11 julio 2008

parashah: Re: SHELAJ LEJA - El Consabido Argumento, por Malcah 5768

Re: SHELAJ LEJA - El Consabido Argumento, por Malcah 5768
de Josefina Navarro - Friday, 11 de July de 2008, 20:50
 

B''H

Shalom Amigos, y conforme van llegando los comentarios de este año, aunque sean de parashot pasadas, pues aquí los vamos publicando para compartirlos con ustedes, que seguro los disfrutan mucho, aunque no lleguen en su semana correspondiente. Así les dejo ahora con el comentario de este año de Malcah a la parashah de Shelaj Leja. Shabbat Shalom

B''H

De Malcah para la Quevutzah

 

Sábado 21 de Junio de 2008

Día 18 de Siván del año 5768

 de la Creación del Mundo por Haqadosh Baruj Hu

 

Parashah  Shelaj Lejá

El Consabido Argumento

        

           El título de la parashah de esta semana significa:"envía para ti" y está compuesto, como lo podemos ver, por las dos palabras: "Shelaj leja". Son las primeras de la orden que Moshé recibe del Eterno de enviar a doce hombres, uno por cada tribu, a explorar la tierra de Cana´án, es decir la Tierra Prometida.

            Así se inicia el capítulo13 de Bamidbar ("Bamidbar" es el libro denominado "Números" en las Biblias cristianas). A primera vista, este texto no guarda ninguna relación con el final de la parashah precedente que relata el castigo divino infligido a Miryam por haber usado "Lashón har´á" (mala lengua) contra su hermano Moshé: la lepra y su curación al cabo de sólo siete días, debida esta corta duración de la enfermedad  a la generosa intercesión del propio Moshé, siempre reacio a aceptar que mortifiquen a  quienes le perjudican u ofenden.  Pues bien, nuestros modernas ediciones del Tanaj ("Tanaj", por si alguno de vosotros no lo sabe, es "Biblia" en hebreo) nos presentan una ordenación del texto santo en versículos, párrafos, capítulos y parashiot, pero nada de esto existe en el original que está constituido  por una secuencia de 304.508 consonantes sin separación entre ellas. Por lo tanto, nada nos permite  descartar una posible relación, incluso muy estrecha entre el abominable pecado de Miryam y el episodio de los exploradores. Realmente, nos asalta la duda.

         Al fin y al cabo, en los dos casos se trata del empleo de la lengua. Los exploradores, además de traer muestras de sus maravillosos frutos,  debían dar un informe oral sobre la Tierra de Promisión y sus habitantes, o sea,  de todo lo que habían  observado. Y he aquí el resultado: de los doce hombres que constituían la avanzadilla, diez dieron un informe pesimista, dictado por el miedo. Dijeron: "Sí, la tierra mana leche y miel, pero sus moradores son poderosos, las ciudades son grandes y fortificadas y allí viven… unos gigantes"… Sólo  Caleb, de la tribu de Yehudah y Josué, hijo de Nun, que, más tarde sería el sucesor de Moshé,  se atrevieron a decir que se les podía vencer, puesto que el Eterno así lo había dispuesto. Todo fue inútil. Los diez cobardes desacreditaron a Moshé ante los Benei-Israel  quienes, de no haber mediado la Cólera divina,  le habrían linchado.

            Como lo podemos comprobar, en Shelaj Lejá también nos encontramos ante una muestra de Lashón har´á dirigida contra Moshé. La perpetua inquina que manifiestan a Moshé los seres que deberían ser sus fieles amigos, porque le deben la libertad, es una constante en la historia del  éxodo. Los Benei-Israel, ya lo sabemos, se comportan a menudo como chavales irresponsables y mimados: quieren que se lo den todo hecho, sin exigirles ningún esfuerzo por defender su libertad y su derecho a ocupar el territorio hacia el cual se encaminan. Cuanto más les dicen Caleb y Josué:" No los temáis, los comeremos como pan, porque Hashem les ha retirado Su Protección para favorecernos", más se rebelan.

           Pues bien, el Eterno Se enfurece y reitera a Moshé Su ofrecimiento de abandonar al pueblo desagradecido que Le tiene harto y de transformarle él en el Pueblo Elegido, pero, una vez más, Moshé salva al pueblo, utilizando el argumento que ya ha demostrado su eficacia: "Si así  lo haces, los Egipcios dirán que Te viste abocado a esta solución por Tu incapacidad de cumplir con Tu Promesa de entregar a los Hebreos la tierra de Cana´án." Se sale con la suya, Hashem cede.

           Ya hemos dicho, en otra ocasión, que la argumentación de Moshé, en un primer momento, desconcierta un poco. Este "Si exterminas a tu pueblo, los Egipcios dirán que lo haces porque no eres capaz de cumplir con Tu Promesa de entregarles la tierra de Cana'án, y, con esta renuncia, demostrarás que no eres el más fuerte"  En esta perspectiva, es aún más asombrosa la actitud del Todopoderoso Que adopta de inmediato y sin poner ningún reparo, la decisión preconizada por Su emisario.

            La explicación, la tendremos que encontrar nosotros, ya que el texto no nos la facilita. La Torah no es sólo un conjunto de leyes, es una gran descripción de la vida y también, a la par que una gran lección de sabiduría, una perpetua  incitación a pensar. Vamos, pues,  a tratar de descubrir el mensaje oculto tras el entendimiento entre el Eterno y Moshé.

            La tentación es creer que Moshé sólo busca un pretexto cómodo para acallar la ira de Hashem y piensa que, ante la magnitud de la ofensa, defender al pueblo, invocando su inmadurez, su comprensible terror o su fe en los discursos materialistas y derrotistas, sería contraproducente. ¿No va a saber el Eterno que todos los cobardes tratan de disimular su pusilanimidad bajo la máscara del llamado "realismo"? Ellos tienen el suficiente valor para asumir las limitaciones de la voluntad humana, no son unos soñadores irresponsables que llevarán al desastre a cualquier colectividad decidida a hacerles caso. Ellos son sensatos y sesudos. ¡Menos mal que están ellos para mantener el mundo en estado de inmovilismo y  de ausencia total de iniciativa!

             Moshé lo entiende: no puede pretender que los Benei-Israel se están comportando según las normas de una prudencia, tal vez mal entendida, pero perdonable,  porque lo suyo, no se puede asimilar a la prudencia. La prudencia es el hecho de actuar con medidas precautorias, cuando no se tiene ninguna garantía de un resultado satisfactorio. En el caso del crédito prestado a los exploradores pesimistas, estamos ante la falta de confianza en Hashem, generadora de la inercia producida por el temor irracional.

            Al adoptar tan apocada e hipócrita actitud, los Benei-Israel se han privado de toda posible defensa. Moshé lo comprende: Quiere salvarlos a ellos y, también, en cierto sentido, quiere ser solidario con su Elohim, ofreciendo-Le una posibilidad de abandonar el enojo para seguir protegiéndolos. Lo va a hacer de un modo cuya eficacia conoce,  porque lo ha utilizado ya y que, a pesar de las apariencias que quizás le engañaran a él mismo, no es ningún recurso facilón sino la expresión  de verdades esenciales.

           Advierte a su Elohim: "Si los exterminas, los demás pueblos  proclamarán que Tu incapacidad para cumplir con Tu promesa de llevarle a conquistar la tierra de Cana´án es la  verdadera causa de Tu Decisión". No se le escapa a ninguna persona sensata que las palabras de Moshé le vienen inspiradas por Hashem, como siempre: El Eterno, por supuesto, no precisa de ninguna intervención humana para conocer el modo correcto de enfocar las cosas. ¿Por qué, entonces recurrir a una composición de lugar que deja a Moshé el mejor papel?

           La primera respuesta es que se trata de un homenaje a la incomparable nobleza de corazón de Moshé. El ama a los Benei-Israel. El Eterno los ha confiado a su custodia y nunca los abandonará. Quiere salvarlos. Además, le consta que El Eterno también los ama y él ama al Eterno, quiere brindar-Le una oportunidad de anular la decisión dictada por la ira. No quiere nada para sí mismo, todo lo quiere para Hashem y para el pueblo.

            Por otra parte, al dejarle el papel de salvador, el Eterno afianza muchísimo el prestigio de su emisario ante un pueblo "de dura cerviz" siempre dispuesto a la desobediencia y la rebelión.

            Pero con estas reflexiones, nos hemos quedado en la parte, si no superficial, por lo menos más fácilmente detectable del asunto. Vamos a interesarnos ahora por su aspecto menos visible, aunque no menos trascendental.

            Al enunciar los probables comentarios de los pueblos que presenciarían la destrucción de los Benei-Israel,  Moshé recuerda que ellos también han oído la promesa y la han creído, porque, de no haberla creído, no se estarían preocupando por el desenlace de la epopeya. O sea que, en cierto modo, la promesa se les ha hecho a ellos también. Algunos de entre ellos pueden intentar impedir que la promesa se cumpla…porque creen en ella. Cualquiera tiene derecho a pregonar: "¡A mí, no me importa lo que dice la gente!", a condición de no haber involucrado a "la gente" en sus decisiones, pero, si con tales decisiones se ha afectado la vida ajena, se tiene una enorme responsabilidad.

            Si los pueblos extranjeros han creído a Haqadosh Baruj Hu, sea con odio, sea con simpatía, esto no hace al caso, El no puede defraudarle, porque la expectativa la ha creado El. Luego, ellos también son criaturas Suyas, no puede tomarles por juguetes cuando Le han creído.

            Por otra parte, los Benei-Israel son un pueblo que el Todopoderoso ha separado de los demás pueblos para convertirlos en una congregación santa y bendita, lo cual es un privilegio maravilloso, pero no deja de ser el fruto de una ruptura y donde hay ruptura, como lo estamos observando, hay dos partes. El empecinamiento del Faraón en la desobediencia y las consiguientes plagas que azotaron a todos los egipcios tuvieron su origen en la decisión de liberar a los hebreos de la esclavitud y si han sido tan duramente castigados por oponerse a la Voluntad Divina, tienen derecho a que Esta Se cumpla, aún cuando intentan impedirlo por todos los medios, incluso los más crueles. Esto significa que, tanto el pueblo que El ha elegido como los que han optado por seguir en la idolatría, tienen derecho a confiar en Su Palabra.

            Nos queda por examinar rápidamente otro punto. La Torah insiste a menudo sobre el trato igualitario que los hebreos deben reservar al extranjero que se convierte y pasa a formar parte de la Congregación de Israel. Es imprescindible comprender que, hasta la época mesiánica, habrá  extranjeros. Para que anhelen convertirse, es menester que sepan de la fiabilidad de nuestro Elohim y puedan bendecirle, como lo hacemos nosotros por las sabias palabras que puso en boca de Moshé Rabenu, Su más fiel y tan modesto, tan desinteresado servidor.

                     

     

                        

   

           

                                                                                                         

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