06 mayo 2010

Barranquilla: PERASHOT: BEHAR-BEJUKOTAI, SHABAT MEBARJIM-JAZAK. ¡YO TENGO FE! ¡Y NOSOTROS BITAJON!‏

Imagen de Asher Amram Ben Avraham Avinu
PERASHOT: BEHAR-BEJUKOTAI, SHABAT MEBARJIM-JAZAK. ¡YO TENGO FE! ¡Y NOSOTROS BITAJON!‏
de Asher Amram Ben Avraham Avinu - Thursday, 6 de May de 2010, 18:46
 
בס"ד
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Perashot : Behar - En el Monte y Parashá Bejucotai - En Mis Leyes
Vayikra/Levítico 25:1-27:34
16:19-17:14

, ya que alcanzaría solamente con el resto del versículo "Yo ordené Mi Bendición para ustedes en el séptimo año", con lo que nadie puede tener dudas ni preocupaciones, si Hakadosh Baruj Hu nos dio Su Bendición, ¿de qué nos tenemos que preocupar? No se nos puede ocurrir preguntar qué comeremos...

. Y si nuestros ojos no ven, si necesitamos esperar a la bendición que llega a través del estómago, toda esa espera resulta llena de preocupaciones y dudas, lo que nos demuestra que la confianza no está…, lamentablemente, no tenemos fe…

, todo esto sucederá cuando en sus corazones haya integridad, y no tengan ni la necesidad ni la idea de quejarse, porque cuando, lo alenu, la confianza disminuye hasta que lleguen al planteamiento, a preguntar qué van a comer, allí no podrán hacerse merecedores de la máxima bendición, la bendición por excelencia.

diciendo: las bendiciones que puse en tu mano, hasta ahora estuvieron en Mi Mano, es la bendición que le di a Adam y a Noaj, y desde ahora podrás bendecir a quien quieras.

, como dijeron los jajamim, Bereshit, la Creación fue para la Tora y para el pueblo de Israel que cuida la Tora, para Israel, para el pueblo que cuida las leyes de la Shemita fueron creados los cielos y la tierra...

Porque, lo alenu, el que no cuida la Shemita, no sólo que no confía en Hashem, sino que no cree lo que Hashem nos garantiza, que nos dio Su Bendición. Por eso el pecado es tan grave, porque esta persona no tiene fe en el Bore Olam, como dijeron Jazal, el justo vive con su fe, y por esto, por no cuidar la Shemita, fuimos desterrados de nuestra tierra y esparcidos por todo el mundo…

Nuestra obligación, además de cumplir con la Shemita, es fortalecer a los que trabajan la tierra y cuidan la Shemita, y así, seremos socios en este gran precepto, y así como por el mérito de la fe fuimos salvados de egipto, ahora también, por el mérito de la fe Hashem nos salvará y nos reunirá con la llegada del Mashiaj Tzidkenu…

http://www.judaismohoy.com/article.php?article_id=1601

"Servir con alegría"

Con la parashá de esta semana llegamos al final del Sefer Vaikrá. El "estilo" de Bejukotai marca de alguna manera una separación de las otras secciones de Vaikrá, y verdaderamente de toda la Torá. En lugar de la narrativa o de la escritura legal a la que nos hemos acostumbrado, la parashá Bejukotai contiene una extensiva "tojejá" - reprimenda. Aquí, se le pide al hombre que siga el camino de la Torá en ley y espíritu, y le es advertido de las consecuencias que traerá el abandono de la Torá y de D'os. Esta es una de las principales "tojejot" en la Torá; la otra está al final del Sefer Devarim.

El contexto de la tojejá al final del sefer Devarim - antes de que el pueblo entre a la tierra - parece natural y entendible: en la víspera de ese enorme evento, cuando el pueblo judío enfrentaba la responsabilidad y el desafío de su encuentro con los pueblos de la Tierra Prometida, la Torá impartió extensas advertencias para que sigan la orden de la Torá, y no se desvíen de la palabra de D'os. Por otro lado, la sección de tojejá aquí en Bejukotai no está puesta en un contexto apropiado, al estar en el medio de la Torá, cuando aún queda por ver los libros de Bamidvar y Devarim. Sin embargo, debemos recordar que los judíos originalmente no iban a deambular por el desierto durante cuarenta años; en verdad el decreto que declara que el viaje se extenderá no fue hasta después del episodio de los exploradores, el cual no ha ocurrido aún en la narrativa. En este momento en el texto, en la finalización de Vaikrá, los judíos deberían estar preparándose para entrar en la Tierra Sagrada. Entonces, la tojejá aquí es similar en su contexto a la tojejá que aparece al final del libro de Devarim.

A pesar de que ahora entendemos por qué estas secciones son enseñadas al pueblo en estos momentos en el desierto, nos queda una pregunta más: ¿por qué estas secciones fueron archivadas para la posteridad, especialmente cuando los judíos no entraron a la tierra como fue el plan original de D'os? El Rambán señala este tema en su comentario a Bejukotai:

"Y sepan que todas estas maldiciones se refieren a la destrucción del Primer Templo" (Rambán Bejukotai).

La fuente del Rambán está realmente en el Zohar:

"Esta dicho (tenemos una tradición) que las maldiciones en Torat Cohanim (Vaikrá) se refieren a la destrucción del Primer Templo, mientras que las maldiciones escritas en Mishné Torá (Devarim) se refieren al Segundo Templo. Las maldiciones en Vaikrá contienen garantías, y muestran el amor que D'os tiene por el hombre… Las maldiciones en Mishné Torá, no contienen esas garantías o palabras de consuelo [que un día la redención llegará]… y nadie supo como contestar esta pregunta" (Zohar Jadash Ki Tavó 59c - 60a).

Nuestra conclusión debe ser que, de acuerdo con el Rambán, existe un paralelo entre el plan original de D'os - de traer al pueblo a la tierra de Israel y la Primera Mancomunidad que surgió muchos años más tarde. Más aún, existe un paralelo entre el Segundo Templo y el segundo plan descripto en Devarim. A pesar del hecho de que estas secciones fueron relatadas en un específico contexto a una audiencia específica, ellas están escritas en la Torá porque contienen información que será vital para futuras generaciones.

Un número de secciones en el Talmud cuenta varias razones para la destrucción de los dos Templos y los exilios subsecuentes; claramente algo tan importante como el "Jurbán" puede tener múltiples causas. La enseñanza más famosa respecto de las destrucciones están registradas en el Talmud en Iomá 9a-b, basadas en la Tosefta en Menajot, la cual yo cito por razones de claridad:

"Rabí Iojanán Ben Tortá dijo: '¿Por qué fue Shiló destruida? Por la degradación de las cosas sagradas que había dentro de él. ¿Jerusalem, el Primer Templo por qué fue destruido? Por la idolatría, el libertinaje sexual y el derramamiento de sangre. Sin embargo, el último (más reciente de los Templos), nosotros lo conocimos: ellos eran estudiosos de Torá y eran cuidadosos con los diezmos. ¿Por qué fueron exiliados? Porque ellos amaban el dinero, y el hombre odiaba a su prójimo, lo que nos enseña que cuando el hombre odia a su prójimo es tan grave ante D'os como lo es la idolatría, el libertinaje sexual y el derramamiento de sangre" (Tosefta Menajot 13:4).

Las razones para el jurbán enumeradas por Rabí Iojanán ben Tortá han entrado dentro de la conciencia de la comunidad judía, hasta el punto que nosotros esperamos alguna referencia a estos pecados imputables en el texto Bíblico que puedan probar la teoría del Rambán.

Un análisis de la tojejá en Bejukotai revela una palabra, la cual es repetida una y otra vez, para describir el tipo de comportamiento que llevará a la destrucción:

"Si ustedes caminan detrás mío "bekeri" y no Me escuchan…" (26:21).

El término "Bekeri" es usado más de siete veces dentro de una pequeña extensión de texto en nuestra parashá (21,23,24,27,28,40,41), y nunca más es mencionado en toda la Torá. La palabra, en este contexto, significa "obstinación" o "indiferencia". La implicación es que todas estas terribles maldiciones resultarán si obviamos a D'os. La visión mundial que resulta de la actitud del obstinado o el indiferente es una visión en la que D'os deja de ser una parte integral de la vida del individuo. Este es el comienzo de un proceso que puede llevar a una conclusión mucho más peligrosa: cuando D'os es olvidado, el hombre deduce con su propio pensamiento que la vida no es más que una serie de coincidencias. Él cree que no hay una mano Divina guiando su existencia personal o los distintos hechos de la historia del mundo; la conclusión de tal visión es ateísmo. La Torá le adjudica esta forma de ver el mundo a Amalek:

"Recuerda lo que Amalek te ha hecho; cuando tu has dejado Egipto. Cuando ellos "aparecieron" (karejá) ante ustedes en el camino" (Devarim 25:17-18).

El término "karejá" deriva de la misma raíz que "kerí". Rashí explica el término karejá como "un término de coincidencia". El corto comentario de Rashí enseña que el poder espiritual de Amalek emana de un punto de vista de que todo es coincidencia, destino ciego sin sentido, y que no hay un significado más elevado o grandioso de la vida. Cuando los judíos cayeron en una perplejidad espiritual, ellos fueron susceptibles al ataque de Amalek. Cuando los judíos se comportaron como Amalek, el verdadero Amalek apareció. Los judíos en el desierto fracasaron en apreciar la Presencia Divina que los envolvía y los protegía, y se convirtieron en sus propios enemigos; ellos se convirtieron en Amalek. Es por eso que el verdadero Amalek apareció y los atacó. Su único recurso fue rezar a D'os, una expresión explícita de fe y reconocimiento de la existencia de un Ser Divino.

"¿Las manos de Moshé hacen la guerra?… Esto nos enseña que todo el tiempo que los judíos miraban hacia el cielo, y dirigían sus corazones hacia su Padre en los cielos, ellos eran victoriosos; si no ellos fracasaban [en la batalla]" (Mishná Rosh Hashaná 3:8).

Nosotros vemos que la Mishná puntualiza que no fue una intermediación mágica por parte de Moshé lo que trajo la victoria en la guerra contra Amalek, sino el rezo de las personas. El pueblo había fracasado en apreciar correctamente a D'os, ellos lo obviaron. La actitud opuesta, como se expresa en el rezo, enmendó la desavenencia entre ellos y D'os.

Ahora en la tojejá el pueblo es advertido de no llevar una vida basada en la filosofía de la coincidencia, porque este enfoque - el ver el mundo sin D'os - es el primer paso hacia un abandono de todos los valores. Esta idea está expresada en una Tosefta (Shavuot 3:6) que pregunta: "¿quién es el hombre más peligroso?" La Tosefta responde: el ateo, aún si es un hombre moral, es más peligroso porque no hay bases para su moralidad. En los ojos de la Tosefta, el ateo moral de hoy puede ser el asesino del mañana. Los judíos que no sintieron ninguna conexión con D'os, se encontraron rápidamente alejados de D'os hasta el punto que la idolatría, el libertinaje sexual y el derramamiento de sangre, no sólo que no eran ya tabú, sino que se habían convertido en una norma. La expresión del Talmud sobre este fenómeno es fascinante:

"El Templo fue destruido… porque no decían la bendición antes de estudiar Torá" (Nedarim 81a).

Esta fuente parece difícil de entender. Si los judíos de ese tiempo estaban activamente envueltos en el estudio de la Torá pero simplemente se olvidaron de decir las bendiciones apropiadas, ¿la consecuencia debe ser este terrible jurbán? El Talmud, usa esta conciso lenguaje para señalar una "secularización" de lo que debía ser sagrado: alguien que no dice una bendición antes de estudiar está haciendo una declaración sobre su aprendizaje. La Torá estudiada de esta manera es algo mundano: puede ser algo intelectualmente estimulante, pero no es parte de un diálogo con lo Divino. La persona que puede aprender y no siente el hálito de la Eternidad en su cara, un poco del cielo, de santidad, está perdiendo la esencia del aprendizaje. Sólo aquellos que han creado la ruptura en sus mentes entre ellos y el rol personal de D'os en sus vidas pueden olvidarse de decir una bendición antes de estudiar, y transformar un posible viaje con el D'os eterno en un ejercicio meramente intelectual.

Ahora podemos volver a mirar la enseñanza del Rambán y la tradición Talmúdica respecto de la destrucción del Primer Templo. La conexión entre la actitud de "obstinación" o "indiferencia" de "keri" y la total ruptura de la moralidad de la sociedad judía que llevó a la destrucción, se hace más clara. Sin embargo, la destrucción del Segundo Templo plantea un desafío aún más serio: nuestra tradición nos enseña que la causa de la destrucción fue "el odio gratuito" que prevalecía en ese tiempo. En la segunda tojejá, la Torá nos da una clara razón para las calamidades que han recaído sobre nosotros:

"Vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán y te alcanzarán hasta destruirte, puesto que no has escuchado la Voz de tu D'os, para observar Sus preceptos y Sus leyes, las que Él te ha ordenado" (Devarim 28:45).

La Torá nos informa en términos claros e inequívocos, cuales son las deficiencias espirituales que causarán que la tojejá se haga realidad. ¿Cómo es que el fracaso en servir a D'os con alegría se relaciona con el odio gratuito, el cual se nos enseña que es la causa de la destrucción del segundo Templo? Yo escuché a Rabí Iojanán Zweig explicar la conexión, puntualizando a la única persona en el Tanaj descripta como alguien que tuvo la característica de "alegría y contentamiento de corazón":

"Entonces Hamán salió aquel día alegre y con un corazón contento" (Ester 5:9).

Qué extraño que Hamán, el más famoso de los descendientes de Amalek, sirve como un prototipo de comportamiento apropiado! El hecho es que Hamán tenía todo el derecho de estar feliz: la reina lo había invitado a una segunda fiesta privada, con el rey y la reina solamente. Él se vió a si mismo como un hombre exitoso. Indiscutiblemente no había un hombre más rico y poderoso en todo el reinado, y Hamán lo sabía.

"Cuando él llegó a su casa él llamó a sus amigos y a su mujer Zéresh, y Hamán les contó a ellos la gloria de sus riquezas…" (Ester 5:10).

Hamán tenía todo a su favor. Sin embargo, cuando vió a Mordejai, quien se había negado a prosternarse ante él, Hamán se llenó de enojo. Después de contar a sus seres queridos toda su buena fortuna, Hamán dijo:

"Pero todo eso no tiene sentido para mí cuando veo a Mordejai el judío sentado en la entrada del palacio del rey" (Ester 5:13).

Consideremos la situación de Hamán. Él es el hombre más poderoso de todo el imperio, después del Rey. Él es rico, tiene una mujer amorosa y que lo apoya, muchos hijos, incalculable riqueza. Él tiene un pequeño problema: está este judío que se niega a servirlo. Hamán planea descargar su venganza sobre Mordejai: no sólo Mordejai morirá, sino que toda su gran familia morirá con él. La mente enferma de Hamán pide un holocausto como la reacción a haber sido despreciado por un solo hombre. Pero el saber que Mordejai y todos los judíos pronto serán matados no fue suficiente para saciar la maldad dentro de Hamán - él necesitaba más. Su odio era tan consumidor que él mostró un remarcable descuido en su decisión de ejecutar a Mordejai. Aún una rápida mirada en el libro de las crónicas del rey hubiese hecho que Hamán se dé cuenta que tener a Mordejai como su blanco no era muy inteligente. Pero Hamán estaba enfurecido, él necesitaba vengarse y necesitaba hacerlo inmediatamente. Este enojo increíble causó la caída de Hamán. Él no pudo disfrutar de los regalos que se le habían dado porque estaba obstinado en su enojo y odio hacia Mordejai.

Es interesante notar que Hamán, un descendiente de Amalek, representa la filosofía amalekita. Hamán tiró la suerte, dejando las decisiones de vida o muerte a la "suerte", y luego se propuso controlar el destino de toda una nación. Su filosofía comienza cuando se ve al mundo sin un D'os, y llevó a Hamán a verse a sí mismo como una deidad. Desde esta perspectiva podemos entender su enojo hacia Mordejai - quien se negó a prosternarse ante él.

La repentina caída de Hamán fue anticipada por el odio que él albergaba en su corazón, un odio que consumía todo, que anuló a su "alegre y contento corazón". Podemos entonces concluir que hay, de hecho, una conexión entre un corazón alegre y el odio gratuito: uno puede desplazar al otro. Cuando tomamos una perspectiva más amplia, un interesante patrón surge:

Cuando los judíos actuaron como Amalek y obviaron a D'os, fueron exiliados, y pronto se encontraron a ellos mismos bajo el dedo de un déspota amalekita, como recibiendo un mensaje Divino: "si ustedes eligen a Amalek y su visión del mundo por sobre Mí, Yo les concederé su deseo". La justicia Divina fue exacta. Las personas que vieron la vida como una coincidencia se encontraron a si mismos enfrentados al representante líder de la coincidencia - Hamán, quien rápidamente tiró la suerte para determinar el momento apropiado para destruir a la nación judía. Así como sus ancestros antes que ellos, cuando los judíos finalmente retornaron a su Padre en los Cielos, admitiendo que se habían equivocado y aceptando completamente el dominio del Todopoderoso, el poder de Hamán sobre ellos se disipó. Los judíos fueron victoriosos. Como un regalo, D'os dejó a los judíos una lección increíble de cómo no comportarse cuando estén por entrar a la tierra de Israel y reconstruir el Templo. D'os reiteró en el libro de Ester, Su mensaje de que el hombre debe servir a D'os con alegría y apreciar todo el bien en su vida. De lo contrario, el hombre corre el riesgo de transformar su alegría en odio y de transformar el Templo en ruinas. Nuestro encuentro con Hamán fue el castigo por los pecados que llevaron a la destrucción del Primer Templo, y una advertencia para que tengamos claro el tipo de pecados que podrían destruir el Segundo Templo.

El paralelo mostrado por el Rambán está realmente acorde con la tradición Talmúdica. La lección es simple pero poderosa: La idolatría, el libertinaje sexual y el derramamiento de sangre tienen sus raíces en la falta de conciencia de que hay un D'os en nuestras vidas, y el odio gratuito es en su cima la falta de apreciación por lo que se nos ha dado. Esta es la lección que debemos aprender de Hamán. No repitamos su error. En lugar de eso retornemos a la enseñanza de Nuestros Sabios:

"¿Quién es rico? Aquel que es feliz con su parte" (Avot 4:1).

Esta es la felicidad que es la llave para servir a D'os; fue la falta de esta felicidad la que destruyó el Templo. Relacionarse con D'os con este tipo de actitud seguro que contribuirá a la reconstrucción del Templo.

Volvamos a la enseñanza de Rabí Iojanán Ben Tortá:

"Y que el Tercer Templo sea construido rápidamente en nuestros días… muchas naciones se juntarán y dirán: 'vamos, subamos a la Montaña de D'os, a la Casa del D'os de Iaacov… levántense subamos a Tzión, al Señor nuestro D'os'" (Tosefta Menajot 13:4).

Cuando dejemos de actuar como las naciones del mundo, y ellos comiencen a actuar como nosotros tendríamos que actuar, la historia alcanzará su punto más elevado, y un maravilloso nuevo día amanecerá. La presencia de D'os emanará de Tzión, y la guserá algo del pasado. El mundo se transformará en un lugar alegre, sin odio, y todos los pueblos servirán a D'os con alegría y felicidad del corazón. Que todos vivamos para ver y formar parte de esa alegría en ese día. Amén.


Bitajón


Un amigo mío y yo estábamos hablando de bitajón (confianza en Di-s) y enfermedad, aquel tipo de enfermedad para la que los médicos bondadosamente proveen tasas de curación y estadísticas de supervivencia.

El decía que bitajón existe en un nivel enteramente diferente al de las estadísticas. En otras palabras: no es que uno confía que estará entre los que conforman el porcentaje de los que sobreviven, sino que en el nivel de bitajón no hay cosa tal como supervivencia. El concepto no existe. No hay tasa de curación, cuando uno confía que él o ella estarán entre los que se han curado, mientras que otros, Di-s libre, no.
Según mi amigo, simplemente hablamos de manzanas y naranjas. Dos especies diferentes. Cuando hablamos de bitajón y estadísticas, estamos a mundos de distancia.
Pensé sobre esto durante mucho tiempo. No podía aceptarlo. Por más fuerte que lo intentara.

Pero entonces ocurrió un destello -- de esos que me permiten saber que hay un pensamiento que merece ahondarse entre la maraña de ideas que se pasean por mi cabeza, un pensamiento que me acosará hasta la distracción si es que no lo completo.
Ven conmigo, mientras completamos juntos este pensamiento.
Bitajón es vida. Y donde hay vida, no hay supervivencia. Ambos no pueden existir a la vez. Porque donde hay vida, no hay futuro ni pasado. Sólo hay vida -- aquella que está frente a ti en cualquier momento determinado, aceptada a pleno y sin juicio.
Bitajón es Di-s, porque Di-s es vida, y donde está Di-s no hay nada más. Ni siquiera supervivencia. Donde está Di-s no hay nada para sobrevivir; sólo está Eso.
Nada existe fuera de Di-s; así, nada existe fuera de la vida. No hay manera de separar ninguna de las experiencias de vida en Vida y No Vida. Todas las experiencias de vida son vida. Mi vida. Tu vida. La vida.

Tenemos la libertad de elección para fingir que podemos hacer esta separación. Y cuando la hacemos, entramos al mundo de las estadísticas y tasas de curación. Lo hacemos nosotros mismos. Tomamos un ascensor y apretamos el botón que dice "abajo". El ascensor sigue tu orden. No tiene voluntad. Abandonaste tu bitajón. El ascensor hace lo qué tú quieres.
Pero si escoges no pulsar el botón "abajo", sólo hay vida. No hay salud y enfermedad. Hay simplemente estados de ser. No hay longitud de vida. Hay simplemente estar vivo. Si estás vivo en este momento, ¿qué te importa el próximo?
Y si te importa, estás trepando. Estás tratando de aferrarte a algo que no es tuyo. Estás robando; te has vuelto un ladrón que quiere más de lo que se le ha dado. ¿Estás vivo ahora? ¿No es eso suficiente?
¿Por qué no estás tan exquisitamente presente en este momento, como para que nada quede dentro de ti con lo que pensar sobre el próximo? ¿Qué le falta a este momento que te tiene preocupado acerca del futuro?

Si Di-s lo es todo, con nada que falte, perfecto de todas maneras, creando el universo de nuevo a cada momento, ¿por qué malgastas el regalo de lo que tienes? Si no puedes saber esto, si no puedes vivir esta verdad... entonces te falta bitajón. No te molestes en pulsar el botón "abajo". Ya estás en tu camino.
¿Cómo haces esta separación? ¿Divides tu vida en placer y dolor? ¿En si se cumplen tus expectativas o no? ¿En si es bueno o malo según alguna definición a la que tú has llegado artificialmente? ¿En si el rostro que Di-s te presenta es uno que te gusta o no? ¿Has creado categorías de crueldad y bondad, las has juzgado y puesto en columnas llamadas Vida/No Vida; Di-s/No Di-s? ¿No vienen todos de la misma fuente?
¿O miras cosas como justo e injusto? ¿Sientes que mereces más o menos? ¿Te sientes aturdido por la no-creencia de que esto podría estar sucediéndote a ti? ¿Como si otros de algún modo lo merecen más? ¿O son más fuertes y pueden tolerar mejor la carga? ¿O eres tú héroe o víctima? ¿El héroe convencido de que la enfermedad nunca lo puede tocar y por lo tanto nunca llora ni siente el miedo, el pánico, los lamentos que también son parte integral de su condición? ¿La víctima segura de que estará entre lo peor de las estadísticas, y por lo tanto nunca enfrenta su denuedo ni siente el poder trascendente de alzarse por encima y desterrar la muerte de su conciencia, siquiera por un momento?

Ninguno de ellos tiene bitajón. Porque ambos contemplan el futuro, ambos consideran su destino pero opacan el momento en desilusión y miedo, ambos niegan la plenitud de sí mismos y por lo tanto la plenitud del momento que Di-s ha propuesto.
¿Y qué del futuro? ¿Vivimos en un mundo donde sólo existe el hoy? ¿Sólo este momento sin ningún pensamiento de qué traerá? ¿Lanzamos nuestro destino al viento sin preocupación, sin interés en las consecuencias, sin planes en absoluto?
¿Qué del Bar mitzvá de Moshé? ¿La boda de Jani? ¿El banco y la cita con el dentista?

Todo existe dentro de este momento. Cada interés es parte del tapiz. Todo sucede en un destello, en un tejido parecido al milagroso funcionamiento de tu cuerpo donde billones de eventos ocurren simultáneos fuera de tu conciencia pero impactando sobre tu ser.
Cuando estás presente, completamente presente en cada momento, también estás presente con el futuro contenido en ese momento. Es una distinción sutil. Hay un futuro que no es real -- tus proyecciones artificiales de qué será o debería ser; y hay un futuro que está contenido en la realidad de cada momento.
Cuando paso tiempo con mi hija, por ejemplo, intento estar completamente con ella en cada momento. Totalmente presente para su ánimo, pensamiento, expresión facial, respiración, entonación vocal, el problema que está presentando, la broma que cuenta, las lágrimas de su desilusión, la frustración de una expresión fracasada, el temor al fracaso o el miedo de la noche. Estoy presente para ella, tan bien como puedo, y cuanto más puedo me centro en este momento con un corazón abierto y una mente atenta. Y aún así, por más que estoy en el ahora, soy consciente de las consecuencias de mis acciones y palabras, mis expresiones, la mirada en mi ojos. He vivido demasiado como para no saber que cada acto deja su marca, y que esa marca ahora está alojada en el alma del otro, y la hendidura está grabada y ahora es parte del ser --mi hija-- a quien hablo y con estoy. Soy consciente de estas cosas y luego podré meditar sobre el efecto de estos grabados a medida que modelan su carácter y respuestas.
Pero en el presente simplemente actúo con conciencia e interés, trayendo todo lo que soy a esta interacción; estando tan plenamente presente en ello como puedo. Pues el amor me hará ser el mismo ya sea si éste es el primero o el último de muchos momentos o el momento que fue alguna vez.

Y, en verdad, si yo actuara sin esa conciencia, simulando que el futuro estaba bajo mi control, que cada momento podría no siempre ser el último, que el mañana no es desconocido, estaría actuando con deshonestidad, y semejante deshonestidad e ilusión podrían permitirme enojarme más rápidamente de lo que debiera, u olvidar decirle a mi hija cuánto la amo cada oportunidad que tengo, pues podría pensar que hay más oportunidades que las que existen. Pues, en verdad, la única oportunidad que existe es ahora.
Siempre hay tiempo para el amor. Y eso, he logrado ver, es bitajón. No es solamente vida. Es amor a la vida. Amor a la vida en cada forma que existe. En cada gusto y sensación. Es una apreciación y aceptación inmensa y exquisita de cada cara de Di-s que El nos permite ver. Es pararse con los ojos bien abiertos e inocentemente dispuesto a descubrir las revelaciones de Divinidad, en todos lados, siempre, y con gratitud.
Con bitajón, no queda tiempo para pensar en supervivencia. No hay razón para ello.

http://www.es.chabad.org/library/article_cdo/aid/673378/jewish/Bitajn.htm

El éxito es lo de menos
Por Rab Menajem Abdeljak
Contó Rabí Najman de Breslev: Un hombre contrató empleados para envasar vino. Pero resulta que las barricas estaban perforadas y todo lo que se le echaba era derramado al suelo. Al ver esta situación, los trabajadores dijeron: "¿Qué sentido tiene esforzarse si toda la bebida se pierde?" y se retiraron.
Pero había entre ellos un hombre sabio que razonó: ¿Qué diferencia me hace a donde va a parar el vino? Yo cobro por día y mi remuneración la tendré a pesar de quedar los barriles vacíos.
En nuestro mundo apresurado, preferiríamos siempre cobrar por trabajo más que por día. "Termino el trabajo y me voy a casa" Quien gana su vida como empleado sabe lo fastidioso que resultan los constantes vistazos al reloj esperando que el tiempo pase. Marcar tarjeta y retirarse.
A todos nos gusta ser creativos. Que algo surja de tanto esfuerzo. A los empleados por hora quizás los vemos como conformistas y sin proyectos, que no ven más allá de sus narices.
¿Qué haría usted si sería contratado en la extraña planta de envasado de Rabí Najman?
Aunque partamos desde una base que se paga bien… ¿Quién tiene ganas de pasar día tras día llenando barriles calados?
Quizás nos dirigiríamos al encargado de planta a comunicarle la pérdida y sin dudas desestimaríamos su capacidad para el cargo que ocupa. Y además, seguramente observaremos con rechazo a aquellos empleados insensibles e indiferentes.
Rabí Najman, con sus breves palabras, invierte la visión. A aquel que vemos como "cerebro pequeño", lo muestra como el verdadero iluminado. Mientras que aquel a quien consideraríamos inteligente, que no está dispuesto al esfuerzo sin réditos, queda como un simple necio e indocto.
En nuestro entorno todo se mide con los éxitos.
Éxitos… ¿Cual es tu jerarquía en la empresa? ¿Eres Dr. en algún área? Supongo que has cursado estudios académicos… Tarjeta de crédito… ¿Visa Oro? ¿MasterCard Platinum? ¿Cuántos pisos tiene el duplex?
Para ser considerados exitosos, debemos saberlo todo. En todo tema debemos tener nuestra opinión formada. Comunicación, entretenimiento, justicia, historia, seguridad, economía, quien subió, quien bajó, etc.
Prácticamente en cada reunión o encuentro, ponemos vastas energías en demostrar nuestro éxito en la vida y cuan importante es el lugar que ocupamos en éste mundo. Frente a la gente, estamos llenos de nosotros mismos a más no poder. Pero solitos, cuando no hace falta impresionar a nadie… ¿no nos sentimos a veces vacíos y frustrados?
Una vieja anécdota cuenta sobre alguien que buscaba adquirir sabiduría. Luego de un largo viaje, llegó a lo de un gran y famoso sabio en busca de enriquecimiento de su sapiencia. Antes que llegue siquiera a articular palabra, el erudito lo invito a un vaso de café. Entonces comenzó el sabio a servir la taza. Sirvió y sirvió hasta que el líquido colmó el vaso y comenzó a mojar la mesa.
-Disculpe – objetó el discípulo – el vaso ya está colmado, no cabe nada más en él.
-Sí hijo mío – confirmó el maestro – has definido correctamente tu situación. Estás tan lleno de ti mismo, que ninguna enseñanza cabe en tu mente. Ve, vacía primero tu vaso y luego vuelve.
Rabí Najman nos habla de una fábrica. No de barriles, de seres humanos. Los barriles en realidad quedan vacíos, pero los empleados se llenan. Se colman de enseñanza. En esta planta, el director no mostrará interés alguno si le hacemos notar el desperfecto en el funcionamiento.
Los toneles están hechos perforados intencionalmente. Lo que ingresa en ellos no es lo que importa. La realidad no debe cambiar, nosotros debemos.
Planificar triunfar, es natural. Fracasar y abandonar, también lo es. Pero persistir a pesar del disgusto, construye al ser humano. Entonces se deja de ser un simple mortal, pasa a ser un ser divino. Se develan fuerzas espirituales, tenacidad y grandeza interior.
"Aprendé a estar vacío" enseña Rabí Najman "no finjas estar lleno" "Cuando estés realmente vacío, cuando todo rebalse hacia afuera, entonces Tú estarás verdaderamente colmado y completo".
En el otro mundo, el interno, el que Rabí Najman esquematiza, se recibe remuneración por el esfuerzo, por la intención y la buena voluntad. No por los resultados. En el boletín de puntaje, no se señala cuantas tinas llevamos llenadas, sino con cuanto esmero lo intentamos.
Figúrese que en dicho sentido educaríamos a nuestros hijos. Los elogios se los impartiríamos por el sólo intento en cumplir sus deberes, mientras que a los resultados le restaríamos importancia. Imagine que no estaríamos permanentemente exigiéndoles ser más capaces y exitosos de acuerdo a las expectativas que nos hemos estipulado, sino que nos deslumbraríamos del hecho que sinceramente importa, su verdadera intención de ser mejores.
Sin dudas, nuestros hijos serían más felices, más seguros, más creativos de acuerdo a sus propios ritmos y posibilidades.
Y si nosotros mismos nos auto educaríamos de esa manera, sin mortificarnos por no ser inteligentes como fulano, capaces como mengano o adinerados como zutano.
Entonces bien, no viajamos por todos lados, no somos coroneles ni grandes empresarios ni tenemos títulos y gozamos de poco crédito en el banco.
Pero somos felices, tenemos derecho a serlo y tenemos nobles razones para serlo. Hacemos lo que podemos, no competimos con nadie. Lo que poseemos, es lo mejor y lo regocijante.
Shabat Shalom
Por Rab Menajem Abdeljak (Basado en las enseñanzas del Rebe Najman miBreslev



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