por Rav Natan ben-Jai'm
Sé inocente (en tu relación) con Hashém tu Elokím
Devarím 18:13
Explica Rashi a esta cita: "Anda frente a Hashém con inocencia, sin necesidad de investigar el futuro ni lo que te está oculto. Recibe cuanto te toque con candidez, con inocencia, y así te apegarás realmente al Creador".
La palabra "tamím", que hemos traducido aquí por "inocente", admite una segunda traducción: "completo". De tal modo explica Rav Aharón Kotler esta cita: "El hombre debe conducirse en su camino de modo completo", coherente y consistente. Esto es: sin contradicciones en ningún nivel de la vida. La resolución de las propias contradicciones es una de las mayores demandas de la Toráh para con los hombres, al punto que el Talmud (Tosfot sobre Tratado de Julín 121b) advierte sobre la difícil encrucijada en que se encuentra, en medio del debate talmúdico, cualquiera de los sabios de quien se haya hallado dos citas recíprocamente contradictorias.
Coherencia y consistencia (ser "completo" e "inocente" son una exigencia impostergable, porque inciden en todos los órdenes de la vida. La Toráh, en parashát Ki Tetsé, indica: "no tengas dos tipos de medidas, una para la mercadería que compras y otra para la que vendes". Hay mitsvót específicas referidas a la precisión y justeza de las medidas de peso y de volumen, y claras penalizaciones para quien aplica criterios diferenciales de acuerdo a su convenciencia. Está prohibido contradecirte, está prohibido que actúes de modo que contradice lo que sabes que está bien.
En Rosh Hashanáh, cuando se prepara el balance y juicio anual sobre la vida de cada uno, pronunciamos la bendición "Unetaneh tokef", en la que declaramos: "la firma de cada hombre se encuentra ya (al pie de su propio veredicto)". Es que, "a la hora de la verdad", cada uno conoce y reconoce el valor de sus actos. Cada quien sabe qué valor de bien y qué valor de mal emerge de sus acciones. En esta plegaria, estamos aceptando la justicia y corrección del veredicto que a juicio del Creador nos corresponderá: el hombre es conciente de sus contradicciones; si intenta resolverlas, siempre se estará en camino a la verdad.
Razonablemente, el mayor acento del tema no está puesto sino en las propias cualidades personales, sobre la tendencia a invertir los valores que debemos cuidar -correr hacia lo que debiéramos evitar y ser lerdos en el cumplimiento del deber-... que es donde más fácil resulta hallar nuestras contradicciones internas, y donde más difícil es proponerse encontrarlas; puesto que hallarlas nos exigirá una enmienda de inmediato. Sobre ésto, precisamente, es que se nos ha dicho: "Con inocencia y completo, dirígente ante Hashém".
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