31 octubre 2005

Kolót: El chivo expiatorio del mundo

El chivo expiatorio del mundo
de EduPlanet Rectorate (daniEl I. Ginerman) - Monday, 31 de October de 2005, 21:06
 
El chivo expiatorio del mundo

publicado en la lista Sefaradi@yahoogroups.com

La necesidad compulsiva por parte de la extrema izquierda de seleccionar a Israel por lo que a menudo son condenas inmerecidas es perjudicial para el movimiento de derechos humanos, debilitador para el movimiento pacifista y está perjudicando a otras causas progresistas tales como el feminismo.
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La necesidad compulsiva por parte de la extrema izquierda de seleccionar a Israel por lo que a menudo son condenas inmerecidas es perjudicial para el movimiento de derechos humanos, debilitador para el movimiento pacifista y está perjudicando a otras causas progresistas tales como el feminismo. Al echar la desproporcionada culpa de los males del mundo al estado judío, estos fanáticos anti-Israel no sólo ignoran los problemas reales que muchos afrontan, sino que también proporcionan excusas a los autores materiales de males reales.

Considérese, por ejemplo, un reciente informe de Amnistía Internacional (“AI”) sobre la violencia perpetrada por varones palestinos contra mujeres palestinas en el West Bank y Gaza. El informe pretendía ser “parte de la campaña global de AI para detener la violencia contra las mujeres”. Tal viol encia es un problema serio, especialmente en el mundo árabe y musulmán, porque muy pocos líderes dentro de estos grupos están dispuestos a condenarla y porque demasiados hasta la justifican como medio necesario de mantener el honor familiar y el dominio del varón.

El informe de AI documenta matanzas de honor de mujeres que habían sido violadas. En uno de tales casos, una niña de 17 años fue asesinada por su madre después de que fuera “violada repetidamente por sus dos hermanos”. En otro caso, una de 21 años “fue forzada por su padre a beber veneno” cuando se supo que estaba embarazada.

El informe de AI culpa sustancialmente de éstos y otros asesinatos a -- lo adivinó -- ¡Israel! He aquí la conclusión de AI, enumerando las causas de la violencia dirigida contra mujeres palestinas, presumiblemente en orden de importancia:
“Las mujeres palestinas del West Bank y la Franja de Gaza son víctimas de múltiples violaciones como resultado de la escalada del conflicto, las políticas de Israel, y un sistema de normas, tradiciones y leyes que tratan a las mujeres como miembros inferiores de la sociedad”.

La “escalada del conflicto” (de la que AI culpa principalmente a Israel) y "las políticas de Israel” aparecen por encima de “las normas, tradiciones y leyes que tratan a las mujeres como inferiores”. El informe afirma que la violencia contra las mujeres “ha aumentado” dramáticamente durante la presencia israelí, y ha alcanzado “un nivel sin precedentes” como resultado de “la creciente militarización de la confrontación palestino-israelí”. Como si el West Bank y la Franja de Gaza hubieran estado libres de violencia contra las mujeres palestinas hasta la presencia israelí.

El 23 de agosto del 2005 hablé con Donatella Rovera, que es investigadora de AI en Israel y los Territorios Ocupados, y le solicité que me proporcionara los datos sobre los que basaba su conclusión de que la vio lencia contra las mujeres había escalado hasta “un nivel sin precedentes” durante la ocupación, y especialmente durante su fase más militarizada. También le pregunté si AI había comparado la violencia contra las mujeres en el West Bank ocupado y Gaza con la violencia contra las mujeres en las zonas árabe-musulmanas sin ocupar que tuvieran poblaciones comparables, tales como Jordania. Rovera reconoció que AI era incapaz de proporcionar tales datos comparativos, y confirmó que el informe se basaba en información anecdótica, procedente principalmente de ONGs palestinas. “Hablamos con cualquiera que hable con nosotros”, dijo.

Cuando le solicité una lista de ONGs que fueran las fuentes de información, rehusó proporcionarla porque “hay cosas que simplemente no podemos proporcionar a los de fuera”. Le aseguré que no estaba interesado en los nombres o en las características identificatorias, sino en los datos estadísticos referentes a las presuntas tendencias citadas en el informe, pero aún así rehusó proporcionar nada más que una recomendación de que buscásemos en Google “casi todas las ONG” de la región. Bajo estas circunstancias, es imposible que cualquier investigador imparcial reproduzca el estudio de AI y confirme o desmienta sus conclusiones.

ONG Monitor, una organización radicada en Jerusalén que analiza los informes realizados por otras ONG, condenó el informe de AI con el argumento de que “Los varones palestinos quedan condescendientemente excusados de asumir la responsabilidad de sus acciones”. Esto es verdad, como muestra la lectura cuidadosa del informe de AI. Escuche las excusas que proporciona AI: “Las restricciones de movimientos y los toques de queda que confinan a la gente en sus casas durante períodos prolongados, y el creciente paro, la pobreza y la inseguridad, que han forzado a que los hombres pasen más tiempo en casa, así como el incremento de las condiciones de confinamiento en el hogar, han contribuido al incremento de la violencia contra las mujeres dentro de la familia, abusos sexuales incluidos”. Al proporcionar estas “excusas a los abusos”, AI antepone su propia parcialidad política a los intereses de las víctimas femeninas. ONG Monitor caracteriza correctamente el informe de Amnistía como basado en “fuentes parciales” y “carente de credibilidad”.

El informe de AI atrajo mi atención a causa de uno de los pioneros del movimiento de derechos humanos, uno de los fundadores de Human Rights Watch que hoy está algo alienado de su propio movimiento. Como resultado de “su obsesivo enfoque en Israel”, me dijo, “estas organizaciones de derechos humanos se están convirtiendo en parte del problema”.

Ni la Cindy Sheehan de vigilia en Crawford, Texas, pudo resistirse a la tentación de culpar del terrorismo a Israel: “Saque a América de Irak y a Israel de Palestina y detendrá el terrorismo”. Los hechos de que el 11 de Se ptiembre precediera a Irak o que el terrorismo palestino comenzase años antes de que hubiera ocupación alguna no parecen importar a aquellos que están decididos a culpar al estado judío de los males del mundo. Tampoco pudo resistir la tentación el alcalde de Londres, Ken Livingstone (el “Rojo Ken”), de comparar a los terroristas que atacaron el sistema del transporte de Londres con los soldados israelíes que intentan prevenir el terrorismo. Y después está Alexander Cockburn, columnista para The Nation, que afirma carecer de “pruebas exteriores” suficientes para determinar "si son ciertas o no" las historias de que Israel perpetró tanto el 11 de Septiembre como los ataques con ántrax que le siguieron.

Esto es solamente la punta de un iceberg de fanatismo muy grande y desagradable. Las conferencias internacionales sobre feminismo, apartheid, esclavitud o ecología han sido incapaces de ponerse deacuerdo en algo que no sea la condena de Israel. Si se va a lograr la paz rea l -- y si los movimientos de derechos humanos van a tener credibilidad -- este obsesivo ensañamiento con Israel por parte de la extrema izquierda debe terminar. No hay muestras de que, incluso mientras el estado judío toma medidas dolorosas hacia la paz, estos ataques injustificados disminuyan.



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Alan M. Dershowitz es profesor en la Facultad de Derecho de Harvard. Destacado columnista y especialista en apelaciones, ha representado entre otros a Claus von Bülow, O. J. Simpson, Anatoly Shcharansky, Michael Milken, Mia Farrow, o Mike Tyson. Está considerado uno de los 10 mejores letrados de la profesión y da conferencias frecuentemente. Su libro más reciente es La defensa de la paz (Wiley, septiembre del 2005), aunque es autor del bestseller Chutzpah y de Supreme Injustice, Reversal of Fortune y The Abuse Excuse. Otros títulos incluyen Just Revenge, The Genesis of Justice, The Advocate's Devil, y Re asonable Doubts: The Criminal Justice System and the O. J. Simpson Case.

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