13 agosto 2010

contextos: CANTO DE HOMBRE A LA SHEJINAH

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CANTO DE HOMBRE A LA SHEJINAH
de shraga jazan - Friday, 13 de August de 2010, 11:25
 

por Shraga Jazan

Te vi y me dije que seguro eres tú,
sólo Tú, la chispa que pone vida
en todas ellas. Y me dije que no vi
a nadie sino a Tí, en cada alma que vi.
Mas no soy tan grande para llegar
a tu boca ni a tu vientre ni a tus muslos sagrados:
sólo pequeñas bocas, muslos y vientres pequeños
puede mi celo amar, por amor a Tí. Y salí,
a buscarte por las calles, por los templos y tabernas,
por las playas y los parques, y te hallé mil veces:
en cada cuello, cada pupila y cada sien
a que declaré mi amor por Tí.
Mas las sonrisas, las miradas, las cinturas: ¡no eran Tú!,
y lo decían a voz en pies frente a mi alma hipnotizada.
Me instalo y se desmigajan,
o huyen cuando te buscan mis dedos delicados
entre sus mundos hondos, castos, vastos.
No se conforman con el amor a lo mejor de sí;
me atrapan por fin, con sus paredes que te encierran,
con sus fugaces escalpelos y matrices,
con sus curvas, sus dibujos,
sus caras y más caras que les das por herramienta;
y luego me han tirado, desquerido, suplicado,
rechazado, me han matado
para salvarme de quien son. Y te veo de lejos
y te intuyo al acercarme, al apropiarme:
dentro de cada quien ya no te hallo.
acaso: ¿no estás?... ¡Sí estás!
Entonces soy yo el que no está:
cuando te pierdo de vista y el rumbo hacia Tí
se vuelve azar en lo oscuro, y sólo anhelo salir
para advertirte siquiera. Ay Amor.
De las fuentes del éxtasis restan sólo palabras
sagradas, dichosas, intensas, hermosas, palabras y no más.
Palabras de poemas de otro mundo,
palabras Unas aladas y sin brazos,
palabras que dirigen, que conducen, que no son.
Conozco el laberinto y su mapa y lo enseño
a quien quiera saber de dichas más dichosas que de mí.
Y entretanto me entretengo -hombre soy-
en tus aristas y ángulos omnipresentes,
en cada letra que me anima, en cada atisbo de belleza
sueño, ruego por tí, Amor,
que donde puedas entera revelarte
te atrevas a responder a mi clamor.

Llueve en los desiertos de mi bosque
entre los pájaros pardos de trino azul.
Te me insinúas en luces nuevas por doquier.
Yo sé que se está haciendo el día, y en poco más,
esta noche habrá sabido deliciosa.

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