17 agosto 2005

Matók MiDvásh 22 - ReEh 5764 - Editorial: Si te dijera que el mundo fue creado para tí


Clickea aqui para escuchar la clase sobre Parashat ReEh, dictada por daniEl Ginerman en nuestro beit-midrash virtual el pasado domingo.


Todo esta' escrito; y estamos aqui' para aprender a leerA modo de Editorial: Nota producida en exclusividad para Matok MiDvash
Actúa y Comprenderás
SI TE DIJERA QUE EL MUNDO FUE CREADO PARA TI

Queridos amigos:

Todos los años, en la festividad de Pésaj, leemos que "en cada generación, debe el hombre verse a sí como si él mismo hubiera salido de Mitsráim (Egipto)". El relato paradigmático de la liberación, del pasaje de la esclavitud a la más alta libertad fundada en el conocimiento de la Verdad, no es un mero acontecimiento histórico, sino el plano de una vivencia que cada quien debe adquirir para sí.

La clave de la situación está dada por la palabra "ver" (lirOt, lamed-resh-alef-tav), que habla de una visión profunda, enraizada en la respiración ("reOt" = pulmones), que abre las puertas de la verdadera conciencia hasta el punto de conducirnos a la "irAh" (de igual raíz): al temor y la fragilidad que experimentamos en el instante de ver cómo realmente funciona la creación, y hasta qué punto está clara, luminosa y minuciosamente involucrado el Creador en ella (ya hablamos del sentido de la irAh a propósito de parashát Ekev)" src="http://blog.free-press.org/smilies/icon_arrow.gif" />. Esa "mirada" a que alude la Hagadáh de Pésaj ("véase a sí mismo el hombre como si estuviera él, hoy, siendo redimido de la esclavitud por medio de milagros inenarrables";), es capaz de cambiarnos por dentro, de mudar nuestra conciencia. Y desde que es capaz de producir cambios en nuestra conciencia (ést es: de fijar un camino a nuestro pensamiento, reflexión y deseo), es capaz de, a través nuestro, modificar la realidad.apaz de, a través nuestro, modificar la realidad.

De modo que, al fijar la mirada de los ojos o la mirada de la mente en algo, interactuamos con ese algo: la vista traza un vínculo entre quien mira y lo mirado, de modo tal que sobre ambas partes incide esa "mirada" que, inocentemente, podría parecernos un evento pasivo, irrelevante y, sobre todo, privado -circunscripto a uno mismo-. Desde ya, sobre esta explicación se apoya todo el cuerpo halájico referido a la "pureza del mirar" (y consiguientemente al recato): no incidirán en su entorno de igual modo ojos habituados a la persecución grosera de lo que los bajos instintos reclaman, y ojos entrenados en la percepción de lo sagrado y en la búsqueda del bien hacer.

Parashát Ekev, la semana pasada, comenzaba invocando a nuestra capacidad de "lishmo'a": de prestar oídos, de atender. Nos decía que, si "prestamos oído", si atendemos a lo que tiene la Toráh para decirnos, atraeremos la bendición sobre nosotros. Si somos la continuación, la proyección témporo-espacial de la Toráh, toda la fuerza de la Verdad estará de nuestro lado. A lo largo de toda la parasháh, varias veces leímos que atender a la palabra de Hashém atraerá sobre nosotros brajáh.... y que lo contrario, el no atender a la palabra de Hashém y desdeñar la oportunidad de ser leales a la Verdad, atraerá sobre nosotros lo contrario.

Hay un momento en que la lectura de parashát Ekev se torna desesperante: repite y vuelve a repetir hasta el cansancio (hasta mi grito) que, seguramente, aún cuando aprendamos a atender, aún cuando recibamos brajáh gracias a ello, aún así y con todo, tenderemos a caer en la desatención, el olvido, el desarraigo; tenderemos a desmerecer lo que nos haya sido brindado; tenderemos a traicionar a la Verdad y a caer en la mezquindad de la mentira; todo ello sin importar de cuán alto nos toque cada vez despeñarnos hasta la bochornosa inmajestad del lodazal.

¿Cómo resignarnos a semejante derrotismo? ¿Cómo no creer con fe completa que ha de haber algún camino para salir de ese círculo maldito, y de una vez por todas, fundirnos en el esforzado deleite de la luz, "ser" el milagro de la Verdad luminosa y caminante incidiendo con bien sobre la Creación?

Parashát ReEh, esta semana, viene a responder a mi pregunta. Sí, hay un camino. ReEh. Mira. Contémplate a tí mismo como si acabaras de ser redimido de la esclavitud egipcia, como si fueras a cada instante partícipe de los milagros del desierto. "Como si", porque si así te ves, así será. "ReEh", nos dice Moshéh en estos días: "entrego hoy ante tí" la brajáh y la klaláh, "la bendición y la maldición". Hoy -cada hoy- es el día en que pone Hashém ante mí la opción: verdad y mentira, bien y mal, luz y oscuridad, vida y muerte: bendición y maldición. Y me ordena: "Mira". "Ve".

Esta verdad radical es la revelación que mi conciencia esperaba. El antídoto contra toda derrota estriba en mi capacidad de ver. Porque si veo como la Toráh me enseña a ver, mi mirada modificará la realidad (no se confunda esta "modificación" objetiva de que hablo, con la distorsión subjetiva que a veces hacemos de lo que vemos a la medida de nuestro deseo: de un punto de vista cognitivo, son una el contrario de la otra), y se tornará imposible la derrota. Si a cada instante y a cada opción yo realmente VEO, con claridad desde mi Toráh y las enseñanzas de mis sabios, dónde está la bendición y dónde la maldición, estaré siendo parte del equipo que no puede ser vencido, que se conforma con mi arribo.

Si sumo mi vida en el sendero de la Verdad, me convierto a cada instante en vehículo a cuyo través la Toráh se proyecta sobre toda la Creación. Entonces, prolongo, ejerzo: preservo y edifico. Preservar, "lishmór", es el siguiente paso que Moshéh nos indicará esta semana (Devarím 12:28): "Shmór veshama'ta"; ésto es: "Preserva y atiende", o mejor aún, en una de sus posibles traducciones conceptuales: "Actúa y comprenderás". Haz lo que debes hacer para ser capaz de ver; mira entonces; atiende a cada paso del camino; sé celoso de cada acción. Entonces, la luz completa de la Toráh se develará para tí, y la más excelsa maravilla sonará a miel en tus oídos.

Con vosotros mis bendiciones,

daniEl I. Ginerman
editor@ieshivah.net

El verdadero sentido de participar de la Verdad


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