27 octubre 2006

parashah: Parashát Nóaj, por Rav Daniel Oppenheimer - Un pueblo unido jamás será vencido

Parashát Nóaj, por Rav Daniel Oppenheimer - Un pueblo unido jamás será vencido
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Friday, 27 de October de 2006, 11:25
 Parashát Nóaj
Un pueblo unido jamás será vencido

por Rav Daniel Oppenheimer

El “viejo orden” se había modificado ya para siempre. A partir del diluvio, la vida de la gente se fue acortando de manera tal que nadie pudiera ejercer el mando eternamente. Desde ahora, las nuevas generaciones podrían acceder al poder y derrocar a sus mayores antes de corromperse ellas mismas por el mal ejemplo al que se irían acostumbrando con el correr de largos años en que todos los seres humanos se vuelven “realistas” (corruptos). La familia de Noaj se había multiplicado y después de 300 años ya era un verdadero pueblo numeroso - el único que habitaba la tierra - todos viviendo en un solo lugar, todos hablando un solo idioma - el idioma Di-vino. Estaban gobernados por un rey: Nimrod, quien ejercía el poder en forma total. Todos, absolutamente todos, debían responder a su orden. Y era realmente popular. Sus buenas ideas contagiaban a todos los contemporáneos. Repetían sus sloganes. “La unión hace la fuerza...”, “los hermanos sean unidos...”, “un pueblo unido, jamás será vencido”.¡Qué bárbaro, qué hermoso! Sabiendo que la violencia fue el motivo por el cual la generación del diluvio fue destruida, el “nuevo orden” de unión y fraternidad universal vaticinaban un mundo realmente mejor. Fue así que, por orden de Nimrod, se mudaron todos al valle de Shin'ar (Babilonia) y comenzaron a construir una ciudad con una gran torre que debía llegar hasta el mismísimo cielo. ¿Para qué? “...hagámonos un nombre (seamos famosos), para no dispersarnos sobre la faz de la tierra...”. Estemos unidos para no dispersarnos... El versículo no nos cuenta ante quién querían hacerse famosos (no existían posibles adversarios), ni porqué era tan terrible que la gente se dispersara. Ud. se preguntará: ¿Pero... no hay piedras aptas para la construcción en Shin'ar?! No problem. Inventaron el ladrillo. Quemar lo que sea... con tal de lograr su objetivo y construir su torre. Lo cual nos da para pensar. ¿Es importante la unión entre las personas? Pues sí. ¿Por qué? Porque los individuos somos vulnerables y no podemos ayudarnos solos en caso de enfermedad, de soledad, de peligros externos. Mientras que, estando unidos, podemos hacer un frente en común para defendernos y ayudarnos mutuamente. Sin embargo, nada de eso se menciona en el caso de esta gran edificación. Es más, cuando la Torá nos relata acerca de Nimrod que era un “gran cazador delante de D”s...” (¿qué lugar del mundo no es “delante de D”s” y qué tiene que ver el hecho de ser cazador con D”s?), los Sabios ya nos aclaran que su “caza” estaba destinada a “las mentes de las personas”, es decir, que sabía embaucar a la gente con sus ideas monárquicas y esas brillantes y pícaras ideas conducían a confundir a la población para causar una rebelión unificada en contra de D”s.(Rash”í) El Midrash nos describe, a su vez, cómo la gente lloraba por la pérdida de un ladrillo más que por la caída de una persona accidentada en la obra. El individuo no valía. La tecnología, sí. Lo único que valía en aquel momento era el proyecto “unido”.De a poco vamos entendiendo entonces qué es lo que está sucediendo. Un rey logra cohesionar su población para que no se disperse, mediante el slogan de estar unidos y tener fama para luchar en contra de... D”s. ¡Toda la humanidad en contra de D”s! Y que esta vez no haya un disidente al mejor estilo de Noaj que pueda “encontrar gracia en los ojos de D”s”, por lo tanto es importante estar bien unidos y no dispersarse. (Obviamente, solo en la mente de un idólatra, D”s puede ser considerado un “adversario”) Pero Nimrod necesita explicarle a la gente de alguna manera el diluvio y eso no es tarea fácil, pues está en el conciente colectivo de la población. Es más. El propio Noaj y su hijo Shem, testigos oculares del diluvio estaban vivos. ¿Cómo quitar de la gente la lección moral de lo que esto representaba? A tal fin, la “ciencia” hizo lo suyo. Era cuestión de explicar el diluvio en términos racionales y científicos. “Una vez, en cada 1656 años los cielos ceden a la presión del agua acumulada... hagamos soportes al cielo” - decían algunos. Otras teorías anunciaban que desde la torre se podría “abrir los cielos para causar la lluvia” cuando fuese necesario - más garantía que simplemente rezarle a D”s. Seducción a algunos, e intimidación al disidente. Dado que nosotros observamos y estudiamos este evento desde tan lejos, nos cuesta entender que los contemporáneos de Nimrod estuviesen dispuestos a ser engañados con tanta facilidad. Sin embargo, sépalo, querido lector, que la gente tiene esa tendencia. “Para qué pensar yo mismo, si lo puede hacer otro por mí, sin que yo me gaste el cerebro” - es una actitud muy difundida. Al mismo tiempo, se requiere un alto grado de voluntad para ser el único que se opone a los sloganes que están de moda... Para el ciudadano promedio, el facilismo es “seguir la manada” sin cuestionar. Uno ya tiene tantos problemas en la cabeza, que ya no queda lugar para pensar y pelearse con “todo el mundo”...Sólo se opuso una persona. Avraham. Y se “jugó la vida” por sus creencias. De aquel Avraham, salimos nosotros, los judíos... a pesar que a menudo pareciera ser que nos queremos olvidar nuestra condición pensante para mimetizarnos más en nuestro entorno. El resto de sus congéneres contemporáneos perdió nuevamente una oportunidad de crear su vínculo próximo con D”s. La unión hubiese sido buena, si los ideales los hubiesen sido. Como no lo fueron, el castigo fue el obvio. La gran dispersión. Nunca más habrá unión entre los seres humanos, hasta que entiendan que hay un Verdadero Monarca, D”s, sobre todos ellos, que no es un adversario de la humanidad. Entonces podrán gozar nuevamente de un mismo idioma y ser una sola humanidad.

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