"Matók MiDvásh"
prensa electrónica de Ieshivah.Net,desde Jerusalem y Sefarad
Edición No. IX - Shvát 5764, Parashát Itró
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Esta edición es dedicada a la memoria de IekutiEl ben-Iaakóv z"l
y a la sanación plena y la consecución de sagrada descendencia para Sarah Iakut bat-Zoharah y Dalít Janah bat-Rajél
Dedica Matók MiDvásh
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Esta edición es dedicada a la memoria de IekutiEl ben-Iaakóv z"l
y a la sanación plena y la consecución de sagrada descendencia para Sarah Iakut bat-Zoharah y Dalít Janah bat-Rajél
Dedica Matók MiDvásh
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Indice:
* A modo de editorial:"Os icé sobre alas de águilas, y os traje hacia mí"
* ¿Te has atrevido a anhelar y edificar tu plenitud?, por Rav Lior Iasúr
* Exterminar al Amaléc que llevamos dentro, por Rav Meir Ifraj
* El privilegio de Itro: tu oportunidad y la mía, por Rav Doron Rosilio
* ¡Sálvenos D's de la tristeza!, por Rav Dror Tsavari
* La Escolta de la Reina, por Rav David Or haCohen
* Si aprendes a oir, aprenderás a cantar, por Rav Rajamim Cohen
* El Shabát del mundo por venir, por Rav Eial Kedmi
* Suplemento Matók MiDvásh para niños y jóvenes. ¡SALE MAÑANA! Si deseas recibirlo por e-mail, y/o te interesa distribuirlo, ya por e-mail o impreso en tu colegio u comunidad, contáctate con nosotros.
Parasháh de la Semana: Itró / Shemót (Exodo) XVIII,1 -XX, 23
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A modo de editorial:
"Os icé sobre alas de águilas, y os traje hacia Mí"
Al tercer mes de su salida de Mitsráim, en el día indicado, llegó el pueblo de Israel al desierto de Sinai, y acampó frente a la montaña. Y subió Moshéh a la montaña, y le llamó D's desde ella, y le ordenó decir a Israel: "Vosotros visteis lo que hice a Mitsráim, y os icé sobre alas de águilas, y os traje hacia mí" (Shemot XIX,4).
Ya la pasada semana hicimos mención al águila. En el midrásh que representa la situación de Israel, entre el mar inabordable y el ejército enemigo que se acerca, se nos habló de una paloma que se refugia en los hendijos de la roca; en la desprotección del afuera, le acecha un águila voraz. Mas de las profundidades del seguro escondite de la roca hace aparición una serpiente, cuya proximidad asegura una mordedura mortal a la paloma. La metáfora se devela ahora sin esfuerzo: sobre las alas del águila significadas por el mar, se salvó Israel de la serpiente. Y no es que el águila se tornara dadivosa de repente: es que, en medio de las aguas se abrió un pasaje de tierra: la propia naturaleza del mar mudó para hacerse tierra transitable por los pies de Israel, alas de águila fungiendo de alfombra mágica sobre la que trasladarse instantáneamente a donde ya no acecha el mal, por mérito de la fuerza con que nos atrevemos a anhelar el bien.
¡Fijaos qué maravilla!: el águila que acechaba no tenía de atemorizador sino su apariencia: era, en realidad, vehículo de salvación, que sólo se revelaría tal cuando el primero de Israel se atreviera a las espumas del mar y caminara, y siguiera hacia delante sin temor mientras el agua ganaba su vientre, su pecho, después su cuello. Y entonces, recién, se abatiría la amenaza: ante la evidencia de la fe, agacharía el águila su cabeza para ayudar a la paloma a montar sobre sus alas, y todo tornaría al orden éste que no sabe natural pero viaja, aún así, en las certezas del alma, por los caminos nuestros en la vida.
Recitamos cada día "Shmá Israel", nuestra profesión de fe fundamental, que consta de tres parashiót, tres secciones de la Toráh. En la primera, tomamos para nosotros la inamovilidad de la fe. En la segunda, aceptamos y asumimos las mitsvót. Y leemos en la Guemará (Brajót XIII,1): "Dijo Rabi Iehoshúa ben-Korjáh: ¿Por qué viene antes la parasháh del Shemá -la primera- y luego "Vehaiáh Im shamó'a" -la segunda-? Para que tome el hombre primero sobre sí la soberanía que proviene de los Cielos sobre la Tierra, y luego recién tome sobre sí el yugo de las mitsvót, de la conducta que deriva del aceptar Su majestad" (la traducción no es literal sino conceptual).
La fe en el Creador es fuente de toda certeza y de toda verdad. Recién tras asumirla nos es dado traducirla al mundo de la acción: ese en el que, si nos atrevemos a la Verdad en nuestra vida, las águilas se prestarán a ser montadas por nosotros en lugar de devorarnos, y más de un mar se abrirá, insólitamente sí, a nuestro paso.
Estamos felices, desde Murcia en Sefarad como desde Jerusalem, de presentarles más novedades, más avances, en Ieshivah.Net. Sabemos que sobre alas de águilas puede viajar la luz de la Toráh, y desde la certeza inquebrantable trabajamos. En el Beit-Midrásh, hallaréis la agenda de nuevas clases con que se sigue poblando nuestro tiempo, y la grabación, en MP3 y RealAudio, de las clases ya dictadas. Más y más lectores se incorporan al foro OrTora-Sefarad cada día, debatiendo sus dudas y consultando, desde el genuino afán por la verdad. Ya es realidad el suplemento para jóvenes, el primero de su tipo en la red, que acompaña a Matók MiDvásh. Y seguimos creando, con vuestro sostén y vuestra ayuda, buscando detectar toda puerta que merece ser abierta para la expansión del conocimiento, de la paz y del deleite que nace en nosotros cada día, desde la luz de la Toráh.
Con gratitud y brajót, desde las montañas que rodean Jerusalem,
daniEl I. Ginerman
editor@ieshivah.net
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AGENDA DE CLASES EN EL BEIT-MIDRASH VIRTUAL DE IESHIVAH.NET
Martes, a las 18 hs. de Israel (15 hs. en Argentina, 11 hs. en México, 17 hs. en España):
Purím: el comportamiento sobrenatural de lo sagrado y la eterna lucha contra el Mal,
con Rav Guideon Muzykanski y daniEl I. Ginerman
Miércoles, a las 18 hs. de Israel (15 hs. en Argentina, 11 hs. en México, 17 hs. en España):
Parashát Hashavúa, con daniEl I. Ginerman
Jueves, a las 18 hs. de Israel (15 hs. en Argentina, 11 hs. en México, 17 hs. en España):
"El Sendero de los Justos" (Mesilát Iesharím), con Rav Guideón Muzykanski
Solicita información a beitmidrash@ieshivah.net, Y
VISITANOS YA EN http://www.beitmidrash.org/,
DONDE NUESTROS RABANIM ESPERAN TU PRESENCIA.
¡ATENCION! ¡PLAZAS LIMITADAS!
Purím: el comportamiento sobrenatural de lo sagrado y la eterna lucha contra el Mal,
con Rav Guideon Muzykanski y daniEl I. Ginerman
Miércoles, a las 18 hs. de Israel (15 hs. en Argentina, 11 hs. en México, 17 hs. en España):
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FORO POR E-MAIL PARA LOS LECTORES Y PARTICIPANTES DE MATÓK MIDVÁSH!
LEE LOS MENSAJES DESTACADOS DE LA SEMANA (PRESENTACIONES, PREGUNTAS Y RESPUESTAS) AQUÍ, E INSCRIBETE ENVIANDO UN E-MAIL A ortora-sefarad@montesinai.net
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De qué hablamos cuando decimos "Redención"
¿Te has atrevido a anhelar y edificar tu plenitud?
por Rav Lior Iasúr, ravlior@banayichzion.com
Enseñan nuestros sabios que una de las preguntas que cada quien enfrenta, tras salir de este mundo, cuando llega a donde sólo cabe la Verdad, es la siguiente: "¿Deseaste y esperaste la Redención?". De ello se desprende que uno de los factores en base a los cuales se dictaminará la suerte de la persona en el mundo por vivir es, precisamente, si fue capaz de desear y esperar la "ieshu'áh": la Redención.
Intentaremos desgranar y comprender, en primer término, cuál es ese anhelo que tenemos el deber de vivir y alentar; y a continuación, por qué resulta determinante para la suerte del alma en la vida por venir.
"Tsipiáh" (la palabra que aquí traducimos por "anhelo", y por combinación de "deseo y esperanza"): aguardar y alentar la esperanza de que se hará realidad algo que nos falta en el presente. El hombre que tiene esta "tsipiáh", comprende que aquéllo que anhela, ¡está ausente de él!. Y vive esta falta patente con urgencia. Atendiendo más de cerca al detalle, notaremos que quien nota esta falta y alienta el anhelo de cubrirla, en realidad, es a sí mismo a quien siente incompleto por su causa. De ahí la incomodidad, la angustia que sólo la realización del anhelo podrá resolver.
¿Qué es entonces la "tsipiáh" de "ieshuáh", de Redención? Para empezar: comprender que la Redención es algo que concretamente necesitamos y nos falta. Esta carencia la vivimos como un vacío en nuestro interior, y comprendemos que ser completos, sentirnos plenos, cumplir la misión y el objetivo de la vida misma, será posible sólo una vez que el anhelo de Redención se vea cumplido y satisfecho.
En este mundo, sujeto de limitaciones y carencias: ¿has experimentado tu propia realidad como carente, como limitada, como necesitada de algo que no es? ¿Te has percatado de que no estás completo? ¿Sientes la falta y alientas la esperanza de cubrirla? ¿Anhelas la plenitud, la redención?
Y si así no fuera,... ¿cómo podrías ser capaz de percibir la verdadera completitud a que tendrás acceso en el mundo venidero, si nunca la echaste en falta, si nunca la deseaste?
Nuestra parasháh comienza diciendo: "Y oyó Itró". Se pregunta Rashi qué fue lo que Itró escuchó y le bastó con ello para "venir", para allegarse a la Verdad y al pacto, e integrarse al pueblo de Israel. Y responde: Itró tomó conciencia de la Toráh, de su entrega a Israel en el monte Sinai.
Lo que produjo la inmediata decisión de Itró y su "conversión", fue saber que Israel recibió el único y especial medio a cuyo través puede el hombre acceder a la completitud, cubrir sus carencias y entonces acercarse, por fin, por el camino certero, a la finalidad especial y trascendente de su vida. Y ese medio, especial y único, no es sino la sagrada Toráh, sin cuya guía y práctica no hay posibilidad alguna de que arribe el hombre a realizar la plenitud de sí. Y nada sino dicha plenitud, dicho despliegue en la realidad del potencial completo de la vida, es la verdadera Redención.
Como expresa el rey David (Salmos LXXIII,28): "Y yo, la proximidad de D's es buena para mí".
Tal explica Rabi Moshéh Jaim Luzatto en su libro "Mesilát Iesharím" (El Sendero de los Rectos): que no sino para deleitarse con la evidencia de D's y el brillo de Su presencia, ha sido creado el hombre.
Sea Su voluntad que merezcamos y logremos completarnos, volvernos plenos, en el camino del Creador y en su Toráh; y a través de ello, arribemos a la meta verdadera de nuestra existencia: deleitarnos en Su Nombre y disfrutar del brillo de Su presencia. Que no es sino ésta la más completa Redención.
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Asegúrate que "Matók MiDvásh", prensa electrónica de Ieshivah.Net & EstudiosJudios.Net, no falte donde pueda hacer bien. Reenvíalo; y haznos llegar a editor@ieshivah.net las direcciones de e-mail de todos quienes crees que recibirán con agrado estas letras. A la misma dirección puedes hacernos llegar tus aportes, críticas y sugerencias, que agradecemos desde ya .
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Exterminar al Amaléc que llevamos dentro
por Rav Meir Ifraj, ravifraj@banayichzion.com
Nuestra porción semanal de la sagrada Toráh es "Itró"; en ella, se relata "ma'amád har Sinai": cómo el pueblo de Israel se paró frente al monte Sinai en un momento sublime y eterno, arribó a un estado de percepción y vivencia espiritual sumas, y recibió entonces la Toráh.
Esta parasháh toma su nombre de Itró, suegro de Moshéh, quien no sólo obtuvo el privilegio de ser nombrado en la Toráh, sino que una parasháh completa toma de él su nombre. Cabe preguntarnos: ¿Cómo, por qué, obtuvo Itró, sacerdote de Midián, semejante privilegio? Y la respuesta inmediata es: él "volvió en teshuváh", retornó al camino de la respuesta, tornó a la Verdad, y se incorporó así al pueblo de Israel.
Así se encuentra escrito, al inicio de la parasháh: "Y escuchó Itró"; y luego: "Y vino Itró".
Leemos que "escuchó" y entonces "vino". Nuestros exégetas explican que lo que Itró escuchó fue que el Iam Súf, el Mar Rojo, había sido partido para que el pueblo de Israel pasase por él. Como él, el mundo entero se había enterado. Explica el midrásh que, en ese momento, todo lugar en que corría agua vio a ésta partirse en dos, para que todos supieran que el Creador partía el Iam Súf al paso de Israel; que D's se revelaba así a ojos de toda la Creación.
Itró oyó también que, inmediatamente a este inmenso milagro, se levantó el pueblo de Amaléc contra Israel, y salió a su encuentro en pie de guerra. Aún cuando también Amaléc había visto que D's hacía de milagros evidentes el camino de Israel, no se privó de oponérseLe: no por ello despertó en ellos la fe ni rindieron su idolatría a la Verdad. Fue ante esta percepción que tomó conciencia Itró del poder de la herejía, de la fuerza enorme que desarrolla contra toda razón la idolatría; observó que, en medio de un proceso de milagros que transformaban radicalmente la naturaleza, aún entonces disponían los hombres de libertad para elegir si unirse a la Fe o retenerse tercamente en la mezquindad de su ceguera. Itró decidió inmediatamente que su lugar estaba en la Verdad. Y Amaléc, que eligió entonces no creer, fue maldito por ello y es maldito hasta hoy.
Pero Amaléc no es únicamente un pueblo que históricamente salió a librar batalla contra la voluntad de D's: es también una fuerza espiritual presente en cada uno de nosotros, que nos asalta y atropella cada día para hacernos desconfiar y enfriar nuestro vínculo de fe.
Si no guerreamos contra él, se sobrepone a nuestras fuerzas -líbrenos D's- y nos despeña en la fatua mentira y en el mal. Y, ¿cómo luchar contra él? En el propio Moshéh hallamos la respuesta: con la potencia de la fe; como está escrito sobre él durante la batalla contra Amaléc (Shemót XVII,12): "Y eran sus manos Fe".
Y sólo por medio de esforzarnos y reforzar la potencia que desplegamos en la Fe, es posible vencer a Amaléc: actuando y diciendo "devarím" de Fe. Como expresó el rey David en Tehilím (Salmos LXXXIX): "Anunciaré tu Fe con mi boca".
Y sea Su voluntad que merezcamos y nos toque siempre crecer y hacernos fuertes en la Fe verdadera en el Creador. Tal la indicación de nuestros sabios para esta generación: el mayor desafío es sostenerse en la verdadera Fe, y en ella hallar la vida que vivir.
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El privilegio de Itró: tu oportunidad y la mía
por Rav Doron Rosilio, ravdoron@banayichzion.com
Queridos hermanos:
Itró, sacerdote de Midián y suegro de Moshéh, era uno de los grandes sabios de su tiempo: un hombre de mundo que de todo probaba y conocía, y ninguna sabiduría dejaba por aprender. A través de un camino tan ancho como largo arribó, por fin, a la convicción de que D's, el Creador, es Uno, y que la Toráh es Su Verdad. Su camino, y especialmente su conclusión, involucran y comprometen a todas las culturas del mundo, y a todos quienes las profesan. Porque a todos conocía Itró y de todos sabía; y no había pueblo alguno que pudiera alegar que "si él hubiera aprendido nuestra cultura y nuestras leyes, habría concluido diferente": porque nada del saber humano le era ajeno, y todo había probado, y medido, y estudiado. Es por ello que su conclusión final tiene carácter absoluto, veraz, ¡obligatorio!
Hay quienes nacen "dentro" de la Toráh y las mitsvót; quienes no son sometidos al desafío de probar y atravesar la prueba de la multiplicidad de culturas y tentaciones y saberes y caminos y discursos de este mundo, para llegar por fin al esclarecimiento de la mente y el descubrimiento postrer de la Verdad. La Toráh, ante ellos la Verdad, es un hecho natural que se prueba a sí mismo en todas las instancias de la vida.
Pero no hemos merecido esa dicha. A nosotros, nos ha tocado pasar innúmeros aprendizajes, pruebas y experiencias, caídas y remontares. E Itró, que pasara el máximo posible -la totalidad- de este camino que nos es familiar, ha de servirnos como ejemplo, desde que todo lo conoció y lo vivió, hasta elegir por fin y para siempre por verdad al Creador y su Toráh.
La opción de tener ante uno todos los caminos de este mundo y elegir a D's, elegir a la Verdad, es un mérito y un privilegio de enorme magnitud. No se trata de abordar intelectualmente ningún sistema, ni de abarcar lo que la razón no entiende. Se trata de activar la "buena raíz", la esencia de bien que guardamos en lo profundo del alma.
La capacidad de elegir el bien radica en el buen fundamento sobre el que nos hallamos erigidos, o se apoya en la acción de bien que hayamos tomado la oportunidad de realizar. La mente puede, en el mejor de los casos, ubicarte justo frente a un manantial de aguas que dan vida, mas no incidirá significativamente en tu decisión de beber finalmente de él o no. Esta decisión depende ya de ámbitos de la conciencia a los que el intelecto no llega; y que se sujetan, en general, a lo que llamamos "zjút avót": el mérito de los ancestros.
Supimos ser Itró. Rodamos por el mundo probando de cuanto se puso a nuestro alcance. Y no siempre por fuerza de nuestra ardiente búsqueda de la verdad; muchas veces, en realidad, nos entregamos instintivamente a sentimientos y vivencias de todo tipo, sin asumir responsabilidad alguna por las consecuencias de nuestra acción. Mas es posible que justamente fuera necesario todo dicho proceso para tornarnos capaces de arribar, por fin, a la Toráh, a la plena fe en el Creador y en su conducción de la Creación. Para hacernos capaces de integrarnos completos a Israel, a la eternidad, al absoluto.
En el fondo del alma, guardábamos los resabios del "zjút avót": una flama que no se apaga y nos guía, a poco que nos dejemos, por los senderos de lo oculto y de lo revelado por igual. Itró, que no contaba con ello, hubo de transitar un camino de maravilla, hubo de ser atraído como una mariposa a la luz, y hubo de pagar un inmenso precio que canceló toda su vida anterior: renunciar a todo su honor, y su majestad, y su heredad, y su riqueza, y su influencia y su poder; todo lo que gustoso abandonó lejos de sí por ingresar a la vivencia indescriptible y sublime de la Verdad.
En el mundo entero, y en todos los tiempos, abundan los discípulos de Itró, quienes realizan la peregrinación extenuante por toda la cultura y el saber persiguiendo la vida, anhelando encontrarse de pronto frente a la Verdad. Abundan quienes se atreven a salir sorteando oposiciones salvajes y humillantes, y como los salmones, remontan la corriente de los ríos rumbo al mar en que nacieron, y arriban por fin, contra toda previsión razonable, por la pura fuerza del anhelo natural de regresar a la fuente de la vida, a donde residen el germen de la felicidad, de la fe, de la Verdad, que allí aguardan nuestro arribo.
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¡Sálvenos D's de la tristeza!
por Rav Dror Tsavari, ravdror@banayichzion.com
"No será más Iaakov el nombre por el que serás llamado sino que Israel será tu nombre, y llamó su nombre Israel" (Bereshit -Génesis- XXXV,10); tal anuncia en parashát Vaiejí el Creador a Iaakóv.
Y aún así, observamos en la continuación de la Toráh que, algunas veces, se le llama con el nombre "Iaakóv", y otras con el nombre "Israel". Sobre esta peculiaridad, nos habla el Oraj Jaim explicando que el nombre de alguien identifica a su alma en realidad. De tal modo, los nombres que "puso" el Creador en este mundo, son los de las almas con que le pobló.
"Iaakóv" es el nombre del alma con que nació nuestro patriarca. Mas tras su batalla con el ángel, se posó sobre él una nueva porción de presencia divina, un alma agregada, al modo de la que tenemos oportunidad de recibir cada shabát. Y esta alma agregada que recibió sobre sí Iaakóv, lleva por nombre "Israel"; que vino a potenciar -no a reemplazar- al alma original de Iaakóv.
Analizando la aparición de ambos nombres al inicio de parashát Vaiejí, indica el Oraj Jaím que cuando Iaakóv se encuentra en estado de plenitud, "completo" consigo mismo, en su sacralidad vital y su servicio al Creador, es llamado Israel. Mas cuando la tristeza hace mella en su espíritu, "no llega" hasta Israel, y le resta ser llamado Iaakóv.
Del mismo modo, cuando de los manantiales de lo sagrado abreva alegría nuestra alma, cuando somos capaces de felicidad plena en el camino de la Verdad, recibimos y disponemos la potencia y las herramientas espirituales de un alma nueva y más elevada que se agrega a quienes somos, y nos hace capaces de un desempeño superior, dotándonos de capacidades que exceden a priori nuestra naturaleza de hombres. Tal el poder genuino de la felicidad y la alegría, y la voz de alerta contra el siniestro poder de la tristeza, sálvenos de ella el Creador.
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INSCRIBETE ENVIANDO UN E-MAIL A ortora-sefarad@montesinai.net
(por favor incluye en el e-mail información personal y tu condición de lector de Matók MiDvásh)
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La Escolta de la Reina
por Rav David Or haCohén, ravdavidor@banayichzion.com
Al finalizar shabát, debe procurar cada quien arreglar y decorar su mesa del modo más bonito y deleitable a su alcance, con todo lo necesario para agasajar a una reina: buen mantel, sabrosos manjares, buena bebida y pan especial. Y con todo ello dispuesto, desplegar toda la alegría y felicidad de que le ha dotado el shabát y alistarse a acompañar a la "reina" del tiempo, el propio shabát, en su salida.
Porque esta comida, la cuarta, que se lleva a cabo por la noche, cuando ya ha culminado el tiempo de shabát, es simétrica a la que habremos hecho la noche antes, cuando el shabát recién entraba: tal como lo recibimos con esmerado fulgor, así también le despedimos.
Dice el Ben Ish Jai en su comentario a "Parashát Vaietsé" (signo XXVII): Tras la salida del shabát, "no debe ocuparse uno en labor alguna que no sea al servicio del banquete o del estudio de Toráh, hasta luego de haber llevado a cabo la cuarta comida, cuyo tiempo será hasta cuatro horas de salido shabát. En Birkát Hamazón -la bendición que pronunciamos una vez finalizada toda comida con pan- dirá "migdól" (según la fórmula de shabát y días festivos; aún cuando ya se estará formalmente en domingo desde que salieran las estrellas). Y si por alguna razón no puede llevar a cabo el banquete durante las primeras cuatro horas de salido el shabát, podrá cumplir igualmente la mitsváh hasta la medianoche. Y quien no pueda realizarla con pan, la hará con "mezonot" (otros alimentos a base de harina). Quien tampoco con "mezonót", sea por no disponer de los mismos o por motivos de salud, podrá hacerla incluso en base a frutas".
Agrega Rav Iaakóv Sofer en su libro "Ubekáf haJaím" (CCC,4) que aún quien está satisfecho, ahíto de los manjares consumidos durante los tres banquetes con que ha honrado al shabát, debe realizar el esfuerzo de cumplir con el deber de escoltar al shabát en su salida, con un banquete consagratorio de gran categoría. Y a través de hacerlo, salvará a su organismo de toda necesitar toda ingesta medicinal desagradable. Y el libro Divréi Itsják (inciso LXI) explica en nombre de Rabí Elimélej que reside también, en este cuarto banquete, una potencia para evitar a las mujeres toda dificultad de parto.
El cuarto banquete con que escoltamos la salida del shabát certifica también el desempeño de nuestro organismo por fuera de sus necesidades naturales; ésto es: en función de los requerimientos de la sacralidad. Porque las tres comidas anteriores responden a los horarios en que se distribuye habitualmente nuestro apetito cada día. Y quien no se esmera en este cuarto banquete, ya nocturno, incurre en la posibilidad de que no haya sido en honor al shabát su realización de la tercera comida de shabát, en el recién pasado atardecer; sino que haya sido meramente por el requerimiento natural y habitual que de una cena le ha anunciado su cuerpo.
Por ello, "Melavéh Malkáh" es el broche de oro de todo un shabát consagrado a la verdadera elevación espiritual, no sólo en la reflexión y la plegaria y la abstención de actividad profana, sino también y especialmente en la consagración del alimento a la potencia del alma, para nuestro caminar por los senderos de la Toráh.
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Si aprendes a oir, aprenderás a cantar
por Rav Rajamim Cohen, ravrajamim@banayichzion.com
"Y oyó Itró, sacerdote de Midián, suegro de Moshéh, todo lo que hizo D's a Moshéh y a su pueblo Israel, pues sacó D's a Israel de Mitsráim", comienza diciendo nuestra parasháh.
Y preguntan nuestros sabios por qué llegó Itró y pidió integrarse al pueblo de Israel, atravesando un proceso de guiúr. La respuesta (el móvil de Itró fue haberse enterado del cruce milagroso del Iam Súf, y el igualmente milagroso desempeño de Israel en la guerra contra Amaléc), nos la explica del siguiente modo el Midrásh Tanjúma (Itró, II):
"Hay quien oyó, y perdió; y hay quien oyó, y fue premiado. Ioásh oyó y perdió, tal como está escrito: 'Y entonces les oyó el Rey' (Divréi haIamím II,24), y a continuación: 'Por ello, Ioásh fue sometido a juicio'.
Mas Itró oyó y fue premiado por ello, puesto que era sacerdote de un culto idolátrico, y llegó se unió a Moshéh, y se ubicó bajo la protección de las alas de la Presencia de D's".
Dice el Zohar (Itró, LXIII): "Cuando llegó Itró y se convirtió a la fe hebrea, creció el Nombre del Sagrado Bendito Es en los mundos y altos y en los bajos".
Cuando un hombre que se encuentra lejano a la Toráh y las mitsvót (los preceptos) se acerca a D's, el Nombre (la presencia, la incidencia de Su majestad) de D's crece en los mundos superiores e inferiores por igual. Cuando Itró oyó acerca de las terribles proezas evidenciadas por D's en la partición del Iam Súf y en la guerra contra Amaléc, se llenó de terror y numinosidad su alma, y sin dudarlo, llegó y se convirtió a la fe verdadera.
Mas un judío, por la heredad que tiene a su cargo se desempeña como hijo del Creador. Como está escrito (Devarím -Deuteronomio- XIV,1): "Hijos sois de D's".
En el interior del judío se encuentra profundamente instalada y arraigada la fe. Por eso, ante la pregunta de por qué en el canto de Israel tras el cruce del Iam Súf está escrito "entonces cantará Moshéh" en lugar de "entonces cantó", explica el Or haJaím: "Cuando entró a los corazones de Israel la fe completa, arribaron al nivel de entonar este canto; y la crónica lo expresa en tiempo futuro para dar a entender que todo quien arriba a la fe completa, puede arribar también al nivel de cantar el más sublime y sagrado canto".
Por eso, desde "donde" sea que se encuentre el judío, aún desde el más degradado u alejado de los sitios -ya geográficos o de conciencia-, tiene dentro de sí la chispa que puede encender y activar su fe, y llamarlo a volver al camino de D's, a una vida plena de Verdad. Cuando alguien mira hacia dentro de sí y se descubre lejos de D's y lleno de transgresión, de violación, de indolencia profana, lleno de actos contrarios a su naturaleza, no debe deprimirse ni caer en forma alguna de infelicidad, sino saber que las puertas y el camino de retorno se hallan abiertas para él, y sólo de su decisión y su firme voluntad depende. Y debe buscar en su beneficio todos sus puntos buenos y favorables y reafirmarlos, porque nadie hay que no tenga una porción de bien en su haber.
Y si hallare que aún el bien que hay en él se encuentra manchado de espíritu mezquino y aún de mal, ha de hurgar y buscar más sutilmente hasta identificar todos los puntos positivos ya presentes en su vida; y a su través, se revelará a sus ojos el camino que habrá de seguir para identificarse con la Verdad de D's y retornar plenamente al Creador. Porque desde toda posición es posible el retorno, y no hay lugar ni estado de conciencia del que esté ausente D's, cuya majestad y numinosidad pueblan el mundo todo.
Como vemos escrito en la continuación de nuestra parasháh (Shemót XVIII,9): "Y unió Itró", y se unió desde la felicidad por todo el bien que hiciera el Creador al pueblo de Israel.
Así debe generar y revelar cada judío felicidad y alegría en su interior, a partir de cada elemento positivo y bueno que descubre en su propia vida. Cada quien debe alegrarse fervientemente con cada porción de sí que le hace bueno, con certeza de que el Creador le habrá de confortar por ello, y desde allí se abrirán para él los caminos del más pleno retorno. Como expresó al respecto el rey David (Salmos CIV,33): "Cantaré a mi D's con mi aún" (el versículo es naturalmente intraducible, y tal una de sus lecturas parciales posibles): le cantaré, aún con lo poco que haya en mí que sea capaz de cantarle. Y desde ahí, comenzamos a caminar el camino hacia el verdadero y más pleno canto.
"Matók MiDvásh" es el primer paso hacia la puesta en marcha del proyecto "Ieshivah.Net / EstudiosJudios.Net", del que comparten responsabilidad las instituciones Banáij Tsión de Jerusalem y Patrimonio Sefardí. Nacido de la vocación de expandir y compartir la belleza de la Toráh y la fuerza de la verdad, se apoya puramente en trabajo voluntario.
Hoy, llegamos con este material a casi 12.000 lectores registrados, y la cifra crece cada día. Crecen también el foro, la producción de contenido, la dedicación de un grupo creciente de rabinos y hombres de Toráh que se comprometen con el proyecto. El Beit-Midrásh Virtual, con clases de Toráh, en audio y voz y en tiempo real, es ya una realidad, y las grabaciones de las clases -en una agenda más nutrida cada día- se encuentran disponibles todo el tiempo en formato MP3 y también en RealAudio. Proyectamos hacer crecer el Beit-Midrásh con nuevos cursos y más maestros, y luego con más idiomas; producir espacios de radio y un fondo editorial; seguir creando herramientas de apoyo al crecimiento espiritual de todos, desde nuestra cotidianeidad dedicada al estudio y el goce de la verdad.
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El Shabát del mundo por venir
por Rav Eial Kedmi, raveial@banayichzion.com
Nuestra parasháh es ésta en que D's revela para nosotros la finalidad de nuestra propia existencia, el objetivo trascendental de toda la Creación. Y en ello, tiene la dimensión del más alto Shabát de todos: el Shabát que esperamos vivir en el momento de la verdadera Redención.
Porque nuestros días se encuentran bajo el peso de la maldición primordial "con el sudor de tus narinas comerás pan", que aleja al hombre de la labor sagrada y dificulta su retorno a una vida espiritual. Mas el Creador, que dirige a Su mundo y abre a sus creaturas todas las puertas del bien, dispone para nosotros el Shabát: la correcta y completa preparación en vísperas de shabát, pone al hombre en condiciones de experimentar su condición de "hijo de Rey" una vez que ingresa al día en que la sacralidad de la Creación se revela plenamente.
Por ello, debemos disponernos como verdaderos hijos del Rey, honrar y deleitar al shabát y deleitarnos en él, con exquisiteces y vestimentas honrosas; y con felicidad desbordante retornar del beit-knéset (sinagoga) al cabo de la plegaria vespertina, inaugurando e inaugurándonos, ante una mesa plena de lo mejor a nuestro alcance; y consagrar en ella el vino y el pan a D's, y agradecer por cuanto se nos brinda desde siempre, y desde ya, por cuanto nos aprestamos a recibir y finalmente ser en esos días de Redención, ese Shabát celestial de los tiempos por llegar.
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