LA IMPORTANCIA DE QUE EL REBAÑO CONOZCA A SU PASTOR
por Gabriel ben-Israel
para LebEjad no. 38 y Mato'k MiDva'sh
Pregunta Rabi Iaacov Shaul Eliashar ztzâ"l: ¿por que' estamos obligados a agradecer por el milagro de la salida de Egipto? Tuvimos otras guerras, como Amalek, Sijon, Og, Sisera o Sanjeriv, y en ellas no vimos ninguna obligacio'n como la de agradecer por la salida de Egipto, ¿cua'l es la diferencia?
Lo vamos a explicar con un ejemplo: un hombre le entrega sus ovejas a un pastor para que las lleve a pastorear a los campos desde la man~ana y las regrese al fin del di'a. Este pastor quiere saber hasta do'nde llega su obligacio'n, entonces va con el "daia'nâ" (juez) y le pregunta: si viene un zorro sobre el reban~o, ¿que' tengo que hacer?
"Debes salir a su encuentro con tu vara, y espantarlo, gritarle y pegarle hasta que se vaya, siempre y cuando que no te pongas en peligro tu'", contesto' el daia'n: ya vimos en David Hamelej que enfrento' al leo'n y al oso para salvar a las ovejas de sus garras.
Y si viene un grupo de zorros sobre el reban~o, ¿que' puedo hacer con mis gritos y con mi vara? Solamente puedo espantar a uno de ellos...
"Entonces, tu obligacio'n sera' pedir ayuda del pueblo ma's cercano".
Ellos no vendra'n gratuitamente, objeto' el pastor.
"Entonces les asegurara's un salario a cuenta del duen~o del reban~o, un salario cuyo valor no sea superior al del reban~o", aclaro' el daia'n.
No entiendo, dijo el pastor, yo tengo que pedir ayuda y puedo ofrecer como recompensa por la ayuda hasta el mismo valor del reban~o. No entiendo para que' hay que hacer tanto movimiento, si, al final de cuentas, para el duen~o del reban~o contratar ayudantes y pagarles lo que vale el reban~o no le da ningu'n beneficio. Seri'a preferible, no llamarlos, y dejar que los zorros se coman las ovejas; yo me quedari'a descansando a un costado, y no provocari'a ninguna pe'rdida al duen~o de las ovejas..., ¿para que' tengo que esforzarme, pedir ayuda, pelearme con ellos para llegar a un acuerdo de cua'nto dinero van a recibir por ayudarme, espantar a los zorros y todo lo que e'sto genera para que luego, lo que tiene que pagar el duen~o es el mismo valor que si los zorros se hubieran comido las ovejas?; llegado el caso, que el duen~o compre otras y listo.
"Preguntas bien", dijo el daia'n: "la misma pregunta hace el Talmud (Baba Metzia 93b), y contesta que todo este esfuerzo vale la pena y es bueno para el duen~o del reban~o, ya que las ovejas ya esta'n educadas, adiestradas: conocen a su duen~o y tambie'n el camino de regreso a casa. Si en cambio, compramos un reban~o nuevo, e'ste necesitara' adiestramiento y educacio'n".
Esta es la respuesta de Mosheh Rabeinu al Bore' Ola'm (el Creador) despue's del pecado del becerro de oro. Hashe'm le dice a Mosheh: "De'jame que los destruya y borre su nombre de debajo de los cielos, y voy a hacer que salga de ti' un pueblo ma's fuerte y numerosoâ". Pero Mosheh no se conforma con e'sto y responde al Creador unos versi'culos ma's adelante: "son tu pueblo y tu herencia, Tu' los sacaste con tu gran fuerza y tu brazo extendidoâ", como diciendo: no los cambies por un reban~o nuevo, ¡cua'nto tiempo y esfuerzo invertiste en ellos para que ellos te "conozcanâ"!. Ellos son tu pueblo y conocen tu fuerza, y si se salen del camino, pueden volver facilmente...
Por esto, no debemos ser "friosâ" cuando vemos que tenemos que salvar al pueblo de Israel del la mano de sus perseguidores y enemigos, como el pastor que esta' obligado a salvar el reban~o por todos sus medios, aunque salvarlo cueste lo mismo que comprar un reban~o nuevo: au'n es "buen negocioâ", porque el reban~o conoce a su duen~o.
En Mitsra'im, el pueblo de Israel era como un "reban~o nuevoâ", sumergido en los 49 grados de impureza, el grado ma's bajo, lo peor de lo peor, como dice en Tehilim (Salmos), que estaban mezclados con los egipcios y aprendieron de sus malas acciones. Y en semejante situacio'n, ningu'n pastor esta' obligado a salvar al reban~o, y si Hakado'sh Baruj Hu nos salvo' y nos saco' de Egipto fue solamente por su "gran favor especialâ" para con nosotros: en un proceso milagroso fuera de toda previsio'n razonable nos libero', y ello nos merece agradecimiento eterno.
Ahora tambie'n podemos comprender por que' en el "birca't hamazo'nâ" (la bendicio'n tras una comida) decimos: "baru'j atah Hashem... avinu roenuâ" (nuestro padre, nuestro pastor), ya que Hakadosh Baruj Hu es tambie'n llamado "el pastor de Israelâ" (Tehilim 80,2), y tambie'n en la bendicio'n anterior pedimos "padre nuestro, pastore'anosâ". ¿Co'mo se comprende? ¿Que' ocurre aca'? ¿Acaso las ovejas tienen que pedir a su pastor que las saque a pastar?
La respuesta es que todo e'sto depende u'nica y exclusivamente de nosotros! Asi' como el pastor puede llegar a la situacio'n de abandonar una oveja, si la oveja (re)conoce a su duen~o, conoce el camino de regreso... nosotros decimos, gritamos y pedimos "Hashem, Nuestro D-s, Nuestro Padreâ", nosotros conocemos nuestras posibilidades y debilidades, por eso, "se' tambie'n Nuestro Pastor"..
Fuente: Matamim leshuljan Shabat.
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