29 febrero 2008

contextos: Re: La Mujer sin Nombre

Re: La Mujer sin Nombre
de fishel david friedman - Friday, 29 de February de 2008, 20:15
 El mantener un armonioso estado de felicidad demanda un arduo trabajo para su logro. Cada persona tiene pensamientos que la entristecen. Debes esforzarte en pensar de una manera que te permita ser feliz. (Meir Bahaúah, -pág. 7).
La felicidad -es un derivado resultante de pensar y obrar de una manera positiva. Toda persona desgraciada que tiene un impreciso objetivo de obtener la felicidad, y que no está preparada para cambiar sus hábitos y conductas estará condenada al fracaso. Aquel que se concentre exclusivamente en la idea: "Quiero la felicidad, ¿dónde puedo hallarla?", generalmente quedará decepcionado. Deberá preguntarse en cambio: ¿Qué pensamientos debo tener en mi mente que me permitan ser feliz?" y además: "¿Cuáles son las conductas específicas que deberé adoptar para incrementar mi felicidad?"

12. Algunas personas difieren en sus tendencias naturales en cuanto a la forma de sentirse felices. Una persona naturalmente feliz encuentra relativamente fácil superar innecesarios estados de ánimo depresivos. Aquel que tienda a ser pesimista y triste, deberá esforzarse por cambiar sus pensamientos, expresiones y conductas. Invierte el tiempo y esfuerzo necesarios y seguramente tendrás éxito en tus intentos. No te pongas un rótulo de "Persona Desdichada" ("Es mi naturaleza estar triste"), porque si así lo haces no realizarás el esfuerzo necesario y el rótulo se convertirá en una profecía cumplida anticipadamente. Ten confianza en que si lo intentas habrás de mejorar.

13. El Ibn Ezra en Tehilim (33:4) expresa lo siguiente: "El virtuoso se sentirá siempre alegre y nunca triste acerca de lo que el Todopoderoso le ha deparado, porque comprende que todo lo que El dispone es para el mejor fin último de las personas".

14. La persona que viva con el constante conocimiento de la presencia del Todopoderoso, tendrá una vida de constante felicidad. (Jazon Ish: Emunah Ubitajon, cap. l).

15. El Jazon Ish describe el nivel al que una persona está capacitada para alcanzar si se plantea un objetivo a largo plazo para el mejoramiento de si misma: Si una persona se esfuerza constantemente para mejorar las cualidades de su carácter, es posible que eventualmente llegue a alcanzar un nivel espiritual en el cual no volverá a enojarse, no sentirá odio ni rencor, no tomará venganza ni albergará sentimientos de inquina, no tendrá ambiciones de aspirar a honores, y no deseará placeres mundanos (Idem 1:15).

16. Con demasiada frecuencia juzgamos la felicidad según las apariencias externas y nos acostumbramos a nosotros mismos y a nuestros hijos a sobreestimar el valor de las adquisiciones materiales. La felicidad no está de modo alguno determinada por esta clase de riqueza. En efecto, tales adquisiciones pierden su valor cuando se convierten en una necesidad diaria. Por otra parte, si algún día deben ser abandonadas, nuestros sentidos que llegaron a acostumbrarse a estas superficialidades se sentirán lastimados por su pérdida. Ningún hombre debe ser valuado de acuerdo a la cantidad de sus adquisiciones materiales ni por su status en la sociedad. (De la Sabiduría del Mishlé, pág. 144).

17. La plena felicidad no llegará al propio espíritu a través de la gratificación de los deseos físicos. La única forma de adquirir la felicidad perfecta es encontrar la realización espiritual, que conduce hacia el sentimiento de estar satisfecho con la situación material de cada uno. (Mussar Hatorah, pág. 63).

18. Algunas personas están bajo la impresión de que en nuestra era moderna necesitamos nuevos conceptos para obtener la felicidad, pero las personas no cambian. Hay constantes cambios en las condiciones externas y en el ambiente, pero la esencia de la persona, aquello que la hace feliz o la entristece, sus deseos y ambiciones, permanece básicamente igual. Las nuevas técnicas pueden desarrollarse, pero los eruditos a través de los años en sus obras mussar nos han proporcionado el conocimiento necesario para hacernos felices. (Toras Hanefesh, pág. 11)

19. En tanto que es posible cambiar conceptos propios o formas de pensar en un tiempo breve, para la mayoría de las personas representa realizar un esfuerzo organizado en un prolongado período de tiempo antes de que las nuevas formas de pensamiento se tornen automáticas. Aún para un experto en pensar en forma positiva, será inevitable sentirse alguna vez desdichado. Resulta contraproducente e ilógico esperar la perfección. Si exiges ser feliz en todo momento, te sentirás innecesariamente ansioso y culpable cuando estés realmente sintiéndote desdichado. El completo dominio de los pensamientos de una persona constituye un objetivo irreal, pero cada uno puede superarse y por ello debemos luchar. Acepta todos los errores como normales y continúa calmadamente elaborando pensamientos que generen felicidad. Continúa preguntándote: "¿Cómo puedo cambiar los pensamientos negativos que me llevaron a la desdicha, por otros más positivos?" Cuando adquieras el hábito de pensar de manera positiva, tu temperamento general habrá de mejorar.

20. La felicidad considerada como una obligación no es un concepto para ser utilizado como un ladrillo para arrojarlo a otras personas. Si te diriges a una persona insensiblemente frente a su estado de tristeza y le dices: "Deberías alegrarte" o "Tienes que ser feliz", no es probable que tus palabras lo ayuden. Es mucho más probable que la persona se sienta herida y se enfurezca contigo. Si ves que alguien se muestra desdichado, lo primero que tienes que hacer es solidarizarte con su sufrimiento. (Para el tratamiento de este principio ver "Ama a tu prójimo", págs. 39-40, 128-32 y 306). Trata de entender qué es lo que lo aqueja. Hay veces en que esto sea bastante difícil de determinar, dado que él mismo puede no estar totalmente al tanto de qué es lo que le aqueja, o puede resultarle embarazoso decírtelo. Sutilmente y con tacto trata de influenciarlo para que tenga un enfoque más optimista de la vida. Si se obtiene éxito, esto constituirá un gran acto de bondad.

 

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