23 octubre 2009

Barranquilla: 2da PARTE. PARASHAT NOAJ: Hablar con luz propia, o por lo menos prestada.‏

2da PARTE. PARASHAT NOAJ: Hablar con luz propia, o por lo menos prestada.‏
de Asher Amram Ben Avraham Avinu - Friday, 23 de October de 2009, 18:44
 

El misterio del diluvio en la actualidad

En la sección de la Torá denominada Noé se narra la situación en la que se encontraba el mundo en la era pre-diluviana: "La Tierra se había vuelto corrupta delante de Dios; y la tierra se había llenado de hurto. Y Dios contempló la tierra y he aquí que estaba corrupta, pues toda la carne había corrompido su camino sobre la tierra.
Dios le dijo a Noé: «Ha llegado ante Mí el fin de toda la carne; pues la tierra está llena de hurto por causa de ellos; y he aquí que estoy por destruirlos de la tierra (Génesis 6:11-13).

Observamos que la causa mencionada en el versículo que provocó el Diluvio Universal fue el hurto. Los sabios recibieron por tradición el modo de actuar de estas personas que vivían en aquella época y provocaron el desastre. Fue enseñado: uno de ellos sacaba su caja llena de legumbres para vender. Entonces se acercaba un individuo y tomaba de la mercadería una cantidad pequeña, de un valor insignificante, menor al mínimo imputable.

Luego venía otro y tomaba de la mercadería una cantidad pequeña. Seguidamente venía otro y hacía lo mismo.

Los individuos de ese entonces se cuidaban de hurtar astutamente. Controlaban minuciosamente que lo que se llevaban llegue hasta la medida límite imputable. Cuando hacían esto calculaban que el dueño de la mercadería no podría sacarles nada en caso de llevarlos a juicio.

Así acababan quitándole toda la mercadería al que la vendía, sin pagarle absolutamente nada.

Dios advirtió esta tremenda perversidad y les dijo: vosotros habéis actuado fuera de la raya, también Yo procederé con vosotros fuera de la raya de la misericordia y los juzgaré aplicando la ley en forma severa y estricta (Midrash Rabá, Génesis 31:5).

El principio del fin

Debido a lo enunciado, Dios ordenó a Noé: Hazte un Arca de madera de ciprés; hazle compartimentos y cúbrela por afuera y por dentro con brea. Así es como deberás hacerla: trescientos codos de longitud; cincuenta codos de ancho y treinta codos de altura. Le harás una ventana al arca, y la terminarás arriba con un codo. Coloca la entrada del Arca al costado; hazle un primer piso, un segundo piso y un tercer piso.

En cuanto a Mí, he aquí que estoy por traer el Diluvio sobre la tierra para destruir toda la carne en la que hay aliento de vida bajo los Cielos; todo lo que hay sobre la tierra expirará. Pero he de establecer contigo Mi pacto y entrarás al Arca, tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos junto a ti. Y de todo lo que vive, de toda la carne, dos de cada uno llevarás al Arca para que sobrevivan contigo; serán macho y hembra. De cada ave, según su especie, y de cada animal, según su especie, y de cada ser que repta sobre el suelo, según su especie, dos de cada uno vendrán hacia ti, para que sobrevivan.

En cuanto a ti, toma todos los alimentos que sean comestibles y reúnelos, para que les sirvan de comida a ti y a ellos». Noé hizo según todo lo que Dios le había mandado. Así lo hizo (Génesis 6:14-22).

Uno aprecia lo aquí escrito y reflexiona: un Arca de trescientos codos de longitud, es una medida grande para una embarcación pero pequeña para contener a todas las especies animales que poblaban la Tierra. Pues un codo equivale a aproximadamente cincuenta centímetros. ¿Cómo es posible que en 150 metros de longitud por veinticinco de ancho y una altura de 15 metros entren todas las especies y los alimentos para sustentarlos un años entero?

Advertimos que la realidad natural no concuerda con lo expresado en los versículos. ¿Y cuál era la causa por la cual Dios le había ordenado a Moshé esforzarse físicamente durante ciento veinte años construyendo el Arca y almacenando alimento cuándo evidentemente iba a hacer con ellos un milagro?

Lo que ocurre es que Dios ordenó a Noé construir el Arca para llamar la atención de los pobladores. Ellos preguntarían a Noé qué está haciendo y él les respondería que construye un Arca por el Diluvio universal que se aproxima. Siendo así ellos podrían reconsiderar su pésima conducta, rectificarse, y ser perdonados por Dios.

Pero pese a la gran misericordia y paciencia de El Eterno, los pobladores siguieron por la senda del mal. Nadie se unió a Noé en el camino del bien. Por eso Dios se dispuso a traer el Diluvio concretamente.

El abordaje del Arca

Está escrito: "Entonces El Eterno le dijo a Noé: «Ven al Arca, tú y todos los integrantes de tu casa, pues a ti te he considerado justo ante Mí en esta generación. De todo animal puro toma siete pares, el macho con su hembra, y de todo animal que no es puro, dos, el macho con su hembra, de las aves de los Cielos también, siete pares, macho y hembra, para mantener viva la simiente sobre la faz de toda la tierra. 4 Porque dentro de siete días enviaré lluvia sobre la tierra, cuarenta días y cuarenta noches, y borraré de la faz de la tierra toda la existencia que he hecho» (Génesis 1:7-4).

Observamos aquí, en medio del triste pero insalvable suceso, una enseñanza muy interesante. Está escrito: "De todo animal puro toma siete pares, el macho con su hembra, y de todo animal que no es puro...".

¿Por qué Dios le dijo: "de todo animal que no es puro"? ¿Acaso no era más fácil decirle: "de todo animal impuro..."? ¿Para que se agregan más palabras, las cuáles parecen ser innecesarias? Enseña que siempre debes hablar limpiamente, en forma pura y cristalina. En toda oportunidad que sea posible debes evitar las palabras que puedan resultar degradantes o vergonzantes. Es una gran regla de vida. Dios le entregaba a Noé la clave para salvarse de cualquier tipo de diluvio: la clemencia y la misericordia.

Se prosigue el abordaje

A continuación está escrito: "Y Noé hizo según todo lo que El Eterno le había mandado. Noé tenía seiscientos años cuando cayó el Diluvio sobre la tierra. Noé, con sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, vinieron al Arca a causa de las aguas del Diluvio. Del animal puro, del animal que no es puro, de las aves, y de cada ser que repta sobre la tierra, de dos en dos se dirigieron hacia Noé al Arca, macho y hembra, tal como Dios le había ordenado a Noé. Y sucedió que transcurridos siete días las aguas del Diluvio llegaron a la tierra.
En el año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el diecisiete del mes, ese día, se partieron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las ventanas de los Cielos. Y cayó lluvia sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches.

Ese mismo día, entraron al Arca Noé, con Shem, Jam y Iefet –los hijos de Noé–, la mujer de Noé y las tres mujeres de sus hijos, junto a ellos; ellos y cada animal salvaje según su especie, cada animal según su especie, cada ser que repta sobre la tierra según su especie y cada ave según su especie, y todo lo que vuela de todos los tipos de alas. Todos se presentaron ante Noé en el Arca; de dos en dos, de toda la carne en la que había aliento de vida. Los que llegaron, llegaron macho y hembra, de toda la carne, tal como Dios le había mandado. Y El Eterno cerró el Arca para él.

Cuando llegó el Diluvio sobre la tierra, durante cuarenta días las aguas aumentaron y elevaron el Arca, el que se levantó por encima de la tierra. Las aguas crecieron y aumentaron enormemente sobre la tierra y el Arca flotaba sobre la superficie de las aguas. Las aguas crecieron muchísimo sobre la tierra, y fueron cubiertas todas las altas montañas que están bajo todos los Cielos. Quince codos hacia arriba crecieron las aguas, y se cubrieron las montañas. Y toda la carne que se mueve sobre la tierra expiró: las aves, los animales, los animales salvajes y todos los seres que reptan sobre la tierra, y toda la humanidad. Todos aquellos en cuyas fosas nasales había aliento de vida, todo lo que había sobre la tierra seca, murió. Y borró toda la existencia que había sobre la faz de la tierra: desde el hombre hasta el animal, hasta el reptil, y hasta el ave de los Cielos; y fueron borrados de la tierra. Únicamente Noé sobrevivió y aquellos que estaban junto con él en el Arca. Y las aguas prevalecieron sobre la tierra durante ciento cincuenta días (Génesis 7:5-24).

La vuelta a la vida

Después de borrarse todo lo existente sobre la faz de la Tierra había que volver a comenzar. Era necesario edificar un mundo nuevo con la vida que llevaba Noé en el Arca. Por eso está escrito a continuación:


"Dios recordó a Noé y a todas los animales salvajes y a todos los animales que estaban junto con él en el Arca, y Dios hizo que pasara un espíritu de consuelo sobre la tierra y las aguas se calmaron. Las fuentes del abismo y las ventanas de los Cielos se cerraron, y se contuvo la lluvia de los Cielos. Entonces las aguas se retiraron de la tierra, retrocediendo continuamente, y las aguas disminuyeron al cabo de ciento cincuenta días. Y en el séptimo mes, el día diecisiete del mes, el Arca se posó sobre las montañas de Ararat. Las aguas continuaron disminuyendo hasta el décimo mes. El décimo mes, el primero del mes, se hicieron visibles los picos de las montañas.

Y al cabo de cuarenta días, Noé abrió la ventana del Arca que había construido. Y envió al cuervo, que iba y volvía, hasta que las aguas de los picos de las montañas se secaron sobre la tierra. Entonces envió a la paloma, para ver si las aguas habían mermado sobre la faz de la tierra. Mas la paloma no pudo hallar un lugar para descansar sus patas, y regresó a él al Arca, pues había agua sobre la superficie de toda la tierra; extendió la mano, la tomó y la hizo entrar al Arca. Volvió a esperar otros siete días y nuevamente envió a la paloma fuera del Arca. La paloma regresó a él al anochecer, y he aquí que llevaba en su pico una hoja de olivo arrancada. Entonces Noé supo que las aguas habían mermado de la superficie de la tierra. Luego esperó otros siete días y volvió a enviar la paloma; y ésta ya no regresó.

Y sucedió en el año seiscientos uno, en el primer mes, el primero del mes, que las aguas se secaron sobre la tierra; Noé quitó la cubierta del Arca, y contempló. Y he aquí que la superficie del terreno se había secado. Y el segundo mes, el veintisiete del mes, la tierra se había secado por completo.

Dios le habló a Noé, diciendo: «Sal del Arca; tú y tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos contigo. Todo ser vivo que está a tu lado, de toda la carne, de las aves, de los animales, y de todos los seres que reptan sobre la tierra, haz que salgan contigo y que se reproduzcan en la tierra y fructifiquen y se multipliquen en la tierra». Noé salió y sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos con él. Todo ser vivo, todo reptil y toda ave, todo lo que repta sobre la tierra salió del Arca con sus familias.

Entonces Noé le construyó un altar a El Eterno y tomó de cada animal puro y de cada ave pura, y ofreció ofrendas ígneas –olot- en el altar.

El Eterno aspiró la deleitable fragancia, y El Eterno dijo en Su corazón: «Ya no volveré a maldecir a la tierra por culpa del hombre, pues los pensamientos del corazón del hombre son malignos desde su juventud; ni tampoco volveré a golpear a todos los seres vivos, tal como he hecho. Continuamente no cesarán, todos los días de la tierra, la época de la siembra y la de la cosecha, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche» (Génesis 8:1-22).

Una reflexión intrínseca

Después de leer toda esta historia, uno pregunta: ¿Cuál fue la causa por la cuál se salvó Noé y todos los que estaban con él en el Arca?

En el Midrash está escrito que Abraham le formuló esta pregunta a Shem, el hijo de Noé. Le dijo: ¿cómo os habéis salvado del Diluvio Universal? Y Shem le respondió: porque fuimos misericordiosos con los animales, por eso Dios fue misericordioso con nosotros.

Esto está indicado en el versículo que relata la salida triunfal de Noé y su familia. Pues está escrito:

"Noé salió y sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos con él" (Génesis 8:18).

En el original hebreo este versículo está escrito así:

Observemos las letras iniciales:

Sumemos los valores de estas letras iniciales del versículo:

Veamos ahora el valor numérico de "la misericordia":

Hemos visto que Noé y los que con él estaban en el Arca se salvaron por la misericordia que tuvieron con los que viajaban con ellos.

Una cita reveladora y apasionante

Este asunto es ampliado en el Midrash: Rabí Tanjuma y Rabí Aba bar Avín habían aprendido de Rav Aja lo concerniente al misterio de la supervivencia de Noé y los que estaban con él en el Arca durante el Diluvio Universal. Esto es lo que aprendieron: Está escrito: "El Eterno es benevolente con todos, y sus misericordias son sobre todas sus obras" (Salmos 145:9). Esta cita indica que El Eterno implanta y otorga de sus misericordias a sus criaturas, para que ellos sean misericordiosos con sus semejantes y se ameriten recibir recíprocamente la misericordia de El Eterno.

Esto es así, porque el día de mañana puede sobrevenir un año de sequía y hambruna. Entonces, las criaturas afligidas probablemente se arrepientan de su mal proceder y retornen a la senda del bien, siendo misericordiosos los unos con los otros. Esta actitud originará que el Santo, Bendito Sea los colme de misericordia.

En los días de Rabí Tanjuma aconteció un suceso que ilustra maravillosamente este asunto: Los miembros de Israel se vieron necesitados de ayunar por causa de la ausencia de lluvias. Se dirigieron hacia el erudito y le dijeron: ¡Rabí, decreta ayuno público!.

Rabí Tanjuma atendió el pedido y decretó ayuno público. Los pobladores se abstuvieron de probar alimento en los tres días decretados, como lo estipula la ley. Ya que la ley indica que ante la falta de lluvias deben decretarse tres ayunos públicos, el primero el día segundo de la semana -Lunes-, el segundo el día quinto de la semana -Jueves- y el tercero el día segundo de la semana siguiente -Lunes-.

Pese a todos los esfuerzos realizados no descendió lluvia. Al contemplar lo que estaba sucediendo, Rabí Tanjuma ingresó a la casa de estudio y disertó ante los integrantes de la congregación. Les dijo: ¡Hijos míos: cólmense de misericordia los unos con los otros, y el Santo, Bendito Sea se colmará de misericordia para con vosotros!

Luego de la disertación, mientras repartían dinero entre los pobres, los presentes distinguieron a un hombre que daba dinero a su ex esposa, de la cual se había divorciado. Los miembros de la congregación que avistaron el hecho pensaron que estaba profanando la ley que prohíbe a un individuo realizar operaciones comerciales con la ex mujer, y no sabían que se trataba de un acto meramente caritativo. Por eso se le acercaron al rabino y le dijeron: ¡Rabí!: ¿Nosotros estamos practicando aquí ayuno, y en este mismo sitio se encuentra el pecado?.

El erudito les dijo: ¿Qué habéis visto?.

Le dijeron: hemos visto a Ploni que otorgaba dinero a su ex mujer.

Rabí Tanjuma envió hombres tras ellos para llamarlos y hacerlos venir ante la congregación. Le dijo al hombre: ¿Qué es ella de ti?.

Le respondió: mi ex mujer.

El sabio le preguntó: ¿Por qué le otorgaste dinero?.

El hombre respondió: ¡Rabí, la vi sumida en aflicción, y me colmé de misericordia ante ella!.

En ese momento Rabí Tanjuma alzó su rostro hacia lo alto y dijo: ¡Amo de todos los mundos! ¿Este individuo, que ella no posee ningún derecho de reclamo hacia él por alimentos, aun así, la vio sumida en aflicción y se colmó de misericordia ante ella, Tú, que está escrito acerca de Ti: "Misericordioso y compasivo" (Salmos 145:8), y nosotros somos hijos de tus amados: hijos de Abraham, Itzjak y Jacob, cuanto más y más debes colmarte de misericordia sobre nosotros?.

Inmediatamente descendieron lluvias y se nutrió la tierra.

Una historia emocionante y conmovedora

En el Midrash se cita otro ejemplo ilustrativo: El maestro Iehuda Hanasí -Rabí- se encontraba sentado, profundizando en el estudio de la Torá frente a la sinagoga de los babilonios en la ciudad de Tzipori. Pasó un becerro frente a él, que era llevado para ser sacrificado ritualmente, y comenzó a clamar, emitiendo una súplica que daba la impresión como si estaría diciendo "sálvame". Le dijo: "¿Qué puedo hacer por ti? ¡Para eso has sido creado!". Al ser que no se apiadó del animal, le sobrevinieron al erudito aflicciones.

Rabí sufrió de dolor de dientes durante trece años. Rabí Iosei bar Rabí Avín dijo: todos esos trece años que Rabí sufrió de dolor de dientes, ninguna mujer encinta perdió su embarazo en la Tierra de Israel. Además, las que daban a luz no sufrían al alumbrar. Todo por el mérito de este hombre justo que las protegía con sus flagelos que soportaba.

Al cabo de un tiempo, pasó, un roedor delante de su hija, y ella quiso matarlo. Le dijo: ¡Hija mía, déjalo!. Pues está escrito: "El Eterno es bueno para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras". (Salmos 145:9) En ese momento dijeron en el Cielo: ¿Él se apiada, apiadémonos de él? (Babá Metzía 85a)

Resulta que actuando con misericordia es posible salvarse de cualquier tipo de diluvio y vivir en una sociedad dichosa y feliz.

Tomado de: http://www.judaismovirtual.com/parasha_numerologia/noe.php

 

Muy Interesantes Videos sobre la Parashat haShabua

http://www.youtube.com/watch?v=Qy7kwpZb46Y

http://www.universidadvirtualdejudaismo.com/noaj.html

http://qik.com/video/3282197

 

Cabalá y Vida Moderna- Viviendo con el Tiempo
El Día de las Madres Judías

( Este jueves 29 de Octubre - empezando al anochercer del Miercoles)
Un Mensaje de Torá para el 11 de Jeshvan el iortzait (aniversario del fallecimiento) de nuestra matriarca Rajel

Rajel

Rajel es la matriarca espiritual del Pueblo Judío, que fue esparcido por el mundo.

Rajel personifica el clamor por el retorno espiritual y físico de todos los judíos.

Rajel es la que se reusa a ser reconfortada hasta que se concrete el retorno de sus hijos (Jeremías 31:14)

El 11 de Jeshvan ha sido declarado el "Día Internacional de la Unidad de la Mujer Judía".

A continuación ofrecemos una explicación profunda y conmovedora del simbolismo relacionado con Rajel Imeinu.

Nuestra matriarca Rajel, la esposa amada de Iacov, personifica para el pueblo judío el poder innato del alma y su devoción conciente de despertar la misericordia de Di-s para redimir a Sus hijos del exilio y traerlos a la Tierra Prometida. Esto lo hace con lágrimas y plegaria sincera.

En las Palabras del profeta Jeremías:

Así dice Di-s:

"Una voz es oída en Ramá, lamentación y amargo llanto; Rajel llora por sus hijos, se niega a ser reconfortada, por sus hijos, que no está."

Así dice Di-s:

"Guarda tu voz del llanto, y tus ojos de las lágrimas; porque hay recompensa por tu esfuerzo, dice Di-s; y ellos volverán de la tierra del enemigo. Y hay esperanza para tu futuro, dice Di-s, y los hijos volverán a su frontera."

Recitamos esta profecía como Haftará (lectura sabática de las escrituras a continuación de la lectura de la sección correspondiente de la Torá) del segundo día de Rosh HaShaná.

Rosh HaShaná, el "día de recordación", es el día en que Rajel, después de haber sido estéril por muchos años, fue recordada por Di-s para tener un hijo. Treinta años después, en el mismo día de Rosh HaShaná, ese hijo Iosef fue liberado de la prisión y nombrado virrey de Egipto.

La frase de la profecía "por sus hijos, que no está", en donde Rajel llora, se refiere en particular a su hijo Iosef , el representante espiritual de las tribus exiliadas de Israel.

En cabalá se enseña que los doce meses del año judío tienen dos rosh, "cabezas" o meses "padres": el mes de Nisan es el "padre" de todos los meses del año, mientras que Tishrei es la madre. El shofar de Rosh HaShaná simboliza en cabalá el útero materno, y su sonido el nacimiento de un nuevo (y bendito) año.

El valor numérico de Rosh HaShaná, 861, equivale a la suma de todos los números del 1 al 41 (denominado matemáticamente el "triángulo" de 41), siendo el número 41 el valor numérico de la palabra em ("madre"). 861 es también el valor de beit hamikdash ("el Templo Sagrado"), que para la mujer, la madre, simboliza la casa y la construcción de un santuario sagrado para su familia.

Antes de hacer sonar el shofar en Rosh HaShaná, meditamos sobre el nombre de Di-s de 22 letras, cuyo valor numérico es 1681, el cuadrado de 41. Este es el Nombre que está codificado en la bendición sacerdotal, la fuente de toda bendición para un año bueno y dulce.

El Iortzait (aniversario del falecimiento) de nuestra matriarca Rajel cae el 11 de Jeshvan, el mes que sigue a Tishrei, y como este siempre posee 30 días, esta fecha es el día 41 desde el comienzo del año, por eso es el iom haem (día de la madre).

Este período completo de cuarenta y un días puede entonces ser entendido como una continuación y extensión del servicio espiritual de Rosh HaShaná (que es la suma del 1 al 41 como ya dijimos). El iortzait de Rajel es la consumación del nacimiento del año desde el útero materno. En este mismo día da a luz a su segundo hijo, Biniamín, devolviendo en el parto su alma al Creador.

Enseñan nuestros sabios que "los portales de las lágrimas nunca se cierran"; en la plegaria de la medianoche, conocida como tikun Rajel ("la rectificación de Rajel"), reflexionamos que el nombre "Rajel" equivale a 238, que es igual a 2 x 119, siendo 119 el valor numérico de la palabra dimá, "lágrima".

Así, nuestra madre Rajel personifica las dos lágrimas "cósmicas" de la Shejiná (la presencia inmanente y revelada de Di-s en nuestro mundo), que brotan de sus ojos y despiertan la misericordia sobre el pueblo de Israel.

Estas dos lágrimas corresponden a los dos días de Rosh HaShaná (la haftará de Rajel se lee en el segundo día, cuando ambas lágrimas ya han sido derramadas).

La palabra

El proceso que condujo a la redención de Iosef, el hijo de Rajel, no tomó un año sino dos, y cada uno de ellos pueden verse como correspondiendo a una de las lágrimas de Rajel.

Por otro lado, la frase "poco a poco" en si alude al servicio espiritual que ayuda a acelerar nuestra redención y heredar nuestra tierra, según la amplitud con que el alma judía (como pueblo, los hijos de Rajel) reconoce su "pequeñez" existencial y ´por ende su anulación frente a Di-s. Al recibir Su bendición, entonces El contestará rápidamente nuestras plegarias y nos reunirá con nuestra tierra natal, para cumplir nuestro destino y Su propósito de la creación.

Así encontramos que Di-s nos ama y nos elige porque "tu eres la más pequeña (meat) de todas las naciones", que nuestros sabios interpretan como: "ustedes se consideran pequeños".

Aprendemos también en jasidut [Igueret HaKodesh 21, al final] que a través de repetidos actos de caridad la Shejiná (personificada por Rajel) "nos sacude el polvo del exilio" meat meat, y nos eleva a nuestra completa estatura espiritual.

La palabra "sacudir" (mitnaer) puede leerse como "ser rejuvenecido" (la raíz naar significa "joven" y la forma gramatical reflexiva mitnaer significa "volverse joven nuevamente"). Al derramar dos lágrimas y experimentar pequeñez espiritual, rejuvenecemos personalmente y a nivel de pueblo.

Encontramos en el Zohar: "Aquel que es pequeño es [verdaderamente] grande". Cuanto más pequeños somos a nuestros ojos, más grande aparecemos a los ojos de Di-s (y de hecho, a los ojos de las otras naciones).

Cada lágrima de nuestra madre Rajel alimenta en la conciencia de sus hijos el sentido de meat. Alimenta nuestra conciencia con sus lágrimas y nos lava, limpiándonos de nuestras imperfecciones espirituales.

La palabra "madre" (em) se escribe igual que "si" (im). El profeta Isaias dice: "Si (im) Di-s ha lavado la suciedad de las hijas de Zion…", dando a entender que es el principio "madre" (personificado por nuestra matriarca Rajel, que en particular es conocida en cabalá como "la madre inferior", la sefirá de maljut, cuyo Nombre Divino es Adnut, el Nombre de Di-s que aparece en ese versículo) que lava y limpia la suciedad de las hijas de Zion, las almas de sus hijos.

Ahora podemos visualizar a una de las dos lágrimas de Rajel como nutriendo nuestra conciencia desde adentro, y la segunda lavando nuestras almas desde afuera. Cada una corresponde a un estado de pequeñez, la primera al estado de nuestra pequeñez existencial innata frente al Todopoderoso infinito, y la segunda al reconocimiento de nuestro distanciamiento de Di-s (el más alejado, el más pequeño) debido a nuestras propias iniquidades.

Cuando este estado de conciencia completo y rectificado y reconocimiento es integrado dentro de nuestras almas, la palabra meat se invierte para transformarse en taam ("sabor"), el buen "sabor" de los secretos de la Torá, que son revelados por el Mashíaj, sea Su voluntad que venga y nos redima pronto en nuestros días. Amen.

Tomado de: http://www.dimensiones.org/canales/vidmodrn/viviendo%20con%20el%20tiempo/JESHVAN/Rajel.htm

 

Enseñanzas del Rebe Najman de Breslov

"CUANDO UNA PERSONA UTILIZA LA FE

PARA ELIMINAR PENSAMIENTOS DE IDOLATRÍA,

ESTOS PENSAMIENTOS SE TRANSFORMAN

EN UN 'ASPECTO' DEL ROCÍO DE BENDICIÓN.

COMO RESULTADO, SU MENTE TAMBIÉN

PERMANECE FIRME Y NUNCA SE CONFUNDE.

INCLUSO AUNQUE SU MENTE ESTÉ SOBRECARGADA

DEBIDO A UNA PROFUNDA CONCENTRACIÓN

EN UN TEMA MUY DIFÍCIL,

EL SANTO, BENDITO SEA,

LA PROVEE DE PENSAMIENTOS

QUE LE DAN DESCANSO."

  (SEFER HAMIDOT Páginas 48 y 49).-

 

"La persona siempre puede dirigir sus pensamientos como desee, ya que es imposible tener dos pensamientos al mismo tiempo.

(Carta # 284)"

 

 

"Mira todo de manera positiva para alegría y no para tristeza, para acercarte a D-os y no para alejarte, ¡D-os no lo permita! Ya que la benevolencia de D-os nunca termina y su compasión nunca cesa.

(Carta # 272)"

 

 

("HOJAS QUE CURAN EL ALMA"; Página 74).-

 

"(..) ¿Dónde están nuestros ojos? Enseña el Rebe Najmán: El sol brilla constantemente, lo que sucede es que no podemos ver su luz porque la tierra se interpone en su camino, aunque ésta es muy pequeña en comparación con el sol. El 'sol' es la luz Divina, la luz de la Torá y de los Tzadikim. La 'tierra' es el materialismo mundano, este Mundo, con todos sus deseos y obsesiones.

 

 

'Dice el Rebe Najmán: Puedes estar frente a una montaña, pero si tomas una pequeña moneda y la colocas frente a tus ojos, no podrás ver la montaña. Lo mismo sucede cuando llegamos a este mundo: nos hundimos en sus vanidades y pensamos que no hay nada mejor, porque este pequeño mundo nos impide ver la gran luz de la Torá, que es miles de veces más grande. El mundo está allí, frente a nuestros ojos, y nos impide ver más allá. ¡Si pudiéramos retirar las barreras de delante de nuestra vista! ¡Si pudiéramos levantar un poco nuestras cabezas y mirar algo más allá! Veríamos una luz tan maravillosa, la luz de la Tora y de los Tzadikim y no sentiríamos la falta de nada.

 

 

'¡Oi vavoi!'', clamaba el Baal Shem Tov, 'El mundo está lleno de un brillo tan increíble, de secretos tan maravillosos... Y hay una pequeña mano delante de los ojos que impide ver estas grandes luces (Likutey Moharan I, 133)."

 

 

("EL JARDÍN DE LAS ALMAS"; Páginas 30 y 31).-

 

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