Barranquilla Cali Honrar al Shabat encendiendo velas 18 minutos antes de la puesta del sol del viernes.Este mandamiento único, confiado a la mujer judía, es rico en significados y contenidos. Es muy importante saber la hora exacta del encendido de velas, ya que bajo ninguna circunstancia esta permitido encenderlas después de la puesta del sol Javerim No olvidemos que debemos encender la primera luz de Januca antes de las Velas de Shabat Resumen de la Parashá
Esta semana la parashá comienza su relato señalando que Yaacob le hizo confeccionar para Yosef, su hijo más querido, una túnica de seda diferente a las de sus hermanos. Este hecho dio lugar a que éstos celaran de Iosef hasta odiarlo al punto de no hablarle amablemente. Iosef tuvo dos sueños, que al darlos a conocer a sus hermanos, encendieron un odio aún mayor. El primer sueño mostraba que los manojos de las espigas de sus hermanos se inclinaban ante el de Iosef. El segundo sueño, indicaba que tanto el sol, la luna como once estrellas, se prosternaban ante Iosef. Se deducía de estos sueños que toda su familia se inclinaría ante él. Su padre, le reprendió ya que había despertado mayor enemistad de sus hermanos, pero Yaacob en su interior, sabía que esos sueños se harían realidad. En momentos en que los hermanos de Iosef vigilaban los rebaños de su padre Yaacob, éste lo envió para observarlos. Fue al valle de Hebrón y llegó hasta sus hermanos. Pero cuando lo vieron llegar decidieron que ése era el momento oportuno para matarlo, arrojándolo luego a un pozo y después dirían que fue comido por una bestia salvaje. Pero Reubén convenció a sus otros hermanos de que no mataran a Iosef ni derramaran sangre y que solamente lo arrojaran a un pozo. Su intención era salvarlo posteriormente. Así lo arrojaron y le sacaron su túnica de seda. Reubén se había alejado del lugar, cuando se acercó una caravana de ismaelitas que llevaban especias a Egipto y a Yehudá se le ocurrió la idea de venderles a su hermano Iosef como esclavo. Así, junto a sus otros hermanos lo hicieron y luego tomaron la vestimenta de Iosef y la empaparon en sangre de una cabra para llevarla a su padre Yaacob, quien se creyó que su hijo menor, Iosef, realmente había sido devorado por un animal salvaje y lo lloró. Yehudá tuvo tres hijos, y el primero de ellos se casó con una mujer cuyo nombre era Tamar. Al poco tiempo murió su esposo y ella se casó con el segundo hijo de Yehudá. También el segundo esposo murió y ante el temor de Yehudá de que su tercer hijo también muriera al casarse con Tamar, le pidió a ella que esperara hasta que ese hijo tuviera mayor edad para poder casarse. Tamar sabía que de la descendencia de Yehudá vendrían los reyes de Israel y disfrazándose engañó a Yehudá y logró tener un hijo de él. Yehudá, mientras ella estaba en gravidez, ordenó que fuera quemada, pues no sabía que ese futuro hijo era de él. Pero Tamar pudo salvarse de esta condena, pues con elementos personales de Yehudá, pudo demostrar que él era el padre de su futuro hijo. Así le perdonó la vida. Iosef fue vendido varias veces hasta por último llegar a manos de Potifar, un oficial del faraón de Egipto. No obstante, Iosef tuvo éxito en todo aquello que emprendía ya que el Todopoderoso lo hacía prosperar. En tanto, Potifar lo nombró administrador de su casa. La mujer de su amo intentó seducirlo a lo que él se negaba por temor a pecar ante el Eterno. En una ocasión ella reaccionó malamente y lo acusó de haber intentado seducirla y lo acusó ante su marido Potifar y éste lo encarceló. Estando en prisión, Iosef fue nombrado encargado de los demás prisioneros. Allí también estaban prisioneros el jefe de los panaderos y el jefe de las bebidas, quienes debían ser sentenciados. Una noche ambos tuvieron un sueño, que fueron develados por Iosef y así el jefe de las bebidas sería liberado mientras que el de los panaderos sería ejecutado. Así ocurrió y Iosef pidió a este último que intercediera ante el faraón, pero aquel lo olvidó. http://www.mesilot.org/esp/resumen/vayeshev.htm | Y AHORA, ¡A DESCANSAR! Una de las más grandes ambiciones de la mayoría de la gente, es esperar el día en que podamos descansar y disfrutar de todo el esfuerzo que se invirtió en la vida. Creemos que hay que "matarse", comprar, juntar, guardar, para que llegue el día en que podamos sentarnos a descansar y tener provecho de ese esfuerzo. También los que cuidan la Tora y sus preceptos tienen una ambición parecida, esperan el momento en que se podrán sentar a estudiar con tranquilidad, y en el que podrán asimilar mejor su estudio, concentrarse más, suponiendo que de la misma forma, cumplirán mejor los preceptos. Parece que la intención es buena, con corridas y preocupaciones se hace todo más difícil, y esperar un momento de pausa para aprovecharlo espiritualmente no tiene nada de malo, en apariencia. El problema es que las corridas no terminan nunca y dejamos todo para más adelante, para una vejez a veces demasiado lejana... ¿Qué piensa la Tora sobre esto? Rashi dice sobre el versículo "y se sentó Iaacov..." (Bereshit 37,1): Iaacov pidió sentarse con tranquilidad, y se le vino encima el problema de Iosef. Los justos piden tranquilidad, Hakadosh Baruj Hu les dice: no les alcanza con lo que tienen preparado para el mundo venidero, también piden tranquilidad en este mundo... Y muchos explicadores preguntan, ¿qué tiene de malo este pedido?, ¿por qué Iaacov fue castigado al pedir tranquilidad? El rab hagaon Iser Zalmen Meltzer ztz"l, nos da una de las respuestas a esta pregunta en su libro "Derej Etz Hajaim", donde nos cuenta sobre el rab Hilel Mehorodna, yerno de rabi Jaim Mivoloshin ztz"l, el más importante de los alumnos del Gaon de Vilna. Un día llegó a Horodna un Admur, y muchos de los habitantes del lugar fueron a verlo, para recibir de él consejos. Todo el que iba a visitarlo, contaba después, sobre los maravillosos consejos que le daba el "rebe", que fortalecía a cada uno en Tora y en Irat Shamaim. Al escuchar esto, rabi Hilel, pensó en ir a verlo para escuchar su mensaje de Tora, pero, ¿cómo hacer, si él era el yerno de rabi Jaim, alumno del "Hagra", el mayor oponente? (el Gaon de Vilna no era partidario de estas prácticas). Fueron pasando los días, y rabi Hilel se debatía entre ir o no a verlo. Cuando escuchó que ese era el último día del Admur en la ciudad, decidió entrar a charlar con él. Pero, pensó, no hacía falta decirle que era el rab de la ciudad, podría entrar a verlo como un "habitante más". Y así, por la noche, bastante tarde, entró a ver al rebe y le dijo: escuché que el honorable rab da buenos consejos para elevar la Irat Shamaim, y por cuanto que no estoy conforme con mi estado espiritual, quisiera escuchar cómo puedo hacer para tener una Irat Shamaim pura! No puedo aconsejar así como así, contestó el Admur a rabi Hilel, primero tengo que escuchar como se desarrolla el día de la persona y entonces puede ser que le aconseje como fortalecerse en su Irat Shamaim. Rabi Hilel vio que no tenía escapatoria, tendría que contarle como era su día, y comenzó: como el rab habrá visto, soy un hombre anciano, y no hay negocios que pueda hacer una persona de mi edad. Y como es común para mi edad, no puedo dormir mucho, y por eso me levanto muy temprano, ¿y qué puedo hacer a esa hora? Voy al Beit Hakneset y estudio un poco hasta que llega la hora de los rezos. Ya que me tienen allí, algunos iehudim me piden que estudie con ellos un poco de Mishnaiot cuando los rezos concluyen. Después vuelvo a mi casa a desayunar. Durante la mañana, como ya le dije al rab, no tengo posibilidades de trabajar, entonces me siento a estudiar un poco hasta después del mediodía. Luego, vienen algunos iehudim a pedirme que interceda entre ellos, cuando tienen alguna discusión al ver que soy una persona anciana, con "experiencia en la vida", suponen que puedo decirles quién de ellos tiene la razón y así evitar mayores discusiones. Esto sigue hasta la hora de los rezos de la tarde. Vuelvo al Beit Hakneset, y, en la pausa entre los rezos de la tarde y de la noche, se acercan unos iehudim para que estudie con ellos un poco de "Ein Iaacov". Después de los rezos de la noche, estudio con algunos iehudim una hoja de Guemara, y al terminar vuelvo a casa a cenar. Más tarde, me siento a estudiar otro poco hasta que me siento cansado y me voy a dormir... Como anticipé, no estoy conforme con mi estado de Irat Shamaim y Servicio al Creador, terminó diciendo rabi Hilel. El Admur escuchó, pensó un instante y dijo: por lo que veo, Ud. reza, estudia Tora, la enseña, y se ocupa de las necesidades de la congregación. ¡Aparte de todo esto también quiere sentirse satisfecho?!!! Oi vavoi, rabi Hilel, si además estuviera satisfecho!!! De las palabras del Admur aprendemos que la vida en el camino de la Irat Shamaim, implica una búsqueda permanente de ascenso y arreglo de acciones. Si rabi Hilel estaría conforme de su situación, ya no buscaría ni intentaría mejorar sus cualidades. El rebe tiene la intención de preguntarle si ahora quiere sacar provecho de la Irat Shamaim que adquirió. Nunca debemos decir que estamos conformes con nuestra posición espiritual, sino siempre buscaremos subir y mejorar un poco más. Los que piensan que cuando tengan una tranquilidad económica y social podrán servir mejor al Bore Olam, con soltura, sin presión ni preocupaciónes, se equivocan, y en forma! Ya que mientras tengamos "aliento de vida", estaremos siempre en la guerra constante contra el ietzer hara. Y desde este punto de vista, la tranquilidad nunca llegará... Y esto también le pasa a los jóvenes, que piensan que en el futuro podrán ocuparse mejor de lo espiritual porque ahora los molestan sus padres o sus amigos... Por todo esto, Iaacov Avinu no podía pedir tranquilidad. Hakadosh Baruj Hu sabe que Iaacov la pasó "brava" con Esav y Lavan, y ahora quiere una pequeña pausa. Seguro que la pausa la quiere para fortalecerse más en Irat Shamaim y para servir mejor al Bore Olam. De ahí las palabras de Rashi: ¿no le alcanza a los justos lo que tienen preparado en el Olam Haba, también quieren tranquilidad en este mundo? Mejor, sigamos en la lucha... LADRAN SANCHO, SEÑAL QUE CABALGAMOS... Escribió el "Baj", al comienzo de las leyes de Januca: el principal motivo que provocó los decretos de Januca fue la "rutina" en el servicio al Creador, por eso los decretos imponían la anulación de dicho servicio. Uno de los decretos fue la anulación de los sacrificios diarios. Y les dijeron: ustedes tienen un precepto "en sus manos", si lo anulan se sentirán perdidos. ¿Cuál es? El encendido del candelabro... Y los griegos impurificaron todo el aceite..., y sólo lo podrían recuperar mediante el arrepentimiento y la entrega total hacia el servicio (Shuljan Aruj, Oraj Jaim, 470). Y entendemos las palabras del "Baj". Al tener el Beit Hamikdash, diariamente hacían los sacrificios y encendían el candelabro, y estaban, en esa generación, "tranquilos" con esa "rutina". Y este sentimiento está prohibido en cuanto al servicio al Bore Olam, por eso los decretos cayeron sobre la misma rutina. Y por ser que no reaccionaron por sus propios medios, Hashem provocó que a la fuerza reaccionen. Así como a Iaacov Avinu, al querer tranquilidad, Hashem le trajo más "guerra", a los iehudim que supusieron que no debían esforzarse en ascender más y servir al Creador con todas sus fuerzas, Hakadosh Baruj Hu les trajo a los griegos con el permiso para anular los sacrificios y el encendido de las velas. Si hubiéramos reaccionado a tiempo, enseguida habríamos vencido a los griegos. Pero, como seguimos con nuestra tranquilidad, se sumó decreto tras decreto hasta que la situación llegó al punto que los grandes sacerdotes casi, jas veshalom, olvidan la Tora y los preceptos de Israel (según el Ramban, parashat Vaiji). Porque la regla es que si la persona no despierta por sí sola, la empujan para hacerla caer. Al final, cuando Matitiahu ve hasta dónde habían llegado, se despertó con toda su furia! Y esta entrega en salvación del servicio al Creador, es la que mencionó el "Baj", en una guerra de unos pocos débiles frente a muchos fuertes. Este es el arreglo contra la rutina, por eso el milagro también fue en el servicio, en el encendido del candelabro. Y por eso los jajamim establecieron que nuestro precepto a cumplir en Januca, sea el encendido de las velas. Y también es la causa por la cual en Januca no hay ningún precepto de comer y beber, ya que el pecado, el decreto y el milagro, todo fue alrededor de lo espiritual. Encontramos que los días de Januca, nos vienen a enseñar la forma en que debemos servir al Bore Olam en todos los días de nuestra vida. Debemos investigar nuestras acciones, y entrar en un estado "permanente" de búsqueda de elevación. Cuando tenemos dificultades y preocupaciones, saber que ese es el momento de actuar, vinimos al mundo para que nos "prueben" en esa situación, sin esperar días de tranquilidad en un futuro cercano o lejano. El que pide una pausa, recibirá pruebas que lo empujen a seguir peleando, o no. Por eso, cuando entraron en la rutina, en esos días, vinieron los decretos. Y finalmente fuimos merecedores de los milagros, solamente por el gran despertar que tuvieron Matitiahu y sus hijos. Todo esto gira alrededor del encendido de las velas de Januca, y nos enseña como debe ser nuestro comportamiento en este tiempo. La vida es como una escalera con la base en la tierra y que llega hasta el cielo, y cada día intentaremos subir un poco más. A veces hay tropiezos, pero está escrito "siete veces caerá el justo y se levantará". No es la intención decir que podemos caer y levantarnos, sino que así es el camino de la elevación, con tropiezos. Cuando vemos que tropezamos, es señal que estamos subiendo. Lo principal, no conformarnos, no quedarnos ni entrar en la rutina, buscar subir más. Y no desanimarnos ante un tropiezo. Las dificultades son pruebas que podremos superar, con la ayuda de Hashem... La ley del encendido de las velas se estableció como dijeron "Beit Hilel", que cada día aumentamos una vela más. Así también nosotros debemos ser y colocar nuestra vida en posición de ascenso constante, y el Bore Olam nos ayudará a fortalecernos y hacer frente a todos los obstáculos. Lekaj Tov. Leiluy Nishmat León ben Isabel z"l – Rina bat Matilde z"l | | Tomado de: http://judaismohoy.com/article.php?article_id=-1&group_id=31# ¿Por que Iaakov privilegió a Iosef?
| Iaakov vivió en la ciudad de Hebrón. Si bien Hebrón no era el lugar más apropiado para que pastaran sus rebaños, Iaakov residía allí por una razón diferente. Hebrón era la ciudad donde su padre Itzjak había acercado con éxito a mucha gente para servir a Hashem. Iaakov deseaba continuar con la obra de Abraham e Itzjak, enseñar a la gente la verdad y ponerlos bajo la protección de la shejiná. Por lo tanto, Iaakov se estableció en Hebrón donde abrigaba la esperanza de ser exitoso en influenciar a la gente para servir a Hashem. La intención de Iaakov era la de disfrutar los años que le quedaban en paz, pero Hashem no ve bien que un tzadik conduzca una vida tranquila. Hashem le dice al tzadik - ¿No estás satisfecho con la recompensa que te espera en el mundo por venir que deseas disfrutar de una vida tranquila aquí también? Por ello Hashem envió a Iaakov la desgracia que aconteció con Iosef. Iosef era el favorito de Iaakov por encima de sus doce hijos. Era el hijo de Rajel, la esposa principal de Iaakov, por quien había consentido servir a Laván. Además, era un hijo especial, una combinación de todas las cualidades sobresalientes de las otras tribus. Poseía la grandeza de cumplir con la avodá del primogénito, como Reuven. Su nobleza innata en su conducta parecía distinguirlo para la realeza, como Iehuda. Podía profetizar como Leví. Poseía la sabiduría de Issajar. En Iosef, Iaakov vio la continuidad de su persona. No solo sus facciones faciales eran similares, sino las historias de sus vidas estuvieron marcadas por un asombroso parecido. Por ejemplo: ▬ Iaakov nació circunciso/Iosef también nació circunciso. ▬ La madre de Iaakov fue estéril al principio/la madre de Iosef fue estéril al principio. (Nuestros sabios señalan que ambos hijos fueron el resultado de un milagro). ▬ El hermano de Iaakov lo odiaba/ los hermanos de Iosef lo odiaban. ▬ El hermano de Iaakov (Eisav) intentó matarlo/los hermanos de Iosef también intentaron matarlo. ▬ Iaakov se hizo rico/Iosef se hizo rico. (Esto prueba que Hashem protegía tanto a Iaakov como a Iosef en forma milagrosa, porque perseguidos y en situación de desventaja, normalmente hubieran quedado pobres). ▬ Recién después de salir de Eretz Israel se casó Iaakov y tuvo hijos en un país extranjero/A Iosef le ocurrió lo mismo. (Lo anterior prueba la proximidad de la shejiná tanto de Iaakov como de Iosef. Si bien la shejiná reside en Eretz Israel, ambos eran tan grandiosos que Hashem los acompañaba aún fuera de Eretz Israel y les dio sus hijos quienes fueron los fundadores del pueblo judío). ▬ Tanto Iaakov como Iosef fueron acompañados por ángeles. (La afirmación anterior hace referencia al recibimiento que los dos grupos de ángeles hicieron a Iaakov cuando volvió a Eretz Israel y al encuentro de Iosef con tres ángeles camino a Sh'jem en busca de sus hermanos). ▬ Iaakov fue bendecido en un sueño (el sueño profético de la escalera) que anunciaba su grandeza futura/ Iosef se consagró a través de un sueño (al interpretar el sueño del Faraón). (Esto demuestra que Hashem realizó milagros por ellos para que se eleven y se engrandezcan). ▬ El suegro de Iaakov (Laván) fue bendecido a raíz de él. El suegro de Iosef (Potifar) fue bendecido cuando Iosef ingresó a su hogar. (Iaakov y Iosef fueron tan grandiosos que hasta los malvados fueron bendecidos cuando estos tzadikim residían entre ellos). ▬ Iaakov viajó a Egipto/Josef viajó a Egipto. (Por su santidad, la shejiná los acompañó hasta cuando viajaron a un país tan corrupto como Egipto). ▬ Iaakov hizo que sus hijos prometieran sacar sus restos de Egipto después de su muerte/ Iosef hizo que sus hermanos prometieran sacar sus huesos fuera de Egipto después de su deceso. ▬ Ambos murieron en Egipto. (Esta también es una señal de grandeza. Fueron tan justos que si bien murieron fuera de Eretz Israel, la shejiná yacía sobre ellos como si hubieran vivido en Eretz Israel). Iaakov amó a Iosef porque había previsto a través de una profecía que Iosef estaba destinado a ser una gran persona. Sobre todo, Iaakov amó a Iosef por sus conocimientos de Torá. Si bien Iaakov brindó una educación basada en la Torá a todos sus doce hijos y se esforzó en criarlos como tzadikim, a Iosef le impartió más conocimientos de Torá que a los demás. Le reveló secretos acerca de la Torá que no había revelado a nadie, además le transmitió todas las halajot (leyes) que había estudiado en la Ieshivá de Shem y Eiver. Iosef luego repetía las halajot que había aprendido de su padre a sus hermanos, pero los secretos de la Torá se los guardaba para sí mismo. Iaakov diferenció a su hijo Iosef, el estudioso, de los demás por una vestimenta especial de mangas largas en delicada seda. Las mangas largas indicaban a sus hermanos que Iosef estaba exento de realizar trabajos manuales. Se debe cuidar respecto de privilegiar a un chico en comparación a otro, hasta en el menor detalle. Por culpa del valor de dos selaim de seda con los cuales Iaakov hizo la vestimenta especial para Iosef, se despertaron los celos en los hermanos y lo odiaron, y como consecuencia directa todos descendieron a Egipto. | http://www.es.chabad.org/library/article_cdo/aid/789858/jewish/Por-que-Iaakov-privilegi-a-Iosef.htm | | La mística de la consideración y el habla En el comienzo de la sección denominada Residió –Vaieshev- se narra: "Jacob se estableció en la tierra donde residió su padre, en la tierra de Canaán. Éstas son las crónicas de Jacob: José, a la edad de diecisiete años, era pastor del rebaño junto con sus hermanos, y frecuentaba con los hijos de Bilá y los hijos de Zilpá, mujeres de su padre; y José traía a su padre malos informes acerca de ellos. Israel amaba a José más que a todos sus hijos, ya que era el hijo de su ancianidad, y le hizo una túnica de lana fina. Sus hermanos vieron que era a él a quien su padre más amaba entre todos los hermanos, y lo odiaron; y no podían hablar con él pacíficamente" (Génesis 37:1-4). Observamos que se denomina a José como lo principal de las crónicas de Jacob. Pues está escrito: "Éstas son las crónicas de Jacob" e inmediatamente a continuación: "José". ¿A qué se debe esta mención especial? Era porque se trataba de su discípulo fiel. Jacob le había entregado a José todo lo que había aprendido en las academias de sus ancestros Shem y Ever (Midrash Raba Bereshit 84:8; Baal Haturim). Obsérvese lo que está escrito a continuación, se menciona la razón por la que lo amaba tanto: "ya que era el hijo de su ancianidad". Veamos lo que revela este concepto. "Ancianidad", en su original hebreo se escribe de este modo: Esta palabra contiene las iniciales de los nombres de los tratados de la Mishná (Zeraim, Kadashim, Nashim, Ieshuot –conocido más popularmente como el tratado de Nezikim-, y Moed): Se aprecia que Jacob amaba a José porque era su fiel discípulo. A él le entregaba el estudio de los tratados de la Mishná. La Mishná es el estudio de la Torá oral de acuerdo con su sentido llano (Baal Haturim). Aunque esto no era todo lo que Jacob le transmitía a José. Observemos el valor numérico del concepto "Ancianidad" en su original hebreo, y veamos que nos enseña al respecto: Se aprecia que el valor numérico de "zekunim", que significa ancianidad es igual a 207. veamos ahora el valor de "raz", que significa "secretos". Apreciamos que "raz" que significa "secretos, posee el mismo valor numérico que "ancianidad" –zekunim-. Enseña que Jacob le enseñaba a José los misterios de la Torá y no solo la parte llena (Baal Haturim, Najmánides). Y observando detenidamente lo declarado por el versículo: "ya que era el hijo de su ancianidad", lo certificamos. "Ya que era el hijo de su ancianidad" en su original hebreo se escribe así. Apreciamos que las letras finales forman la palabra "Amón". Alude a lo que está escrito en el libro de los Proverbios: "Yo, la Torá, fui un amón junto a Él, y era su regodeo día a día, jugaba junto a Él en todo momento" (Proverbios 8:30) (Baal Haturim). En el Midrash se dilucida: ¿Qué significa "amón"? Se responde: Amón significa oculto, tal como está dicho: "Y ocultaba –omen– a Hadasa" (Ester 2: 7) (Midrash Raba Génesis 1:1) Queda resuelto que Jacob le enseñaba a José los secretos de la Torá. Un detalle fundamental Ahora bien, en el versículo anterior al que describe la afinidad de Jacob y José, se dijo: "José era pastor del rebaño junto con sus hermanos, y frecuentaba con los hijos de Bilá y los hijos de Zilpá, mujeres de su padre; y José traía a su padre malos informes acerca de ellos" (Génesis 37:2). José quería que hubiese justicia, tal había aprendido de su padre. Es decir, que hay que hacer bondad y caridad con el prójimo, otorgándoles lo que les faltase, con el fin que se hiciere justicia. Por eso frecuentaba los hijos de Bilá y los hijos de Zilpá, que eran las concubinas de su padre, siervas de sus mujeres con las que estaba casado bajo el palio nupcial: Lea y Rajel. José trataba de llamar la atención de ellos para hacerse su amigo e intentar de acercarlos a la elite de la familia. Y por eso difamaba a sus otros hermanos, los hijos de Lea. ¿Y qué era lo que veía mal en sus hermanos para hablar mal de ellos? En la exégesis de Rashi se explica: todo lo malo que veía en los hijos de Lea, lo contaba a su padre. Es decir: le decía que ellos comían miembros de animales vivos; despreciaban a los hijos de las siervas, llamándolos "esclavos"; y sospechaba de que mantuviesen relaciones con mujeres prohibidas (Rashi Génesis 37:2). Sin embargo, José se equivocaba en el juicio. Pues él veía que comían miembros de animales vivos, lo cual es prohibido. Como está escrito: "Porque la sangre que pertenece a vuestras vidas exigiré, de cada animal la exigiré. De la mano del hombre demandaré cuenta de cada vida humana" (Génesis 9:5). De este precepto surge que está prohibido arrancar un miembro de un animal vivo y comer. Y José veía que ellos lo hacían. Pero no sabía que es permitido tratándose de un animal matado ritualmente y que se agitaba después de haber sido degollado. Pues ellos cortaban los trozos del animal cuando éste se encontraba en estado moribundo, lo cuál es permitido por la ley, siempre y cuando se los dejase hasta que el animal muriese por completo. Y cuando eso acontecía comían la carne. Pues es medicinalmente propicio comer la carne inmediatamente después del matado el animal (Talmud, tratado de Julín 33a). Y como José pensaba que infringían la ley lo contaba a su padre. Respecto a los hermanos, los hijos de Lea, es cierto que llamaban a los hijos de las concubinas "esclavos". Pero no era su intención decir que ellos eran verdaderamente esclavos; sino que las madres de ellos habían sido en un principio esclavas de las madres de éstos. Y José pensaba que los consideraban esclavos a ellos concretamente. En lo concerniente a la sospecha de que mantuviesen relaciones con mujeres prohibidas, era porque los veía comerciar con las mujeres de otros pueblos. pues ellas venían para adquirir corderos, leche y queso. Asimismo, para venderles fruta. Y José consideraba que ello es prohibido. Pero en realidad la ley establece que si se lo hace con buenas intenciones, es permitido (Kidushín 81b) (véase Mizraji a Rashi en Génesis 37:2). Un castigo por hablar de más Por estas tres habladurías de sospechas infundadas José fue castigado. Por sospechar de que comían miembros de animales vivos, degollaron ritualmente un animal al venderlo. Como está escrito: "Ellos tomaron la túnica de José, degollaron ritualmente un macho cabrío y sumergieron la túnica en la sangre" (Génesis 37:31). Por haber contado que parte de sus hermanos llamaban a los otros esclavos, fue vendido en calidad de esclavo. Como está dicho: "José fue vendido por esclavo" (Salmos 105:17). Y por la sospecha de que mantuviesen relaciones con mujeres prohibidas: "Y aconteció después de estas cosas, la mujer de su señor puso sus ojos en José, y dijo: «Acuéstate conmigo»" (Génesis 39:7) (Rashi). Una sabia moraleja Se aprende que debe tenerse cuidado en hablar mal de los demás y difamarlos. Es una falta grave que perjudica a mucha gente. Como está indicado en el versículo que revela este asunto: "y José traía a su padre malos informes acerca de ellos". La palabra "informes" en el original hebreo es "divatam". Observemos su valor numérico: Observemos ahora la palabra "mavet" que significa "muerte": La coincidencia es evidente: Al difamar al prójimo se origina la muerte. Y como la palabra "mavet" que significa "muerte", en su original hebreo posee tres letras, enseña que el que difama mata a tres personas. Estos son: el que difama, el difamado, y el que escucha la difamación (Baal Haturim; Talmud, tratado de Arajin 15b) Enseñanza suprema Después de esta enseñanza, se narra la venta de José: José soñó un sueño que contó a sus hermanos y ellos lo odiaron aún más. Les dijo: «Oíd, por favor, el sueño que soñé: He aquí que estábamos atando gavillas en medio del campo cuando he aquí que mi gavilla se alzó y se quedó parada; y entonces, he aquí que vuestras gavillas se reunieron alrededor y se inclinaron ante mi gavilla». Sus hermanos le dijeron: «¿Acaso reinarás sobre nosotros? ¿Acaso nos dominarás?». Y lo odiaron aún más, a causa de sus sueños y a causa de sus palabras. Tuvo otro sueño, y se lo narró a sus hermanos. Y dijo: «He aquí que tuve otro sueño: He aquí que el sol, la luna, y once estrellas se inclinaban ante mí». Y se lo narró a su padre y a sus hermanos; su padre lo regañó, y le dijo: «¡¿Qué es este sueño que has soñado?! ¿Acaso yo y tu madre y tus hermanos habremos de inclinarnos en la tierra ante ti?». Y sus hermanos le tuvieron envidia, mas su padre guardó el tema. Sus hermanos fueron a apacentar el rebaño de su padre en Shejem. E Israel le dijo a José: «Por cierto tus hermanos están pastando en Shejem; ve, te enviaré a ellos». Él le dijo: «Heme aquí». Y le dijo: «Por favor, ve a fijarte cómo están tus hermanos y cómo está el rebaño, y vuelve a informarme». Y lo envió desde la planicie de Jebrón y llegó a Shejem. Un hombre lo encontró, y he aquí que estaba errando por el campo; el hombre le preguntó, diciendo: «¿Qué es lo que buscas?». Y él dijo: «A mis hermanos busco; dime, por favor, dónde están apacentando». El hombre dijo: «Han partido de aquí, pues oí que decían "Vayamos a Dotán"». Entonces José fue tras sus hermanos y los halló en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos; y antes de que él se les acercara, ellos urdieron una conspiración en su contra, para matarlo. Y se dijeron los unos a los otros: «¡He aquí! ¡Ahí viene el soñador! Ahora, vamos y matémoslo, y arrojémoslo a uno de los pozos y diremos "Lo devoró una bestia salvaje". Y veremos qué quedará de sus sueños». Rubén oyó, y lo salvó de sus manos; dijo: «No lo matemos». Y Rubén les dijo: «¡No derraméis sangre! Arrojadlo a este pozo en el desierto, ¡mas no le pongáis la mano encima!»; su intención era rescatarlo de sus manos, para devolverlo a su padre. Y fue cuando José llegó con sus hermanos, ellos lo despojaron de su túnica, la túnica de la fina que llevaba puesta. Lo tomaron y lo arrojaron al pozo; el pozo estaba vacío, y no había agua dentro de él. Se sentaron a comer pan; alzaron sus ojos, y he aquí que vieron una caravana de ismaelitas que venía de Gilad, con los camellos transportando cera, bálsamo y loto, para bajarlos a Egipto. Judá le dijo a sus hermanos: «¿Qué ganaremos con matar a nuestro hermano y cubrir su sangre? Vamos, vendámoslo a los ismaelitas, pero que nuestra mano no caiga sobre él, pues es nuestro hermano, nuestra misma carne». Sus hermanos consintieron. Pasaron por allí comerciantes midianitas; ellos subieron a José y lo sacaron del pozo y vendieron a José a los ismaelitas por veinte piezas de plata; ellos llevaron a José a Egipto. Rubén regresó al pozo, y he aquí que José no se hallaba en el pozo. Entonces se rasgó sus vestiduras. Regresó a sus hermanos, y dijo: «¡El niño no está! Y yo ¿a dónde puedo ir?». Ellos tomaron la túnica de José, degollaron un macho cabrío y sumergieron la túnica en la sangre. Enviaron la túnica de la fina y la trajeron a su padre, y dijeron: «Encontramos esto; identifica, por favor ¿es o no es la túnica de tu hijo?». Él la reconoció y dijo: «¡La túnica de mi hijo! ¡Lo ha devorado un animal salvaje! ¡José ha sido descuartizado!». Jacob se rasgó sus vestiduras y vistió saco de arpillera y guardó duelo por su hijo muchos días. Todos sus hijos e hijas fueron a consolarlo, mas él se negó a ser consolado y dijo: «Pues descenderé a la tumba en estado de luto por mi hijo». Y su padre lo lloró. Y los midianitas lo vendieron a Egipto, a Potifar, oficial del Faraón, Jefe de Carniceros (Génesis 37:5:36). La estadía en Egipto En Egipto a José le fue bien al principio, pues su amo lo nombró encargado de toda su casa. Como está dicho: José fue descendido a Egipto. Potifar, oficial del Faraón, Jefe de Carniceros, hombre egipcio, lo compró de mano de los ismaelitas que lo habían bajado allí. El Eterno estuvo con José y él se transformó en un hombre próspero; y permaneció en la casa de su señor egipcio. Su señor percibió que El Eterno estaba con él, y todo lo que hacía, El Eterno lo hacía próspero en su mano. José halló gracia en sus ojos y lo asistió; él lo puso a cargo de su casa, y todo lo que poseía lo colocó en su mano bajo su custodia (Génesis 39:1-4). Sin embargo, aconteció algo inesperado: Y aconteció luego de estas cosas, la mujer de su señor puso sus ojos en José, y dijo: «Acuéstate conmigo». Mas él se negó; le dijo a la mujer de su amo: «He aquí, estando yo aquí, mi señor no se ocupa de nada de la casa y ha puesto bajo mi mano todo lo que posee. No hay nadie más grande en toda la casa que yo y nada me ha negado, excepto a ti, pues tú eres su mujer; ¿cómo podría yo perpetrar tan gran mal y pecar contra Dios?». Y acontecía que cuando ella lo instaba día tras día, él no escuchaba su ruego de acostarse con ella, de estar con ella. Entonces, un día en que José entró a la casa a cumplir sus tareas y no había ningún hombre del servicio en la casa, ella lo tomó de su ropa, diciendo: «¡Acuéstate conmigo!». Mas él dejó su ropa en la mano de ella y huyó, y salió afuera. Cuando ella vio que él había dejado su ropa en su mano y había huido hacia afuera, llamó a los hombres de su casa y les habló diciendo: «¡Mirad! ¡Nos trajo un hebreo para que se ría de nosotros! Él vino a acostarse conmigo, pero yo grité fuerte. Y cuando oyó que yo alcé la voz y grité, dejó su ropa conmigo, huyó y salió afuera». Ella guardó la ropa de él hasta que llegó a casa su señor. Le contó un relato similar, diciendo: «El esclavo hebreo que nos trajiste vino a reirse de mi. Mas ocurrió que cuando alcé la voz y grité, él abandonó su ropa junto a mí y se escapó afuera». Y sucedió que cuando su señor oyó las palabras de su mujer, que ella le dijo, diciendo: «Tu esclavo hizo estas cosas conmigo», se despertó su ira. Entonces el amo de José lo tomó y lo puso en prisión, en el lugar donde estaban confinados los prisioneros del rey y allí permaneció en la cárcel (Génesis 39:7-20). José permaneció en total diez años en prisión, diez por las habladurías de sus hermanos que había proferido, y dos más por haber confiado en seres humanos en lugar de Dios. Esto está indicado en el último versículo citado, el cual revela el lugar en el que fue puesto José: "donde estaban confinados los prisioneros del rey". En el original hebreo "confinados" se dice "asurei", sin embargo, está escrito "asirei". Está escrito Se lee: ¿Por qué la letra "vav", que se lee "u", fue reemplazada por la letra "yud", que se lee "i"? La letra "yud" posee un valor numérico igual a 10. Enseña que diez años estuvo José preso por hablar mal de sus diez hermanos (Baal Haturim). Resulta de esta enseñanza un mensaje clave para regir la conducta de evaluación con respecto a los demás. Jamás debe sospecharse cuando se aprecia algo en desorden en nuestros semejantes, hasta que nos cercioremos perfectamente del asunto. E incluso cuando lo hubiésemos hecho, y hubiésemos comprobado que cometió una falta, es correcto ser prudente y no difamarlo. Sino hablar con él para advertirle de su error y procurar que se rectifique. Tomado de: http://www.judaismovirtual.com/parasha_numerologia/vaieshev.php |
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