18 mayo 2007

parashah: Parashát Bamidbár - Reflexión, por Jana Simon

Parashát Bamidbár - Reflexión, por Jana Simon
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Friday, 18 de May de 2007, 00:03
 
REFLEXIÓN SOBRE LA PARSHÁ BAMIDBAR (NÚMEROS)
por Jana Simon

Queridos
 La Parshá de esta semana empieza con el Libro BaMidbar (En el Desierto) y también es llamada Séfer HaPekudim (El Libro de Contar). Rashi dice que "a causa de Su amor por ellos HaShem contó a los judíos". Cuando uno ama algo tiene la tendencia a contarlo, lo sé por experiencia; a mí me encantan los pañuelos y sé cuántos tengo (me da vergüenza decir el número) exactamente, pero si me preguntáreis cuántas cucharas, vasos o pares de calcetines tengo no os lo sabría decir porque no me interesan en especial, sólo son algo que uso.

   En la Parshá vemos que la pasión de HaShem por contar a Su pueblo no disminuye, ya que nos cuenta otra vez. Le dice a Moshé, no estamos sólo contando individuos sino "levantando sus cabezas". Al tomar el censo se van a incluir todos, profesionales y barrenderos, santos y criminales, porque todos tienen en común el ser humanos individuales; y cuando HaShem nos manda ser contados, ésto en sí es una expresión de nuestro más alto común denominador bajo el cual nuestras diferencias se disipan para revelar lo que verdaderamente somos. HaShem no nos cuenta para saber cuántos somos, eso ya lo sabe; tampoco nos cuenta para conocer la esencia de nuestra alma, eso también lo sabe. Al Levantar nuestras cabezas, HaShem está estimulando la Llama Divina que se encuentra dentro de nosotros (Lubavitcher Rebbe).

 Cuando los israelitas se están portando bien entonces el propósito de cada individuo, de cada "cabeza", se cumple. Para los judíos en el desierto ésto significa entrar pronto a la Tierra de Israel; el conteo de HaShem representa un deseo de verlos en ese estado, pero si no se comportan de acuerdo con su misión que es "dar Luz a las Naciones", esta misma cuenta puede ser usada para ver quién merece la muerte. Vemos que esta palabra "Levantar" también la usa Yosef al describir tanto el perdón del copero como la ejecución del panadero (Ohrnet, Rambán, basándose en el Sforno).

 Se le ha enseñado a los Bnei Israel a vivir como "un Reino de Sacerdotes y una Nación Santa". En el desierto los judíos no tenían los problemas de cada día, comida, vestido y casa, y podían dedicarse a crecer espiritualmente y transformarse en el Pueblo Escogido. El Midbar (Desierto) era como una gran Yeshiva donde durante 40 años se enseñó a los judíos santidad. HaShem es el Maestro por excelencia y empieza por llamar a lista y contar a sus alumnos, no para saber cuántos hay sino para transmitir su amor hacia cada individuo en particular. Las características de cada grupo, personificadas en las doce tribus, son reconocidas y se establece la configuración detallada de cada una de ellas. "Y HaShem habló... en el desierto de Sinaí" (BaMidbar, 1:1). ¿Cuál es la relación entre el Libro de Vayikrá y el principio de BaMidbar?. Tal como al final de Vayikrá se discute el censo tomado de los rebaños para que una décima parte pueda ser dedicada a HaShem, el principio de Bamidbar empieza con el censo de Israel, que es el "diezmo del mundo" (Maaser Olam), donde cada judío es santo para HaShem (Rabí Shimshón Rafael Hirsch). Otra respuesta se relaciona con la Halajá de Temurá al final de Vayikrá, que dice que una vez que un animal es escogido para ser sacrificado, está prohibido cambiarlo por otro. Así también HaShem nos promete que aún yendo a través de desiertos y largos exilios nunca nos va a cambiar por otro pueblo ni a pesar de nuestras transgresiones nos va a olvidar (Rabí Zalman Sorotzkin).

 Jazal dice que en el día que HaShem dará la recompensa a los judíos por cumplir la Torá, las Naciones van a protestar y  a alegar, "¿por qué no nos forzaste a aceptar la Torá como hiciste con los judíos? y HaShem les va a contestar, "hace mucho tiempo que os di Siete Mandamientos, los probasteis y los encontraisteis buenos pero no quisisteis guardarlos, ¿por qué entonces querría darles a ustedes estos Mandamientos que son más difíciles que los otros? (Talmud, Avodá Zará 2).

  
"El número de Levitas era 22,000" (BaMidbar 3:39). Es interesante anotar que los Levitas, los sirvientes de HaShem en el Templo, eran la tribu más pequeña. El Rambán explica este fenómeno como una consecuencia que la esclavitud en Egipto tuvo para las otras tribus". "Entre más les causaban  (los egipcios) sufrimiento a los judíos, éstos más se multiplicaban". La tribu de Leví que no sufrió la esclavitud, no fue bendecida con el milagroso número de hijos que las otras tribus tuvieron, y otra respuesta es que la tribu de Leví viviría de la caridad de las otras tribus, así que HaShem quiso que fueran pocos para que no fueran una carga (Bais Halevi). La tribu de Leví, situada en el centro del campamento, unifica a la Nación como intermediarios de todo Israel ante HaShem y entre ellos está el Arca de la Alianza con las tablas de los Diez Mandamientos, que como sabemos incluyen todas las 613 Mitzvot. Con Shevet Leví y las Tablas en el centro se les transmite constantemente a los Bnei Israel que la Torá y el Servicio Divino son el punto de enfoque de toda la Creación y el núcleo de toda existencia.

  
Se contaron todos los hombres a partir de los 20 años de edad, pero a los Levitas desde que tenían un mes de nacidos. El Rambam (Maimónides) dice que en nuestros tiempos los Sabios de la Torá son como los Levitas y hay que empezar a educar a nuestros niños desde que nacen. Otra idea que nos trae esta Parshá es la del trabajo en grupo. Leemos esta Parshá en vísperas de Shavuot, el tiempo en que nuestros antepasados dijeron Naasé VeNishmá, "Cumpliremos (la Torá) y escucharemos (entenderemos) (Éxodo 24:7). La guardaremos, todos nosotros, juntos. Shavuot es una buena oportunidad para acercarnos a nuestras instituciones y preguntarnos qué podemos hacer para contribuir con ellas, no sólo para ayudar a nuestro Pueblo sino también para ayudarnos a descubrir una nueva dimensión en nosotros mismos, para ver cómo actuamos con ciertos grupos en particular, con un especial tipo de santidad. Con esta actitud ideal todas las familias de Klal Israel pueden trabajar juntas en pos del Plan Divino hasta llegar a la Tierra Prometida (Rabí Miller).

 La Torá se nos dio en el desierto con agua y fuego. Con agua para enseñarnos que debemos tomar las aguas de la Torá y con ellas remover las ideas paganas que se introducen en nuestro corazón. Debemos permanecer "cool" y no entusiasmarnos con falsas ideas. La Torá también se dio con fuego, así que debemos entusiasmarnos con nuestros propios ideales religiosos para que continúen por siempre. Con este tipo de fuego superamos todos los obstáculos que se nos pongan en nuestro camino judío y tendremos la habilidad de propagarlo en todas partes incluso en medio del desierto espiritual. El judaísmo tiene dentro de sí todo lo necesario para apagar los ideales del paganismo, la violencia y el odio; también tiene dentro de sí el entusiasmo necesario para asegurarse que sus ideales puedan ser propagados en cualquier época y lugar (Rabí Radinsky).

 Mi Brajá de esta semana es que seamos capaces de participar en las instituciones que tenemos para el bien común y si lo vemos necesario, que tengamos la claridad para crear nuevas instituciones con el fuego necesario para encender a otras almas.

  ¡Shalom desde Yerushalaim!


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