17 agosto 2005

Aprendimos en la Guemara esta semana

Relatos que parecen sencillos, para enseñarnos a pensar
Talmud Babli, Shabat 30b- 31a

por Natan ben Jaim

La Guemará nos presenta una supuesta contradiccion en las palabaras de Shlomo Hamélej (el rey Salomón), quien en Mishlei -Proverbios- 26:4 nos dice: "No le contestes a un tonto refiriéndote a su pregunta", y en el versículo 26:5 dice: "contéstale a un tonto a su pregunta".

La Guemará responde que no hay tal contradicción: el primer versículo se refiere a cualquier cosa referida a este mundo, y el siguiente a preguntas de Torah (incluso que venga de un tonto, o que sean formuladas en tono burlón).

Inmediatamenet después que la Guemará nos trae un ejemplo de cada caso,pasa a contarnos lo siguiente: dos hombres hicieron una apuesta: el que sea capaz de hacer enojar a HILEL HAZAKÉN, ganará cuatrocientos zuz (moneda de curso en su momento, de alto valor). Dijo uno : Yo voy a intentarlo. Ese día era víspera de Shabat, un día en que la gente está muy ocupada con los preparativos para Shabat. El hombre pensó que, en un día así, sería más facil hacerlo enojar. Hilel se estaba bañando, cuando este hombre paso por la calle gritando: ¿Hay alguien aquí llamado Hilel? (en forma de desprecio ya que Hilel era el presidente del Sanhedrin). Hilel se vistió, salió a su encuentro, y le preguntó:
-¿Qué es lo que necesitas?
- Tengo una pregunta, dijo el hombre
- Pregunta hijo mío, dijo Hilel
- ¿Por qué las cabezas de los babilonios son más redondas que el promedio de los hombres?
- Muy buena pregunta, dijo Hilel: es así porque no tienen parteras inteligentes.

El hombre se fue, esperó un rato y volvió a repetir su maniobra.
- ¿Hay alguien aqui llamado Hilel, hay alguien aquí llamado Hilel?
Volvió a salir a su encuentro Hilel, y le preguntó:
- ¿Qué es lo que necesitas?
- Tengo una pregunta: ¿por qué los ojos de los orientales son alargados?
- Muy buena pregunta, respondió Hilel: es así porque viven entre las dunas (y el viento hace volar las arenas y éstas entran en los ojos).

Y le escena se repitió. El hombre se fue, esperó unos instantes, y regresó otra vez a los gritos:
- ¿Hay alguien de aquí llamado Hilel?
Salió Hilel nuevamente a su encuentro con la misma calma de siempre y le preguntó, como si fuera la primera vez:
- ¿Qué es lo que deseas?
- Tengo una pregunta. dijo el hombre.
- ¿Cuál es tu pregunta?, dijo Hilel
- ¿Por qué las plantas de lo pies de los africanos son más amplias que las del promedio?
- Muy buena pregunta, dijo Hilel: Porque ellos viven en zonas pantanosas (y así los creó Hashem para que no se hundan).

- Tengo más preguntas, dijo el hombre, pero temo preguntarlas, es que no querria hacerte enojar.
Hilel se sentó a su lado, y le dijo: todas las preguntas que tengas puedes formularlas.
- ¿Tú eres Hilel, al que llaman presidente del Sanhedrin?
- Sí, contesto Hilel
- Si es así, espero que no haya más como tu en Israel!, dijo el hombre
- ¿Por qué lo dices?, preguntó Hilel
- Porque por tu culpa perdí cuatrocientos zuz, dijo el hombre.
- Cuida de ti, le dijo Hilel: es conveniente que pierdas cuatrocientos y
otra vez cuatrocientos (ya que no sólo perdió de ganar sino que perdió sus 400), pero que nunca Hilel se enoje contigo.

Y la casi obvia pregunta es: ¿cómo mantuvo Hilel esta conversación si la guemara nos acaba de enseñar que no hay que contestarle a un tonto, salvo que sea una pregunta de Torah?

A lo que el Maarsh"ó (uno de los mayores exégetas de la Guemará) contesta:
Hilel, por su gran humildad, no creyó que este hombre viniera a hacerlo enojar, sino que vio que en estas preguntas había más profundidad y que estaban relacionadas directamente con temas de Torah.

Cada pregunta la relacionó con una mala cualidad: altanería, mirada dañina, y ambición, tal como están enumeradas en Pirkei Avot.
Cuando preguntó por qué los bablilonios tienen la cabeza redonda, pensó que aludía a la altanería, ya que "cabeza" se refiere a los ricos. Y como está explicado en el Tratado de Suca 29b, uno de los motivos que llevan a perder los bienes, es la altanería. Y la redondez es como una rueda que da vueltas y lo que estaba arriba ahora está abajo.
Hilel respondió a la pregunta diciendo "porque no tienen parteras inteligenetes". O sea: porque la altanería pasó a dominarlos, perdieron la inteligencia.

La segunda pregunta, de por qué los ojos de los orientales son
alargados, Hilel la relacionó con la "mirada dañina". Como está explicado en el tratado de Sanhedrin 28a, que el problema que despeñó a la generación del diluvio fue que, a partir de fijar su mirada en la desnudez que estimula la lujuria, propiciaron que los bajos instintos se adueñaran de ellos. A lo que Hilel contestó que ellos viven entre las arenas: la palabraen en hebreo, "jol" se traduce por arena, y también alude a "lo profano".

Y en la tercera pregunta (por qué los africanos tiene la planta de los
pies más ancha), pensó que se refería a que la fuerza de su deseo es
suficientemente poderosa para hacer que siempre deseen más y nunca estén conformes con lo que tienen. Y "pies" lo tomó por símbolo del dinero, que es lo que pone al hombre de pie. A lo que contestó: "porque que viven en zonas pantanosas". "Bitsá", en hebreo "pantano", refiere también a "betsa", que es "ganancia", en este caso mal habida. Los africanos originalmente son descendientes de Cna'an, y como está escrito en el tratado de Pesajím, Cna'an ordenó a sus descendientes: "amad la riqueza y la ganancia".


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