17 agosto 2005

Matók MiDvásh 20 - Devarím - De dónde nace el verdadero derecho a reclamar

HOY NUESTROS SABIOS NOS DEVELAN:
DE DONDE NACE EL VERDADERO DERECHO A RECLAMAR

Cumplía con todas las mitsvót...

En el Tratado de Brajót del Talmud Bablí (hoja 31b) se discute acerca de la plegaria elevada por Janáh, esposa de Elkanáh, protestando ante el Creador por su esterilidad y suplicándole hijos. Su plegaria (Samuel 1:1) tiene respuesta final en su embarazo, del que nacerá el profeta ShmuEl, que habrá de suceder a Eli en el oficio sagrado.

Y así dice Janáh frente a Hashém: "Amo del Mundo: de cuanto creaste en la mujer, nada creaste en vano; ojos para ver y oídos para escuchar, olfato para oler y la boca para hablar; manos para realizar trabajo con ellas, piernas para caminar. Y senos, para amamantar con ellos. Entonces, si me has dado senos, ¿por qué no me das hijos que amamantar? Dame hijos y podrán mis senos amamantar".

Los sabios llaman la atención sobre el problema que este argumento está llamado a generar, si es aceptado tal cual por el Creador. Tal lo explica el Jatám Sofér: "en principio, toda mujer que no puede tener hijos podría reclamar con este argumento. Mas este argumento requiere de un soporte que no cualquiera puede ofrecer: 248 órganos hay en el cuerpo, destinados a cumplir con ellos 248 mitsvót. Sólo quien dedica fielmente cada uno de sus órganos al cumplimiento de su finalidad sagrada, puede reclamar que ninguno de ellos resulte impedido de su verdadera misión".

Hashém honra su propia palabra, y admite que el hombre que responde a su compromiso con la Verdad le reclame. Janáh, una tsadéket que cumple todas las mitsvót que se encuentran a su alcance, tiene entonces derecho a exigir del Creador una enmienda de su situación. Y el Creador, a la vista de su razón, responde positivamente.

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