A modo de Editorial:
TIEMPO DE ALZAR LA VOZ MIRANDO AL FIRMAMENTO: HACER Y PEDIR, Y ASI SERA
Queridos amigos:
Ingresamos esta semana al libro de Devarím -Deuteronomio-: el quinto y último libro de la Toráh, en que Moshéh, previo a despedirse de su pueblo, les advierte bajo qué condiciones vivirán en la tierra de Israel; de modo que no olviden que, aún perteneciendo la tierra y su riqueza a su "vida material", y la Toráh a su "vida espiritual", sólo por mérito de la Toráh y las mitsvót les es concedida la rica tierra que Hashém prometiera a Abrahám, Itsják y Iaacóv en heredad.
El libro Devarím consta, conceptualmente, de diez parashiót (secciones), considerando que Nitsavím y Vaieléj son una única unidad. Y según explica el Gaón de Vilna, cada una de estas diez parashiót enseña acerca de lo que ocurrirá durante su siglo correspondiente en el sexto milenio de la Creación. A fines del año 5764, es bueno saber que este libro que hoy comenzamos a estudiar nos habla especialmente a nosotros. A su vez, enseñan nuestros sabios que cada milenio desde la Creación halla correlato en los siete días de Bereshít (el Génesis). El sexto milenio en que nos encontramos, es expresión del sexto día, víspera de shabát, en que la Creación entera se alista para el día de suspensión de toda actividad, el día de regeneración espiritual y de sagrado reposo. Al respecto, nos dice la Guemará (Tratado Avodáh Zaráh 3a) que "quien se esfuerce en víspera de shabát, comerá -disfrutará de su alimento- en shabát".
El anhelado shabát de toda la Creación, la gran Redención, exige esfuerzo y preparación, y tal preparación debe ser llevada a cabo en el día -el milenio- de la víspera. En tiempos de tal esfuerzo nos hallamos: tiempo de limpiar el hogar y estudiar y elevarnos y vestir de blanco, y alistar las velas y el vino del kidúsh, para el Gran Shabát que se avecina. Estamos en tiempo de Devarím.
En Devarím, Moshéh habla al pueblo en primera persona, como nunca antes ha hecho. En vez de ser anunciada su palabra por medio de "Y dijo Hashém a Moshéh: ordena al pueblo de Israel...", es él mismo quien presenta sus dichos: "Y me dijo Hashém" (Devarím 2:1). Todos los primeros cuatro libros de la Toráh fueron dichos por boca de Moshéh al pueblo de Israel, y luego escritos por él mismo. No era Moshéh quien hablaba, sino que el Creador hablaba por su boca. Al llegar a Devarím, a la hora de su balance y despedida de Israel, es Moshéh quien habla: recibe de Hashém el dictado preciso -sabemos ya que no falta ni sobra en la Toráh una sóla letra, y aún la perfección y consistencia matemática del texto hace las veces de prueba-, mas lo suscribe personalmente, él, frente al pueblo de Israel. Tal como harán luego todos los profetas que le siguen, Moshéh recibe directamente el mensaje del Creador, y lo desmenuza, lo explica, lo acerca a Israel ahora, en los momentos finales del exilio. Si antes, durante toda la Toráh, prima el carácter "vertical" de la entrega, de Hashém al pueblo, ahora, en cambio, es Israel quien recibe activamente, y aprende a pensar desde su Toráh.
De dos partes se compone nuestra Toráh: la "escrita" -los cinco libros que escribió Moshéh-, y la "Toráh Oral": esta última, a partir de toda la enseñanza oral que Moshéh legó a Iehoshúa y éste a los ancianos y se transmitió desde ellos a cada generación de sabios, de justos y estudiosos, es el desarrollo de la Toráh que habilita su aplicación a todos los órdenes de la vida real. Esta "Toráh Oral" es la que fuera escrita también más tarde, en el Talmud Bablí y el Ierushalmi, en los libros de Sod y de Midrásh, y en todos los que les siguen. El libro de Devarím, en que Moshéh se extiende en explicaciones y desarrollos de cuanto ya ha escrito en los libros anteriores, es paradigma y puente conceptual entre ambas instancias: la Toráh escrita, consistente, compacta y luminosa, y la Toráh oral, que requerirá del estudio y el análisis y la discusión fiel a la Verdad durante todas las generaciones siguientes. Ambas nacen de la misma voz que oímos en Sinai por boca de Moshéh (Shmót -Exodo- 19): "Moshéh hablará, y E-lokim le corresponderá en Voz". Esa voz que suena para siempre y que no cesa, y que por vía del estudio y la acción, despliega cada uno de nosotros desde el alma.
En Devarím, aprenderemos el fundamento conceptual de la moral judía. Si en las lenguas latinas, "moral" sale del latín "mores"="costumbres" (o sea, que la moral está dictada por el uso, por la costumbre), la palabra hebrea "musár" -que equivale a "moral"- sale de la raíz de "Asúr": prohibido, aislado, cerrado. La moral de la Toráh comienza por la aplicación de los cercos que liberarán a la persona del comportamiento animal, instintivo, y le tornarán propicio un camino de verdadera libertad, de verdadero amor, de plenitud y paz.
"Esa voz que suena para siempre y que no cesa", hemos dicho. Y en estos días de Bein-HaMetsarím en que nos enlutamos por la devastación y el exilio espiritual, en que tristecemos en plegaria por la oscuridad que anega el paladar que ansía luz, es oportuno alzar la voz de la Toráh para expandir su sentido, para ahondar en la sabiduría primordial y enlazarnos fuertemente a la Verdad. Desde Ieshivah.Net, simbólicamente, elegimos en estos días inaugurar "KolTorah.Net": la emisora de radio virtual en que, desde ya mismo, es posible atender a clases y conferencias de Toráh de boca de grandes maestros de nuestro tiempo, y a la que desde ya estáis todos invitados (aceptamos críticas, sugerencias y colaboraciones; obviamente, estamos en etapa de pruebas). Porque la voz de la Toráh se despliega en cada deseo, cada acción, cada movimiento de tus manos si es que piensas, y te buscas, y te hallas, te construyes, te liberas. Si aciertas a advertir que no hay verdadera vida sin trascendencia, y que no existe trascendencia sin Toráh.
Tiempo de alzar la voz mirando al firmamento. Tal como nuestros ancestros en Sinai, "Hacer y Oir", hacer y hablar, hacer lo correcto y pedir. Que os sea de provecho el material que, para esta edición, preparamos con amor. Hacer de la Verdad algo que vive en nosotros, y pedir. Y así será.
Con vosotros mis bendiciones,
daniEl I. Ginerman
editor@ieshivah.net
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