MALDITO QUIEN GOLPEA A SU HERMANO A ESCONDIDAS
por Gabriel ben-Israel
Intentábamos comprender la pasada semana las causas del largo exilio espiritual de Israel, que no termina. Tanto en el análisis de conciencia como en las palabras de nuestros sabios hallamos numerosos puntos a recomponer, mas sostuvimos que el "lashón hará", la maledicencia, está a la cabeza de las causas de nuestro mal. Y siendo así: ¿cómo aspiraremos a la Redención, a la gueUláh, sin enmendar su causa principal?
El primer decreto de Hashém que ordenó el exilio de Israel, tuvo por motivo el pecado de los "meraglím", de los espías que envió Moshéh a la tierra de Israel y la criticaron, tal como explica Rashi en Tehilim 106:26 y el Ramba"n en parashat Sheláj (Bamidbar 14:1): el pecado de los espías fue nada más ni nada menos que "lashón hará" sobre la Tierra Prometida, y como se explica en el Talmud (Tratado de Arajin, 15), "nosotros estamos obligados a enmendar este pecado antes que llegue la gueUláh".
Está escrito que el "lashón hará" provocó que Israel tuviera que hacer trabajos forzados durante la esclavitud en Egipto; como dice en parashat Shemót (2:14): "ahora se sabe la cosa", y explica Rashi que por cuanto que Israel actuó como los demás pueblos del mundo, nos hicimos merecedores de los trabajos forzados. Y en el Midrásh Raba sobre parashat Tetsé hallamos: "dice Hakadósh Barúj Hu: en este mundo, debido al lashón hará que hay entre ellos, les quité" y oculté de ellos "la Divina Presencia, pero en el futuro...".
También podemos ver en parashat Vezót Haberajáh, al final del libro Devarím: "y Ieshurun será rey... y estarán unidas las tribus de Israel". Se pregunta aquí Rashi: "¿cuándo será rey Ieshurun?", y responde: "solamente cuando estén unidas las tribus de Israel, y no en "agudot, agudot", distribuidas en partidos y pequeños grupos.
¿Cómo podemos despreciar de esta forma las bendiciones que Hashém nos tiene destinadas y que con tanto anhelo esperamos? Sucede que estamos "acostumbrados" al "lashón hará", tomamos con liviandad el hábito de emplear el habla para el mal, y no abrimos los ojos: si los abriéramos, no nos atreveríamos a hacerle frente a una klaláh -maldición- explícita en la Toráh, que leemos en Devarím 27:24: "maldito el que golpea a su compañero en secreto", que por supuesto se refiere al "lashón hará" como explica Rashi allí.
Nosotros queremos lo mejor, no hay duda; el problema es que parece que no encontramos el camino. Hashém nos dice que Su Presencia estará entre nosotros cuando estemos realmente unidos, y ésto, como todos explican, se refiere al "lashón hará" que nos separa en "grupitos", grupitos en los que un "grupo" habla del otro; y ésto no hace falta explicarlo, lamentablemente sabemos de que hablamos...
Queremos que venga el Mashiaj, ¿de verdad eso queremos? Entonces, ¿por qué no empezamos a acercarlo? El poder de traerlo está en cada uno de nosotros, y vale la pena el esfuerzo...
hasta la próxima...
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