Existen diferencias difíciles de limar en las relaciones humanas. Existen actitudes que nos molestan tanto que son casi imposibles de olvidar para cualquier mortal. Esto sucede en general y con más razón en los casos en que la familia o alguno de sus miembros están de por medio. Muchos son los casos en que padres no se hablan con sus hijos o hermanos que llevan años distanciados. En nuestra Parashá demostramos como el tiempo cura, o por lo menos debería hacerlo, los rencores y con un buen ejercicio de reflexión se olvidan los odios del pasado. En la Parashá de hace dos semanas atrás, Parashat Toledot, encontramos como Esav juró matar a su hermano Iaakob por haberle "robado", según él, la primogenitura y la bendición que su padre Itzjak le tenía reservada. La semana anterior leímos como Iaakob parte hacia Jarán, a la casa de su tío Labán, y trabaja allí durante 20 largos años mientras formaba su familia. Esta vez encontramos a un Iaakob maduro pero temeroso de su hermano. Sabiendo de su fuerza cree que podría cumplir su juramento de asesinato, por lo tanto comienza a prepararse para una contienda tratando de salvaguardar a sus esposas e hijos dividiéndolos en campamentos y enviándole regalos antes de su "esperado" encuentro. Iaakob no imagina lo que vendrá ante la situación del reencuentro, y menos que se encontrará a su padre y no a su madre. Así es la historia que leemos en Bereshit (Génesis) 32:4, 33:17: "Vaishlaj Iaakob malajim lefanav el Esav Ajiv artza Seir
kó tomerún laadoní le-Esav
vaeshlejá lehaguid laadoní limtzó jen beeineja. Vaiashubu hamalajim
banu el ajija Esav vegam holej likrateja vearbá meor ish imó. Vairá Iaakob meod vaietzer ló vaiajatz et haam asher itó veet hatzón veet habakar vehaguemalim lishnei majanot
vaikaj min habá beiadó minjá le-Esav Ajiv
Vaitén beiad abadav
Vaitzav el harrishón lemor ki ifgashejá Esav ají
Veamarta leabdejá le-Iaakob minjá hí shelujá laadoní le-Esav
Vaitzav gam et hashení gam et hashelishí
ki amar ajaperá fanav baminjá haholejet lefanai
Vaisá Iaakob einav vaiar viene Esav bá veimó arbá meto ish
Vaiasem et hashefajot veet ialdehen rishoná veet Lea viladeha ajaronim veet Rajel veet Iosef ajaronim. Vehú abar lifnehem
Vaiarotz Esav likrató vaijabkehu vaipol al tzavarav vaishakehu vaibkú
" "Y envió Iaakob mensajeros delante suyo, a Esav su hermano, a la tierra de Seir
así diréis a mi señor, a Esav
y envié a anunciar a mi señor para hallar gracia a tus ojos. Y retornaron los mensajeros
fuimos a tu hermano Esav y también viene a tu encuentro y cuatrocientos hombres con él. Y temió mucho Iaakob y se angustió; y dividió a la gente que estaba con él, y a las ovejas, y a los vacunos, y los camellos, en dos campamentos
y tomó de lo que vino a su mano como presente para Esav su hermano
Y entregó en manos de sus siervos
Y ordenó al primero diciendo: cuando te encuentres con Esav, mi hermano
Y le dirás: de tu siervo Iaakob es este presente enviado a mi señor, a Esav
Y ordenó también al segundo, también al tercero
porque dijo: aplacaré su ira con el presente que va delante de mí
Y alzó Iaakob sus ojos y vio, y he aquí que Esav venía, y con él cuatrocientos hombres
Y puso a las siervas y a sus niños primero, y a Lea y a sus hijos detrás, y a Rajel y a Iosef últimos. Y él pasó delante de ellos
Y corrió Esav a su encuentro y lo abrazó, se echó sobre su cuello y lo besó y lloraron
" Así es como el amor fraternal de hermanos prevaleció ante los malos acontecimientos del pasado. Si bien podía ser difícil para ambos olvidar los rencores, los superaron y se encontraron para estar juntos los últimos días de vida de su padre y enterrarlo juntos, como verdaderos hermanos. Las circunstancias pueden ser complicadas, puede que nos hayamos acostumbrado a la situación, pero lo que siempre debería primar es la unión familiar. No importa que grado de gravedad haya tenido lo que pasó, siempre se puede comenzar de nuevo, conversar, limar asperezas y superar las diferencias. En definitiva, la familia no se elige. La familia no se busca como a los amigos, pero la unión y el amor familiar no se comparan con nada cuando es mutuo y verdadero. |
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