10 marzo 2006

parashah: Parashát Tetsavéh, por Rab Menajem Abdeljak - Amaléc y el aceite de oliva

Parashát Tetsavéh, por Rab Menajem Abdeljak - Amaléc y el aceite de oliva
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Friday, 10 de March de 2006, 02:21
Parashát Tetsavéh
AMALEK Y EL ACEITE DE OLIVA

por Rab Menajem Abdeljak
Esta semana, además de la Perashá semanal, leemos “Perashat Zajor”. Éste adjunto, que encomienda la eliminación de Amalek, se debe a la proximidad de la festividad de Purim y a simple vista, su coincidencia con la Perashá semanal es meramente casual.

Sin embargo, bien sabemos que las palabras de nuestros sabios, dotados de Ruaj Hakodesh, contienen y encierran mensajes en todas sus combinaciones posibles, sin que nada sea fortuito.

La primera Mitzvá en esta Perashá, consiste en la recolección de aceite de oliva puro para el encendido diario de las luminarias en el candelabro del Bet Hamikdash. Hashem le dice a Moshé: “Veikjú eleja shemen zait zaj – y llevarán para ti aceite de oliva puro”

El Talmud nos enseña que existe una relación entre la Jojmá, la capacidad intelectual y el aceite de oliva. A modo de ejemplo, en el tratado de Horayot (13b), relaciona su consumo con la retención de lo aprendido. En el tratado de Berajot (57a) indica que aquel que ve aceite de oliva en sus sueños, que sepa que ha de recibir la luminaria de la Torá. También kabalísticamente, existe una relación estrecha entre la Jojmá y el aceite de oliva.

En éste sentido, Hashem nos encomienda “aceite de oliva puro”. La pureza de los ideales, en cierto aspecto, es más importante que la de los hechos. En cuanto a las acciones, muchas veces las debilidades humanas las distorsionan y nos hacen optar por el camino más cómodo en vez del correcto. No es que esto valga como pretexto, pero sí está dentro de los parámetros de las pruebas que nos tocan atravesar en éste mundo.

Pero las ideas, con respecto a ellas no hay pretextos. No existe debilidad o mal hábito que justifique la modificación de los conceptos. No se puede cambiar el mal por el bien, no se puede transformar ideológicamente la escala de valores para justificar y sistematizar el error. Como bien lo sintetizó Ieshaiá Hanabí (5:20): Ay de los que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo.

A esto hace referencia el aceite de oliva puro. No solamente se debe poner atención en las acciones, sino que también y más aún, en las ideas. Lamentablemente, éste error conceptual les costó la vida espiritual a muchos de nuestros hermanos. Ellos creyeron que se podía seguir siendo Iehudí manteniendo la tradición y sus simbolismos. Dolorosamente, la realidad los desilusionó.

La experiencia demostró que es indispensable comprometerse ideológicamente con los pensamientos y el enfoque de la Torá. Y no solamente en el cumplimiento de las Mitzvot, sino en todo el quehacer de la vida, se debe iluminar cada rincón con la óptica de la Torá. No existe área de nuestras vidas que escape a las indicaciones Divinas. Cada decisión a tomar, cada paso a dar, debe ser consultada primero la opinión de Hashem de la boca de los Jajamim.

Éste concepto, es el antitético de Amalek. Amalek, a diferencia de otros pueblos, no quiso hacer pecar a Am Israel, no intentó hacerlos caer en graves errores como sí lo hicieron Midián, Moab, Pelishtim y otros. Pero sobre ninguno de estos ordenó Hashem su destrucción total. Amalek es más grave, va más allá. Amalek se trata de la confusión, de mezclar las ideas, de llamar a la luz, oscuridad y a la oscuridad, luz.

En la historia de Purim, todo comienza a complicarse cuando se desobedece la palabra de Mordejai y los Iehudim van a la fiesta del rey Ajashverosh. Ellos no logran entender por qué Mordejai les prohibía ir al banquete. Conocemos la pregunta… ¿Qué tiene de malo? ¿Dónde dice que no?

Lo mismo cuando llega la orden real de prosternarse a Hamán, el primer ministro, Mordejai decide que esto no era correcto y no obedece la orden del rey. En ningún momento se dejo confundir, siempre tuvo claras y firmes sus ideas. En definitiva la salvación y el milagro llegaron gracias a él y a Ester “los anticuados”.

El aceite de oliva, es el antídoto a Amalek. El resultado: Purim.


SHABAT SHALOM
Y PURIM SAMEAJ

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