por Shraga Jazan Te vi y me dije que seguro eres tú, sólo Tú, la chispa que pone vida en todas ellas. Y me dije que no vi a nadie sino a Tí, en cada alma que vi. Mas no soy tan grande para llegar a tu boca ni a tu vientre ni a tus muslos sagrados: sólo pequeñas bocas, muslos y vientres pequeños puede mi celo amar, por amor a Tí. Y salí, a buscarte por las calles, por los templos y tabernas, por las playas y los parques, y te hallé mil veces: en cada cuello, cada pupila y cada sien a que declaré mi amor por Tí. Mas las sonrisas, las miradas, las cinturas: ¡no eran Tú!, y lo decían a voz en pies frente a mi alma hipnotizada. Me instalo y se desmigajan, o huyen cuando te buscan mis dedos delicados entre sus mundos hondos, castos, vastos. No se conforman con el amor a lo mejor de sí; me atrapan por fin, con sus paredes que te encierran, con sus fugaces escalpelos y matrices, con sus curvas, sus dibujos, sus caras y más caras que les das por herramienta; y luego me han tirado, desquerido, suplicado, rechazado, me han matado para salvarme de quien son. Y te veo de lejos y te intuyo al acercarme, al apropiarme: dentro de cada quien ya no te hallo. acaso: ¿no estás?... ¡Sí estás! Entonces soy yo el que no está: cuando te pierdo de vista y el rumbo hacia Tí se vuelve azar en lo oscuro, y sólo anhelo salir para advertirte siquiera. Ay Amor. De las fuentes del éxtasis restan sólo palabras sagradas, dichosas, intensas, hermosas, palabras y no más. Palabras de poemas de otro mundo, palabras Unas aladas y sin brazos, palabras que dirigen, que conducen, que no son. Conozco el laberinto y su mapa y lo enseño a quien quiera saber de dichas más dichosas que de mí. Y entretanto me entretengo -hombre soy- en tus aristas y ángulos omnipresentes, en cada letra que me anima, en cada atisbo de belleza sueño, ruego por tí, Amor, que donde puedas entera revelarte te atrevas a responder a mi clamor.
Llueve en los desiertos de mi bosque entre los pájaros pardos de trino azul. Te me insinúas en luces nuevas por doquier. Yo sé que se está haciendo el día, y en poco más, esta noche habrá sabido deliciosa. |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario