|     En la vida se suceden   incansablemente las pruebas para cada ser humano, de acuerdo a su nivel   espiritual y a sus posibilidades de cumplimiento con esas pruebas.    Los Jajamim,   bendita sea su memoria, nos enseñan que no se nos imponen pruebas que la   persona no tenga posibilidades de superar, las pruebas impuestas por D-os.    No todo lo que vivimos en   la vida son pruebas y castigos Divinos, no todo es casualidad y muchas veces   nosotros nos encaminaos por caminos difíciles.    Lo concreto es que se nos   complica saber cuales son pruebas reales y cuales no. Para ello   necesitaríamos un profeta que nos guíe o ser nosotros mismos profetas.    A Abraham se le   presentaron pruebas muy difíciles para cualquier ser humanos. Esas eran   pruebas Divinas, la Torá   de testimonio de ello, para comprobar su emuná   (convicción).    La más difícil de todas   las pruebas la encontramos al final de nuestra Parashá con la ya conocida   historia de Akedat Itzjak (sacrificio de Itzjak), Bereshit (Génesis) 22:1-19:    "Vaiehí   ajar hadebarim haele vehaEl-him nisá   et Abraham
 kaj na et binjá et iejideja asher ahabta et Itzjak velej lejá el eretz hamoriá vehaalehu sham leolá al ajad heharim asher omar eleja
"    "Y fue después de estos hechos, y D-os probó a   Abraham
 toma ahora a tu hijo, a tu único, al que amas, a Itzjak, y vete a la   tierra de Moriá y ofrécelo allí por sacrificio   sobre una de las montañas que te diré
"    La pregunta que cabe es   ¿Por qué Abraham debe pasar estas pruebas si su dedicación a HaShem era total   y Él conocía perfectamente lo que había en su corazón?    ¿Para qué el Eterno le   impone una prueba tan fuerte como la de sacrificar a su hijo? ¿No podría   buscar otra prueba menos dura para él - recordemos la edad de Abraham y la   esterilidad de Sara - que no tuviese que ver con su hijo?    Más se podría preguntar,   ¿Tan cruel es D-os, jas veshalom,   que primero le dice a Abraham que sacrifique a su hijo y después, a último   momento, le ordena detenerse?    Recordemos que en la   historia, un ángel y no D-os es el que le dice en el último instante que no   sacrifique a su hijo. También esa fue una dura prueba dentro de la prueba   general del sacrificio de Itzjak, Bereshit   (Génesis) 22:10  12:    "Vaishlaj   Abraham et iadó vaikaj et   hamaajelet lishjot et benó: Vaikrá elav malaj Ad-nai min hashamaim vaiomer Abraham Abraham vaiomer hineni: Vaiomer al tishlaj madeja el hanaar veal taas   ló meuma
"    "Y tendió Abraham su mano y tomó el cuchillo   para degollar a su hijo. Y le llamó un ángel de Ad-nai desde los cielos y le   dijo: Abraham, Abraham. Y dijo: Heme aquí. Y dijo: No tiendas tus manos al   joven y no le hagas nada
"    Abraham estaba ante la   encrucijada de hacer lo que el Eterno directamente le ordenara, sacrificar a   su hijo, o escuchar a un enviado de D-os, y no Él mismo, y dejar sin efecto   la primera orden recibida días atrás.    Cualquiera de nosotros,   ante la más mínima excusa habría soltado al joven, Abraham duda por su gran   fe y convencimiento en los caminos del Eterno.    Las pruebas que HaShem le   impuso él las pudo superar con creces y fueron en realidad para Abraham y no   para D-os. El Altísimo no necesitaba ninguna prueba sobre la voluntad y   confianza de Abraham, pero nuestro patriarca sí necesitaba conocer su propio   potencial.    D-os sabía que otra prueba   sería muy fácilmente superada por Abraham, pero su único hijo de la mujer   amada, el hijo de su vejez, aquél que le había sido prometido por el   mismísimo D-os y seguiría sus pasos, ésa era la prueba que Abraham   necesitaba.    Ante la adversidad máxima   mantenerse fuerte en sus convicciones y a pesar de que él luchaba contra el   sacrificio humano, como era común en su época, ahora debía demostrar que por   D-os estaba dispuesto a ir en esos caminos.    Nosotros vemos como poco a   poco nos alejamos de D-os, pretendemos que para acercarnos a Él se nos haga todo fácil y sin demasiadas vueltas.    En realidad, ¿qué estamos   dispuestos a dar de nosotros mismos, para demostrarnos nuestro propio   potencial y terminar de convencernos a nosotros mismos, para mantenernos   firmes, fuertes y cerca de Eterno?    Ese es el ejemplo que   recibió Itzjak en su vida, ese es el ejemplo que mostraron Abraham, Itzjak y   Iaakob en su vida, ese es el ejemplo que nosotros debemos darles a nuestros   propios hijos en la nuestra.     |       
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