [apego a Di-s, y por su intermedio el judío vive verdaderamente, como declara el versículo:] "Ustedes, que se apegan a Di-s, su Señor, están todos vivos hoy"13.

Las mitzvot unen a todos los que las observan con Di-s14, atrayendo sobre sí, como consecuencia, vitalidad Divina. Pero si la observancia es deficiente, ¿de qué sirven todas las actividades comunitarias a las que se dedica esta persona, si ella misma no hace lo que prescribe el Shulján Aruj (Código Judío de Leyes)?

La excusa de que uno está ocupado con los "ventanales del Cielo" –o sea, con cuestiones espirituales– es una falacia. Este argumento no se origina en el Alma Divina sino en el Alma Animal15. El hecho de que esta actividad [comunitaria] represente un obstáculo para el estudio de la Torá y la práctica de las mitzvot tal como se estipula en el Shulján Aruj demuestra a las claras que [este estilo de vida] es contrario a la santidad. Es cierto que en ese momento esta persona está atareada con [temas importantes y sublimes comparables a] los "ventanales del Cielo", pero dado que su manera de actuar proviene del lado opuesto al de la santidad16, finalmente provocará [en su vida espiritual] un descenso seguido de otro, [alejándolo cada vez más,] Di-s libre, [de la genuina forma judía de vida]. Y [si esta persona no toma conciencia y revé su conducta contradictoria], sus preocupaciones por la comunidad dejarán de ser aruvót hashamáim – [temas sublimes como los] "ventanales del Cielo", convirtiéndose para él, en cambio, en tehóm rabá, un "gran abismo".

5. La forma de contrarrestar las "aguas del Diluvio" –tanto las de tehóm rabá como las de aruvót hashamáim– es por medio de "Ingresa a la teivá ('el arca')"17. El Baal Shem Tov interpretó el término teivá como una alusión a las 'palabras' de Torá y plegaria18. "Ingresa a la teivá", entonces, significa "meterse" en las letras de Torá y plegaria, estar envuelto en ellas, pues entonces uno puede estar confiado en que nada lo inundará, y de este modo [cada judío puede llegar a compararse con] "Noaj, el hombre justo"19, [y al igual que él, quienquiera "ingresa en la teivá" de Torá y plegaria] se mantendrá, junto a los integrantes de su familia, íntegro, [libre de toda vestigio que pudiera dejar la materialidad de este mundo].

Por ello, [para facilitar el "ingreso a la teivá" de la Torá y la plegaria,] lo primero que se requiere que hagamos al despertar, todavía antes de "entrar al mundo" –o sea, a las ["situaciones de riesgo" que, de no ser superadas, son, en definitiva,] "aguas malvadas"– es recitar el Modé aní lefanéja –"Doy gracias a Ti... que has restituido... mi alma dentro de mí"20–, reconociendo21 de ese modo que la vida del alma proviene por entero de Di-s. Luego se recitan las Bendiciones Matutinas, agradeciendo a Di-s cada aspecto particular [del día a día]: "Bendito... que vistes a los desnudos", ["...que das fuerzas al exhausto", "...que me ha provisto de todas mis necesidades",] etc.

A simple vista, algunas de estas bendiciones demandan una explicación. A fin de cuentas, la persona [que recita la bendición] ya tiene ropa para vestirse. ¿Por qué es necesario, entonces, recitar la bendición "que vistes a los desnudos" y otras similares22? [Para responderlo es preciso explicar previamente cómo debe mirar el hombre la realidad creada, y qué debe distinguir en ella]. Nuestros Sabios dijeron: "¿Quién es Sabio? Aquel que discierne lo que está por suceder"23, es decir, quien distingue aquello que está siendo creado a cada instante ex-nihilo (a partir de la nada absoluta) 24; [en otras palabras:] aquel que reconoce que el iesh25 está siendo generado constantemente por la Divinidad.

Teniendo en cuenta este criterio-reconocimiento, el Zohar relata26 que Rabí Iese, el Anciano, oraba pidiendo que Di-s le proveyera alimentos; e incluso cuando ya tenía la comida ante sí, no probaba bocado antes de haber recitado esta plegaria. Esta conducta genera una pregunta: ¿Qué propósito tiene esta plegaria una vez que la comida ya está lista y servida?

El concepto [que lo explica] es el siguiente: Todo ser creado [existe exclusivamente en virtud del Verbo Divino que lo llama a ser; de modo que, en verdad, el iesh,] como existencia independiente, no existe. Su propiedad natural es la de revertir constantemente su estado ["algo"] al de la "nada" absoluta en que se encontraba antes de haber sido creado27. [Por ejemplo,] el hecho de que [la comida] continúe existiendo se debe a que Di-s, en Su bondad, renueva permanentemente esta existencia, como está escrito: "Quien en Su bondad renueva cada día, permanentemente, la obra de la Creación"28. De modo que la plegaria por la comida sigue siendo relevante aun cuando ésta ya se encuentra sobre la mesa, y lo mismo es válido para las demás necesidades del hombre. Aquel alimento que existía un instante antes, ya se ha vuelto (por naturaleza) nada absoluta, haciendo entonces necesario orar a Di-s para que lo renueve de modo que provea al hombre de sus necesidades.

El comenzar [el día o prologar situaciones del quehacer cotidiano] con una plegaria de este tipo significa ser consciente de que el objeto físico carece de toda existencia propia independiente –pues precisa ser creado por Di-s a cada instante– y que la existencia del mundo es solamente para satisfacer el propósito Divino de [que el iesh mismo reconozca que toda su existencia proviene de la Divinidad, como está escrito:] "Yo lo creé para Mi gloria", etc.29 Esta clase de conciencia permite a la persona involucrarse en todas las cuestiones de este mundo material sin temer los efectos de las "aguas malvadas".

Sin embargo, antes de [tomar conciencia de la genuina dimensión de la realidad creada como consecuencia de la reflexión adecuada en el momento de] la plegaria, la persona tiene la presunción natural de que el mundo constituye, jas veshalóm, un fin en sí mismo30, gozando de existencia propia independiente [sin depender constantemente de la Divinidad]. Y cuando uno se rige de acuerdo a esta [errada] concepción, [ello afectará indefectiblemente su conducta, de modo que] da por descontado que todo lo que la Torá permitió – está permitido de manera incuestionable; y en cuanto a aquellas cosas de las que no se está seguro si están prohibidas o no – se asume que están permitidas, pues [supuestamente] toda situación debe evaluarse de acuerdo a su jazaká (status quo), y la jazaká de todo, [tal como se lo mira antes de la plegaria,] es su aspecto "terrenal" [es decir, "desconectado" de Di-s].

En cambio, si la persona ha incorporado la percepción de que no hay existencia [independiente de Di-s], y [tiene bien en claro que] lo único que [verdaderamente] existe [sin depender de nada ni de nadie] es Di-s, y que [todo lo que existe es sólo en virtud de que] El renueva [re-creando permanentemente] el mundo a partir de la nada absoluta con el [único] propósito de "tener una morada en los planos inferiores de la Creación"31, en ese caso, la "realidad" se define [exclusivamente] como aquello que lleva a la concreción de este propósito.

Esta forma de pensar lleva a la persona a una conclusión totalmente opuesta [a la mencionada antes]: Aquello que está prohibido –y que por lo tanto contradice el propósito Divino–, está absolutamente prohibido. Es más: incluso los lujos superfluos lo están. Si el Iétzer HaRá (Inclinación al Mal) argumentara que "esto es esencial", se le debe responder: "¡Demuéstrame que lo es!" Pues la auténtica jazaká es de que sólo existe la Divinidad y, en consecuencia, el onus probandi (el peso de la evidencia) recae sobre aquel que reclama como propio algo que está en manos de otro"32

Este concepto sigue el espíritu del aforismo jasídico que reza: "Aquello que está prohibido, está prohibido; e incluso lo que está permitido, ¡no es necesario!"33 Este, entonces, es el significado de "ingresa a la teivá": "Introdúcete en las teivot ("palabras") de Torá y plegaria, para que siempre estés rodeado por ellas". Cuando el hombre hace profundamente suya la noción de que la Torá y la plegaria son la realidad principal [de su vida], y que todas las demás cuestiones están supeditadas a esta genuina realidad, incluso la dedicación a los aspectos materiales de la vida se convierte, ella misma, en una forma de avodá (servicio a Di-s), o en algo que conduce a la avodá. Pues, a fin de cuentas, el hombre precisa un cuerpo saludable para funcionar de la manera adecuada.

[En síntesis:] La única forma de librarse de las "aguas del Diluvio" –sean éstas las del tehóm rabá o las de los aruvót hashamáim– es por medio de "Ingresa a la teivá", pues de ese modo se despoja de aquellas cosas que no representan santidad y ubica todas sus necesidades y asuntos en el contexto de "Conócelo [a Di-s] en todos tus caminos"34.


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