La parashá de esta semana nos relata sobre la personalidad de Nóaj, quien era un hombre justo, un tzadik, dentro de una generación de malvados. El Todopoderoso observó que el mundo estaba inmerso en un estado de gran perversidad y por ello decidió destruir a todos sus habitantes, excepto Nóaj (el único hombre recto de su generación) y su familia, y la destrucción la llevaría a cabo mediante un diluvio. Así el Eterno le informó a Nóaj y le ordenó construir un arca de tres pisos, donde él y su familia habitarían durante el tiempo que durara el diluvio. Nóaj hizo caso a las instrucciones de Hashem, construyendo el arca y al finalizarla su mujer y sus hijos Shem, Jam y Iafet y sus respectivas esposas, entraron al arca. Junto a ellos, Nóaj llevó siete parejas de las diferentes especies de animales y aves. Asimismo, almacenaron alimentos para todos, suficientes para el tiempo en que habitarían en el arca. El día 17 del segundo mes comenzaron a caer poderosas lluvias sobre el Mundo y también surgieron aguas desde el interior de la Tierra, arrasando todo lo existente sobre su faz, como a todos los seres vivientes, ahogándolos. Las aguas cubrieron toda la tierra, incluso las cimas de las más altas montañas Este diluvio duró cuarenta días. Luego de transcurridos seis meses, las aguas descendieron y el arca quedó asentada sobre el monte Ararat. Después de otros tres meses, Nóaj envió a un cuervo para que comprobara si la tierra estaba seca. El cuervo voló de un lado a otro y las aguas no habían descendido. Pasado siete días, Nóaj envió una paloma y ésta volvió al no encontrar lugar seco donde posar. Siete días más tarde volvió a enviarla y ésta volvió con una hoja de olivo, lo que indicó que las aguas estaban bajando. Al cabo de otros siete días, Nóaj nuevamente envió a la paloma, y en esta oportunidad no volvió, lo que señaló que la tierra había comenzado a secarse. Entonces, el Eterno indicó a Nóaj salir del arca con su familia y todos los animales y aves. Nóaj ofrece sacrificios al Todopoderoso usando los animales del Arca que tenía reservados con ese propósito. Hashem prometió no volver a destruir el mundo por medio de un diluvio, signándolo como pacto por medio del arco iris. A Nóaj se le permite comer carne, cosa prohibida para Adam. Hashem nos da las siete leyes universales, las llamadas Leyes de Nóaj que son: Creer en Hashem. No matar. La prohibición de adorar ídolos. Las distintas categorías de relaciones sexuales prohibidas. No comer carne de un animal vivo. La obligación de instituir un Código Legal. No robar. El clima cambia y es establecido tal como lo conocemos hoy en día. Nóaj planta una viña y se embriaga con su producto, Jam ,uno de sus hijos se ríe al ver el estado en el que se encuentra su padre, desnudo y borracho, sin embargo, Shem y Iafet sus otros hijos, le tapan y le dan la espalda para no verle desnudo y así no faltarle al respeto. A causa de este incidente cae sobre Jam la maldición de que sus hijos serán esclavos para siempre. Nuevamente fue creciendo la humanidad y también volvieron las conductas perversas. Las diferentes naciones que formaban parte de la Tierra hablaban un solo idioma, y decidieron construir una ciudad con una torre que llegaría hasta el cielo para también habitar allí, y llamaron a la ciudad Babel. Pero el Todopoderoso, ante esa actitud de la gente, los confundió mezclándoles los idiomas. Después de la generación de Nóaj, le sucedieron diez generaciones hasta Abraham, quien entendió que Hashem era único, y así despreció todo tipo de idolatría. | En el año 600 de la vida de Nóaj, en el decimoséptimo día del segundo mes, en este día todas las fuentes del gran abismo se abrieron y las ventanas del cielo se abrieron... Y las aguas del Diluvio fueron sobre la tierra... En el año 601... el día veintisiete del segundo mes, la tierra se secó. - Génesis 7:10-11; ibíd. 8:13-14
[La discrepancia entre estas dos fechas] representa los once días con que el año solar es mayor que el año lunar; en consecuencia, el Diluvio duró un año completo. - Rashi, sobre Génesis 8:13 Has designado el fin de semana para algún tiempo de calidad con tu familia cuando suena el teléfono; naturalmente, es una emergencia en la oficina que requiere tu involucración inmediata. Te has reservado la noche para realizar trabajo voluntario en tu comunidad; en cambio, la gastas con tu mecánico del vecindario atendiendo otra erupción de problemas en tu automóvil.
Pocos de nosotros, por fortuna, han enfrentado un "verdadero" diluvio en el que torrentes de agua amenacen engullir el propio hogar. Pero estamos bien familiarizados con la experiencia de vernos inundados por las preocupaciones de la vida material, de vernos empantanados con todo tipo de cuestiones que demandan nuestra atención precisamente cuando por fin lográbamos llegar a las cosas que nos son verdaderamente importantes y preciadas.
Los maestros jasídicos explican que ésta es la significación contemporánea del gran Diluvio que la Torá describe en los capítulos séptimo y octavo de Génesis. Un principio básico de la enseñanza jasídica es que todo en la Torá es eterno, constituyendo sus eventos "históricos" realidades siempre presentes en nuestras vidas.
El Diluvio de Nóaj es el prototipo de un desafío que todos encaramos: el diluvio de preocupaciones materiales que amenaza con sofocar la llama de afán espiritual que albergamos en nuestras almas[1]. De hecho, nuestros Sabios nos dicen que el Diluvio de Nóaj comenzó como una lluvia ordinaria que las infracciones del hombre hicieron aumentar y convertir en Diluvio.
En otras palabras, en su apropiado contexto y proporción como un medio regulado hacia un fin superior, las metafóricas aguas del materialismo son una lluvia benéfica y nutriente de vida; pero cuando se les permite rebasar sus fronteras, se convierten en una inundación destructiva. La importancia más profunda del Diluvio de Nóaj se refleja también en el hecho de que comenzó y terminó en el segundo mes del año judío, el mes de Jeshván.
El primer mes del año, Tishrei, rico en festividades, es dedicado totalmente a procuras espirituales: renovar nuestro compromiso con la Soberanía Divina en Rosh HaShaná; arrepentirnos de nuestros fracasos en Iom Kipur; celebrar nuestra unidad como pueblo y la providencia sobre nuestras vidas por parte de Di-s en Sucot; regocijarnos con nuestro nexo con la Torá en Simjat Torá.
El siguiente mes, Jeshván, marca nuestro regreso a la "rutina diaria" de la vida material. En Jeshván, las lluvias comienzan a caer en la Tierra Santa y el granjero ara y siembra sus campos, significando el retorno a una vida que deriva su nutrición de la tierra. No es coincidencia que Jeshván (también llamado Mar-Jeshván, significando mar tanto "amargo" como "agua") es el más ordinario de los meses: el único del año sin festividad u ocasión especial alguna.
El Calendario Judío El Diluvio de Nóaj comenzó el 17 de Jeshván en el año 1656 desde la Creación, y terminó el 27 de Jeshván del año siguiente. Los comentaristas bíblicos explican que el Diluvio duró exactamente un año, y que la discrepancia de 11 días en las fechas representa la diferencia de 11 días entre los años lunares y solares. Esto refleja el hecho de que diferentes componentes del calendario se basan en una variedad de ciclos naturales que no se prestan fácilmente a la sincronización. El mes deriva de la órbita lunar de 29,5 días alrededor de la Tierra; el año, del ciclo solar de 365 días.
El problema es que 12 meses lunares suman 354 días, once días menos que el año solar. La mayoría de los calendarios tratan esta discrepancia simplemente ignorando uno u otro de los temporizadores celestiales. Por ejemplo, el calendario gregoriano (que ha logrado una jerarquía casi universal) es de base totalmente solar. Sus 365 días se dividen en 12 segmentos de 30 o 31 días, pero estos "meses" han perdido toda conexión con su asociación original con la luna.
Hay también calendarios (tal como el musulmán) que son exclusivamente de base lunar, con meses fielmente armonizados a las fases de la luna.
Doce meses tales son considerados un año, pero estos "años" no guardan relación con el ciclo solar (una fecha determinada en ese calendario, en ciertos años, caerá en medio del verano y, en otros, en lo más crudo del invierno).
El calendario judío es único en que reconcilia los flujos del tiempo solar y lunar. Empleando un complejo ciclo de 19 años en el que los meses alternan entre 29 y 30 días y los años entre 12 y 13 meses, el calendario judío fija sus meses por la luna, y sus años por el sol, combinando el tiempo lunar y el tiempo solar en un sistema único mientras conserva la integridad de cada uno de ellos. Pues el sol y la luna representan las dos caras de una dicotomía que cruza virtualmente cada aspecto de nuestra existencia, una dicotomía cuyas diferencias debemos respetar y preservar incluso mientras las incorporamos a un enfoque coherente de la vida.
| | Rab Salomón Yabra - Director de Lecareb Lebabot Noaj - Hablar con luz propia, o por lo menos prestada
Sohar taasé latebá, veel amáh tejalena milemala; ufetaj atebá bezida tasím… Una luminaria harás al arca y en una amáh (unidad de longitud) la terminaras por arriba y haz una puerta en el lado del arca... Dice RASHI: Sohar (luminaria): hay quienes dicen una piedra preciosa (que emite luz), hay quienes dicen una ventana. Está escrito, que la sitrá ajará (la fuerza de la impureza) rodea la kedushá (santidad). Por lo tanto, cada Iehudí; al ser kadosh, es rodeado por dichas fuerzas y si éste, jas veshalom, se deja llevar por ella, mayor es la tumá (impureza) y la oscuridad que lo rodea. Y cuando tiene un despertar de teshubá (volver a Hashem) le es muy difícil hacer tefilá (rezarle), decirle a Hashem lo que hay en su corazón y con esto acercarse a Él; ya que necesitamos romper estas barreras con las palabras, y hacerlas ascender hasta Hashem; pero para ello estas palabras deben ser las adecuadas, palabras verdaderas, desde lo profundo de su corazón, y que eleven con ellas a todas las palabras que quedaron atrapadas. Pero, ¿cómo lograr esto? Solamente con el Emet (verdad), ir siempre en el camino de la verdad: y al ir en este camino, la luz de Hashem lo envuelve, ya que "el sello de Hashem es la verdad" y como dice David haMelej en Tehilim: "Hashem es mi luz y mi ayuda". Y con la luz de Hashem uno puede encontrar las puertas para salir de la oscuridad en la que está encerrado, ya que encuentra las puertas, como está escrito "…la puerta, Tus palabras las ilumina, a los necios da entendimiento", porque andando en la oscuridad uno no puede encontrar la puerta para salir. Pero para lograr esto, hay que hacer tefila con palabras absolutamente verdaderas, sintiendo el dolor de nuestras averot (transgresiones) en el corazón y expresando estos sentimientos con palabras; ésta es tefila es con palabras absolutamente verdaderas. Y aquel que entiende la importancia de esto, debería pedirle a Hashem toda su vida que aunque sea una vez logre hacer una tefila como esta. Quien llega a este nivel, Hashem ilumina a través de él, pero mientras llegamos a ese nivel o para los que no llegaremos, cuando logramos expresarnos en tefila con la máxima verdad que está a nuestro alcance, podemos permitir que la luz de los que sí llegaron, los Sadikim, puedan iluminar a través nuestro, para lo cual también es necesario tener emunat jajamim (fé en los sabios), acercarnos a ellos y hacer Bitul haDaat (anular nuestro entendimiento) ante ellos. Y esto es lo que está escrito: Sohar taasé latebá (tebá en lashon hakodesh también significa palabra), que hable palabras de verdad, que iluminen, sobre lo que Rashi dijo hay quienes dicen (o su decir es) una piedra preciosa, los que logran que su decir sea absolutamente verdadero y emiten luz propia, hay quienes dicen (o su decir es) una ventana, los que su verdad no emite luz, pero deja pasar la de los Sadikim, veel amáh, que representa al hablar, tejalena milemala, lo eleva con verdad (las iniciales de amáh tejalena milemala forman Emet, verdad); ufetaj atebá bezida tasím y que hagamos una puerta en la sitrá ajará que nos rodea por todos lados (zida significa lado y a su vez representa a la sitrá ajará; como está escrito sobre Esav haRashá que zaid vefiv, cazaba con su boca). En resumen, cuando uno está perdido en la oscuridad de la impureza, y ésta lo rodea de todos lados, la única puerta es la tefilá con palabras de verdad, que es la esencia de Hashem, y de esta forma Hashem lo ilumina y puede ver las puertas para salir, ya que ninguna oscuridad puede opacar la luz de Hashem; pero si uno no llega a la tefilá absolutamente verdadera, por lo menos debe lograr su máximo nivel de verdad en la tefilá, aunque solamente pueda decir "Hashem ayúdame", con toda sinceridad, para así poder dejar pasar la luz de los Sadikim. Adaptado de Likute Moharan 112 | EL QUE SIEMBRA, COSECHA Y por otro motivo el Bore Olam ordenó hacer una Teba grande: para disminuir la magnitud del milagro, para ocultarlo, ya que así es la forma de proceder de Hashem en todos los milagros que están escritos en la Tora o en los Profetas: que el hombre haga todo lo que esté a su alcance, aunque no contribuya en nada Por eso, el Bore Olam hace los milagros ocultándolos en parte, para que exista la posibilidad de pensar (en forma equivocada) que es algo natural, que no es un milagro, y así poder premiar a los que "eligieron" bien En el caso de Noaj, aunque la Teba tenía ciento cincuenta metros de largo y cincuenta metros de ancho, resultaba pequeña para albergar a la gran cantidad de especies con sus alimentos para todo un año, por lo que este milagro no podría entrar en la categoría de "milagro oculto". Pero, para poner a prueba a las personas, alcanzaba con saber que la Teba era "grande", y no pequeña. Si Hakadosh Baruj Hu hubiera ordenado a Noaj construir una Teba pequeña, no habría dudas sobre el milagro, pero, ya que Hashem ordenó construirla "grande", aunque está a la vista que no es lo suficientemente grande, alcanza para que la gente pueda pensar que aquí no hay milagro, que es natural que todos los animales se "apreten" un poquito y puedan entrar... Quedando en las personas la posibilidad de "elegir", que es el fundamento de la Creación... Este ocultamiento lo encontramos también en la descripción de la construcción de la Teba. Hakadosh Baruj Hu le ordena a Noaj impermeabilizar la Teba recubriéndola con alquitrán por dentro y por fuera. Rashi explica que en el caso de la "canasta" que llevó a Moshe Rabenu por el río, alcanzaba con que tenga un material por dentro y alquitrán solamente por fuera, ya que las aguas del río eran "normales", tranquilas, como las aguas de cualquier río de llanura, en cambio, debido a la fuerza de las aguas del Diluvio, era necesario "reforzar" la Teba, recubriéndola con alquitrán por dentro y por fuera. Y la pregunta surge de inmediato, ¿en qué nos puede ayudar la cobertura interior y exterior? ¿Qué agrega la cobertura interior? De acuerdo a la "naturaleza", la Teba no tenía ninguna posibilidad de soportar el Diluvio, como encontramos en Jazal, que el agua del Diluvio "desintegraba" todo lo que tocaba. Por eso decimos, que la cobertura no era otra cosa sino una forma de encubrir el milagro. El ver como Noaj hacía que la Teba sea impermeable, daba lugar a equivocarse y suponer que no había aquí ningún milagro... Otra cosa que se nos ocurre preguntar es ¿dónde estudió Noaj ingeniería? ¿Quién de nosotros puede tener los conocimientos, técnicas, fuerza y herramientas, para construir un "barco", de solamente Una estructura de ciento cincuenta metros necesita por lo menos, no derrumbarse en el primer intento, hacen falta vigas, columnas, algo no muy común en esos tiempos. Sin embargo, nadie puso en dudas la capacidad de Noaj para contruir un barco que se mantenga a flote con miles de animales a bordo y repleto de comida... Pero, cuando el pan sale de abajo, de la tierra, a nadie se le ocurre decir que esto está "supervisado" por Hakadosh Baruj Hu, es algo natural, es absolutamente natural que una persona plante una semillita, crezca trigo, que pase por una gran cantidad de procesos hasta convertirse en el pan que comemos todos los días... En verdad, no existe ninguna diferencia entre el "pan" que baja del cielo y el pan que "sube" de la tierra Solamente existe la diferencia que nos pone a prueba. En el pan que baja del cielo no existe la posibilidad de equivocarse y en el que sube de la tierra sí existe esa posibilidad, por eso, todos los días comemos de este último, por eso Hakadosh Baruj Hu no nos hace descender el pan del cielo. Aunque, de todas formas, que el pan suba de la tierra es igualmente milagroso a que el pan baje del cielo..., como está escrito en el libro "Jovat Halevavot" Sólo el que no piensa se puede equivocar y pensar que todo lo que nos rodea es "natural" y que no hay milagros. Es sabido, que el sustento de cada uno de nosotros está establecido desde el Rosh Hashana que pasó hace un mes, hasta el próximo Rosh Hashana (Talmud Babli, tratado de Betza, 16), y ningún esfuerzo de nuestra parte (trabajar más horas, cambiar de trabajo) puede contribuir para aumentar la suma decretada. Sin embargo, con un simple espejo, podemos "vernos" correr de aquí para allá, buscando la forma de ganar "un peso más". Nuestra obligación pasa solamente por un empujón, o un "impulso" o intención. Hakadosh Baruj Hu nos pide dar el puntapié inicial y El se encargará del resto... Pero nos olvidamos de este concepto, y pensamos que todo está en nuestras manos, en nuestra inteligencia, en nuestra fuerza..., un minuto más, esperar otro cliente, hacer una nueva transacción, nos olvidamos... El Bore Olam hace esto con la exclusiva finalidad de esconder el milagro, de no mostrar a todo el mundo, sin lugar a dudas, que El se encarga del sustento de cada uno y uno de nosotros, y no sólo de nosotros, sino también desde el piojo más chiquito hasta el más grande de los animales... Todo para que podamos elegir, elegir entre el bien y el mal. La comida que comemos es otro de los milagros, que demuestra que solamente con lo que sale de la "boca" de Hashem (con su orden), la persona puede vivir. Y en este caso también, para que exista la posibilidad de elegir, hay cosas no muy claras que pueden llevar al error. Y muchos se preguntan para qué estamos en el mundo. Algunos para tener cada año una casa nueva o un automóvil cero kilómetro. Otros para la casa del fin de semana o para cambiar el vestuario en cada temporada. Acabamos de descubrir que el hombre llegó al mundo para saber y entender que todo lo que ocurre es milagroso El hecho "natural", lo que aparentemente es natural es lo que nos pone a prueba a diario. Así explicamos el versículo: Noaj se elevó... Por eso, porque supo reconocer que todo provenía de Hakadosh Baruj Hu, tuvo el mérito de recibir una cuota gigante de "Siata Dishmaia". Como dice el profeta Ieshaiahu (cap.66,2): "...y Yo veré al pobre y al deprimido, que sienten temor de mis palabras". ¿Quién siente temor de las palabras de Hakadosh Baruj Hu?, el pobre y el deprimido. Cuando una persona siente que no tiene fuerzas "propias", que no puede alcanzar nada por sí sola, tiene un sentimiento que lo categoriza como "pobre y deprimido", que solamente está a su alcance la posibilidad de "rezar", de pedirle al Bore Olam, lo que significa "temer de mis palabras", y esto lo hace merecedor del "Yo veré". Todo está enmarcado en el "elegirás la vida" Lekaj Tov. Leiluy Nishmat Harabanit Shifra bat R. Biniamin ע"ה Tomado de: www.judaismohoy.com Parashat "Noaj" Ingresar al Arca La sección de la Torá intitulada Noé, en su inicio declara: "Estas son las crónicas de Noe, Noe era un hombre recto e íntegro". (Génesis 6: 9) Los sabios dedujeron, que a esto refiere el versículo que enuncia: "Cuando pasa por el mundo una tormenta, extirpa al malvado, y el justo permanece firme como fundamento del mundo" (Proverbios 10: 25) Luego explicaron más detalladamente: "Cuando pasa por el mundo una tormenta, extirpa al malvado", refiere a la generación del Diluvio la cual fue extirpada por una tormenta diluviana, "y el justo permanece firme como fundamento del mundo", refiere a Noe, quien sobrevivió al Diluvio, y a partir de él el mundo se volvió a fundamentar. NUEVA CONJETURA Asimismo está escrito: "Los malvados en un instante sucumben y desaparecen, pero la casa de los justos permanecerá" (Proverbios 12: 7) Se desglosa: "Los malvados en un instante sucumben y desaparecen", refiere a la generación del Diluvio, "pero la casa de los justos permanecerá", refiere a Noe, a partir de quien El Eterno hizo que se restablezcan todas las familias de la tierra. Tal como lo enuncia el versículo: "Estas son las crónicas de Noe". (Génesis 6: 9) Otra explicación "Estas son las crónicas de Noe", a esto se refiere el versículo que declara: "La casa de los malvados sucumbirá, y la tienda de los rectos prosperará" (Proverbios 14: 11) Se explica: "La casa de los malvados sucumbirá", refiere a la generación del Diluvio, "y la tienda de los rectos prosperará", refiere a Noe, quien era frágil como una tienda, habitando entre los demás pobladores bien arraigados, que se asemejaban a una casa fija, y sin embargo, a partir de él y sus hijos, El Eterno hizo prosperar a todas las familias de la tierra. (Midrash Rabá) ENSEÑANZA Esta actitud de Noé, debe servir de incentivo para intentar con el máximo fervor imitar su gestión. Es decir, así como él lo hizo, uno debe pugnar por seguir la senda del bien, y a su vez, debe motivarnos a oponernos al camino inicuo que conduce a un trágico hundimiento, similar al acontecido con la generación del Diluvio. Del mismo modo como Noe lo hizo previo al Diluvio Universal, es nuestra misión ingresar al arca y salvarnos de las aguas torrenciales. EXPLICACIÓN ¿Cómo se hace para ingresar al arca en estos tiempos modernos?. Es algo podremos apreciar a continuación El término hebreo atribuido a arca es "tevá". Este vocablo -tevá- significa "arca", y también "palabra". Esta dualidad tiene como objetivo enseñarnos, que para estar a apropiadamente resguardos, debemos entrar a la "tevá", es decir, a la "palabra" de Di-s, que es Su sagrada Torá. Si uno ingresa a la "tevá" y estudia los estatutos, leyes y decretos del Eterno para cumplirlos, se colocará a salvo del enorme diluvio de problemas que acosan a diario e impiden la paz, el bienestar y la armonía. Al proceder de esta manera, nuestras vidas adoptarán una dirección positiva y se tornará posible ser feliz y experimentar satisfacción de los logros alcanzados. Aun conviviendo con los problemas, se permanecerá aislado de la angustia. Actuando de este modo, será posible vivir en forma placentera, con un rumbo bien definido y objetivos claros y precisos. |
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