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Parashát Ekev, por Gal Einai | |
Parasha Ekev La Tierra de la Corona Suprema por Rav Jaim Frim a partir de las enseñanzas de Rav Itsjak Guinzburgh reproducido con autorización de "La dimensión interior de Israel" La Misión más importante del Pueblo Judío es revelar que todo es Di-s y Di-s es todo. El lugar desde donde esta misión debe ser llevada a cabo es la Tierra de Israel, donde se vuelve manifiesto el propósito de Di-s al crear el mundo. En esta meditación extractada de una lectura en inglés, el rabino Ginsburgh nos guía a través de las alabanzas a la Tierra de Israel, creando una profunda comprensión de que las cualidades físicas de esa tierra son en realidad un reflejo de su naturaleza esencialmente Divina. Un Microcosmos de la Belleza Natural del Mundo La imagen más importante de la porción de la Torá Ekev es la descripción de Eretz Israel, "La Tierra de Israel". Es un territorio con variados fenómenos naturales. Allí Di-s concentró toda la belleza de la naturaleza dentro de sus límites. Meditemos sobre la descripción de la Tierra de Israel, y descubriremos que la manifestación física de su no es más que una insinuación de su majestuosidad espiritual interior. La Tierra de las Aguas Los cuatro versos de alabanza a la Tierra de Israel están en Deuteronomio 8:7-10. Significativamente, la palabra eretz, "tierra", se repite en estos versos siete veces, en paralelo con los siete atributos del corazón. En el versículo 7 se menciona dos veces. Primero como una introducción general, que Di-s está trayendo al pueblo judío a una buena tierra. El versículo continúa con que Israel es una tierra donde fluye el agua, desde sus arroyos, manantiales y surgentes subterráneos, desde los valles y las montañas. La Tierra Bendecida con Frutos El versículo 8 describe las 7 especies de frutos por los cuales Eretz Israel es bendecida. Nuevamente, eretz aparece aquí dos veces, primero como la tierra de las cinco especies: trigo y cebada y uvas, higos y granadas, y nuevamente como una tierra de las dos especies restantes, aceite de olivo y miel de los dátiles. La Tierra del Hierro y el Cobre En el versículo 9 eretz también figura dos veces: abre con una promesa de que allí no nos ha de faltar nada; es una tierra cuyas piedras son hierro y de sus montañas podremos extraer cobre. Una Tierra Buena En estos tres versos, la palabra "tierra" está escrita como "eretz". En el versículo 10, "tierra" aparece sólo una vez y lo hace como haaretz, "la tierra". Esta mención final de eretz corresponde al séptimo atributo del corazón, maljut. Resume y concluye las descripciones de la Tierra de los tres anteriores. Aquí, Eretz Israel es descripta como una tierra de abundancia, donde comeremos y seremos saciados y bendeciremos a Di-s por la buena tierra que El nos ha dado. El final de este conjunto de versos, con su referencia a la buena tierra, está inserto en el comienzo, donde Eretz Israel está descripta como una buena tierra. La Montaña de las Luces Celestiales Este conjunto de versículos posee 55 palabras, que es el triángulo de 10 (la suma de todos los números desde 1 a 10). Esto significa que estas palabras pueden escribirse formando un triángulo con su pico para arriba o para abajo. Este triángulo tiene 10 niveles, correspondientes a las 10 luces divinas (sefirot) con las que Di-s creó el mundo. Cuando la punta está arriba, los versículos crean una imagen de Eretz Israel como una montaña de 10 luces divinas. (ver diagrama en www.dimensiones.org) Antes de la primera mención de eretz figuran 5 palabras al comienzo de estos versos, seguidas por otras 50. Las últimas 2 palabras de este triángulo son natán ("dio", de valor numérico 500) y laj ("a ti", que totaliza 50). Esto es 550, 10 veces las 55 palabras. Vemos así, que estas dos palabras finales describen la tierra que Di-s "te dio a ti" como patria eterna, abarcando la forma completa del texto. La Conexión con la Creación Hay 203 letras en esta unidad de versos describiendo la Tierra de Israel. Este es el valor numérico de la segunda palabra de la Torá, bará, "creó". Esta palabra está compuesta por las letras bet, reish, alef , que también son las primeras letras de la primera palabra de la Torá, bereshit. El hecho de que este conjunto tiene bará (203) letras nos señala claramente hacia la creación del mundo, y particularmente el primer día, donde aparece por primera vez bará. En el relato completo de los seis días de la creación, el Nombre de Di-s, Elokim (cuyo valor numérico es 86 = teva "naturaleza"), está escrito 32 veces. En cabalá aprendemos que la esencia interior de este Nombre, que representa la naturaleza, es el Nombre esencial de Di-s, Havaiá. La relación entre estos dos Nombres está expresada en los Salmos (84:12): El sol y su escudo es Havaiá Elokim Havaiá está conectado con el sol y a Elokim se lo menciona como su escudo. La esencia del sol, las luces infinitas del Nombre esencial de Di-s, Havaiá , está oculta por el escudo de la naturaleza. Dentro de las 32 veces que Elokim está escrito en los pasajes de la creación, Havaiá, de valor numérico 26, está en su núcleo interior. 32 veces 26 equivale a 832, el valor numérico de Eretz Israel. Esta es la esencia de nuestra meditación y la esencia de la Tierra de Israel. La belleza de la naturaleza concentrada en este territorio refleja el propósito de Di-s al crear el mundo. La misión del Pueblo judío es la de unirse con su Tierra y reflejar la luz esencial e infinita de Di-s que está oculta dentro de ella, a toda la creación. La Luz de la Tierra de Israel Hemos visto que la Tierra de Israel es el microcosmos físico de la creación y el lugar donde se manifiesta su propósito espiritual. La séptima palabra (nuestros sabios enseñan que "todo séptimo es querido") en el relato de la creación es la palabra eretz, reflejando las siete veces que esta palabra aparece en la descripción de la Tierra de Israel. En el tercer verso del relato de la creación, Di-s dice: Iehí or, "Que haya luz". Las primeras dos letras de eretz, alef y reish, forman la palabra or, "luz", mientras que la restante, tzadik, representa al tzadik, la persona justa, como en el versículo de Isaías (60:21): Y tu pueblo son todas personas justas, ellos heredarán la Tierra eternamente La cabalá explica que la Tierra de Israel es el secreto del verso de los Salmos (97:11): Or zarúa latzadik (Una luz sembrada en el tzadik) El primer versículo de la creación finaliza con la palabra aretz (igual que eretz). La finalidad de la luz creada en el primer día no es que permanezca en los cielos, sino que llegue hasta la tierra para ser sembrada en ella. Esta es la luz esencial y sublime de Di-s, manifestada en la Torá: Cuando el Pueblo Judío mora en Eretz Israel de acuerdo con las leyes de la Torá, son todos tzadikim. Entonces se unifican con la luz Divina inherente a la tierra, reflejándola en todas la creación y cumpliendo el propósito por el cual Di-s creó el mundo. Di-s es Uno El primer día de la creación es mencionado en la Torá como "un día", y no como el "primer día". Esto refleja la unidad absoluta de Di-s. En este primer día no existía la pluralidad. La conciencia del mundo era puramente la de la Unidad de Di-s, como Di-s lo deseaba cuando lo creó. Cuando la nación única de Israel entró a la Tierra de Israel, recibió la habilidad de manifestar el hecho de que la pluralidad aparente en la creación es en realidad el Di-s Único de Israel. La misión del Pueblo Judío en la tierra es traer el conocimiento de que todo es Di-s y Di-s es todo para todo ser creado. La Tierra de la Corona Divina El relato del primer día de la creación es el prefacio a los versículos que describen la bendición y la belleza de la tierra de Israel en nuestra porción de la Torá. Consta de 197 letras, que cuando se agregan a las 203 ( bará) letras de la descripción de la Tierra de Israel, obtenemos 400, 20 al cuadrado. 20 representa la corona supra conciente, la manifestación en nuestro mundo de la luz infinita de Di-s por encima y más allá de la creación. En cabalá aprendemos que la "luz de la corona", or haketer, tiene el valor numérico de 832, que como ya explicamos es exactamente Eretz Israel. La unión del primer día de la creación con la Tierra de Israel es la unión consumada de la luz infinita de la corona Divina tal como se manifiesta en la creación, en la Santa Tierra de Israel. |
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