17 agosto 2005

Matók MiDvásh 21 - Ekev 5764 - Nuestra madre Saráh: la vida de una mujer judía

Palabras de la mujer judi'a
NUESTRA MADRE "SARAH": LA VIDA DE UNA MUJER JUDIA

por Galia Ginerman
Nota original, en hebreo, exclusiva para Matok MiDvash. Traducción: Ieshivah.Net

¿Crees que una mujer que consagra su vida a la Tora'h es "ano'nima", "aburrida", "triste"....? Me atrevo a asegurar que es exactamente al reve's. Y he aqui' un gran ejemplo.

Queridas lectoras:

Sara'h, nuestra matriarca, fue hija de Hara'n, hijo de Te'raj y hermano de Abraha'm. De la infancia de Sara'h nada nos relata la Tora'h: recie'n nos es dado conocerla a partir del momento en que contrae matrimonio con su ti'o Abraha'm. A continuacio'n, se nos informa de su esterilidad, leemos acerca del episodio de su sirvienta Haga'r (a quien entrega Sara'h por segunda esposa a su marido para que le provea descendencia) y del nacimiento de Ishmae'l. Posteriormente, Sara'h da a luz a Itsja'k (Isaac) y por fin, Haga'r e Ishmae'l son expulsados del hogar.

Sara'h es, de hecho, la primer mujer judi'a en el mundo.

Abraha'm y Sara'h toman sobre si', en nombre propio y de su descendencia para todas las generaciones, la fe en una u'nica deidad; consecuentes con su asuncio'n vital, instalan en la conciencia de quienes les rodean la conciencia del verdadero rol del hombre en la Creacio'n, y su compromiso esencial respecto del Creador.

Sara'h, que tuvo el don de la profeci'a, nos ensen~a co'mo es la vida comprometida con la Verdad de la mujer judi'a. De acuerdo a los exe'getas, su nivel de profeci'a era superior al de Abraham, y junto con e'l abandono' su tierra natal con gran sacrificio para obedecer la disposicio'n de Hashe'm, y consagro' su vida a esparcir el conocimiento del Creador en este mundo.

Sobre el versi'culo, referente a Abraham y Sara'h, "Y el espi'ritu que hicieron en Jara'n" (Bereshi't -Ge'nesis- 12:5), se nos explica que esta' referido a todos a quienes ellos iniciaron y convirtieron a la verdadera fe y el culto verdadero. El rol de Sara'h era claro, e iba mucho ma's alla' de ser un "apoyo" o una "compan~i'a" para su marido: ella se dirigi'a a las mujeres, les explicaba su rol y su misio'n y los deberes que su naturaleza les deparaba respecto del Creador. Era una "enviada", una "embajadora" de la verdadera Ley para las mujeres, como lo era para los hombres Abraha'm.

Tambie'n nosotras somos "embajadoras". Cada mujer judi'a es u'nica y especial, y detenta una funcio'n en absoluto inferior a la de nuestra Madre Sara'h. Cada mujer judi'a es madre de las generaciones que le sucedera'n, y au'n en una situacio'n como la de Sara'h, que hasta los 90 an~os no recibio' la gracia de concebir descendencia, debe ser ejemplo para todas quienes le rodean en la pra'ctica del camino de la Verdad tal como para nosotras lo sen~ala el Creador.

Nuestro mundo moderno amenaza robar el sentido a nuestras vidas. Desde la temprana juventud, nos ensen~a la "calle" que una mujer "exitosa" es aque'lla que construye para si' misma una carrera serpenteando todos los obsta'culos, y au'n asi', de uno u otro modo, logra preservar la belleza y atractivo juvenil, como si pasara sus di'as en un salo'n de belleza.

La publicidad y el cine se esfuerzan en convencernos en que asi' son realmente las cosas, y en tal sentido construyen nuestros suen~os y caminos. La "calle" implanta en muchas de nosotras severas dudas respecto del "estar en casa con los nin~os", y nos hace creer que la realizacio'n de nuestro verdadero potencial se encuentra precisamente fuera del hogar.

Mas he aqui' que llega hasta nosotras Sara'h, nuestra Madre, a ensen~arnos que' es una mujer verdaderamente exitosa. ¿Que' significa verdaderamente la aseveracio'n de que Sara'h "converti'a" a las mujeres?

Sara'h vivi'a fundida en la realidad del Creador, y en comunicacio'n permanente con El en cada instante. Vivi'a de modo tal que a cada instante sabi'a preguntarse que' esperaba de ella Hashe'm, y co'mo debi'a de acuerdo a la Verdad conducirse ante cada situacio'n. Y de la armoni'a resultante entre la Voluntad de Hashe'm -el propo'sito trascendental de la Creacio'n- y su propio modo de conducirse, extrai'a su propia felicidad, y su capacidad de demostrar en el ejemplo propio a las mujeres que la rodeaban co'mo desarrollar una vida verdadera, ajustada a las ma'ximas posibilidades de la naturaleza propia.

La vida de Sara'h no fue especialmente fa'cil. Dada su singular belleza, Abraham se vio forzado una y otra vez a declarar que ella era, en realidad, su hermana (lo que en sentido estricto era ba'sicamente verdad: Sara'h era hija de su hermano), para que no lo mataran con el propo'sito de quedarse con ella. En medio de situaciones de tal cariz, Sara'h fue conducida dos veces al palacio de Farao'n, rey de Mitsra'im, que creye'ndola libre y soltera se propuso desposarla. Y au'n bajo tan terribles circunstancias, bajo la presio'n de situaciones que no pareci'an resolubles, Sara'h mantuvo su fuerza y su conviccio'n y actuo' de modo correcto. Continuo' cuidando de su actitud pudorosa, y elevo' sus plegarias a Hashe'm para que la salvara. Y fue entonces liberada de Farao'n, y devuelta a su esposo Abraha'm.

Ma's tarde, cuando dio por sentado que no podri'a tener hijos, entrego' a su sirvienta Haga'r a que proveyera descendencia a Abraha'm, y de esa unio'n nacio' Ishmae'l. So'lo imaginar por un instante la magnitud de la humillacio'n que se autoinfligio' Sara'h al actuar de tal modo.... partiendo de la anulacio'n del propio ego, del propio deseo, en beneficio de lo que la Verdad indicaba por correcto.

Mas en el momento del Jesed, cuando se hizo milagrosamente posible para ella concebir y trajo a Itsja'k al mundo, no dudo' en liberarle de la influencia de Haga'r e Ishmae'l, e insto' a Abraha'm a expulsarlos de su hogar. Abraha'm vacilo', pero Hashe'm dio la razo'n al celo de Sara'h y ordeno' a Abraha'm obedecer a su deseo; porque Sara'h, otra vez, no actuaba movida por celos o deseos de venganza, sino desde la certeza de que Itsja'k debi'a ser criado en un marco de sacralidad, al que eran ajenos los modos de conducirse de Ishmae'l.

Todos nuestros temores, y la presuncio'n de que perderemos el tiempo si nos dedicamos a nuestro hogar y nuestros nin~os, y la ansiedad que instala en nosotros el mundo exterior de desarrollar una "carrera" y "hacer algo de nuestra vida", desaparecera'n de pronto con que so'lo logremos aprender de Sara'h el intenso sentido que guarda la vida de una mujer judi'a. No es que debamos permanecer u'nicamente en el hogar, y u'nicamente dedicadas a nuestros hijos; mas si', atentas siempre a que' es lo bueno y lo correcto a ojos del Creador en cada circunstancia de la vida.

Y cuando por fin tenemos hijos, debemos proponernos guiarles con cuidado y responsabilidad en el camino de la Tora'h, y no permitirnos errar o pensar que "las cosas deben fluir por si' mismas", sino estar siempre en nuestro puesto, atentas al crecimiento de las almas que Hashe'm ha puesto a nuestro cuidado.Y e'sto no es un pensamiento abstracto, sino un verdadero objetivo vital.

La vida de una mujer judi'a no es la vida de "una ma's", igual a la de tantas otras como ella. Tampoco es la vida de un ama de casa rutinaria y aburrida. La vida de una mujer judi'a es la vida de Sara'h, el paradigma de madre y de mujer abocada a la Verdad y consagrada a implantarla en el mundo: a trave's de cuidar de un hogar que sea Templo para Hashe'm, a trave's de dar a sus hijos una orientacio'n minuciosa hacia el bien, a trave's de incidir en todas y cada una de nosotras ensen~a'ndonos esa sensibilidad que la sostiene, ese siempre saber "que' espera Hashe'm de mi' en esta circunstancia" y actuar en consecuencia. Una vida que no se permite "ir con la corriente", sino que se vigila y se critica y se corrige a si' misma de continuo, trabajando en el "tiku'n", la reparacio'n de si' misma, y desde si', la reparacio'n del mundo todo.

Con ese objetivo nos fue entregada la Tora'h: la palabra Tora'h sale de "horaAh", que es ensen~anza, transmisio'n. Nos ensen~a la Guemara' que el hombre es guiado hacia el camino que e'l mismo elige: quien elige el mal, se abren las puertas del mal a su paso y le bienvienen. Y Hashe'm abre puertas y caminos y habilita herramientas adecuadas, para quienes eligen y desean el Bien, la Verdad, la consagracio'n. Si somos suficientemente sabias para elegir el camino de la Tora'h, sera' el Creador mismo quien nos guiara' a cada instante para que no nos desviemos, para que no perdamos el rumbo, para que seamos dignas descendientes y disci'pulas de Sara'h.

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