27 diciembre 2007
Barranquilla: Re: PARASHAT SHEMOT: El Principio de la Gueulah
26 diciembre 2007
Barranquilla: PARASHAT SHEMOT: El Principio de la Gueulah
PARASHAT SHEMOT: El Principio de la Gueulah de Edwin Asher Ben Eliyahu - Wednesday, 26 de December de 2007, 05:41 | |||||||||||
בס"ד PARASHAT SHEMOT Este Shabat 20 de Tevet es el Iortzait del RAMBAM El Mas Grande Jajam Sefaradi Horario del Encendido de Velas para Shabat
Es considerada una gran mitzvá y una responsabilidad honrar al Shabat encendiendo velas 18 minutos antes de la puesta del sol del viernes.Este mandamiento único, confiado a la mujer judía, es rico en significados y contenidos. Shemot/Exodo 1:1 a 6:1 Haftara: Yirmeyah (Jeremías) 1:1; 2:3
SHABAT SHALOM UMEBORAJ !!! |
Barranquilla: EL 20 DE TEVET SE CONMEMORA EL ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DEL "RAMBAM".
EL 20 DE TEVET SE CONMEMORA EL ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DEL "RAMBAM". de Edwin Asher Ben Eliyahu - Wednesday, 26 de December de 2007, 05:35 | |||
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parashah: parashat Shemot, por Malcah Canali - "Prohibido tener hijos"
parashat Shemot, por Malcah Canali - "Prohibido tener hijos" de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Tuesday, 25 de December de 2007, 22:37 | |
De Malcah para la kebutzah
En Madrid (Sefarad) 9 de enero de 2007 19 de Tevet de 5767
"PROHIBIDO TENER HIJOS"
Al terminar con la palabra "bemitzraim" (en Egipto) que clausura su capítulo 50, el libro de Bereshit (Génesis), tenemos la impresión de ve alejarse, en un arrebolado atardecer, el mundo de nuestros patriarcas. Y no nos equivocamos, porque a partir de la parashah de Shemot, que da su nombre a todo el segundo libro de la Torah y cuya lectura sinagogal está prevista para el próximo shabbat, la estructura del relato y el enfoque de las peripecias son completamente diferentes. Ya no se trata de las andanzas y relaciones interpersonales de una familia en sucesivas generaciones, sino de la historia de un pueblo abocado a la desesperación por la amenaza del exterminio. Los patriarcas tuvieron que enfrentarse a menudo a la adversidad más despiadada, pero siempre pudieron mantener la esperanza, (el mismo Abraham la pudo mantener, confiando en la Sabiduría Divina, incluso en el momento siniestro), porque no fueron atacados en su dignidad, ni se vieron al borde de la desesperación por orden de un despiadado opresor, como fue el caso en Egipto.
En Egipto, o sea "bemitzraim". Nos hemos de detener un instante en la importancia de esta palabra que es la última del libro precedente. Sí, la historia de la humanidad hasta el ocaso de nuestros patriarcas se desarrolla entre estas dos palabras:
Bereshit y Bemitzraim
que tienen la misma estructura, la misma inicial y el mismo número de letras. Con toda evidencia, no se trata de ninguna casualidad. El Autor de la Torah emplea el paralelismo de las dos palabras Bereshit y Bemitzraim, para indicarnos la importancia del cambio que se ha ido efectuando desde la dinámica temporal hasta la estática espacial. Mientras que Yaacov había pedido que su cadáver fuera trasladado a Canaán para ser enterrado allí, o sea refiriéndose al futuro inmediato, prácticamente al presente, cuando Yosef hace otro tanto, se refiere a un futuro más bien lejano e indeterminable. La historia ya se ha estancado en el lugar del exilio.
¡Bemitzraim! Esta palabra anuncia toda la problemática que se va a plasmar en el relato de Shemot, la imperiosa y tremenda, seductora y pavorosa, necesidad de arrancarse al inmovilismo, del romper las cadenas de los hábitos adquiridos, tan humillantes y securizantes, para escapar de una tierra de embalsamadores hacia la recuperación del tiempo propio en un país regado por la fertilidad del santo calendario.
Mientras tanto, y para poder proyectar el viaje futuro, los hijos de Israel deben recordar que ellos no son hombres de Mitzraim, sino inmigrantes. Es significativo que el primer verbo utilizado en la parashah sea "baim" (vienen). Se suele traducir "vinieron" para no chocar con la mentalidad occidental, pero realmente, es "vienen" en presente. Los hebreos deben mantener en su psique el concepto de ser viajeros, gente que está llegando, que está viniendo de otro sitio.
El primer cuidado de cualquier inmigrante apegado a su identidad, es conservar su idioma, empezando por su nombre, como es natural.
En Francia, donde nací y fui educada, hubo durante la mayor parte del siglo XX una gran cantidad de inmigrantes. Los que procedían de países cuyo idioma románico no presentaba ninguna dificultad para ser pronunciados por las gargantas locales, no sufrieron el desgarro de los eslavos, turcos u orientales que se vieron en la obligación de cambiar de apellidos porque ni la administración ni los vecinos eran capaces de ortografiar los suyos y, menos aún de pronunciarlos. Cambiaron sus nombres, como nuestros antepasados sefardíes que sufrieron un exilio interior y aunque muchos de entre ellos, en privado y en secreto, mantuvieron sus apellidos, su idioma y sus costumbres, se sintieron engullidos en el abismo de la muerte en vida.
Dicho lo cual, no es de extrañar que el segundo libro de la Torah, conocido como Shemot, que significa "Nombres" (se conoce como Libro del Éxodo en las traducciones) empiece por la expresión "Veelé Shemot" que significa "y estos son los nombres" que resulta especialmente impresionante por la presencia del demostrativo.
De hecho, y ya en esta primera parashah del libro, van a ser pronunciados los dos nombres fundamentales de la Torah: Moshe (Moisés) y el Nombre "Seré El Que Seré" que Se condensará poco después, en el inicio de la parashah siguiente en el Santo Tetragrama.
Los nombres son pues, los grandes protagonistas de este libro que, como ya hemos dicho, relata el ingente esfuerzo que supone el arrancarse al poderío paralizante del espacio para recuperar el tiempo vivificante.
El tiempo, ante todo, es asunto de mujeres. La vida de la mujer está regida por el tiempo. A partir de su pubertad, la hembra toma conciencia de su dependencia de los días y de las fases lunares. Luego, la duración de los embarazos, la fecha de los partos y los períodos de lactancia la mantendrán pendiente del fluir temporal. Por consiguiente, es lógico que un opresor empeñado en evitar que sus esclavos se adueñen del tiempo y así escapen a la condición servil se fije en las mujeres. Esto es lo que se oculta detrás de la reflexión del "Mélej Jadash" (el nuevo rey): "no sea que (este pueblo) luche contra nosotros y se vaya de la tierra".
Este es el temor del faraón: que se vaya, literalmente "que suba desde la tierra". El jefe egipcio señala la tierra como lo de abajo. Estas palabras del faraón nos obligan a resaltar un hecho interesante y es el siguiente: en todo el capítulo que estamos comentando no se nos facilita el nombre propio de ningún personaje egipcio, pero sí el nombre de dos ciudades: Pithom y Ramsés. Frente a los dos nombres de fuego: Moshe y Hashem, dos nombres de tierra, nombres de ciudades, es decir, de espacios artificiales. Los hebreos se ven obligados a construir estas ciudades la negación del movimiento y, por tanto, del tiempo.
Mientras tanto Faraón ataca a las mujeres del pueblo al que tiene miedo. Primero trata de corromper a las parteras. Las hebreas no deberán, no podrán tener hijos, perpetuar su estirpe en el tiempo. Pero las parteras se niegan a ser asesinas. Entonces, la ira imperial se desatará de la forma más patológica: se matará a todos los varones, pero a las niñas se las dejará vivir hasta matarlas de otra forma: sin varón de su pueblo, no tendrán descendencia a no ser que se entreguen a los egipcios. Se proclamó el decreto: "Prohibido tener hijos".
"¡Prohibido tener hijos!" ¡Aquellos egipcios realmente eran unos precursores! No hacían publicidad para el preservativo u otros medios especialmente sofisticados del control de la natalidad, no establecían el derecho de la madre trabajadora a agotarse en los transportes para dedicar ocho horas diarias a ganar un sueldo que le permita pagar la hipoteca y cinco o seis más a cuidar de la casa hipotecada y al único hijo que sus pobres medios le permiten tener (esto, si tiene suerte) los egipcios no llegaban a semejante grado de refinamiento, pero hacían lo que podían. Simplemente ignoraban una cosa, que una mujer hebrea ya llevaba en su seno a Moshe, quien iba a ser la salvación de Israel, porque Hashem no permitiría que el pueblo de su elección quedara aniquilado.
Los nazis también acabaron por enterarse de que no se puede aniquilar a Israel, ni, por cierto, a ningún pueblo, a ninguna colectividad que sabe adueñarse del tiempo para vivir en la Tiqvah, la bendita esperanza que mora en el seno de quienes empiezan y terminan sus días mirando al cielo y alabando al Eterno.
Shabbat Shalom ¡Quiera el Eterno multiplicar la estirpe de los justos tanto como las estrellas del cielo y la arena del mar! |
21 diciembre 2007
parashah: VAYJÍ - ¿Quién Sabe?, por Malcah Canali 5768
VAYJÍ - ¿Quién Sabe?, por Malcah Canali 5768 de Josefina Navarro - Friday, 21 de December de 2007, 01:33 | |
B''H De Malcah para la Quebutzah
Comentario a la Parashah Vayjí Sábado 22 de diciembre de 2007 13 de Tevet de 5768
VAYJÍ
¿QUIÉN SABE?
Los sociólogos suelen afirmar que el ser humano es la única de todas las criaturas vivas que es consciente de la inevitabilidad de su muerte. Según sus doctos pareceres, los animales no saben que van a morir. Los que no disponemos de información privilegiada sobre la psique animal, tenemos la impresión de que los bichos conocen la muerte y la asumen como algo natural, porque han visto morir a muchos de entre sus congéneres, a veces los han matado ellos y todos procuran escapar de los peligros mortales, como el fuego. Es difícil admitir que, individualmente, se sientan inmortales. Parece más lógico pensar que, en este mundo, todas las criaturas vivientes saben, de un modo o de otro, que están destinadas a morir y resulta bastante asombrosa la petulancia de algunos investigadores, por otra parte gente muy seria e, incluso, admirable en muchos aspectos de su obra, que hablan como si estuviera en su poder sondear corazones y riñones animales y vegetales.
Toda esta reflexión nos vino sugerida por la impresión de que el ser humano, por lo menos el hombre occidental, heredero cultural de griegos y romanos, se quiere reservar la exclusiva de cierto conocimiento referente a su propia muerte, como si éste le garantiza algún control sobre el más misterioso y espantoso de todos los fenómenos a no ser que les envidie a los demás seres vivos una supuesta ignorancia susceptible de facilitarles la existencia.
Sea como fuera, el ser humano sabe que ha de morir. Lo sabe desde el mismísimo momento de su pecado porque El Eterno le había prevenido: <<Si comes el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, morirás>>. Es interesante observar que Adam, ya en aquel momento comprendía el significado de la palabra "morir". De no ser así, la advertencia divina hubiera sido absurda.
El Mal-aj hamavet (el Ángel de la muerte) está presente en el mismo nacimiento de la Historia humana. A este respecto, merece la pena fijarse en que la palabra; << tamut >> (=morirás) está compuesta por cuatro letras cuyos valores numéricos suman 846 como Toladot que significa "descendencia, posteridad, historia". Tamut se escribe Tav, Mem, Vav, Tav; empieza y acaba por la última letra del alfabeto. "Morirás". La sentencia es una cerrazón que aprisiona a la "mem" de la maternidad y a la vav de la erección masculina. El Eterno dirá a la mujer: <<Multiplicaré tus preñeces>>. Empieza la Historia, es decir la sucesión de las generaciones, con su memoria. Toladot se ortografía: Tav, Vav, Lámed, Dalet, Vav, Tav. ¡Pues sí, también empieza y acaba en tav! Pero la palabra encerrada entre las dos tav está relacionada con "yalad" que significa "procrear" y "yeled" (=niño).
Nuestros primeros padres sabían que ellos iban a morir y que sus descendientes también morirían, pero, probablemente, no sabían que verían morir a un hijo suyo. Sin embargo, así fue. La historia de las generaciones humanas empieza por un asesinato. Triste muerte la de Abel (Hevel, en hebreo) que muere solo. No hay nadie al lado suyo para cogerle la mano y acompañarle, con esta simple caricia, hasta el umbral de lo desconocido.
Con nuestros patriarcas, sin embargo, la Misericordia Divina estuvo siempre presente a la hora del fallecimiento. Ninguno murió agarrotado por la soledad. De Abraham sabemos que acabó sus días en medio de la dicha y de la alegría y que Itzjah e Ismael estuvieron juntos en su entierro. Otro tanto ocurrió con Itzjah: Yaacov volvió a Mambré y se quedó viviendo a su lado. Luego, también Esau estuvo presente en su entierro. Ahora, en la parashah Vayjí, cuyo texto está en el origen de estas reflexiones, vemos morir a Yaacov y luego a Yosef. Ambos expiran rodeados de veneración, arropados por numerosos hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, o sea dejando tras si una familia numerosa y bien estructurada, que conoce tanto su propia tradición y propia historia como la cultura egipcia y las expectativas del pueblo que la ha engendrado. Todo parece, pues, ordenado a la perfección para que los Hebreos puedan morar dichosos en su país de acogida que la Voluntad Divina les devuelva a la Tierra Prometida.
De todas formas, y antes de organizar su funeral, el anciano jefe de las Doce Tribus imparte su bendición a todos sus hijos, en unos términos que, en algunos casa y a primera vista, resultan desconcertantes, pero que, bien mirados, encierran una inmensa sabiduría y confirmación a su destinatario el poder de vencer la adversidad siempre y en todo, porque le revelan cuales son sus armas secretas. Yaacov, en su lecho de muerte dice a sus hijos lo que realmente son. Recuerda a Reubén (=Rubén) que abusó de los ingentes privilegios que le había conferido la primogenitura, lo cual acareó su derogación. Esto es una bendición: el que no sabe controlarse no puede estar en un puesto de mando, pero si aprende la lección y pone su energía al servicio de la colectividad, será feliz.
Es cierto que Yaacov no da explícitamente estas indicaciones sino que se limita a anunciar lo esencial, pero sus palabras, repetidas de generación en generación serán más elocuentes que las glosas más extensas.
Hoy día, cuando la cultura dominante prohíbe señalar a los hijos los defectos que tienen y, menos aún recordarles que han actuado mal, porque esto sería causarles un traumatismo insuperable (¡ya se sabe, el ser humano es un debilucho incapaz de enfrentarse a lo desagradable!) la amorosa sinceridad de Yaacov cuando se dirige a sus hijos es toda una lección de misericordiosa dignidad. En su postrer momento, el patriarca bendice a sus hijos diciéndoles la verdad. Ellos siempre sabrán la verdad y, al hacerlo, les deja un legado de inapreciable valor. Ellos siempre sabrán a qué atenerse en cuanto a si mimos y que, si han ofendido a su padre, éste hizo manifiesto su perdón en una advertencia solemne. ¿Quién sabe cuántas veces las generaciones ulteriores habrán agradecido al eterno la lucidez del antepasado?
Desde este punto de vista la frase: <<Os voy a revelar lo que os sucederá en el curso de los días>> con la que Yaacov inicia su discurso, toma un sentido enormemente importante. En efecto viene a decir que la predestinación no existe sino que cada persona forja y conforma su vida según los dictados de su psique. Lo que él anuncia a sus hijos son las características mentales y afectivas que deberán utilizar positiva o negativamente a la hora de tomar decisiones. Cuando habla a Shimeón y a Leví les indica que su ira es maldita, nos los maldice a ellos; por el contrario, los bendice anunciándoles que la buena solución para ellos es no poseer territorio propio. A Yehudah le gusta el poder, ya se sabe. Su padre le anuncia que en la asunción de las grandes responsabilidades él se sentirá realizado y recibirá el agradecimiento de sus hermanos.
Como es natural, Yosef es el hijo que recibe de su padre las palabras más calurosas. Dirigiéndose a él, Yaacov sí pronuncia las palabras << bendecir >> y <<bendiciones >> seis veces a lo largo de los versículos 25 y 26 del capítulo 49.
El texto, además, es explicito: después de transmitirnos el mensaje dado a Benyamín, puntualiza que todas las tribus, las doce tribus de Israel recibieron bendición, porque <<a cada una las bendijo (Yaacov Abinu) con su propia bendición>>, con lo cual nos afianzamos en la certidumbre de que las características personales de un ser humano siempre son benditas, siempre pueden ser fuente de vida y de dicha para él y para todos cuantos le rodean, a condición de que sepa utilizarlas para su mayor bien y el de toda la humanidad.
Es ésta una lección que nunca deberíamos olvidar a la hora de determinar la formación de las jóvenes generaciones. Muchas veces, al advertir en uno de nuestros hijos o nietos un rasgo de carácter o un comportamiento negativo, en vez de recriminarle con mucho cariño, pero poca eficacia, en vez de desesperarnos y alejarnos de la santa Simjah (la Alegría), supiéramos enseñar al amado jovencito o jovencita a conocer la inquietante inclinación que nos preocupa y a utilizarla para bien, evitaríamos fracasos y conflictos y transmitiríamos autocontrol y confianza en el Eterno que a todos nos creó con esperanza.
Habiendo cumplido con esta hermosa misión de entregar a sus hijos las herramientas necesarias para elaborar una fecunda madurez, Yaacov se preocupa de ser enterrado en Eretz Israel, con su familia, en la cueva que compró Abraham. Esta inquietud de los seres humanos por cerciorarse de donde van a ser enterrados, suele sonar a futilidad para quienes piensan que morir dignamente es una merced bien suficiente como para andar pidiendo más al Todopoderoso. Desde la época de Yosef-Htazadiq, Yosef el potentado que tenía sojuzgado al mismísimo Faraón, hemos visto de todo: a os cuerpos de los nuestros se los ha despedazado, se los ha despellejado, se les ha privado de sus dientes y de sus cabellos y se los ha quemado. También se los ha tirado a los vertederos cuales inmundicias. Es muy cierto y también l es que nos incumbe bendecir su memoria porque, con las torturas que padecieron santificaron el Nombre del Eterno. Sin embargo, el cuidado de los afortunados que mueren en gozo de majestad, explicando donde y como quieren ser enterrados, no es ninguna vanidad. Al dejar a su familia semejante encargo, establecen una organización espiritual, sentimental y espacial susceptible de traducirse en el futuro en posibilidades de encuentro y reencuentro entre los miembros de la familia y el pueblo. La sacralización del espacio que representa una tumba permite centrar las plegarias y las esperanzas. Yosef también, antes de morir pedirá ser devuelto a la Tierra de Israel cuando Hashem disponga que se acabe el exilio.
Nuestros patriarcas tuvieron pues, todos ellos, un final, si no tan apoteósico como lo será el de Moisés, por lo menos lleno de nobleza y dignidad. No sólo supieron que morirían algún día, como todos los hombres, sino que estuvieron conciente del momento en que iban a expirar. No fue la suya una muerte violenta ni súbita. O sea que, en este aspecto, fueron unos grandes privilegiados. Todavía podemos ir a visitar su tumba, cosa que agradecemos siempre al Eterno desde lo más hondo del alma.
Antes de cerrar los ojos, nos dan una última indicación: dicen que van a reunirse con los suyos, con su pueblo. Con esto ya sabemos que la muerte, lejos de ser aniquilamiento, es reintegración al seno de los progenitores. Se cierra el libro de Bereshit, pero deja una pregunta abierta y es la siguiente: si, como lo supimos al iniciar estas reflexiones, todos los seres que viven en nuestro planeta, saben, más o menos intuitivamente, que van a morir y, nosotros, los hombres, también sabemos que ellos van a morir ¿será que, en su caída el hombre los arrastró a todos? ¿Morían en el jardín de Eden? Es difícil de admitir. Tal vez el ser humano, al escuchar a la serpiente, se haya hecho responsable de algo más que de su propia caída. ¿Quién Sabe?
¡Bendito Sea el Nombre del Eterno para siempre jamás!
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20 diciembre 2007
Barranquilla: Re: PARASHAT VAYEJÍ: Nuestro Padre Yaacob Vive !!!
Re: PARASHAT VAYEJÍ: Nuestro Padre Yaacob Vive !!! de Edwin Asher Ben Eliyahu - Thursday, 20 de December de 2007, 21:36 | |
BS''D ShaBat Shalom Umeboraj para usted y los suyos. con desdeos de Braja ve Hatzlaja Kol Tuv Asher Ben Eliyahu Editor |
Barranquilla: Re: PARASHAT VAYEJÍ: Nuestro Padre Yaacob Vive !!!
Re: PARASHAT VAYEJÍ: Nuestro Padre Yaacob Vive !!! de edilberto castellano - Thursday, 20 de December de 2007, 21:10 | |
SHABAT SHALOM! Comunidad de Barranquilla. |
Barranquilla: PARASHAT VAYEJÍ: Nuestro Padre Yaacob Vive !!!
PARASHAT VAYEJÍ: Nuestro Padre Yaacob Vive !!! de Edwin Asher Ben Eliyahu - Thursday, 20 de December de 2007, 05:56 | |||||||||||
בס"ד PARASHAT VAYEJÍ Horario del Encendido de Velas para Shabat
Es considerada una gran mitzvá y una responsabilidad honrar al Shabat encendiendo velas 18 minutos antes de la puesta del sol del viernes.Este mandamiento único, confiado a la mujer judía, es rico en significados y contenidos.
Y vivió Libro Bereshit / Génesis (47:28 a 50:26). I Melajim / Reyes 2:1-12 Resumen de la Parashá Iaacov vive los últimos 17 años de su vida en Egipto. Antes de fallecer, pide a Iosef que jure que lo enterrará en la Tierra Santa. Luego bendice a los dos hijos de Iosef, Menashe y Efraim, elevándolos al nivel de sus propios hijos, como progenitores de tribus en la nación de Israel.
SHABAT SHALOM UMEBORAJ !!! |