16 febrero 2006

Kolót: (más obsecuencia criminal) "Fallaci decapitada" , por Robert Pencer para FrontPageMagazine.com

(más obsecuencia criminal) "Fallaci decapitada" , por Robert Pencer para FrontPageMagazine.com
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Thursday, 16 de February de 2006, 01:45
 

Fallaci Decapitada

Por Robert Pencer

Front Page Magazine.com 13 de febrero de 2006-02-13

(Traducción de Carlos Armando Figueredo)

 

Una vergonzosa exhibición artística en Milán ha ilustrado una vez más la profunda afinidad entre la Izquierda y las fuerzas del jihad global. En estos días de musulmanes a lo largo del mundo pidiendo la muerte de quienes han “insultado al Islam.” Cualquiera que desee ver a Oriana Fallaci decapitada no tiene que buscar muy lejos, le basta llegar a la Galería Luciano Inga-Pin, que está exhibiendo la “Belleza Americana” de Giuseppe Veneziano desde el 19 de enero hasta el 18 de marzo. Se trata de una serie de pinturas cuya intención es resaltar la “debilidad y perversidad del “American Way of Life.” En consecuencia despliega abiertamente, si bien de modo lóbrego, retratos de Michael Jackson y Ronald McDonald, junto con el distintivamente no americano Harry Potter. Sigue una bizarra ilustración de un hombre desnudo copulando con la Pantera Rosa, cinco versiones artísticas de las fotos de la prisión de Abu Ghhrain (cada una con las palabras “American Beauty” escritas sobre ellas), y la cabeza guillotinada de Oriana Fallaci.

Si bien encuentro que la cabeza cortada de Oriana Fallaci es hondamente ofensiva, no tengo planes de atacar la embajada italiana, de boicotear el vino italiano, de llamar por teléfono a la galería Luciano Inga-Pin amenazándola con una bomba, de matar inocentes que nada tuvieron que ver con la pintura, ni de amenazar de muerte a quienes fueron responsables de ella. El cuadro de Veneziano es esa clase de hecho aborrecible que se ha convertido en compromiso de la Izquierda y es uno de los precios que hay que pagar por la libertad de expresión.

No hay duda de que el cuadro de Veneziano es ofensivo, a la luz del hecho de que la propia Fallaci ha sido obligada a salir de Italia debido a cargos frívolos de que ella ha “difamado” al Islam. Giuseppe Veneziano no está siendo juzgado por haber pintado a la Fallaci decapitada, pero Fallaci si lo estás siendo por haber expresado una serie de declaraciones candentes pero en gran parte apegadas a la verdad acerca del Islam y los musulmanes. El cuadro de Veneziano es triplemente ofensivo en el sentido de que pinta exactamente los exponentes musulmanes de la rabia por caricaturas a lo largo del mundo Quisieran que se le hiciera eso a Fallaci, manifestando con ello la empatía cada vez más estrecha entre la Izquierda occidental y el jihad islámico. “Decapitad a quines insulten al Islam,” podía leerse en un letrero en una demostración reciente en Londres, de protesta contra las caricaturas danesas del profeta islámico Mahoma. Si Fallaci ha insultado al Islam con sus gritos monumentales de libertad y de resistencia posteriores al 9 de septiembre, “La Rabia y el Orgullo” y “La Fuerza de la Razón”, Giuseppe se alegra en complacer al mujahedin por lo menos en el lienzo.

En 2006, el prospecto en Milán de “Fallaci decapitata” no evoca tanto los íconos con imágenes izquierdistas de la Bastille, Robespierre, y el Terror, sino más bien a Daniel  Pearl , Nick Berg, y el Jihad —particularmente a la luz del asunto que ha logrado que la gran dama se gane tantos enemigos en Italia y en todo el mundo. Ello no debe sorprendernos, tanto la Izquierda como el Mujahedin tiene una visión de un Estado totalitario que borra todo el mal del mundo por la fuerza, estableciendo una sociedad justa al precio de un número no especificado de muertos. Ambos abogan por una ideología de supremacía inmune a la auto-crítica e incapaz de tolerar la crítica de los demás. Y ahora, cuando la Unión Europea contempla una nueva legislación que -en palabras de Franco Frattini, a quien en términos de Orwell se le designa como Comisionado de la UE para la Justicia, la Libertad y la Seguridad- significa “darle el mundo musulmán el mensaje: estamos conscientes de las consecuencias del ejercicio del derecho a la libre expresión,” el matrimonio de la Izquierda europea y el jihad del Islam pueden proceder con mayor celeridad. Después, Frattini ha negado que la UE tenga planes de tal naturaleza, pero no puede negarse que hay voces a lo largo de todo el Occidente que les han pedido a los medios que adopten una “auto-regulación responsable” para evitar afectar las sensibilidades musulmanas, Pero las sensibilidades musulmanas solamente, quienes pintan a Fallaci decapitada o a Jesús con la cara de Osama bin Laden ¿seguirán siendo objeto de las mismas protecciones enunciadas por Josh Wainright, el productor de la muestra artística que tenía como centro el cuadro de Cristo/Osama? “No creo que sea tarea o vocación de nadie limitar la expresión de los artistas.” Correcto. Salvo los caricaturistas, por supuesto. O por lo menos aquellos que tuvieron la osadía de sugerir que podría haber alguna conexión entre las acciones violentas emprendidas por los miembros del jihad islámico y el Profeta, quien dijo que el “Paraíso está bajo la sombra de las espadas.”

Por lo tanto, “Fallaci decapitata” puede terminar siendo algo que va mucho más allá de la intención de Giuseppe Veneziano, que no parece ser simplemente que una pajita en el ojo a quien la Izquierda odia y teme. Su pintura es un emblema adecuado para la nueva Europa, la Europa en la que el gobierno sueco cerró el sitio web de un partido político por el hecho de haber publicado las caricaturas de Mahoma, por lo que el editor noruego que hizo circular las caricaturas presentó excusas con resignación, y por lo que las compañías europeas que tienen negocios en el Medio Oriente no logran disociarse con suficiente rapidez de Dinamarca y las caricaturas vergonzosas. Esta es la Nueva Europa, la Nueva Europa de Dhimmi, la Europa muy dispuesta a “darle el mundo musulmán este mensaje: “estamos conscientes de las consecuencias del ejercicio del derecho a la libre expresión.”

Pero ¡oh!, Europa ya está bien consciente de esas consecuencias. Las consecuencias son claras como el cristal en la pintura de Giuseppe Veneziano que nos muestra la cabeza cortada de Oriana Fallaci.

No hay suficientes personas que aun tienen sus cabezas, que parezcan dispuestas a enfrentar la violencia y la intimidación islámica parta permitir que la heroica dama conserve la suya. A todo lo largo del Continente, las cabezas de gobiernos parlamentarios están perdiendo tratando de evitar ofender al Islam; no tardarán mucho en darse cuenta de que la cabeza de Fallaci no bastó para apaciguar a sus enemigos jurados. No lo suficiente.

 

 

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