16 agosto 2005

La Obligación de Ayudar a un Judío Necesitado

tomado de http://www.tora.org.ar/contenido.asp?idcontenido=673

La Obligación de Ayudar a un Judío Necesitado

La Torá ordena, "Y si tu hermano empobrece, deberás mantenerlo, incluso si es un guer/ converso o un guer toshav (un gentil que cumple las Siete Leyes Noájicas) y llevártelo a vivir contigo" (Vaikrá 25:35).
Este versículo nos enseña que es una obligación asistir financieramente a otro judío o a un guer toshav que necesite un préstamo o caridad. Es una mitzvá prestarle o darle dinero para que realice sus negocios o alguna transacción necesaria para la cual le faltan los medios. La Torá enfatiza el deber de ayudar económicamente a otro judío antes de que quiebre o que se vea obligado a aceptar caridad.

Si un burro comienza a caerse por causa del bulto que carga, un hombre posee la fuerza suficiente para ajustar la carga que lleva en la espalda o para sacar parte de ésta, para que el burro pueda seguir caminando. Sin embargo, una vez que el burro se cayó, incluso cinco hombres corpulentos, no podrían hacer que se levante.De manera similar, debemos ayudar al que tiene problemas económicos, en cuanto éstos comienzan y no esperar a que éste quiebre.
A pesar de que la mitzvá específica de dar tzedaká (caridad) al necesitado se menciona en parashat Reé (Devarim 15:11), el Midrash también comenta al respecto lo siguiente:
"La fortuna es el terreno de quien con sabiduría ayuda al pobre" (Tehilim 41:2).
Es un arte hacer caridad con sabiduría, sin avergonzar al que la recibe.
Cuando Rabí Ioná se enteró de que un hombre sabio perdió todo su dinero pero tenía vergüenza de pedir caridad, fue a visitarlo a su casa y le dijo, "¡Tengo buenas noticias para usted! Escuché que heredó una fortuna de alguien que vive en el exterior. Mientras tanto, ¡por favor acepte un préstamo mío! Me pagará en cuanto reciba el dinero."
Cuando este hombre recuperó su posición, y le quiso pagar la deuda, Rabí Ioná le dijo, "Puede quedarse con el dinero; se lo di en calidad de donación."
Había una sala en el Beit Hamikdash que se llamaba "lishkat jashai/ La Sala de Donaciones Secretas". Los judíos que le temían a D- s donaban dinero en esta sala, y los pobres de buenas familias la recibían en forma anónima y podían vivir de ella.

Cuando Rabí Lezer notaba que había un pobre que caminaba atrás de él, intencionalmente dejaba caer un dinar, y daba así la impresión de que se le había caído de manera accidental. El pobre lo levantaba y se acercaba para devolvérselo. "Puede quedárselo" le decía Rabí Lezer, "Ya me había resignado a perderlo".

Al interpretar un versículo de Ieshaiahu (58:12), nuestros Sabios nos enseñan, "Si tienes méritos, satisfarás el hambre de Iaakov (gastarás dinero en caridad); si no, el de Esav (en cambio, "Esav" consumirá el dinero).
Esta verdad se evidencia con la siguiente historia:

Rabí Iojanán ben Zakai soñó la noche de Rosh Hashaná (cuando se determinan los ingresos de la persona para el año entrante) que sus dos sobrinos perderían la suma de setecientos dinares durante el año.
Después de Iom Tov, visitó a sus sobrinos y les ordenó que se encarguen de mantener a los pobres.
"¿De dónde vamos a sacar los fondos?" le preguntaron.
"Debererán mantenerlos con el dinero de ustedes", les ordenó Rabí Iojanán. "Anoten las sumas que distribuyen. Si ustedes pierden con este trato, yo les devolveré el dinero a fin de año".
Obedecieron y distribuyeron importantes sumas de dinero en caridad. Hacia fin de año, un funcionario del gobierno los fue a buscar y les pidió que le paguen al gobierno setecientos dinares. Cuando ellos no reaccionaron, aparecieron dos soldados y los llevaron a la cárcel.
Rabí Iojanán escuchó las noticias y fue a ver a sus sobrinos a prisión.
"¿Cuánto dinero dieron en tzedaká?" les preguntó.
" Anotamos todo", contestaron. Al consultar sus anotaciones, calcularon que distribuyeron un total de 683 dinares.
"Déjenme decirles como actuar", Rabí Iojanán los instruyó. "Denme otros diecisiete dinares, y yo les garantizo que saldrán de la cárcel".
"Qué idea mas extraña", le dijeron. "Nos ponen presos por deber setecientos dinares, y dices que nos liberarás con diecisiete!"
El les respondió, "Simplemente, denme los diecisiete dinares y no se preocupen!"
Le dieron a Rabí Iojanán dicha suma y éste se fue a ver un emisario del gobierno. Deslizando las monedas en sus manos, Rabí Iojanán le pedió que deje que sus sobrinos escapen. Bajo la influencia de la coima, el hombre dió instrucciones para que los dejen salir en secreto.
Los sobrinos se acercaron a Rabí Iojanán y le preguntaron cómo podía saber con tanta precisión que los diecisiete dinares garantizarían su fuga.
"Tuve una revelación del Cielo en la noche de Rosh Hashaná que durante este año perderían la suma de setecientos dinares", les explicó. "Como ya estaban destinados a tener este gasto, yo les aconsejé que ayudasen a los pobres - es mejor gastar ese dinero en tzedaká".
"¿Por qué no nos dijiste nada acerca de tu sueño? Sus sobrinos le preguntaron. "También hubiésemos gastado los diecisiete dinares restantes en Tzedaká."
"Preferí mantenerlo en secreto", le respondió Rabí Iojanán, "así darían el dinero lishmá (en honor a D-s), para cumplir con la mitzvá, en vez de pensar que lo hacían en beneficio propio."

Esta historia demuestra que si alguien es avaro para dar tzedaká, tendrá gastos impredecibles que harán que sus ingresos no se aumenten y sean los decretados en el último Rosh Hashaná.

Al hacer caridad, el pobre le da al benefactor más de lo que este último le da al pobre. Mientras que el donante apenas gasta riqueza material, éste recibe a cambio una riqueza inestimable de méritos espirituales que superan por mucho lo que éste dió.

Se crearon diez objetos, cada uno más fuerte que el otro.
La roca es fuerte, pero el hierro la rompe.
El hierro es fuerte, pero el fuego lo derrite.
El fuego es fuerte, pero el agua lo extingue.
El agua es fuerte, pero las nubes la cargan.
Las nubes son fuertes, pero el viento las dispersa.
El viento es fuerte, pero el cuerpo lo detiene.
El cuerpo es fuerte, pero el miedo lo quiebra.
Sin embargo, la muerte es más poderosa que todo lo mencionado con anterioridad.
La tzedaká es aún más poderosa - te rescata de la Muerte.

No hay comentarios.: