El Exilio y su Solución
| "El desierto grande, temible, [donde hay] serpiente, víbora y escorpión, y sed, donde no hay agua" (Devarím 8:15). Antes de ingresar a la Tierra de Israel por primera vez, el pueblo judío tuvo que viajar por el desierto. El significado actual de este desierto es el Galut (exilio) en el cual vivimos. Cada detalle de la descripción de este desierto, se encuentra hoy en día en nuestra vida cotidiana. Nos encontramos actualmente en el Galut, exilio. Para poder entender la Gueulá, redención, debemos entender primero el Galut junto a su causa, para luego reparar esa causa y, automáticamente, llegar a la Gueulá. Como, por ejemplo, un enfermo, cuando comprende que está enfermo y en qué consiste su enfermedad, va a un doctor para que le diga qué medicina tomar para curarse. El conocimiento mismo de que está enfermo y en qué consiste la enfermedad, ya es media cura y, con el tiempo, traerá la otra mitad de la cura, para estar completamente sano. El conocimiento del Galut y su causa, trae el comienzo de la Gueulá. Las acciones de los padres son señales para los hijos, por lo que si la Torá nos cuenta sobre el desierto a través del cual nuestros padres transitaron previo a su entrada en la Tierra Prometida, es una señal para nosotros. El Galut en el cual nos encontramos es similar al desierto en el cual se encontraban los judíos en aquella época. A través de analizar los adjetivos que la Torá da a este desierto, entenderemos el Galut en el cual nos encontramos, para luego descubrir cómo llegar a la Gueulá. El primer adjetivo con el cual se describe al Galut es el desierto grande, es decir, el primer paso del exilio es cuando uno considera al mundo a su alrededor "más grande" e importante que uno. El desierto es un lugar inhabitado por el hombre. En este caso, el hombre representa al judaísmo. El significado del desierto "grande" como exilio es, el sentimiento de que el lugar habitado por el hombre, el judaísmo, es mínimo en importancia, y el lugar habitado por los otros pueblos, la sociedad en general, tiene una mayor importancia. El segundo adjetivo es temible. Grande significa que es más importante que uno, pero al menos uno representa una minoría. Temible significa un exilio más profundo aún, donde la sensación es que uno teme a todo y a todos. Entre tanto uno considere al mundo como "grande", es afectado por este cuando tiene contacto con él, pero en su vida privada, donde uno mismo es el dueño, no. Sin embargo, cuando uno considera al mundo a su alrededor, no solo grande, sino también "temible", aún en la sinagoga, aún en su propia casa, uno teme expresar su judaísmo en forma revelada. El tercer adjetivo es serpiente. El veneno de una serpiente es caliente. Esto significa que uno comienza a "calentarse" por el mundo, uno pierde sensibilidad por los aspectos espirituales y su energía es utilizada principalmente en asuntos mundanos. A tal punto esta inclinación llega, que uno deja de lado totalmente su judaísmo, representado por el cuarto adjetivo, la víbora, de veneno más caliente aún. El quinto adjetivo es escorpión. El veneno del escorpión es frío. Este nivel de exilio es peor aún que el de la serpiente y la víbora, porque cuando uno tiene energía, a pesar de que esté siendo mal utilizada, existe una posibilidad de guiarla correctamente, de manera que la energía que antes estaba dedicada a asuntos mundanos, ahora puede estar dedicada a asuntos espirituales. Pero cuando no hay energía, uno es "frío" como el veneno del escorpión, esto indica un nivel de indiferencia en general, que es mucho más difícil de transformar. El sexto adjetivo es sed, donde no hay agua. Este nivel significa que, aún cuando Di-s le da a uno una señal y genera una "sed", sin embargo "no hay agua". Agua es Torá, en verdad uno está sediento, pero no sabe de qué, porque se alejó tanto de sus raíces que ni sabe de qué se trata el judaísmo. ¿Dónde comenzó este exilio tan profundo, donde uno siente la necesidad de acercarse a algo pero no sabe a qué? El primer adjetivo del desierto es grande, uno da demasiada importancia al mundo a su alrededor en lo referente a su vida judaica. Ese es el primer paso del descenso hasta un nivel donde uno pierde todo contacto con su judaísmo. Para resolver todos estos niveles de exilio, hay que resolver la causa de todos ellos, uno debe fortalecerse en su judaísmo, sin que el mundo a su alrededor lo afecte, a través de recordar que "Tú nos elegiste de entre todos los pueblos". Recién entonces uno va a estar "libre" del exilio, y va a ingresar en la Tierra buena y amplia, a través de nuestro justo Mashíaj, rápido en nuestros días. | Los talones Por Yanki Tauber
| La sección de Ekev de la Torá (Deuteronomio 7:12-11:25) abre con las palabras de Moshé a los hijos de Israel, "Y como consecuencia de que ustedes obedezcan estas leyes..." Los comentarios se centran en el uso extraño de la palabra hebreo Ekev ("porque"). Varios ellos ven una alusión a la palabra Akeiv, "talón" (en hebreo, ambas palabras tienen la misma ortografía). ¿Qué significa que escuchamos las leyes de Di-s con nuestros talones? Dicen los maestros del Jasidismo: No es suficiente que la mente entienda. Ni tampoco que el corazón sienta y las manos hagan. La persona entera debe estar "permeada" de Mitzvot. Al punto que los propios talones oyen y escuchan. La cabeza es el líder reconocido del cuerpo. Pero cuando una persona entra a una bañera de agua caliente, la cabeza a menudo dudará. Son los talones que se zambullen y marcan el camino. Rabi Sholom DovBer de Lubavitch usó esta metáfora para ilustrar las cualidades especiales del judío "simple". La cabeza puede ser más inteligente y más sofisticada, pero los talones aparentemente toscos y sencillos talones poseen una medida mayor de Mesirut Nefesh (auto-sacrificio). El judío simple puede no ser tan sabio o exitoso como el judío erudito, pero su fe y compromiso --quizás, por consiguiente--exceda aquel de sus hermanos más elevados. Los cabalistas se refieren a nuestra generación como "los talones de Mashiaj." El axioma de la historia es "los descendientes de las generaciones". Adam era "la obra de Di-s". Moisés habló con Di-s "cara a cara". Más tarde, los profetas lo escucharon en sus sueños y sus visiones. Lo mejor que los Sabios del Talmud podían esperar era una visita de Eliahu, el Profeta. Más tarde, los Sabios se describen como poseedores de "inspiración divina". ¿Y nosotros? Nosotros somos los talones, la generación más baja y espiritual del cuerpo de la humanidad. Pero también esto: Somos "los talones de Mashiaj" porque somos la última generación del Exilio, la última generación de una edad en que Di-s se oculta de Su mundo, y la primera generación de la Redención, de un mundo que reflejará la bondad y perfección de su Creador. Somos "los talones de Mashiaj" porque, si escuchamos atentamente, podemos oír los pasos del próximo redentor, el sonido de sus talones golpeando nuestra tierra. Y también: A pesar de--y debido a--nuestra bajeza, somos los talones de la historia, la base en la cual todo se apoya. El Talmud (Bava Batra 58a) describe cómo Rabi Banaá entró en la Cueva de Majpelá en Hebrón donde están enterrados Adam y Javá. Él vio los talones del primer hombre que "brillaban como dos soles." | Tomado de: http://www.es.chabad.org/library/article_cdo/aid/543232/jewish/La-Entrega-Total-de-un-Pastor-de-Israel.htm ¿Y AHORA QUE? "Y será que si te vas a olvidar..." (Devarim 8,19) Dijeron Jazal (tratado de Temura, hoja 14): es preferible la negación de la Tora antes que olvidar lo estudiado en la Tora. Aclaremos que el decir preferible no es decir que sea bueno, sino que lo que va a continuación resulta peor... La causa de que la negación de la Tora no sea algo tan malo como el olvidar se debe a que esta negación es la consecuencia de un fortalecimiento hacia la parte negativa, lo que genera automáticamente fuerzas de salvación que acudirán al rescate, de la misma forma que cuando en un lugar existe gente que ataca al cumplimiento de la Tora y sus preceptos, lo alenu, creando leyes que prohiban a los iehudim cumplir con determinadas cosas, de inmediato aparece quien sale en nuestra defensa, o como cuando algunos gobiernos decretaron el cierre de los Talmudei Tora y las Ieshivot, existieron siempre los maestros que sacrificaron sus vidas enseñando a sus alumnos en lugares ocultos o por las noches... Pero, el peligro resulta mucho mayor cuando, lo alenu, llegamos a olvidar la Tora. Aquí estamos tratando de un caso donde desaparece el sentimiento, como cuando un cuchillo corta sobre la carne muerta, la carne muerta no siente ningún dolor, así, la persona que olvida, no siente nada, no se da cuenta de la pérdida, y cuando le llega el turno de educar a la próxima generación, estos niños crecen sin los buenos modales, sin el "sello" de iehudi, sin que nadie les hable al corazón... Y ahora no se trata de una guerra como en el caso de la negación, nos encontramos en un estado en el que cualquier cosa nos puede conformar y hacernos creer que alcanzamos el objetivo, lo que resulta por demás peligroso, como dice el Jafetz Jaim, que una persona que aprendió a recitar el "Kadish", llegue a pensar que eso, el saber decir Kadish lo hace merecedor de llamarse iehudi, que para ser iehudi eso es lo que hace falta saber, y esto es justamente provocado por el olvido, que hace, jalila, que la generación siguiente no tenga ni noción ni sentimiento alguno, por eso la Tora nos asegura, nos garantiza (Devarim 31,21) que el no olvidar tiene la vista puesta en las generaciones que vendrán, para mostrarnos qué grande es el peligro del olvido en la Tora. Y de la misma forma explicamos lo que dijeron Jazal en el tratado de Meguila (hoja 3a), que vino el ángel y atacó a Iehoshua. Cuando el ángel explicó el motivo de su aparición dijo: ayer no acercaron el sacrificio de la tarde y ahora anularon el estudio de la Tora. Entonces Iehoshua le preguntó: ¿por cuál de las dos cosas viniste? Y el ángel contestó: AHORA VINE!!! (si hubiera sido por los sacrificios hubiera venido ayer, si vine ahora es por lo que hicieron ahora, que dejaron de estudiar Tora), y los Tosafot agregan que vino por el estudio de la Tora, como cuando está escrito: y ahora escribiré para ustedes este canto... La mayoría de los preceptos que nos fueron ordenados en la Tora tienen que ver con el tiempo, tienen un tiempo para su realización. Hay algunos que debemos cumplir de día, y hay otros que cumplimos por las noches, hay otros que se cumplen solamente a determinada hora y otros que tienen tiempos o días específicos. El estudio de la Tora se escapa a cualquier clasificación, se estudia de día y de noche, en invierno y en verano, como está escrito: y te ocuparás en ella de día y de noche, todo momento es ideal para estudiar la Tora y jamás, como dice el rab hagaon Shlomo Levinstein Shlita, un iehudi puede "darse el gusto" de decir que tiene tiempo libre, cualquier momento que parece disponible tiene que aprovechar para estudiar Tora. Todo tiempo, cada instante, prosigue el Jafetz Jaim, es tiempo de estudiar Tora, por eso el ángel dijo "ahora", y ahora significa precisamente en este momento, ¿qué podemos hacer ahora? Estudiar Tora! Y cuando Iehoshua escuchó vine ahora, entendió enseguida que se trataba de la anulación del estudio de la Tora, y así como escuchó se sumergió en las profundidades del estudio de la Tora, allí está escrito que Iehoshua durmió en la profundidad, y la Guemara nos aclara: dijo rabi Iojanan, que estas palabras nos enseñan que se hundió en la profundidad de las leyes... No esperó ni un segundo, de inmediato se ocupó del estudio de la Tora... En el invierno del año cinco mil seiscientos cincuenta y dos, el gobierno ruso decretó que en todos los institutos privados de estudio, debían establecer, por lo menos, dos horas del programa de estudio oficial del país. Este decreto, por supuesto, incluía a los Talmudei Tora y Ieshivot, incluía o digamos que estaba dirigido en especial hacia ellos... En la mira del gobierno estaba la gran Ieshiva de Voloshin, que si no aceptaba la imposición debería cerrar sus puertas. La decisión estaba en manos de la dirección de la Ieshiva, o aceptar el estudio profano en su interior o dejar de funcionar... El Rosh Ieshiva, el gaon Hanetziv ztz"l, no quería ser el único responsable de semejante decisión, por lo que llamó a una urgente reunión convocando a los rabanim más grandes de la generación. La mayoría, estaba en favor de aceptar las condiciones del gobierno, algo preferible, aunque no recomendable, antes que cerrar definitivamente la Ieshiva, sentían que así elegían lo "menos peor", porque pensaban que el cerrar la Ieshiva sería una terrible catástrofe. Pero entre ellos, había alguien que no pensaba igual, el "Ram" de la Ieshiva, el rab hagaon Iosef Dov Haleivi Soloveichik ztz"l, que envuelto en lágrimas le dice a todos los asistentes que su decisión, está de acuerdo con la Tora, porque, nosotros estamos obligados a enseñar y transmitir la Tora a toda costa y contra toda corriente externa, debemos formar alumnos y sacrificarnos para que sean la base de la nueva generación... Toda esta gran obligación existe únicamente cuando usamos los caminos que nos enseñaron nuestros padres y que fueron transmitidos de generación en generación. Pero cuando nos quieren imponer el uso de nuevos caminos, con opciones nuevas, con imposiciones extrañas, entonces, la responsabilidad dejó de ser nuestra, estamos libres de la responsabilidad de hacer algo de la forma en que no fuimos enseñados, ya vendrán otros que podrán transmitir la Tora como corresponde, por eso, debemos cerrar la Ieshiva antes que hacer lo que no es apropiado para ella. Y así, en ese mismo año, se cerró la gran Ieshiva... Y concluye el Jafetz Jaim: veamos hasta dónde llega la sabiduría de los sabios de la generación que pasó... No aceptaron que en la Ieshivat Voloshin se estudien dos horas del programa del gobierno, porque sabían que esto provocaría el olvido de la Tora, jas veshalom. Si ellos hubieran aceptado, no sabemos dónde estaríamos hoy en día... Porque este es el sistema que utiliza el ietzer hara, hoy abrió una grieta haciéndo que estudiemos solamente durante dos horas del programa oficial hasta que lleguemos al punto en que solamente estudiaremos dos horas diarias de nuestra sagrada Tora... Pero, por cuando que los rabanim decidieron pararse frente al enemigo como una columna de hierro, sin dar ningún permiso, sin resignar nada, la Tora encontró otras formas de resurgimiento, en otros lugares se abrieron nuevas Ieshivot, en los montes de Lita y Polin aparecieron montones de Ieshivot en las cuales se estudió solamente Tora, gracias a esas columnas de hierro que no permitieron al ietzer ni siquiera acercarse. Y estas Ieshivot se convirtieron en los nuevos centros de estudio, en los pilares de la generación, donde se formaron los rabanim para las próximas generaciones, porque la Tora se maneja como un manantial, si yo tapo una de sus vertientes, el manantial encontrará otra salida por la cual podrá desbordar. Y en el mismo sentido dijeron Jazal (tratado de Shabat, hoja 79): las tablas de la ley que rompiste, te felicito por haberlas roto!!!, ya que gracias a su ruptura continuará su cumplimiento... Jafetz Jaim Al HaTora. Leiluy NishmatHarav Hagaon Moshe Shlomo Halevi ben David זצ"ל http://www.judaismohoy.com/article.php?article_id=1520
Parashat "Ekev" El misterio de la buena fortuna En la sección de la Torá denominada Ekev se comienza con estas palabras: "Y será cuando obedezcáis estas ordenanzas y las guardareis y realizareis; El Eterno, tu Dios, guardará para ti el pacto y la bondad que juró a tus antepasados. El te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu Tierra; tus cereales, tu vino y tu aceite; la simiente de tu ganado vacuno y los rebaños de tus ovejas y cabras en la Tierra que Él les juró a tus antepasados que te daría. Serás el más bendito de todos los pueblos; no habrá hombre estéril ni mujer estéril entre vosotros ni entre vuestros animales. El Eterno alejará de ti todas las enfermedades; y todas las malas dolencias de Egipto que conocisteis, Él no las pondrá sobre ti, sino que las pondrá sobre todos vuestros enemigos. (Deuteronomio 7:12-15) Observamos una promesa fabulosa colmada de numerosos beneficios y bendiciones que nos sobrevendrán en caso de obedecer "estas ordenanzas". Aunque debemos reconocer que esta declaración que aparece en el primer versículo de la sección no está totalmente clara, pues ¿a qué ordenanzas especificas se refiere? ¿Acaso a todas o a algún tipo en especial? Para dilucidarlo analizaremos el texto expuesto y en especial la palabra "cuando", que en el original hebreo es "ekev" y se trata del término que conforma el título de la sección. Y a modo de introducción cabe señalar que "ekev" además de la connotación citada significa también "talón". Por lo tanto, el extremo de un objeto de cualquier dimensión podría ser denominado ekev, y lo mismo se aplicaría a una cuestión catalogada de leve, insignificante o trivial. Asimismo, en otras ocasiones "ekev" significa "recompensa. Este concepto: "ekev", encierra la clave del asunto que debemos esclarecer. Un análisis profundo El primer detalle que observaremos es la coincidencia entre el final de la sección anterior y el principio de la actual. En la sección anterior se culmina con la declaración: "Observarás el precepto y los decretos y las ordenanzas que yo te ordeno hoy, para que las realices" (Deuteronomio 12:11). Y esta sección comienza con las palabras: "Y será cuando -ekev-...". Ahora bien, como dijimos, "ekev" significa asimismo talón. Por lo tanto decimos que esta relación entre ambas secciones indica que hoy realizas las ordenanzas estipuladas por Dios y en el "talón" recibirás el pago. Es decir, en el talón del tiempo, en alusión al Mundo Venidero (Baal Haturim). Esta conjetura alcanzada es el reflejo de lo enseñado en el Midrash, que es un libro explicativo de la Torá escrita. Allí consta: Los Hijos de Israel le preguntaron a Dios: ¿Cuándo nos otorgarás nuestra paga por los preceptos que cumplimos? Y Dios les respondió: "de los preceptos que cumplís coméis de los frutos producidos ahora, pero vuestra paga la recibiréis en el talón –al final-. Como está escrito: "Y será en el talón -ekev-..." (Midrash Raba, Devarim 3:3). Nueva coincidencia Otra coincidencia la hallamos en relación con los 10 Mandamientos. Pues para escribirlos se utilizaron en el libro de Éxodo 172 palabras, igual que el valor numérico de la palabra "ekev" (véase Baal Haturim, Éxodo 20:14). Los 10 Mandamientos escritos mediante 172 palabras se encuentran en Éxodo Cáp. XX versículos 2 a 14; y este es el valor numérico de "ekev": Esta coincidencia entre "ekev" y los 10 Mandamientos está aludida en el libro de los Salmos. Pues el rey David dijo: "Por guardarlos –a los preceptos- hay una gran recompensa –ekev rav-" (Salmos 19:12). Resulta que si guardas "ekev", es decir, los 10 Mandamientos comprendidos en las 172 palabras que los contienen, entre los cuales hay algunos que parecen ser triviales -ekev-, te ameritarás lo que está escrito: "Cuan grande -rav- es tu bondad que has ocultado para los que Te temen; has hecho bien a los que confían en Ti, frente a las demás personas" (Salmos 31:20). Obsérvese que en ambos versículos aparece la palabra "rav", que significa grande, y permite realizar esta comparación entre ambas citas para aprender la gran recompensa que existe por cumplir con las ordenanzas de Dios aludidas en los 10 Mandamientos (Baal Haturim; Tanjuma Ekev 1). Una conjetura muy bien fundamentada Lo recientemente mencionado es el reflejo de lo que consta en otro libro del Midrash, el denominado Tanjuma. Allí consta esta enseñanza: En la sección de la Torá denominada Ekev está escrito: "Y será cuando -ekev-...". A esto alude lo que fue dicho: "¿Por qué he de temer en los días de adversidad? Porque las faltas que desprecié -ekev- me rodean" (Salmos 49:6). Es decir, Dios entregó a Israel la Torá en la que hay 613 preceptos, parte de ellos son supuestamente leves y parte de ellos severos. Y por causa que existen entre los preceptos algunos que son aparentemente leves, a los cuales los individuos arrojan debajo de sus talones, como diciendo: "son insignificantes", por eso David temía del día del juicio y decía: "Amo del mundo, yo no temo por los preceptos severos de la Torá, pues son severos y uno se cuida de cumplirlos adecuadamente. ¿De qué temo? De los preceptos leves, porque tal vez transgredí alguno de ellos, y no recuerdo si lo cumplí o no lo cumplí, por ser considerados leves. Y Tú has dicho: «cuídate del precepto severo como del precepto leve»". Por eso David dijo: "¿Por qué he de temer en los días de adversidad? Porque las faltas que desprecié -ekev- me rodean" (Salmos 49:6). Además, "y será cuando -ekev- obedecieres", tiene relación con lo que está escrito: "Deseables son –los preceptos- más que el oro, y más que mucho oro refinado; y más dulces que la miel, y de la destilación del panal" (Salmos 19:11). Y a continuación está escrito: "También tu siervo se cuida de ellos –los preceptos-; por guardarlos hay una gran recompensa –ekev rav-" (Salmos 19:12). Obsérvese cuán grande es la alabanza de David expresada en referencia a las palabras de la Torá, pues dijo: "Deseables son más que el oro, y más que mucho oro refinado". Y no sólo eso, sino que no hay en todos los productos del campo uno más preciado que la sémola limpia, que se destila en el cedazo; y las palabras de la Torá son más deseables que la misma. Como está dicho en el Salmo de David: "Más dulces que la miel, y de la destilación del panal". Rabí Janina dijo: si dijeres que no hay entre todas las bebidas una más dulce que la miel, considera que las palabras de la Torá son más dulces que todas. Pues acerca de las mismas está escrito: "Más dulces que la miel, y de la destilación del panal". En relación con esto que ha sido enunciado, David dijo ante Dios: Amo del mundo quizá porque son más dulces que la miel, me he empalagado de ellas, como acontece con todo producto dulce, Dios no lo permita. Sino: "También tu siervo se cuida de ellos; por guardarlos hay una gran recompensa –ekev rav-" (Salmos 19:12). Dijo esto en referencia a los preceptos leves. Por eso está escrito en los Salmos de David: "Cuán grande -rav- es tu bondad que has ocultado para los que Te temen; has hecho bien a los que confían en Ti, frente a las demás personas" (Salmos 31:20). Este que ha sido aquí enunciado es el pago por los preceptos leves (Midrash Tanjuma, Ekev). Nueva elucidación: "Ekev" posee las mismas letras que "keva", que significa "fijo". "Ekev" se escribe así: Cambiamos el orden de las letras y se forma "keva": Esta relación indica que debes designar un tiempo fijo para estudiar la Torá. Es decir, los 613 preceptos que se encuentran aludidos en el valor numérico de "ekev", que corresponde con las 172 palabras que contienen los 10 Mandamientos. Esta deducción indica lo que está escrito en la Mishná: "Debes designar un tiempo fijo para estudiar la Torá" (Abot 1:15). Pues se trata del medio que permite a la persona vincularse con Dios en la Tierra y será la primera pregunta que le formulen cuando deba comparecer ante el Tribunal de lo Alto: "¿Has determinado un tiempo fijo para el estudio de la Torá?" (véase Talmud, tratado de Shabat 31a). Otra ilustración fenomenal: "Ekev" significa talón. Enseña humildad. Debes ser humilde como el talón que va siempre detrás del pie. Por eso el talón no se lastima con los objetos que hay en el camino, como acontece con los dedos de los pies (Baal Haturim). Una escrutinio meticuloso Lo que hemos señalado hasta aquí se podría resumir en estas palabras: en la Torá hay preceptos considerados severos y otros leves, y para estudiarlos hace falta establecer un tiempo fijo y debe hacérselo con humildad. Por otra parte, en Ekev están aludidos los preceptos severos, ya que los 10 Mandamientos fueron escritos mediante 172 palabras como el valor numérico de Ekev, y además ekev significa talón, señalando los preceptos leves. Es decir, cumpliendo con los preceptos severos y leves señalados en Ekev, se recibirá toda la bendición señalada a continuación en nuestra sección: "El Eterno, tu Dios, guardará para ti el pacto y la bondad que juró a tus antepasados. El te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu Tierra; tus cereales, tu vino y tu aceite; la simiente de tu ganado vacuno y los rebaños de tus ovejas y cabras en la Tierra que Él les juró a tus antepasados que te daría...". Hilando fino Observemos ahora una cuestión sumamente interesante. Si sumásemos los dígitos del valor numérico de ekev resulta: Ekev = 172 1 + 7 + 2 = 10 Resulta que el valor reducido de Ekev es igual a 10. El valor 10 se representa en hebreo mediante la letra "Yud", cuyo valor numerico es precisamente 10. Veamos un dato interesante de la letra "Yud": Todas las letras poseen una parte revelada, que se pronuncia, y una parte oculta, que no se pronuncia. Por ejemplo, la letra jota española se escribe mediante las letras j-o-t-a, siendo la "j" la parte revelada de la letra, y "o-t-a" la parte oculta de la letra. Veamos este detalle en la letra Yud hebrea. Observamos que la letra Yud se escribe mediante una letra Yud, que representa la parte revelada, y una letra Vav más una letra Dalet, que conforman la parte oculta de la letra. El valor revelado de Yud es 10, tal como lo habíamos mencionado anteriormente, veamos ahora el valor de la parte oculta de la letra Yud: Resulta que el valor oculto de la letra Yud es 10, exactamente igual a su valor revelado. Indica que hay un misterio encerrado dentro de otro misterio. Es decir, si 10 es el valor reducido de ekev, que alude a los 10 mandamientos en forma revelada, ¿a qué otro misterio alude este otro ekev oculto? Alude a otros preceptos que la persona en ocasiones suele menospreciar y pisar con sus talones por considerarlos insignificantes. Nos referimos a las vallas impuestas a los preceptos de la Torá para resguardarlos. Por lo tanto, observando estos preceptos de resguardo, se vería acrecentada la afluencia de bien afirmada en nuestra sección por observar los preceptos denominados "ekev". En otras palabras, por observar y respetar las vallas impuestas para resguardar los preceptos, se obtendrá un beneficio extra de lo expresado: "El Eterno, tu Dios, guardará para ti el pacto y la bondad que juró a tus antepasados. El te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu Tierra; tus cereales, tu vino y tu aceite; la simiente de tu ganado vacuno y los rebaños de tus ovejas y cabras en la Tierra que Él les juró a tus antepasados que te daría...".
Analizando puntillosamente Veamos un detalle puntilloso de lo que hemos apuntado para comprenderlo mejor: Los sabios dijeron que en este mundo no existe pago por el cumplimiento de los preceptos (Kidushín 39). Y si bien es cierto que en la Torá se mencionan en numerosas ocasiones asuntos relacionados con otorgamientos y asignaciones por cumplir los preceptos, en realidad se trata de una aseveración de Dios de proveer todo lo necesario para llevar a cabo los preceptos adecuadamente. Pues en ningún caso está escrito en la Torá que se trata del pago por el cumplimiento del precepto. Así se explica por ejemplo, lo que fue dicho: "El Eterno abrirá para ti Su tesoro de bondad, los Cielos, para procurar lluvias para tu Tierra en su tiempo, y para bendecir toda la obra de tus manos" (Deuteronomio 28:12) Se trata del aporte de los medios necesarios para cumplir comedidamente los preceptos. Pues si la persona no dispone de los recursos necesarios, al encontrarse en estado de pobreza y aflicción perderá su propio juicio y el juicio con respecto a Dios (Véase Eruvin 41b). Ahora bien, los sabios consideraron lo que está escrito: "resguardarás mi guardia" (Levítico 18:30). Dedujeron a partir de esta declaración que el individuo debe establecer cercos y vallas para evitar cometer una falta (Véase Moed Katán 5ª; Avot 1:1). Y si el individuo se esfuerza en construir vallados protectores a lo permitido para evitar cometer una falta contra la Torá, Dios se conducirá con él medida por medida. Es decir, Dios quitará del medio los tropiezos a este hombre, como la pobreza, los sufrimientos y las aflicciones, los cuales inciden para que la persona anule el cumplimiento de la Torá, como se dijo anteriormente. A esto refiere el versículo que abre la sección Vaetjanán: "Y será cuando -ekev- obedezcáis estas ordenanzas y las guardareis y realizareis; El Eterno, tu Dios, guardará para ti el pacto y la bondad que juró a tus antepasados...". Ahora bien, ya dijimos que "ekev" significa también talón, indicando los preceptos leves que la persona "pisa" con sus talones, tales como los cercos impuestos, que son considerados insignificantes. Si la persona cuidare estos cercos adicionados para resguardar la Torá, como está dicho: "y las guardareis y realizareis", en ese caso, "El Eterno, tu Dios, guardará para ti el pacto y la bondad que juró a tus antepasados". Es decir, Dios te otorgará bondad y abundancia para que puedas cumplir los preceptos confortablemente, sin estorbos ni tropiezos (Imrei Shafer; Maianá shel Torá). Resulta de lo mencionado un dato asombroso: por los preceptos que constan explícitamente en la Torá no se recibe pago en este mundo, sino en el Futuro Venidero, pero respecto a las adiciones añadidas voluntariamente sobre las ordenanzas de la Torá, por ello hay pago también en este mundo (Od Iosef Jai, Nitzavim). http://www.judaismovirtual.com/parasha_numerologia/ekev.php Muy Interesantes Videos sobre la Parashat haShabua http://www.youtube.com/watch?v=K2oRFmndSbs http://www.universidadvirtualdejudaismo.com/ekev.html |
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