20 enero 2010

Barranquilla: 2da Parte:PARASHAT BO: EXPERIMIENTANDO LA VERDADERA LIBERTAD‏

2da Parte:PARASHAT BO: EXPERIMIENTANDO LA VERDADERA LIBERTAD‏
de Asher Amram Ben Avraham Avinu - Wednesday, 20 de January de 2010, 22:24
 

La oscuridad

Luego envió Di-s oscuridad sobre Egipto, prolongándose su efecto por espacio de tres días consecutivos, hasta alcanzar una intensidad tal, que las personas no lograban ver su mano cuando la colocaban sobre su boca. 

En ese período, murieron muchos del pueblo de Israel, por revelarse ante Hashem, y no prestar oídos ni creer a Moshé y Aharón, cuando dijeron que Di-s los envió.

Estos rebeldes respondieron: "No saldremos de Egipto, para no perecer de hambre en el desierto desolado", y tras no oír las palabras de Moshé, Hashem los hizo fallecer en los tres días de oscuridad, siendo sepultados por los hijos de Israel en ese tiempo, para que no sepan de esto los egipcios, y se alegren por el hecho.

La oscuridad que reinaba en aquellos días era tan intensa que quien se hallaba de pie cuando sobrevino esta plaga, aun se encontraba en esa situación, mientras aquellos que estaban sentados, siguieron en esa posición, y los que yacían acostados, proseguían así, en tanto, aquellos que caminaban cuando sobrevino el flagelo, cayeron, y permanecieron como quedaron, hasta que la espesa oscuridad se hubo retirado.

Luego de este golpe, Hashem envió a Moshé y Aharón hacia los hijos de Israel para que les digan: "Celebren vuestra festividad, y hagan vuestros sacrificios de Pesaj, pues he aquí Vendré en medio de la noche dentro de Egipto, y Mataré a todo primogénito de ellos, tanto de hombre, hasta el primogénito de animal, y Veré vuestros sacrificios de Pesaj, y Saltearé por sobre vosotros (no matando a los primogénitos de ustedes)".

Los hijos de Israel hicieron en esa noche, acorde a todo lo ordenado por Hashem a Moshé y Aharón.

A Medianoche

Aconteció a media noche, que salió Hashem por el interior de Egipto, y Golpeó mortalmente a todo primogénito egipcio, desde el humano, hasta el animal. En esa noche, el Faraón se levantó, también sus siervos, y todo Egipto, irrumpiendo todos en un tremendo grito que se escuchaba por toda la nación, pues no quedó casa sin que haya en ella un cadáver. También las imágenes de los primogénitos de Egipto que habían sido labradas y talladas en las paredes de las viviendas, se arruinaron y cayeron al suelo. Asimismo, los huesos de aquellos primogénitos egipcios que habían fallecido antes de esto, y habían sido sepultados, fueron desenterrados por los perros, quienes los traían y arrojaban frente a los pobladores del lugar.

Los egipcios temieron por este flagelo que sobrevino sobre ellos en forma repentina, por lo que todos gritaron a viva voz, llorando cada familia en esa noche a sus hijos e hijas primogénitos, oyéndose el desconsuelo de ellos hasta en las lejanías.

En esa noche salieron Batia, la hija del Faraón, con su padre, para pedir a Moshé y Aharón por la casa de ellos, y los hallaron en sus viviendas comiendo, bebiendo y alegrándose junto a todo Israel. 

Batia dijo a Moshé: "¿Ese es el bien con el que pagas por lo que he hecho por ti, y por haberte criado, que traes sobre mi casa y la de mi padre este mal?".

Moshé le respondió: "¿Acaso alguna de las diez plagas que Hashem ha traído sobre Egipto te ha hecho daño a ti?".

Ella contestó: "¡No!".

Moshé agregó: "Aunque tú eres primogénita por parte de tu madre, no perecerás, y no te alcanzará el mal dentro de Egipto".

Batia prosiguió: "¿Qué beneficio es el mío después de ver a mi hermano, el rey, su casa y todos sus siervos en este mal, ante el que perecieron todos sus primogénitos, junto a los de Egipto?".

Moshé le respondió: "Tu hermano y su casa, sus siervos y las familias de Egipto no oyeron la palabra de Hashem, por eso sobreviene sobre ellos este mal".

En eso, el Faraón se acercó a Moshé y Aharón, y los pocos hombres de Israel que estaban junto a ellos en ese lugar, y les rogó solicitando: "Levántense y tomen a vuestros hermanos, los hijos de Israel que se hallan en la tierra, también las ovejas y vacas, y todo lo que es de ellos, no dejen nada, pero oren a Hashem, vuestro Di-s por mi".

Moshé le respondió: "También tú eres el primogénito de tu madre, pero no temas, porque no morirás, pues Hashem ordenó que vivas, para mostrarte Su gran fuerza, y Su brazo extendido y poderoso".

El Faraón ordenó enviar a los hijos de Israel, y todos los egipcios también pretendían hacerlo, pues pensaron: "todos falleceremos". Por eso, los incitaron a retirarse, dándoles muchas riquezas, ganado ovino y bovino, y manjares, tal como el juramento de Hashem, cuando le Juramentó al patriarca Abraham.

Pero los hijos de Israel se rehusaron a salir en ese momento, y cuando venían los egipcios para enviarlos, ellos le respondían: "¿Somos acaso ladrones que tenemos que salir por la noche?".

Por su parte, los Hebreos solicitaron a los egipcios instrumentos de plata, oro y vestimentas antes del amanecer.

En tanto, Moshé se dio prisa, fue al río, y tomó de allí el ataúd de Iosef. Mientras los demás hijos de Israel, tomaron el de sus respectivos padres, y el de los antepasados que dieron origen a las tribus.

Con todo esto a cuestas, viajaron los hijos de Israel desde Raamses, hasta Sucot, siendo solo los hombres una cantidad como de seiscientos mil almas, más los niños y las mujeres. También una multitud se plegó a ellos, además de las vacas, ovejas y cabras que llevaban.
Esta partida aconteció al cumplirse doscientos diez años de permanencia en Egipto, llegando a Sucot ese mismo día, el quince del mes primero, o sea, Nisán. En tanto, los egipcios aun enterraban sus primogénitos, que habían sido golpeados por Hashem, tarea que se prolongó por espacio de tres días.

En Sucot pernoctaron solo una noche, pero cuando aun era de día, Hashem alumbró sus corazones a través de una potente luz, y se asemejaban a los ángeles celestiales, quienes disfrutan del brillo que emana de la luz de Hashem. 

Entonces hornearon la masa que habían traído de Egipto, logrando pan ácimo. Luego oyeron de boca de Moshé enseñanzas y preceptos (Shemot 13: 1): "Santifica para Mi todo primogénito", y (Shemot 13: 11): "Será cuando te traiga Hashem a la tierra de los Kenaaneos, acorde a como juró a ti y a tus padres".

Apetecieron su pan, bebieron de sus aguas, y probaron en ellos el sabor del jardín del Eden, pronunciando durante la comida, palabras de Torá, que alimentan el alma.

Y eso mismo es lo que debemos hacer cuando ingerimos nuestros alimentos. Entre plato y plato, es menester que pronunciemos algunas palabras de Torá, del tema que sepamos, de esta manera, no estaremos incorporando a nuestro interior solo elementos materiales que sirven para darnos fuerzas y poder continuar con nuestras actividades, sino que también estaremos obteniendo elemento nutriente para el alma, y a través de ello, el sabor de la comida no será el mismo, pues sentiremos una grata diferencia que repercutirá en toda nuestra jornada diaria. 

Shabat Shalom

R' David ben Israel

Fuentes utilizadas:

1- Sefer Haiashar
2- Ben Ioiad

http://www.judaismovirtual.com/parasha/parasha_bo.php


Parashat "Bo"

El misterio del libre albedrío

En la sección Vaerá se narró lo concerniente a las siete plagas que El Eterno había enviado sobre los egipcios para que dejasen marchar a los Hijos de Israel. Pero el Faraón aun no dejaba que se fueran y llevasen consigo sus posesiones. Por eso envió una nueva plaga. Como está escrito: "El Eterno le dijo a Moshé: «Llega al Faraón, pues he hecho que su corazón se obstine, y el corazón de sus siervos, para que pueda poner estas señales Mías en su medio; y para que puedas relatar a oídos de tu hijo y del hijo de tu hijo que ridiculicé a Egipto, y Mis señales que coloqué en ellos, para que sepan que Yo soy El Eterno». Moshé y Aarón llegaron al Faraón y le dijeron: «Así dijo El Eterno, Dios de los hebreos: ¿hasta cuándo te negarás a rendirte ante Mí? Envía a Mi pueblo para que Me sirva. Pues si te niegas a enviar a Mi pueblo, he aquí que mañana traeré langostas dentro de tus fronteras. Y cubrirá la superficie de la tierra de modo tal que nadie podrá ver la tierra; y comerá los residuos que quedaron tras el granizo, y comerá todos los árboles que crecen para ti en el campo. Llenará tus casas, las casas de tus siervos y las casas de todo Egipto, de una manera que ni tus padres ni tus abuelos han visto desde el día que llegaron a la tierra hasta el día de hoy». Y le dio la espalda y se alejó de la presencia del Faraón. Los siervos del Faraón le dijeron: «¿Cuánto tiempo será esto una dificultad para nosotros? Envía a los hombres para que sirvan a El Eterno, su Dios. ¿Acaso todavía no sabes que Egipto está perdida?».
Y Moshé y Aarón fueron retornados al Faraón y él les dijo: «Id y servid a El Eterno, vuestro Dios; ¿quiénes son los que van?».
Dijo Moshé : «Con nuestros jóvenes y nuestros ancianos iremos; con nuestros hijos y nuestras hijas, con nuestras ovejas y con nuestro ganado vacuno iremos, porque es fiesta de El Eterno para nosotros».
Él les dijo: «Que sea así y que El Eterno esté con vosotros cuando os envíe con vuestros hijos. Mirad: el mal está frente a vuestros rostros. No así; que vayan los hombres. Servid a El Eterno, pues eso es lo que queréis». Y los expulsó de la presencia del Faraón." (Éxodo 10:1-11).

Un momento de reflexión

La actitud del Faraón es incomprensible. ¿Acaso no aprecia que su nación está siendo totalmente destruida por el efecto de las plagas? ¿Por qué causa aun se resiste a enviar a los Hijos de Israel y así liberarse de todos los terribles flagelos que estaban sobreviniendo sobre su tierra, arrasándola por completo? ¿Por qué no escuchaba lo qué sus siervos le decían? ¿Acaso no temía que sus propios hombres se levantasen contra él por ser tan obstinado?

La respuesta a estos interrogantes la hallamos en la declaración del versículo: "El Eterno le dijo a Moshé: «Llega al Faraón, pues he hecho que su corazón se obstine" (Éxodo 10:1). "Se obstine" en el original hebreo está escrito así: "ijbadti".

La raíz de esta palabra es "cabed" que además significa "hígado"

Enseña que Dios convirtió la carne del corazón del Faraón en hígado (véase Shemot Raba 9:8).

Ahora bien, el hígado está formado de un tipo de carne que posee propiedades muy particulares, pues cuando es cocinado no absorbe del líquido de la cocción. Es más cuanto más se lo cocina más se endurece. Y lo mismo sucedía con el Faraón, más se lo sometía al rigor de las plagas, más se endurecía su corazón. Por eso era tan obstinado, porque su corazón se había tornado hígado y no se conmovía en lo más mínimo por el efecto de las plagas.

Obsérvese que posteriormente se describe el endurecimiento del corazón del Faraón, y no se utiliza ya la palabra "cabed". Pues el mismo ya se había tornado de hígado, y ahora se endurecía cada vez más con las plagas que caían sobre su pueblo en vez de enternecerse, como sería lo más lógico (Fuente de Torá, sección Bo).

Observad lo que está escrito a continuación:

El Eterno le dijo a Moshé: «Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para que venga la langosta y ésta subirá sobre la tierra de Egipto y comerá toda la hierba de la tierra, todo lo que dejó el granizo». Moshé extendió su vara sobre la tierra de Egipto y El Eterno guió un viento del este por toda la tierra en aquel día y en toda aquella noche. Se hizo de mañana y el viento del este trajo la langosta. La langosta subió por toda la tierra de Egipto y se posó en toda la frontera de Egipto; de una forma severa, nunca antes había habido una langosta como aquélla y no habría después ninguna igual. Cubrió la superficie de toda la tierra y la tierra se oscureció; comió toda la hierba de la tierra y todos los frutos de los árboles que había dejado el granizo. En toda la tierra de Egipto no quedó verde en los árboles ni hierba en el campo.
El Faraón se apresuró a convocar a Moshé y a Aarón, y dijo: «He pecado ante El Eterno, vuestro Dios, y ante vosotros. Y ahora, por favor, perdonad mi pecado esta sola vez y rogadle a El Eterno, vuestro Dios, que solo quite de mí esta muerte».
Él se alejó del Faraón y le rogó a El Eterno. El Eterno cambió el rumbo del viento y lo transformó en un viento del oeste, muy poderoso, y éste se llevó la langosta y la transportó hacia el Mar de Cañas; ni una sola langosta quedó dentro de todas las fronteras de Egipto (Éxodo 10:12-19).

Uno podría pensar que esta vez sí el Faraón se conmovió en su corazón y cambiaría su tosca actitud por una más bondadosa. Sin embargo, lo que sigue a continuación demuestra que sólo se trataba de una reacción mental, que nada tenía que ver con sus sentimientos. Lo más probable es que actuó así por la presión de los pobladores de Egipto, y por temor a ser destronado. Pues seguidamente está escrito: "Mas El Eterno endureció -vaijazek- el corazón del Faraón y éste no envió a los Hijos de Israel".

Posteriormente sobrevinieron seis días de oscuridad. Los tres primeros fueron tinieblas, y los tres siguientes oscuridad espesa y tangible. La misma impedía a los egipcios moverse, permaneciendo inmovilizados, atrapados por completo en medio de la espesura. Como está escrito: El Eterno le dijo a Moshé : «Extiende tu mano hacia el cielo y habrá oscuridad sobre la tierra de Egipto, y la oscuridad será tangible». Moshé extendió su mano hacia el cielo y hubo una espesa oscuridad en toda la tierra de Egipto durante tres días. Nadie pudo ver a su hermano ni nadie pudo levantarse de su sitio durante tres días; pero, en las residencias de todos los Hijos de Israel había luz.
El Faraón convocó a Moshé y le dijo: «Id, servid a El Eterno, únicamente vuestros rebaños de ovejas y vacas quedarán aquí; incluso vuestros hijos pequeños pueden ir con vosotros».
Dijo Moshé : «Aún más, tú colocarás en nuestras manos ofrendas festivas y ofrendas ígneas, y las ofreceremos a El Eterno, nuestro Dios. Y nuestro ganado, también irá con nosotros, ni una sola pezuña quedará, pues de él tomaremos para servir a El Eterno, nuestro Dios; no sabremos con qué servir a El Eterno hasta que lleguemos allí» (Éxodo 10:21-26).

Y aquí nuevamente el corazón del Faraón se torna duro e inflexible. Como está escrito: El Eterno endureció -vaijazek- el corazón del Faraón y no quiso enviarlos". Y además: "El Faraón le dijo: «Vete de mí. Cuídate de no ver más mi rostro, pues el día que veas mi rostro, morirás».
Dijo Moshé: «Has hablado correctamente. Jamás volveré a ver tu rostro» (Éxodo 10:27-29).

Tú te lo has buscado

Después de esta reacción del Faraón: "El Eterno le dijo a Moshé : «Una plaga más traeré sobre el Faraón y sobre Egipto; y luego los enviará de aquí. Cuando os envíe, os expulsará totalmente de aquí. Te ruego hables a los oídos del pueblo: que cada hombre le pida a su prójimo y cada mujer a su prójima, vasijas de plata y vasijas de oro». El Eterno hizo que el pueblo hallase gracia en los ojos de Egipto; además, el hombre Moshé era muy grande en la tierra de Egipto, a ojos de los siervos del Faraón y a ojos del pueblo.
Dijo Moshé: «Así dijo El Eterno: "Alrededor de la medianoche, saldré al interior de Egipto. Todos los primogénitos de la tierra de Egipto morirán, desde el primogénito del Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sirvienta que está detrás del molino, y todos los primogénitos de los animales. 6 Habrá un gran clamor en toda la tierra de Egipto, como jamás ha habido y como jamás volverá a haber. Pero contra todos los Hijos de Israel, ningún perro afilará su lengua, ni contra el hombre, ni contra el animal, para que sepan que El Eterno ha diferenciado entre Egipto e Israel". Entonces todos estos siervos tuyos descenderán a Mí y se postrarán ante Mí, diciendo: "Idos, tú y todo el pueblo que te sigue". Luego, me iré». Y se alejó de la presencia del Faraón, encolerizado.
El Eterno le dijo a Moshé : «El Faraón no te hará caso, para que Mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto». Entonces Moshé y Aarón realizaron todas estas maravillas ante el Faraón, mas El Eterno endureció -vaijazek- el corazón del Faraón y no envió a los Hijos de Israel de su tierra" (Éxodo 11:1-10).

Pensemos un poco

La enseñanza es evidente, Dios deseaba que sus maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto y para ello endurecía cada vez más el corazón del Faraón. Esto era con el fin de que se conociere el poder de Dios y también para que: "puedas relatar a oídos de tu hijo y del hijo de tu hijo..." (Éxodo 10:2). Eso está claro. Pero el Faraón ¿no decidía nada? Pues si Dios le enviaba flagelos para ablandarlo, y por otro lado endurecía su corazón, pareciera que lo estaba manejando como a una marioneta. Ya que la misma es dirigida y dominada totalmente por el individuo que la sostiene y dirige, sin que la misma pueda decidir ningún movimiento por propia voluntad. Siendo así ¿qué hay con el libre albedrío? ¿Acaso le había sido quitado al Faraón?

Esta pregunta no lleva a una conjetura clave. Los sabios cabalistas revelaron: El Eterno implantó en el interior del hombre una tendencia al bien y una tendencia al mal. Fue con el propósito de que el individuo se fortalezca y sobreponga con su tendencia al bien a la tendencia al mal. Consecuentemente, debe fortalecerse y sobreponerse con su bondad y misericordia a la severidad. Pues la misericordia, los actos de bondad y sus ramales, provienen de la tendencia al bien, la cual deriva de la bondad. Asimismo, debe abocarse a extirpar de su corazón todas las cualidades de crueldad, venganza, ira, y envidia, porque todas ellas provienen de la tendencia al mal, cuya raíz es la severidad (Reshit Jojmá Shaar Hairá 4: 25).

Considerando esta enseñanza, resultaría que si Dios le inflingiría al Faraón plagas sin endurecer su corazón, en ese caso el monarca no poseería la facultad de libre elección. Pues actuaría completamente seducido por los flagelos. Surge que al Dios endurecerle el corazón, estaba igualando en el Faraón la capacidad de soportar los golpes sin sentirse intimidado emocionalmente. De esta manera el equilibrio se mantendría, y la decisión de dejar ir a los Hijos de Israel o negarse, sería determinada por su propia voluntad.

Una enseñanza maravillosa

Aprendemos algo excepcional: el mundo siempre está en equilibrio para que siempre exista la posibilidad de elegir entre el bien y el mal. Es por eso que los sabios determinaron: La persona debe considerar siempre que se encuentra en equilibrio, o sea, que posee mitad de actos buenos y mitad de actos malos. Resulta que si realiza un solo acto bueno, dichoso de él, pues desequilibra la balanza hacia el lado del bien. Pero si comete una infracción, el resultado será muy distinto, ya que la inclinará hacia el lado opuesto (Talmud, tratado de Kidushín 40).

Ahora bien, ya vimos que cada vez que el Faraón era sometido a una nueva prueba, Dios le endurecía el corazón. Esto fue así hasta que finalmente se lo convirtió íntegramente de hígado. Esto proceso era necesario para contrarrestar todos los duros golpes que le eran asestados sin inmutar su aspecto emocional y permitirle que decidiera libremente. Pero esto no acontecía con ninguno de los ministros del Faraón, ya que ellos no eran puestos a prueba como su comandante. Resulta que el Faraón se había enfrentado a las pruebas de modo notoriamente diferente al de sus hombres. O lo que es lo mismo, el equilibrio del Faraón que le permitía decidir, no era el mismo que el de sus hombres. Debido a ello, él había enfrentado muchos más obstáculos que todos los demás. Resulta que cuantas más veces uno se enfrente a una dificultad, más veces la superará, y su equilibrio será de un nivel cada vez mayor. Pues las victorias se acumularán y conformarán un montículo que será paralelo a los fracasos superados, y lo excederá por su puesto, en caso de haber vencido. Pero si fracasa, en ese caso el otro montículo prevalecerá.

En síntesis, cuantas más veces uno vence al mal instinto, más grande será el volumen de su acción resultante. Quedará un montículo que se habrá formado con la tentativa del mal instinto caído por un lado, y otro montículo que se habrá originado por el triunfo de este hombre que ha triunfado. Y debido a esa victoria el montículo del bien superará al del mal. Este es el misterio de un individuo sobresaliente, el cual aun deberá luchar contra el mal instinto, pese a haberlo vencido en numerosas ocasiones. Pues aquel hombre justo y piadoso, que con sus acciones nobles mantiene al mundo, aun deberá poseer una adversidad paralela para que el equilibrio y la posibilidad de elegir entre el bien o el mal permanezca inalterable.

En el Talmud se narra un suceso a modo de ejemplo: El erudito Abaie escuchó a un joven que le decía a una joven: "marchemos juntos por el camino". Abaie dijo: "los seguiré para apartarlos del pecado". Pues pensó que durante el trayecto haría algo incorrecto entre ellos. Así fue como Abaie los siguió durante doce kilómetros escondiéndose entre los cañaverales, para que no notasen su presencia. Y después de esa larga marcha, escuchó que uno le decía al otro: "Aquí nuestros caminos se bifurcan, la compañía ha sido muy grata". Y se separaron.

Abaie dijo: si yo estuviere en su lugar, no me hubiese podido mantener. Como diciendo: no hubiera superado la prueba. Pensar eso lo apenaba. Se dirigió a una puerta y apoyó su cabeza sobre la misma. En ese momento apareció un anciano que le dijo: "aquel que es más grande que su prójimo, su mal instinto es más grande que el de él". (Sucá 52b).

Es por eso que cuando en el futuro el mal instinto sea degollado, los justos lo verán inerte frente a ellos y como del tamaño semejante al de una gran montaña. Mientras a los que fueron detrás de placeres vanos en su pasaje por este mundo, y pecaron despiadadamente, les parecerá tan pequeño como el tamaño de un cabello.

Ante esta imagen del instinto malo caído, los justos llorarán y los pecadores llorarán. Los justos dirán: "¿Cómo puede con una montaña tan grande como esta?". Y los pecadores, también en medio de su sollozo dirán: "¿Tan pequeño que era y no pude con él?" (Sucá 52a).

La razón de la diferencia de tamaño del instinto malo para unos y otros se debe a que cuando alguien realiza actos buenos, ha vencido indefectiblemente al instinto malo que trató sin lugar a dudas de impedirle en el momento en que se disponía a realizar tal obra de bien, la concreción de la misma. Esto sucede de modo similar con cada una de las ocasiones en que uno pretende realizar la voluntad de El Eterno, siendo estas acciones acumulativas.

Por lo tanto, si realizó muchas obras correctas en su vida, es obvio, que el instinto malo que lo acosó sin darle tregua, tenga enormes dimensiones, similares a una montaña. Pero quien no realizó buenas acciones, o si lo hizo, fue solo en alguna ocasión esporádica, su instinto malo obviamente se verá muy pequeño, semejante al tamaño de un cabello.

Este es el misterio del libre albedrío. Hemos de aprovecharlo y construir una gran montaña de bien, que supere a la montaña paralela que genere el mal instinto con sus tentativas perniciosas, buscando impedirnos llevar a cabo nuestras nobles acciones. Es nuestra misión triunfar y construirnos un futuro digno y dichoso en el Mundo Venidero.

http://www.judaismovirtual.com/parasha_numerologia/bo.php


El poder del renacimiento



Los judíos como pueblo recibieron su primer mandamiento en la porción de la Torá de hoy (los pocos mandamientos precedentes fueron dados a individuos —a Abraham, por ejemplo, se le dio la mitzvá de la circuncisión). El cálculo del calendario de acuerdo a los ciclos lunares introduce a Israel en el judaísmo formal. El calendario lunar debe obviamente tener una cualidad especial más allá de su función específica, una característica que lo impregna todo, para merecer ser el comienzo del servicio a Di-s por parte de la judería.

La luna tiene fases de crecimiento, declinación, desaparición y renacimiento. El sol es relativamente constante, no apreciablemente diferente de día en día. El calendario lunar, mas que el solar, gobierna la vida religiosa del judío porque simboliza más esa vida. El falible y fácilmente sujeto a tentaciones hombre, no se espera de él que sea un ángel inmaculado insensible a las distracciones mundanas. Ni tampoco el hombre es simplemente una forma más elevada de vida animal, no radicalmente diferente de las bestias, por lo tanto no sujeta a restricciones, libre para gratificar sus pasiones.

Buscando su lugar en el mundo, el hombre puede vacilar entre la inspiración que eleva y la indiferencia que engaña al hombre. Está en una especie de columpio espiritual, santo y pecaminoso en una confusa secuencia. Si disfrutamos momentos ocasionales de verdadera inspiración religiosa, nuestro fracaso en mantener esos sentimientos puede llevar a la desilusión. . Nos mofamos de nosotros mismos (y de otros) con la despectiva acusación de hipocresía si pecamos. Algunos pueden sentir, con buena causa, que la chispa en lo más recóndito del corazón de todo judío está extinguida para ellos.

El calendario lunar tiene una lección para nosotros. La luna declina hasta desaparecer. Pero la declinación es tan parte de la vida como el nacimiento. La declinación no es extinción. Como la luna, el judío tiene el poder de renacer. La chispa nunca se extingue.

Entonces hay un proceso de cambio y de crecimiento en la gente viva también implícito en el ciclo lunar. Del judío se espera que agregue a su tesoro espiritual, que progrese en el estudio (una virtud judía olvidada) y piedad, en bondad y caridad desinteresada, en desarrollar mejores rasgos de carácter. El judío constantemente está tratando de perfeccionar sus actos y a él mismo. El sol, con su brillo original y sin cambios no puede enseñar al hombre lo que la siempre cambiante, en desarrollo, crecimiento y revitalizada luna puede

http://www.es.chabad.org/library/article_cdo/aid/1095446/jewish/El-poder-del-renacimiento.htm


Muy Interesantes Videos sobre la
Parashá HaShavua


http://www.youtube.com/watch?v=wy-rpSBf5k4

http://www.universidadvirtualdejudaismo.com/bo.html




 

EL PROXIMÓ SHABAT 30 DE ENERO, PARASHA BESHALAJ, SHABAT SHIRA, ES TU BISHVAT - EL AÑO NUEVO DE LOS ARBOLES -


Acerca del orígen de la festividad y su significado
La fuente más antigua que tenemos en nuestro poder sobre el orígen de la festividad de Tu-Bishvat es la primera Mishná de Masejet Rosh Hashaná: "Cuatro son los años nuevos en el calendario hebreo: El primer día del mes de Nisán - es el año nuevo de los reyes y las festividades, el primero del mes de Elul - año nuevo para el cálculo del diezmo sobre los animales..., el primer día del mes de Tishrei - año nuevo para la cuenta de los años (para el cálculo de la Shemitá-año sabático y el Yovel -jubileo), para las plantaciones y los cultivos agrícolas, y el primero de Shvat - año nuevo para los árboles, según Shamai. En la escuela de Hilel dicen: "(el año nuevo de los árboles es) el decimoquinto día del mes", y la Halajá se fijó según Hilel, por lo tanto, el 15 de Shvat se celebra el año nuevo de los árboles".

De este texto es claro que la discusión entre Shamai e Hilel no era sobre el tiempo de la celebración de alguna fiesta, sino sobre la fecha para fijar el calendario anual agrícola para los árboles, de la misma manera que el primero de Nisán o el primer día de Elul no son fiestas sino fechas que se fijaron para comenzar ciclos anuales 'para los reyes' (para certificados o documentos en los cuales se menciona la número de años de su reinado) y para el cálculo del diezmo de los animales (porque no se toma el diezmo del año pasado de animales que nacieron este año, sino únicamente del mismo año), respectivamente.

De la misma manera concluimos que tampoco era la intención de la Mishná fijar el Día del Juicio de los árboles como lo es el primer día de Tishrei para los humanos, ya que en la Mishná siguiente está escrito: "En cuatro ocasiones se juzga al mundo: En Pesaj a la cosecha, en Atzeret (la fiesta de Shavuot- Pentecostés) a las frutas de los árboles, en Rosh HaShaná a todos los seres humanos del mundo que pasan frente a El. Y en la fiesta (de Sucot) al agua". 0 sea, está indicado textualmente que el Día del Juicio de los árboles es Shavuot, inicio de la temporada en la cual maduran las frutas, tal como Pesaj es el Día del Juicio de la cosecha, por ser el comienzo de su temporada y Sucot es el Día del Juicio del agua, porque comienza la etapa de las lluvias.

Hasta el Rambam -Maimónides- recuerda a Tu Bishvat únicamente relacionándola a los diezmos y donaciones que se hacían al Templo. El dice: "No se aporta el diezmo del año pasado con una fruta que nació durante el presente año y no se da el diezmo de este año con fruta que nació el año pasado. Esto no será considerado como Trumá, ya que está escrito en Deuteronomio 14:22: "Año por año". Y así, aquel que hubiera recolectado un etrog en la víspera del 15 de Shvat, antes del atardecer y hubiera vuelto a recolectar un etrog nuevo al otro día, no apartará la trumá de uno junto a la del otro... y el 15 de Shvat es el año nuevo de los diezmos del árbol" (Yad Hajazacá, Zeraim, Hiljot Trumot Cap. 5, Halajá II).

Maimónides se aparta de la terminología de la Mishná y no escribe "Rosh Hashaná La-ilán" -el año nuevo de los árboles- sino "Rosh Hashaná lemaasrot hailán" -el año nuevo para el diezmo de los árboles-, tratando de enseñarnos que ese año nuevo no es una festividad, o un día de juicio, sino una fecha para los diezmos únicamente.

Por otro lado, no hay ninguna duda que la fe popular vio en el 15 de Shvat no sólo una fecha agrícola normativa referida a los diezmos, sino un día del juicio de los árboles, equiparándola a Rosh Hashaná, el año nuevo del primero de Tishrei que no sólo indica el inicio de la cuenta de los años sino que se considera como el día de juicio para los humanos y ello no solamente ocurría cuando los judíos residían en su tierra sino también después de la pérdida de la Tierra de Israel, cuando no quedaron sino unos poblados judíos aislados. También en esa época, festejaban el 15 de Shvat como cualquier otra fiesta y veían en él un Día de Juicio, por lo que elevaban sus plegarias especiales, invocando al Todopoderoso para que envíe sus bendiciones a los frutos de los árboles. En la literatura talmúdica y midráshica, no quedó resabio escrito sobre año, pero años después pudimos descubrir esa tradición a partir de los fragmentos que quedaron de las poesías religiosas compuestas en Eretz Israel en la época de los gaonitas. Particularmente en dos plegarias compuestas especialmente para la oración Shmona Esré (la Amidá) de ese día.

¿La fiesta del 15 de Shvat es antigua? ¿Desde cuándo fue aceptada y consagrada pasando a formar parte de la tradición? La fuente del 15 de Shvat se encuentra en el tiempo en el que Israel heredó su tierra, tal como está escrito: "Cuando lleguen a su tierra, sembrarán..." Pero está claro que no se festejaba en la época bíblica, ya que no aparece ninguna referencia a la fecha en los escrituras y aún en la época talmúdica se discute su fecha entre las escuelas de Hilel y de Shamai (ver Talmud Rosh Hashaná I, I). Sólo después del zanjado de la discusión y de la aceptación del criterio de Hilel estableciendo el I 5 del mes y no el primero como deseaba Shamai, quedó establecida definitivamente como indicador del pago de los impuestos del diezmo. Para año, ambas escuelas talmúdicas debieron salir a observar atentamente la naturaleza y estudiar la lluvia y su régimen.

También pareciera ser claro que la Mishná se preocupa por consagrar una costumbre que ya estaba en uso y no viene a establecer una festividad nueva en el calendario. Por ello debemos detenernos nuevamente a preguntar sobre los motivos de la discusión de ambas escuelas talmúdicas sobre esa fiesta que ya era conocida con anterioridad.Todo hace suponer que la misma viene a llenar un vacío de las escrituras bíblicas y talmúdicas para darle sentido a una fecha que fue olvidada o cuyo sentido fue archivado. Por año la Guemará pregunta: ¿Cuál es la razón del Año Nuevo de los árboles? (Rosh Hashaná 14A), expresándonos que la causa había sido extraviada..., por lo que había que reconstruirla o redefinirla. Una de las respuestas nos llega de parte de Rabí Eliezer quien cita a Rav Oshayá: "Dado que ya cayó la mayoría de las lluvias del año..." y Rashí nos explica que él quiso expresar que "Dado que ya finalizaron la mayoría de las lluvias del año, comienza el tiempo de la reproducción, la savia asciende en las árboles y las frutos comienzan a echar sus yemas".

Y, ¿qué fenómeno natural nos indica la llegada del "Año Nuevo de los árboles"? Hoy en día es aceptado que el florecimiento del almendro es el indicador. Pero nuestros padres trabajaban la tierra y se guiaban por la absorción de agua de los árboles (Yerushalmi, Rosh Hashaná,.a', Halajá b') y en ningún texto talmúdico o de los gaonitas se menciona el florecimiento del almendro. Obviamente, el ciclo de absorción de los árboles varía entre año y año pero como resultado de las observaciones de Hilel llegó a la conclusión que en promedio el cambio en el hábito de absorción de agua de los árboles ocurre el día 15 de Shvat. (Y así lo dice también Rav Hay Gaón).

Todas estas explicaciones vienen a argumentar una tradición cuyo significado fue olvidado.

Una Mishná antigua nos transmite cuál es el verdadero sentido de esta fiesta: "Dijo Rabán Simón ben Gamliel: No hubieron días tan buenos para el Pueblo de Israel como el 15 de Av y como Yom HaKipurim en los cuales las hijas de Jerusalén salen (...) y bailan en los viñedos" (Ta'anit 26B). De este texto se puede concluir que el 15 de Av era una fiesta en Israel y podemos suponer que una fiesta de la misma índole se llevaba a cabo el 15 de Shvat, por ser el día paralelo en el invierno al 15 de Av en el verano.

Pero por haber olvidado el sentido de esta fiesta, nuestros sabios exponen varias explicaciones posibles: "Rabí Eliezer Hagadol dice: Del 15 de Av la fuerza del amanecer (del Sol) va disminuyendo por lo que no se corta leña para el servicio del Templo porque los troncos no se secarían a tiempo para su uso Ta'anit 31A). Por lo que deducimos que Tu Bishvat es la fiesta por la renovación de la fuerza del sol después del largo período de su decadencia que comenzó el I 5 de Av (hace 6 meses)".

Sobre festividades relacionadas con el ciclo solar podemos encontrar diversas fuentes en las tradiciones de pueblos antiguos en el Oriente, especialmente en Babilonia, donde se celebraban cuatro años nuevos según las cuatro estaciones del año (y vimos ya que también en la Mishná se menciona la existencia de cuatro años nuevos) los cuales se fijaban según el ciclo solar. Es sabido que en esos pueblos el Sol y la Luna eran considerados dioses.

Según la fuente talmúdica en el día en el que el sol comenzaba a 'crecer', salían las hijas de Jerusalén a bailar. La fuente de esta tradición se encuentra en la Biblia donde se cuenta sobre las hijas de Shiló: "Es ahora la fiesta de D's, la que se celebra todos los años en Shiló (..) cuando las muchachas de Shiló salgan a cantar en coro..." Jueces 21 : 19-21).

En la cultura egipcia se festejaba el aniversario del nacimiento de los dioses, el día 15 de Av. Esta fiesta aparece también en las fuentes talmúdicas, mencionado por Shmuel Hakatán: "Los sabios de Egipto dicen que en Tu BeAv se crearon la luminarias" (Braita DeMazalot).

Acerca del ingreso del culto al sol en la cultura del Pueblo de Israel nos cuentan las Escrituras que en la época de la destrucción del Primer Templo, el Rey Josías debió salir en contra de este rito encabezando una reforma religiosa en favor al Servicio Divino. Sobre él está escrito: "Suprimió los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al Sol, a la entrada de la Casa de D's... y quemó el carro del Sol" (Reyes II, 23, II). Y si los reyes de Judá adoraban al Sol podemos suponer que el pueblo también compartía ese ritual.

Según una tradición, esta fiesta se celebraba el primero del mes y se hacía en honor al sol únicamente -porque en esa fecha la luna no era visible-. Al parecer Shamai utilizaba el calendario solar, por lo tanto, argumentaba que el año nuevo de los árboles debe celebrarse el primero de Shvat. En cambio Hilel, seguía la tradición del calendario lunar en el cual también celebraban a la Luna junto al Sol, como en Babilonia, por lo que éste opinaba que la fiesta se debería llevar a cabo a la mitad del mes, cuando hay Luna llena, o sea, el 15 del mes, Tu (en hebreo 15) Bishvat. Hilel era proveniente de Babilonia, por lo que es razonable pensar que estaba influenciado por la tradición aceptada allí popularmente.

Las fuentes de Tu BeAv y Tu Bishvat en realidad, son las mismas. Tu BeAv fue olvidado y en cambio, Tu Bishvat se convirtió con el tiempo, en el Año Nuevo de los árboles. En ese día el sol vuelve a renovar sus fuerzas y contagia de energía a las plantas para que su follaje sea renovado después de haber descansado durante los meses del invierno.

Preceptos acerca de la Fiesta

A pesar de que TuBishvat es el año nuevo de los Árboles, su nombre se relaciona sólo con respecto a las leyes del Diezmo, por lo que no hay en este día prohibiciones sobre trabajos, banquetes o festejos y no hay mención alguna sobre la fiesta en las oraciones que aparecen en el devocionario.

Sin embargo, se acostumbra hacer cosas distintas a las de cualquier día de semana, y conmemorar de alguna manera como varias de las festividades de nuestro calendario, no se recita el Tajanún (las oraciones penitenciales) en el servicio Matutino, ni en el de la Tarde del día previo, ya que la santidad de la jornada comienza con el atardecer del día anterior. No se realizan funerales por los difuntos, y si TuBishvat acaece en Shabbat, no se recita la Oración de אב הרחמים, por que en ella se ecuerda a los muertos. Se acostumbra comer frutas que crecen en la Tierra de Israel en grandes cantidades y se hacen esfuerzos especiales pra poder consumir alguna fruta nueva la cual no se ha ingerido en este año, para poder recitar la bendición de שהחיינו.

¿Cuál es la diferencia entre este Rosh Hashaná y el primero de Elul, que también aparece mencionado en la Mishná como Año Nuevo y en él no se hace ningún cambio que lo distinga como sucede en TuBishvat? - La diferencia estriba en que TuBishvat es una festividad relacionada con el esplendor de la Tierra de Israel. En ese día renueva la fuerza de la tierra que hace que produzca y florezca y asi demuestre toda su belleza y productividad. Y sobre el esplendor de la Tierra de Israel leemos en las escrituras (Deuteronomio 8:8): ¨Tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y olivares, de aceite y de miel¨, o sea el esplendor de la Tierra de Israel está reflejado en dos especies cerealeras y en cinco frutas (al mencionar ¨miel¨, las escrituras se refieren a los dátiles, cuyo fruto tiene el sabor de la miel más exquisita). Éste es un día de alegría para todos los que aman a Israel, los que están asentados en ella y los que aspiran llegar allí.

Otro significado de esta fiesta es que TuBishvat es el Día del Juicio de los Árboles en el cual se les juzga y se les dicta su futuro al comenzar el ciclo de crecimiento de cada una de sus criaturas, cuando el Todopoderoso hace una revisión de sus actos, y por lo tanto, éste es el momento más propicio para rezar y para rogar por un veredicto positivo. La misma Torá asimila al hombre con el árbol, por lo que si éste día de juicio para los árboles, de algun modo también lo es para el hombre. Esto concuerda con el carácter del Pueblo de Israel que permanece sereno, confiado y alegre de día del juicio.

Costumbres y Preceptos en distintas Comunidades

Con la conquista de la Tierra de Israel por los cruzados el último año del siglo XI, se extinguió la mayoría del asentamiento judío cuyos resabios se dispersaron por todo Oriente. Así se perdió irremediablemente casi toda la literatura de la época de los gaonitas y como consecuencia, varias tradiciones populares se olvidaron y entre ellas el festejo de Tu Bishvat y su formato, junto con toda la literatura midráshica que se compuso en honor a este día.

Empero, las costumbres populares se empeñan en sobrevivir, aún si la fiesta misma fue olvidada. De esta manera, varias costumbres se dispersaron junto con los judíos, y en forma particular, las relacionadas con Tu Bishvat, que principalmente se conservaron en las comunidades ashkenazíes.

La primera mención histórica de esta fiesta con la que contamos nos refiere que le preguntaron a Rabenu Guershom si era permitido ayunar el 15 del mes de Shvat. El contestó con una negativa por ser este día llamado Año Nuevo, y como tal, está prohibido ayunar.

En realidad la comparación entre Tu Bishvat y Rosh Hashaná precisamente no es tan lógica cuando se relaciona con la cuestión del ayuno ya que sobre ésta última fiesta está escrito: "Es recomendado ayunar dos días antes de Rosh Hashaná (porque estimula la introspección que conduce al arrepentimiento)". Por otra parte el Rabí Iosef Caro fijó en su Shulján Aruj: "No se debe ayunar en Rosh Hashaná" pero "hay lugares en los cuales ya se acostumbra ayunar, por lo tanto, para aquellos que sí acostumbran ayunar está permitido seguir haciéndolo" (Oraj Jaim, 597, inciso b').

Otra de las costumbres que se conservaron únicamente en las comunidades askenazíes es la de no recitar Tajanún. Esta tradición aparece por primera vez en los textos del Mah"aral: "Shvat es un mes festivo, por que el día quince de ese mes se festeja el Año Nuevo de los árboles. Por lo tanto, no se dice Tajanún, pero en las comunidades de Maguncia y Worms sí es dicho". En base a ésto, Rabí Isaac Tirana escribe en su libro "Sefer HaMinaguim" (EI libro de los tradiciones): "El 15 de Shvat no se dice Tajanún, ni en la víspera ni en la mañana de la fiesta, por ser el Año Nuevo de los Arboles. Si Tu Bishvat acaece en Shabat, no se dice צדקתך צדק.

En los textos de origen sefardí no se recuerda Tu Bishvat, ni en el libro aMinhag" (LaTradición), ni en "Shvilei HaLeket", ni en el libro de Abudarham, o en los textos del Baal HaTurim (Rabí Jacob ben Rabí Asher). Empero, Rabí Iosef Caro, en su libro "Bet Iosef' (Oraj Jaim, 13 l), escribe: "No se acostumbra postrarse (decir Tajanún) ni en Tu Beav ni en Tu Bishvat por ser el Año Nuevo de los Árboles".

Esta tradición se propagó después del destierro de los judíos de España, ya que los judíos sefardíes comenzaron a estar en contacto más estrecho con los judíos ashkenazíes.

Fuera de estas dos tradiciones: La prohibición del ayuno y la abstención del recitado de Tajanún, se recuerda en algunos textos la costumbre de comer frutas, que también estaba difundida originalmente sólo entre los judíos ashkenazíes y posteriormente llegó también a los sefardíes. De hecho, la primera vez que se recuerda esta tradición es en el siglo XVI, por el rabino Isajar Susán, uno de los rabinos de Marruecos que se asentó en la ciudad de Tzfat (Safed). En su libro "Ibur Shanim" (La Embolismación de los Años) no menciona únicamente las tradiciones locales de su comunidad de origen sino también los de la ciudad de Tzfat y dice que la tradición de comer frutas pertenecía a los judíos provenientes de las comunidades ashkenazíes.

Por otra parte, también en la literatura ashkenazí se recuerda las costumbres de la fiesta, en un libro de tradiciones que se imprimió por primera vez en el año 5350 (1590) en Venecia, Italia, por Simón Ben Yehudá HaLeví de Ginzburg, y que posteriormente fue reimpreso en Venecia, Amsterdam, Frankfurt y en varias ciudades 'ashkenazíes' más.

A pesar de que en la literatura conservada hasta nuestros días, esta tradición aparece por primera vez en el siglo XVI, no cabe la menor duda que ya se observaba previamente.


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