29 febrero 2008

contextos: Re: La Mujer sin Nombre

Re: La Mujer sin Nombre
de fishel david friedman - Friday, 29 de February de 2008, 20:14
 La Felicidad es una Obligación

1. La Tora (Dvorim 26:11) nos ordena ser felices. "Os regocijarais con todo el bien que el Todopoderoso os ha dado." Esta es una mitzvah. Estamos obligados a sentir alegría con lo que nos fue dado por el Todopoderoso.
¿Por qué necesitamos una directiva para regocijarnos, dado que automáticamente debiéramos ser felices cuando tenemos cosas buenas? La naturaleza del hombre es querer más de lo que posee en el presente. "El que tiene cien quiere doscientos" (Koheles Rabbah 1:34). Nuestros momentos de felicidad están mezclados con la tristeza por aquello que nos falta. La Torah, por lo tanto, nos ordena regocijarnos con lo que tenemos. Debemos esforzarnos por sentir una alegría que sea plena. La falta de alegría con lo que tenemos es destructivo tanto física como espiritualmente (Rabino Mordejai Gifter; Pirke Torah, vol. 2, pág. 107).

2. El Rabino Jahim Vital enumera el sentirse constantemente feliz con lo que se tiene, como una de las cuatro virtudes básicas del carácter que es esencial adquirir. (Las otras tres son: humildad, silencio adecuado y control de los deseos.) (Shaarey Kdushah 1:2).

3. El Rabino Yerujem Levovitz observó lo siguiente: La gente se acostumbra tanto a ser desdichada que no tiene conciencia de la aflicción innecesaria que ellos mismos se ocasionan. Se encierran en sí mismos llenando sus mentes con pensamientos de resentimiento, odio, envidia y deseos. Es asombroso admitir que puedan tolerar esa clase de vida. La única razón por la que pueden llegar a tolerarla, es que como se acostumbraron a convivir con esos pensamientos creen que conforman la imagen normal de la vida. Ellos piensan equivocadamente que es imposible que la vida pueda ser diferente. (Daas Jojmah Umussar, vol. 2, pág. 139).
Tienes la capacidad de sentirte más feliz de lo que eres en el presente. Una persona que piensa equivocadamente que nada puede hacer para mejorar su felicidad, fracasará en el intento de emplear el esfuerzo necesario para superarse.

4. La felicidad por la cuál se lucha es un sentimiento interior de regocijo que te acompañará a lo largo de tu vida. Es un sentimiento de felicidad que abarca a tus semejantes en el mundo y en todo lo que respecta a tu servicio espiritual (Alai Shur, pág. 175).

5. La felicidad es una obligación hacia uno mismo.
a) No existe comparación alguna entre hacer algo con entusiasmo y alegría, y de hacerlo sin entusiasmo ni alegría. Si hiciéramos todo con entusiasmo, no existirían límites para expresar los elevados niveles que podríamos alcanzar. El entusiasmo genera poder. Una persona con entusiasmo puede vencer la pereza y procurar la sabiduría y alcanzar niveles espirituales más elevados. (Jojmah Umussar, vol. 2, pág. 172).
b) La felicidad curará a la persona de su enfermedad. (Rabainu Yohah a Mishle 17:22)Una alegre disposición es un inestimable tesoro, preserva la salud, alienta la convalescencia y ayuda a enfrentar a la adversidad. (De la Sabiduría de Mishle, pág. 220).

6. La felicidad es una obligación, debido a nuestra relación con los demás.

a) El ideal de la Torah consiste en que se salude a todas y a cada una de las personas con una placentera expresión del rostro. (Tomer Dvorah, cap. 2).

b) La gente quiere que otros les sonrían y demuestren rasgos de felicidad cuando se dirijan a ellos. Tú tienes la capacidad de lucir como un "sol radiante" ante cada uno con quien entras en contacto. Aún un niño pequeño puede diferenciar entre un rostro que está radiante y otro que expresa depresión y resentimiento. Si le sonríes a un niño, él te devolverá la sonrisa. ¿Quién puede decir qué es más saludable y conveniente para el crecimiento de un chiquillo: la comida que lo alimenta o la expresión de amor que le muestras? El niño al que le faltan sonrisas amistosas es como una planta que carece de la luz del sol. (Alai Shur, pág. 190).

c) Durante la segunda guerra mundial cuando el Rabino Israel Jacob Lubchanski fue encarcelado en el guetto, su rostro irradiaba alegría constantemente. A cualquier lugar que él concurría esparcía palabras de aliento y de esperanza. El Rabino Efraim Oshry le preguntó como podía estar tan feliz cuando la situación era tan seria. El Rabino Lubchanski le respondió: "Por naturaleza yo me asusto fácilmente. ¿Por qué tienen otros que sufrir mis temores? Yo me esfuerzo por hacer desaparecer toda señal de miedo, de manera de no asustar a los demás." (Hameoros Hagdolim, pág. 401).

7. La felicidad es una obligación hacia nuestro Creador.

a) El Baal Shem Tov dijo: "El Todopoderoso te ha enviado a este mundo para cumplir una misión que te ha encomendado. Es Su voluntad que lleves a cabo tu misión en un estado de alegría. La tristeza implica mala disposición de tu parte para cumplir la voluntad del Todopoderoso."

b) El Rabino Jahim de Voloshin escribió: Cuando sientas alegría podrás tener mayor provecho de una hora de estudio de la Torah en ese estado de ánimo, que de muchas horas de estudio cuando estés triste. (Ruaj Jahim, Avos 6:6).

8. Una persona verdaderamente feliz no permite que su felicidad dependa de factores externos que él no pueda controlar. (Joimah Umussar vol. 2, pág. 331-2).
Todo aquel que hace que su felicidad dependa de riqueza, fama, éxito o de otros factores externos no podrá manejar la felicidad. Los factores externos lo dominarán. Solo manejando una actitud positiva de la vida las diversas situaciones tendrán una garantía de felicidad.

9. Busca la felicidad en una forma que solo dependa de tí mismo. Vemos este concepto en la Mishnah (Pirke Avos 4:1), en la cual se expresa que el hombre sabio es aquel que aprende de todos (independientemente de cualquier deficiencia intelectual que pudiera tener él mismo); el hombre honorable es aquel que honra a los demás (independientemente del hecho si los demás lo honran o no); la persona adinerada es aquella que está satisfecha con lo que tiene (independientemente de lo mucho o poco que posea). Esta Mishnah nos enseña claramente a no buscar o demandar la felicidad a través de factores dependientes de algo externo a nosotros. (Daas Jojmah Umusar, vol. 3, pág. 250).
Basa tu felicidad en tu propia conducta y así podrás llegar a dominarla. Si te dices a tí mismo que solamente puedes ser feliz si otros hacen o dicen lo que deseas, tu felicidad estará controlada por esas personas. Jamás podrás tener una garantía en lo que respecta al comportamiento de otras personas. Aún sí se comportan realmente como lo deseas, probablemente te sentirás inquieto acerca de como se puedan comportar en el futuro El Rabino Yerujem Levovitz le escribió en una carta a su hijo lo siguiente: "Trato de pensar constantemente en el sentido de la conducta expresada en la Mishnah. No me hago dependiente de ninguna persona ni de lugar alguno, por consiguiente me siento constantemente feliz. La mayoría de las personas no observan esta conducta". (Idem)

10. Existen definitivamente situaciones externas que conducen a la felicidad: la buena salud, un buen matrimonio, un gran número de amigos íntimos y familiares, riqueza, fama y honor, pero ninguno de estos factores puede garantizar la felicidad. Algunas personas saludables y ricas están no obstante deprimidas. Por el contrario otras personas pobres y enfermizas logran mantenerse habitualmente alegres. Una vez que aceptes la responsabilidad de convertirte en una persona feliz, independientemente de tu buena o mala suerte, tomarás la firme determinación de trabajar sobre tus esquemas de pensamiento en lugar de perseguir ilusiones.

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