La lacra de los moderados | |
La lacra de los moderados Por Charles KrauthammerColaboraciones nº 806 | 16 de Febrero de 2006 http://www.gees.org/articulo/2161/41 Mientras que mucho del mundo islámico estalla en una orquestada histeria por las viñetas de Mahoma, hay voces de la razón que se pueden oír a ambos lados. Algunos líderes y organizaciones islámicas a la vez que respaldaban el dolor de los manifestantes y compartían su indignación, expresaban su oposición a la violencia como medio de expresión. Sus homólogos occidentales - los intelectuales, y en esto incluyen a la mayoría de periódicos en Estados Unidos - están en el mismo plano. Mientras que, por supuesto, respaldan el principio de la libertad de expresión, critican al periódico danés por abusar del derecho de publicar viñetas ofensivas y se declaran opuestos, en nombre de la sensibilidad religiosa, a hacer lo mismo. ¡Dios nos salve de las voces de la razón! Lo que pasa por moderación en la comunidad islámica - "Comparto tu rabia pero no quemes esa embajada" - no es nada de eso. Simplemente es una cínica forma de respaldar los objetivos de la turba sin respaldar sus métodos. Es un fraude porque al mismo tiempo que pretenden defender el principio de la sensibilidad religiosa, sólo hay interés en esta instancia de insensibilidad religiosa. ¿Alguno de estos "moderados" ha protestado alguna vez siquiera por las grotescas viñetas de cristianos y muy especialmente de judíos que se publican a diario a través de todo Oriente Medio? ¿Los sermones en la televisión palestina que hacen referencia a los judíos como hijos de cerdos y monos? ¿La serie de televisión siria emitida en horario estelar en la que muestran a rabinos masacrando a un niño gentil para beberse su sangre en un rito? ¿La serie egipcia de ¡41 capítulos! basada en esa falsificación zarista antisemita (e inspiración de los nazis) llamada "Los Protocolos de los sabios de Sión" en la que muestran a los judíos tramando una conspiración que viene desde hace un siglo para conquistar el mundo? Un verdadero musulmán moderado es uno que protesta contra la profanación de toda fe. Aquellos que no son moderados sino hipócritas, oportunistas y agentes de los alborotadores, simplemente usan tácticas distintas para llegar al mismo objetivo: Imponerle a Occidente, poseedor de la tradición de libertad de expresión, una serie de tabúes que son exclusivos de la fe islámica. Estos no son defensores de la religión, son supremacistas musulmanes tratando de imponer sus dictados sobre un Occidente liberal. Y estos "moderados" son ayudados por los "moderados" occidentales que publican imágenes de la Virgen María cubierta en excremento de elefante, aclaman como arte - merecedor subsidio público - el "Cristo en orina" (un crucifijo puesto en un bote lleno de orina) pero se sienten invadidos por una repentina sensibilidad religiosa cuando el tema es Mahoma. Si no hubieran sido tan hipócritas, uno podría defender su rechazo a publicar esas viñetas fundando la motivación en que el valor de la noticia a veces puede ser superado por el buen gusto y la sensibilidad. Después de todo, en nombre de la decencia más elemental, los periódicos americanos por lo general - y correctamente - no publican fotos de cadáveres, no importa su valor como noticia. Hay un argumento sobre la "sensibilidad" de no haber publicado las viñetas en primer lugar, allá por Septiembre cuando aparecieron por primera vez en un periódico danés. Pero no estamos en Septiembre. Estamos en Febrero. Las viñetas han sido publicadas y el periódico, los editores y la misma Dinamarca han sido atacados de forma salvaje. Después de múltiples incendios provocados, boicots y amenazas de cortar manos y cabezas, el asunto ya no tiene valor como noticia, es decir que un periódico tenga que publicarlas para informar a sus lectores qué es lo que está pasando. El asunto ahora es la solidaridad. La turba está tratando de ordenar a los periódicos occidentales, en realidad a los gobiernos occidentales, lo que es o no un objeto legítimo de discusión y caricaturización. Las viñetas no empiezan siquiera a acercarse al nivel artístico de la prosa de Salman Rushdie pero ése no es el punto. El punto es quién decide lo que se puede decir, lo que se puede dibujar, dentro de los constreñimientos de lo que curiosamente consideramos como el mundo libre. La turba ha convertido esto en un ensayo de prueba de la libertad de expresión en Occidente. Los periódicos alemanes, franceses e italianos que han vuelto a publicar estas viñetas no lo hicieron para informar sino como un desafío, para declarar que no van a ser intimidados por la turba. El asunto aquí es el miedo. La razón no dicha por la que muchos periódicos no quieren publicarlas no es sensibilidad sino miedo puro y duro. Saben lo que le pasó a Theo van Gogh, que hizo una película sobre el tratamiento islámico de las mujeres y lo mataron clavándole con un cuchillo un manifiesto islamista en el pecho. Los disturbios e incendios a escala mundial son instrumentos de intimidación, recordatorios del destino de van Gogh. Los islámicos "moderados" son los agentes e intérpretes de la turba, amenazándonos con que no lo hagamos otra vez. Y los "moderados" occidentales son sus aterrados colaboradores que dicen: "No se preocupen, nosotros no lo haremos. Son esos daneses. Nosotros somos inocentes. Perdónenos la vida. Por favor". |
20 febrero 2006
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