Parashát Bereshít, por Rav Daniel Oppenheimer - El Jardín del Edén de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Friday, 20 de October de 2006, 00:13 | |
Parashát Bereshít EL JARDIN DEL EDEN por Rav Daniel Oppenheimer ¿Cómo se imagina Ud. el Jardín del Edén? - "¿El Jardín del Edén? - pregunta Ud. - ¡Y... no sé! Nunca lo pensé en serio". Supongo que Ud. jamás ha estado en aquel hermoso lugar, ni tampoco tiene conocidos que lo hayan visitado y que le puedan informar al respecto. No le queda entonces otra opción, sino hacer uso de su imaginación. ¿Se anima a divagar por un rato? ¿Cómo fantasea Ud. un lugar atractivo? "Y... que tenga, pues, un buen clima, soleado, fresco, con una brisa agradable y no muy caluroso, árboles de distintos tonos y flores encantadoras con rico perfume, el mar tranquilo..." "Un lugar en el que desparezcan todos los problemas, que no haya que preocuparse por absolutamente nada (salvo elegir la playa en donde quiere pasar el día), libre del stress y de la contaminación ambiental de la ciudad..." Muy lindo - y... ¿a qué hay que dedicarse en ese lugar tan atractivo? - le vuelvo a consultar. "¡¿Dedicarse?!" - dice Ud. - "¡¿trabajar?! ¡Cómo trabajar! ¡Si es atractivo, pues no hay que trabajar, porque si tengo que salir a trabajar, entonces deja de ser atractivo!" Bien, entonces. Analicemos juntos el texto de la Torá en el que describe las condiciones de vida del Jardín del Edén, el lugar al cual D"s invitó a vivir y en dónde colocó D"s a al primer pareja de seres humanos: A Adam (Adán) y a Javá (Eva). Posiblemente acertemos en nuestra evaluación del lugar ideal, o quizás no tanto. (Antes de seguir, debo aclarar que el término "Edén" se utiliza en la literatura rabínica indistintamente para hablar del sitio físico terrenal en el cual estuvieron oportunamente Adam y Javá, por un lado, y, por el otro, del "lugar" espiritual en el cual habitan las almas justas después de fallecer. En este fascículo, hablaremos únicamente del primero de ambos). "Y D"s hizo crecer de la tierra (en el Jardín del Edén) todo árbol placentero a la vista y beneficioso para comer..." (Bereshit 2:9) Hasta aquí coincide con su fantasía. Efectivamente, la Torá confirma que esto no es ficción, y, al menos, los fascinantes y maravillosos árboles indudablemente existen en el Edén. Sin embargo, sigamos adelante con la Torá: "Y tomó D"s a Adam... y lo colocó en el Jardín del Edén, "para trabajarlo y cuidarlo" (Bereshit 2:15). De este versículo se entiende claramente que Adam no fue creado dentro del Jardín del Edén, sino que fue engendrado afuera de él y recién luego, D"s lo indujo a ingresar. Adam conoció el "mundo de afuera" (en el cual estamos insertos nosotros), que evidentemente deja lo que desear, en particular si uno lo compara con la belleza del Jardín del Edén. En otras palabras, Adam era consciente que el Edén en el cual habitaba era un lugar privilegiado y que podía llegar a perderlo si no se conducía de acuerdo a lo que se esperaba de él. Podemos suponer que D"s quiere que la persona aprecie lo que posee, y en el caso de Adam, le dio la oportunidad de conocer que las ventajas del Edén, no eran generalizadas. Asimismo, el versículo declara rotundamente que el objetivo de la vida del Edén era "para trabajarlo y cuidarlo". "¿De qué trabajo y de qué cuidado se habla aquí? Si se tratara de plantar árboles, eso no puede ser, porque ya los plantó D"s. Tampoco se puede tratar de la necesidad de riego, pues ya dice "y salía un río del Edén para irrigar el Jardín" (Bereshit 2:10). ¿De qué se trata entonces? El 'trabajo' se refiere a la dedicación al estudio de la Torá, y 'cuidar' se alude al cumplimiento de la Mitzvot." (Pirkéi d'Rabi Eliezer 12). Aun si el "trabajo" y el "cuidado" del Jardín fuesen literales (refiriéndose a arar, sembrar, etc.) como algunas autoridades opinan, la tarea no deja de ser espiritual, por el solo hecho que el cumplimiento de estas tareas respondían a la consigna que D"s le había encomendado. De un modo u otro, la vida en el Edén no era ociosa. El ocio no tiene lugar en el judaísmo ni en el plan de D"s para la humanidad en su totalidad. La actitud reacia al trabajo como un "mal necesario" al que hay que volver todos los días lunes - una postura que tiene mucha difusión en nuestra sociedad (los "caballeros" medievales también suponían que trabajar era cosa de esclavos, pero no para gente de su propia categoría que dedicaba su tiempo a cazar, a los duelos, o simplemente a no hacer nada) - no coincide en absoluto con la Torá. Así que, (espero no decepcionarlos demasiado) Adam debía trabajar, pues el trabajo es bueno. No solo eso, sino que recién luego que Adam trabajara, podría disfrutar de los placeres del Edén, pues solamente después de este versículo, D"s le dice a Adam (Bereshit 2:16) "de todo árbol del Jardín has de comer..." "¡Qué valioso que es el trabajo, pues aun Adam no probó nada antes de haber trabajado!" dice en Avot d'Rabi Natan, basándose en este hecho. Rash"í explica las primeras palabras de este versículo: "y tomó D"s" en el sentido que 'lo tomó con palabras, persuadiéndolo a ingresar al Jardín del Edén'. La pregunta obvia es: ¿Para qué necesitaba D"s seducir a Adam para que entre a un lugar superior? ¿No es obvio que Adam por si solo quisiera habitar en este jardín tan "exclusivo"? Antes de responder esta pregunta, debo aclarar que Rash"í aplica la misma explicación en lo demás lugares en los que la Torá emplea la palabra "tomar" con respecto a una persona. En todos los casos, uno se sorprende que los interesados realmente deban ser convencidos, pues en todas las instancias análogas, la proposición parece ser un privilegio para el candidato. Veamos: Sará persuadió a Hagar a que se quiera casar con su marido para tener hijos con él (Bereshit 16:3). Moshé persuadió a Aharón y a sus hijos para que tomen el cargo de Kohanim (sacerdotes) (Vaikrá 8:2). Más tarde sucedió la situación equivalente al momento de asumir de los Leviim (levitas) (Bamidbar 8:6). ¿A qué se debe que todas estas oportunidades se requirió, a su vez, hacer uso de la persuasión para convencer? Posiblemente la respuesta sea la siguiente: en todos los casos mencionados, el ofrecimiento se trató de una progresión espiritual. Adelantar en materia mística, significa un compromiso en todo nivel de vivir irrevocablemente acorde a la categoría religiosa correspondiente al grado espiritual ansiado. Dado que nada, absolutamente nada, es gratis en la vida, y todo privilegio debe ser correspondido y compensado con una conducta equilibrada, una persona consciente y coherente, toma en cuenta todos los aspectos relacionados con su progreso, de modo que las decisiones adoptadas se mantengan con el tiempo y ayuden a crecer aun más. En todos los casos que mencionamos, Adam, Hagar, Aharón y los Leviim temieron que no estaban aún capacitados para este próximo paso en sus vidas. Volviendo a Adam y Javá. Después de pecar, D"s les indicó que el Jardín del Edén ya no era el lugar indicado para su nuevo estado espiritual frustrado, es decir, que el nivel de Adam no era proporcionado a los desafíos que ofrece el Jardín del Edén. A esa altura de los acontecimientos, Adam creyó que por si solo podría aún recuperar lo que había quebrantado (habitualmente las personas no son lúcidas respecto a sus propios deslices y no advierten sus caídas morales). Pero no había de ser así. D"s lo debió echar del lugar para que reconociera que le faltaban temporalmente las condiciones para vivir en el Edén. Debería retornar al mundo menos favorecido y recuperarse para volver a ser apto e ingresar nuevamente. A la entrada del Jardín del Edén, D"s colocó a los "Keruvim", por un lado y una lanza giratoria, por otro. ¿Qué función cumplen los Keruvim? R.Sh.R.Hirsch sz"l compara esta mención de estos Keruvim con las imágenes que estaban apostadas encima del Arca de la Tablas de la Ley en el Mishkán (santuario), y explica que, del mismo modo que allí, los Keruvim representan a las personas derechas y santas que surgen del correcto y minucioso cumplimiento de la Ley de la Torá. Estos son, entonces, los "modelos" de vida de personas con quienes compartimos la vida en cada generación. Si emulamos su eximia conducta, nos acercamos en el camino para retornar al Edén. De modo contrario, intervienen las lanzas giratorias que nos hacen ver la desviación y nos instan a poner nuestras miras rumbo al Edén. Si queremos, o no, nuestro destino está fijado. Depende de nosotros, que el camino no sea traumático. Sin embargo, como seres Di-vinos nos corresponde el espacio inmejorable que D"s creó para nosotros. Ese lugar no es lo que nosotros, con nuestros conceptos limitados apreciamos. Pero es lo óptimo para D"s |
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