17 agosto 2005

Matók MiDvásh 24 - Ki-Tetsé 5764 - La reina Esther: más allá de las limitaciones de "la realidad"

Palabras de la mujer judi'a
LA REINA ESTHER: MAS ALLA DE LAS LIMITACIONES QUE IMPONE "LA REALIDAD"

por Galia Ginerman Nota original, en hebreo, exclusiva para Matok MiDvash. Traducción: Ieshivah.Net

Tehilim -Salmos- 22

Cierto, aún no es Purím -cuando leemos el libro de Esther-, mas de la reina Esther y de su actuación es bueno estudiar en todo momento del año. Hay un punto singular y único en la reina Esther, que estimo oportuno compartir con ustedes hoy.

El relato de la Meguiláh (el "Libro de Esther";) es conocido. El imperio de Ajashverósh (Asuero) se extendía sobre 127 países, desde la India a la tierra de Cush; nadie le superaba en poder. La Meguiláh cuenta cómo, tras una fiesta que dispuso para toda la Corte, mandó ejecutar a su esposa Vashtí por consejo de uno de sus principales, de nombre Mehumán (a quien luego conoceremos por el nombre de Hamán). Ajashverósh se arrepiente de haberla sentenciado a muerte, y sus cortesanos le sugieren buscar consuelo eligiendo una sucesora para Vashtí. Tras una larga búsqueda y selección, es elegida Hadasáh, sobrina y pupila de Mordejái el judío, quien es llevada al palacio del rey para convertirse en su esposa. Su nombre cambia entonces, y pasa a llamarse Esther.

De aquí en adelante, los sucesos se desarrollan de modo tal que se emite una sentencia de muerte contra todos los judíos, según la cual habrán de ser todos ejecutados en un mismo día. El autor de la iniciativa y el decreto es el malvado Hamán, el más cercano asesor del rey Ajashverósh.

Esther, la reina, cumpliendo la orden que recibe de su tío Mordejái, entra en acción y consigue dar vuelta el destino que les espera: es relevada la sentencia que pesa sobre las cabezas de todos los judíos, y se les autoriza a acabar con sus enemigos en ese mismo día. Esa fecha fue fijada para la posteridad como la festividad de Purím, que celebramos cada año.

Pero hay un punto especial que halla expresión en la conducta de Esther desde que toma conocimiento de la sentencia de muerte para su pueblo. Y ese punto es el que hoy quiero desgranar de su contexto y develar.

Para ello, les invito a retornar a los detalles de la narración: Hamán es un importante ministro en el reinado de Ajashverósh; por su voluntad expresa, todos los súbditos del reino deben posternarse y reverenciar a su paso. Empero, Mordejái el judío, que se ubica cada día ante las puertas de palacio de modo tal que es visto por Hamán todos los días, se niega a reverenciarle. Por tal causa despierta en Hamán la ira y el deseo de venganza. Hamán no se contenta con la idea de condenar a Mordejái, sino que investiga su origen para tomar venganza en todo el pueblo a que Mordejái pertenece. Al cabo de sus consultas, se le revela que Mordejái pertenece al pueblo judío, y Hamán, descendiente de Amalék -el pueblo que odia a Israel desde los tiempos de la liberación de Egipto-, decide aprovechar la oportunidad para exterminar al pueblo judío completo. Toma una gran cantidad de dinero, la pone ante el rey en calidad de ofrenda, y a cambio, pide de él un "pequeño" favor.

"Y dijo Hamán al rey Ajashverósh: hay un pueblo disperso y mezclado entre los pueblos, en todos los países de tu reino; sus cultos son distintos de los de todo otro pueblo, y no cumplen con los cultos del rey, y no hay razón para que el rey desee que permanezcan así". (Esther 3:8)

El rey no piensa demasiado: firma y pone el sello real sobre la sentencia de Hamán, cuyo significado es la muerte y la desaparición de todos los judíos en un sólo día. Ajashverósh no sabe que la reina Esther, su amada esposa, pertenece al pueblo judío; por cuanto Mordejái ordenó a su sobrina no revelar su origen bajo ninguna circunstancia.

La sentencia se conoce fuera de palacio, y Mordejái acude inmediatamente a sus puertas, vestido de luto. Enterada Esther y temerosa por las razones que pudieran haber llevado a tal situación a su tío, envía a él un mensajero, que retorna a ella con la noticia del terrible decreto. El mensajero trae consigo también una instrucción precisa y urgente de Mordejái: Esther debe dirigirse al rey, y solicitar la anulación de la sentencia.

Esther vuelve a enviar al mensajero: "de acuerdo a las normas del palacio, ella no está autorizada a acudir donde el rey sin mediar invitación de su parte; y si acude de todos modos, pone en riesgo su vida". Porque "todo hombre y mujer que acuda ante el rey, al patio interior, y que no haya sido llamado, la ley ordena que muera" (Esther 4:11). La respuesta de Mordejái es impactante por su simpleza: "No atiendas a tu vida, y con ello, te escondas de todos los judíos en la casa del rey. Porque si callas, si no actúas en esta ocasión, el provecho y la salvación acudirán a los judíos por otra vía, y tú y la casa de tu padre desaparecerán. Y quién sabe si no fue justo para esta circunstancia que llegaste a la realeza" (4:13,14).

Esther comprende la verdad profunda del mensaje, y contrariando las rígidas normas del palacio, acude al rey. Y el resto lo conocemos (para quien desea acudir a él, el texto completo de la Meguiláh en una buena traducción, se encuentra aquí)" src="http://blog.free-press.org/smilies/icon_arrow.gif" />.

Deseo detenerme en este episodio del diálogo entre Mordejái y Esther, y en la acción subsiguiente de Esther, que condujo a la salvación de todo el pueblo de Israel.

La reina Esther es una mujer judía que crece y recibe su educación en casa del mayor sabio judío de su generación, y miembro del Sanhedrín en el exilio: su tío, Mordejái el judío. Razonablemente, una joven judía que recibe tal educación desea fundar un hogar judío en el marco de la Toráh, contraer matrimonio con un "talmíd jajám" (un discípulo inteligente, un sabio de la Toráh), y traer al mundo niños judíos reverentes al Creador, cultores de la Toráh, y ser una digna madre judía para ellos. No obstante, las vueltas del destino la llevan a contraer matrimonio contra su voluntad con un rey no judío, ajeno por completo a su deseo y vocación.

La reina Esther vive varios años en el palacio del rey antes de los sucesos trágicos de desenlace feliz que relata la Meguiláh. Por fuera completamente de su voluntad y de los sueños que albergara para sí misma, es la esposa de un rey pagano: algo que nunca hubiera podido desear. Se la ve como completamente sometida, perdida de antemano, sin opción ni libertad de elegir en absoluto.

Y he aquí que al cabo de unos años, llega un día en que la situación de su pueblo exige de ella romper todos los límites de lo posible, y llevar a cabo una acción que exige mucho más que una dosis normal de valentía y coraje.

Son muchas las ocasiones en que sentimos que estamos "limitados" por el destino y por las circunstancias. Creemos que no disponemos de libertad para elegir, que estamos sometidos y que sólo es esperable que nos comportemos de acuerdo a las leyes que rigen el entorno en que nos encontramos. Tenemos la impresión de que todo nuestro albedrío se limita a elegir lo mejor de entre las opciones que nos son puestas ante los ojos, y a veces aún peor: nos parece que estamos obligados a elegir la "menos mala" de las opciones, la "menos dañina" de entre lo que se nos ofrece.

Mas nunca se nos ocurre que lo que debemos es elegir el bien absoluto, lo verdaderamente bueno por encima de toda limitación; aún si ello implica romper las reglas del marco en que vivimos.

La reina Esther nos enseña un gran capítulo acerca de cómo debe ser la conducta de un judío.

"Quién sabe si no fue justo para esta circunstancia que llegaste a la realeza", le dice su tío Mordejái. En otras palabras: Si tienes la impresión de que tu situación actual te impide tomar tu propia determinación, te equivocas. Tienes libertad de elegir, y esa libertad se encuentra fuera de los límites de lo que ves como posible. Puedes elegir entre dos opciones: la primera, permanecer en tu situación actual y no arriesgarte.... mas de ese modo fracasarás en la misión que viniste a cumplir al mundo, la misión por la que existes y por la que has sido creada, y entonces, "el provecho y la salvación acudirán a los judíos por otra vía"; el Creador puede enviar a otro salvador en tu lugar si tú optas por no cumplir tu cometido. Mas ahora, en principio, eres tú la elegida para actuar en nombre de Hashém, y puedes optar entre aceptarlo o no.

Y Esther elige aceptar la misión que Hashém pone en sus manos; elige consagrarse al verdadero bien.

Pero el proceso no ha de ser tan sencillo, y Esther lo entiende desde el inicio. Ante todo, no se trata de una actuación exclusivamente individual: le indica a Mordejái ordenar a todo el pueblo niños incluidos, un ayuno de tres días por el éxito de su gestión, y ella personalmente ayuna junto a las damas que le sirven. Tras ello, eleva a Hashém su plegaria para que determine el éxito de su camino.

El capítulo 22 de Tehilím (Salmos), "Para el músico principal, sobre el lucero del alba", se vincula con la reina Esther. En este canto, expresa Esther la situación de espanto en que se encuentra. Ora a Hashém, y siente que su plegaria no es oída: "¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?"; y continúa: "clamo de día, y no respondes; clamo de noche, y no hay sosiego para mí". Más adelante, describe la debilidad física que experimenta en su camino: "Mi vigor está seco como arcilla, y mi lengua se ha pegado a mi paladar. Me has puesto en el polvo de la muerte". Continúa y eleva su plegaria desde lo profundo de su corazón, mientras camina acercándose al patio interior del palacio en que el rey Ajashverósh se encuentra. No espera a que suceda nada especial, a que las circunstancias parezcan "favorables".... sino que toma la iniciativa y actúa -"haremos y comprenderemos"-, y cuando llega por fin al patio del rey, halla que su plegaria ha sido respondida: "Y fue cuando vio el rey a la reina Esther, de pie en el patio, halló gracia a sus ojos" (Esther 5:2).

Aquí aprendemos qué es realmente "mesirút néfesh", la entrega, la consagración de uno mismo, y cómo es de esperar que todo judío se conduzca bajo cualquier circunstancia.

El entorno en que se halla Esther no es el ideal, y sus opciones no son especialmente amplias. Mas al mismo tiempo, cuando la verdad se planta ante sus ojos, cuando aparece por fin la oportunidad de hacer lo justo, lo verdadero y lo correcto de acuerdo a la Toráh, no hay para ella más "marcos", entornos ni limitaciones.

Bajo estas circunstancias, no puede un hebreo refugiarse en la aserción de que "no hay nada que yo pueda hacer", de que "no hay opción"; sino que debe confiar en Hashém, elevar su plegaria por el éxito de la misión, por la imposición de lo verdadero y lo justo sobre la realidad, y saber que Hashém ayuda y guía y trae éxito a nuestro camino únicamente si estamos listos con cuanto somos a entregarnos, a consagrarnos enteros por la realización de la Verdad, la voluntad del Creador.

Nosotras, las mujeres, disponemos de un sentido especial, una suerte de sexto sentido con el que percibimos al prójimo en su esencia. Por ello es responsabilidad de las mujeres la educación de los niños. Debemos estar despiertas y atentas a este "sentido" en cuanto concierne a nuestras vidas y a las de quienes nos rodean, y aprender a manejarnos desde él con sabiduría.

Tenemos prohibido evadirnos hacia dentro de "las limitaciones de la realidad", y argüir desde tales limitaciones la inacción, la flaqueza de nuestras manos, la impotencia que nosotras mismas elegimos. Debemos aprender de Esther: una mujer elegida para salvar a todo el pueblo de Israel. Debemos aprender a emular su camino, a dirigirnos únicamente en el sendero de lo justo y lo verdadero, en el camino de la Toráh, y elevar nuestra profunda plegaria a Hashém con todo el corazón, pidiendo que nos auxilie a trazar y hollar nuestro camino y allanarlo en dirección a la verdad. Tal como nuestras Madres sagradas, que bien conocían el objetivo y se dirigieron a él sin vacilar; al igual que Esther, que continuó su legado; tomar ánimo y elegir siempre, bajo toda circunstancia, el bien: "Y elegirás la vida"..

Original en hebreo: http://www.amisrael.net/vaiomer/2004/08/blog-post_109327390805675174.html

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