El Proyecto de la Hermandad Musulmana para dominar Occidente
Por Olivier Guitta*
HOY ESTÁ COMPLETAMENTE CLARO que las recientes protestas criminales por las caricaturas del profeta Mahoma publicadas en un periódico danés el pasado mes de septiembre son de todo menos espontáneas. Las acciones de los agitadores y financieros islamistas han provocado deliberadamente la ira entre extremistas profesionales que de otro modo ignoran la prensa danesa. Los sospechosos habituales - los regímenes de Arabia Saudí, Siria, e Irán - se han beneficiado de la difusión de los altercados, e incluso los similares al pequeño Kuwait han ofrecido fondos, según se informa, para incentivar las manifestaciones por toda Francia. Más importante, sin embargo, y quizá menos universalmente comprendido, la jihad de las caricaturas está confeccionada para impulsar la estrategia mundial a largo plazo de la Hermandad Musulmana para establecer la supremacía islámica en Occidente.
Según informó primero el experto italiano en terrorismo Lorenzo Vidino en el Counterterrorism Blog, uno de los principales islamistas de Dinamarca, el imán Ajmed Abú Ladán, lideró una delegación a finales del año pasado para visitar a figuras influyentes del mundo musulmán. Se llevó con él un dossier de caricaturas, tanto de las que habían sido publicadas como de otras, mucho más ofensivas y de procedencia dudosa. Un lugar al que llevó su gira fue Qatar, donde ilustró al jeque Yusuf al-Qaradawi, un prominente líder de la Hermandad Musulmana y estrella de Al Jazira.
Incluso después de que comenzaran los disturbios, Abú-Labán continuaba su intromisión. El 4 de febrero declaraba a Islamonline.net que los manifestantes daneses iban a quemar coranes en las calles de Copenhague, una falsedad que sin embargo añadió fuego a la hoguera.
Las conexiones fundamentalistas de Abú-Labán están bien establecidas. Palestino próximo a la Hermandad Musulmana, fue expulsado de los Emiratos Árabes Unidos en 1984 a causa de sus sermones y sus ardientes denuncias de líderes locales. Según Vidino, sirvió como traductor y ayudante de Talaal Fouad Qassimy, líder supremo del grupo terrorista egipcio Gamaa Islamiya a mediados de los 90. Durante la guerra de Irak, llamó "marioneta de los americanos" al primer ministro danés. En agosto declaraba al Washington Post que los daneses han hecho que los inmigrantes paguen el precio. Los musulmanes han servido de chivo expiatorio. Piensan que minaremos su cultura y sus valores.
Las labores de Abú-Labán no fueron en vano, y por todas partes, las protestas más ruidosas han llegado de la Hermandad Musulmana. El 3 de febrero en París, Larbi Kechat, un imán vinculado a la Hermandad Musulmana siria, decía, El terrorismo más despreciable es el de tipo simbólico, que extiende la violencia limitada. Mientras tanto, en Qatar, al-Qaradawi pedía un día internacional de cólera por Alá y su profeta, describiendo a los viñetistas como blasfemos y a los europeos como cobardes. Reconociendo el papel del último, el diario pan-árabe Asharq al-Awsat, en Londres, afirmaba el 8 de febrero El tema desapareció del radar hasta que el jeque Yusuf al-Qaradawi, el muftí de Al Jazira TV, se hizo con él e hizo un llamamiento a que los musulmanes del mundo protestasen.
Finalmente, según el diario marroquí Le Matin, la rama norteamericana de la Hermandad Musulmana, la Sociedad Musulmana Americana (MAS), pedía a los musulmanes de todas partes que utilizasen su poder económico para castigar a los países europeos en donde se publicaran las caricaturas. Después de que los periódicos franceses y alemanes volviesen a publicar las caricaturas, el director ejecutivo de la MAS, Mahdi Bray, comentaba que Dinamarca ha pagado ya un precio económico por faltar al respeto al islam. Si Francia y Alemania quieren ser los siguientes, entonces que así sea.
QUE LA HERMANDAD MUSULMANA intentara inflamar esta controversia tiene perfecto sentido, teniendo en cuenta la filosofía islamista de la organización y sus relaciones anteriores con al Qaeda. Lo que puede no ser apreciado del todo, sin embargo, es el grado de planificación deliberada de la Hermandad para una toma de control de Occidente -- y lo cuidadosamente que esta jihad de las caricaturas encaja en su estrategia.
Un libro de Le Seuil recién publicado en París en octubre puede ayudar a la comprensión occidental de esta realidad. Escrito por el reportero suizo de investigación Sylvain Besson y no disponible aún en inglés, publica el descubrimiento y el contenido de un documento de estrategia de la Hermandad Musulmana llamado El proyecto, poco conocido fuera de los círculos más elevados del contraterrorismo.
El libro de Besson, La conquête de l'Occident: le projet secret des Islamistes (la conquista de Occidente: el proyecto secreto de los islamistas), relata cómo las autoridades suizas, actuando a petición especial de la Casa Blanca, irrumpieron en la mansión de un hombre llamado Yusuf Nada en noviembre del 2001 en Campione, un pequeño enclave italiano en la orilla este del Lago Lugano, en Suiza. Nada fue contable del Banco Al Taqwa, que presuntamente encauzaba fondos a al Qaeda. En el curso de su registro de la residencia de Nada, los investigadores se tropezaron con El proyecto, un documento anónimo de 14 páginas fechado el 1 de diciembre de 1982.
Uno de los pocos funcionarios occidentales en haber estudiado el documento antes de la publicación del libro de Besson es Juan Zarate, nombrado zar del contraterrorismo de la Casa Blanca en mayo del 2005 y asistente del secretario de hacienda para financiación terrorista antes de eso. Zarate llama a El proyecto el plan maestro de la Hermandad Musulmana para extender su ideología política, que en la práctica implica el apoyo sistemático al islam radical. Zarate dijo a Besson que la Hermandad Musulmana es un grupo que no nos preocupa porque se ocupe de ideas filosóficas o ideológicas, sino porque defiende el uso de la violencia contra civiles.
El proyecto es un mapa itinerario para alcanzar la instauración de regímenes islámicos en Occidente a través de la propaganda, la predicación, y si es necesaria, la guerra. Es la misma idea expresada por el jeque Qaradawi en 1995 cuando dijo, vamos a conquistar Europa, conquistaremos América, no mediante la espada sino a través de nuestra Dawa [proselitización].
Así, El proyecto llama a instaurar un sistema de vigilancia para monitorizar los medios occidentales con el fin de alertar a todos los musulmanes de los peligros y complots internacionales fomentados en su contra. Otro esfuerzo a largo plazo es imponer entre los musulmanes de Occidente una sociedad paralela en la que el grupo quede por encima del individuo, la autoridad divina por encima de la libertad humana y las sagradas escrituras por encima de las leyes.
Un agente del servicio secreto europeo entrevistado por Besson explica que el proyecto va a ser un verdadero peligro de aquí a diez años: veremos la aparición de un sistema paralelo, la creación de 'Parlamentos Musulmanes'. Después comenzará la lenta destrucción de nuestras instituciones.
Un punto destacado en El proyecto es que los musulmanes deben trabajar constantemente para apoyar la Dawa islámica y a todos los grupos en todo el mundo involucrados en la jihad. También vital es mantener a la Ummah [comunidad musulmana] dentro de un marco mental de jihad y - como era de esperar -- alimentar un sentimiento de descontento hacia los judíos y rechazar cualquier forma de coexistencia con ellos. (El 2 de febrero, el diario islamista marroquí At-Tajdid, próximo a la Hermandad, explicaba a sus lectores que las caricaturas danesas eran una provocación sionista encaminada a revivir el conflicto entre Occidente y la nación musulmana).
Al inflamar una controversia como la actual, la Hermandad Musulmana intenta agrandar el vacío entre Occidente y el islam. Apunta específicamente a las comunidades musulmanas residentes en Occidente, pretendiendo radicalizar a sus elementos moderados señalando continuamente la presunta islamofobia alrededor suyo. Justo a la vez, el diario saudí Al Watán divulga que el Consejo de Países Islámicos decidió en diciembre crear una organización mundial de vigilancia de la islamofobia que presione en favor de leyes anti-islamofobia, así como promover una postura común contra los estados y organizaciones que perciban como atacantes del islam.
Bajo el plan trazado en El proyecto, la Hermandad Musulmana intentará convertirse en el interlocutor indispensable de los gobiernos occidentales en temas relativos no sólo al islam, sino también en temas internacionales relativos al mundo islámico, destacadamente el conflicto árabe israelí, la guerra de Irak, e incluso la guerra contra el terror.
El mismo enfoque aparece en el libro de Qaradawi en 1990, Prioridades del movimiento islámico en la próxima fase. Qaradawi ve la presencia de grandes poblaciones musulmanas en Occidente como la gran oportunidad. Para él, la presencia islámica en Occidente es necesaria para defender los intereses de la nación musulmana y de la tierra del islam frente a la hostilidad y la desinformación de los movimientos anti-islámicos. En la práctica invita a las comunidades musulmanas occidentales a reformar sus países anfitriones.
La jihad de las caricaturas ha sido un regalo para los islamistas de todo el mundo. A lo largo del último año, los grupos de presión musulmanes en Europa han estado impulsando la adopción de leyes de blasfemia por parte de Naciones Unidas, la Unión Europea y las naciones de Europa. Predeciblemente, Qaradawi aprobaba esta causa en su sermón del 3 de febrero (traducido y colgado en la red por el Instituto de Investigación Mediática de Oriente Medio): Los gobiernos tienen que ser presionados con el fin de exigir que la ONU apruebe una resolución clara o ley que prohíba categóricamente las afrentas a los profetas. Al igual que la jihad de las caricaturas, es un plan sacado textualmente de las instrucciones de la Hermandad Musulmana -- y, lo que es más preocupante, una maniobra que es probable que tenga gran atractivo para los musulmanes moderados.
Las negritas son del Editor.
*Olivier Guitta es consultor de temas europeos y de Oriente Medio y escritor freelance especializado en radicalismo islámico.
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